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Vladimir Propp, Russian philologist

Vladimir Propp, erudito, filólogo y etnólogo soviético.

Reposo en un lugar apartado del mundanal proyecto en la casa de mis suegros y sustraigo (por no decir “robo con fruición y alevosía”) un libro de la estantería de la habitación en la que duermo. El libro reza “Gramática de la fantasía”, el autor Gianni Rodari, un fenómeno revolucionario en sí mismo. Había oído hablar del libro pero más aún de su autor. Cojo el volúmen del estante y lo desperezo. Tras saltar las páginas de cortesía, ojear la editorial y el año de edición, me decido a explorar el interior auténtico. Comienzo a leerlo por encima con la intención de hacer un expurgo inicial o sustraerlo con solución de continuidad (por no decir “robarlo hasta que acabe de memorizarlo y devolverlo a su estante original si es que no quiero poseerlo como un testimonio más de mi biblioteca personal”). Decido lo segundo -sustraerlo con solución de continuidad- gracias al siguiente extracto del libro realmente inspirador y en el que habla de la importancia de la diversión y la libertad en el ejercicio de la investigación creativa entre otra suma de cosas en las que os recomiendo profundizar. En este fragmento del capítulo 22 Gianni Rodari habla del señor que tienen ustedes a la derecha de este artículo. Lean, disfruten y extrapolen a nuestra realidad actual parte del sistema de Propp tal y como yo -mentalmente- lo he hecho:

(…)

Capítulo 22: Las cartas de Propp

Un aspecto característico del genio de Leonardo, que encuentro brillantemente expuesto en un artículo de la revista “Scienze” (edición italiana de “Scientific American“), lo constituye su capacidad para considerar, por primera vez en la historia, una máquina cualquiera no como un organismo único, un prototipo irrepetible, sino como un conjunto de máquinas más simples.

Leonardo “descompuso” las máquinas en elementos. En “funciones”. De esta manera logró estudiar por separado, por ejemplo, la “función” del rozamiento, y este estudio le llevó a proyectar conjuntos esféricos y cónicos, e incluso cilindros troncocónicos, que tan sólo han sido fabricados en tiempos muy recientes, para el funcionamiento de los giroscopios indispensables para la navegación aérea.

Con estudios de este tipo, Leonardo lograba incluso divertirse. Recientemente ha sido descubierto su dibujo de una invención burlesca: un “amortiguador para frenar la caída de un hombre desde lo alto”. Se ve al hombre caer, no se sabe dónde, frenado por un sistema de cuñas ligadas entre sí y, en el momento final de la caída, por una bala de lana, cuya resistencia al golpe se mide y controla por una última cuña. Es muy probable por tanto que deba atribuirse a Leonardo también la invención de las “máquinas inútiles”, construidas por juego, para realizar una fantasía, diseñadas con una sonrisa, momentáneamente opuestas y rebeldes respecto de la norma utilitarista del progreso técnico científico.

Algo similar a la descomposición de Leonardo de las máquinas en sus “funciones” ha hecho, respecto a las fábulas populares, el etnólogo soviético Vladimir Ja. Propp, en su obra Morfología della fiabe y en su estudio La transformazione della fiabe di magia.

Propp es también famoso por su libro Le radici storiche dei racconti di fate, en que expone de manera clara y, por lo menos desde el punto de vista poético, convincente, la teoría de que el núcleo más antiguo de las fábulas mágicas deriva de los rituales de iniciación usados en las sociedades primitivas.

Lo que las fábulas narran -o, lo que esconden al final de su metamorfósis- sucedía antiguamente: cuando llegaban a cierta edad, los niños eran separados de la familia y llevados al bosque (como Pulgarcito, como Nino y Rita, como Blancanieves)… donde los brujos de la tribu, vestidos con ropas horripilantes, con la cara cubierta con horribles máscaras (que a nosotros nos hacen pensar en magos y brujas)… los sometían a pruebas difíciles y frecuentemente mortales (como las que todos los héroes de las fábulas encuentran en su camino)… los jóvenes escuchaban las narraciones de los mitos de la tribu y recibían las armas (los dones mágicos que en las fábulas seres sobrenaturales dan a los héroes en peligro)… y finalmente regresaban, frecuentemente con otro nombre (también el héroe de la fábula vuelve a veces de incógnito)… y haían adquirido la madurez para casarse (igual que en las fábula, que nueve veces de cada diez acaban con un banquete de bodas)…

En la estructura de la fábula se repite la estructura del rito. Y precisamente de esta observación Vladimir Propp (y no sólo él) deduce la teoría según la cual la fábula ha empezado a vivir como tal, cuando el antiguo rito ha caído, dejando solamente la leyenda (…)

(…) En el sistema de Propp las funciones son treinta y una, y son suficientes, con sus variantes y articulaciones internas, para describir la forma de la fábula:

  1. alejamiento
  2. prohibición
  3. infracción
  4. investigación
  5. delación
  6. trampa
  7. connivencia
  8. mutilación (o carencia)
  9. mediación
  10. consenso del héroe
  11. partida del héroe
  12. el héroe sometido a la prueba del donador
  13. reacción del héroe
  14. donación del atributo mágico
  15. transferencia del héroe
  16. lucha entre el héroe y el antagonista
  17. el héroe marcado
  18. victoria sobre el antagonista
  19. reposición de la mutilación o carencia inicial
  20. regreso del héroe
  21. su persecución
  22. el héroe se salva
  23. el héroe llega de incógnito a casa
  24. pretensiones del falso héroe
  25. al héroe se le impone una misión difícil
  26. ejecución de la misión
  27. reconocimiento del héroe
  28. desenmascaramiento del falso héroe o del antogonista
  29. transfiguración del héroe
  30. castigo del antagonista
  31. boda del héroe

Naturalmente no en todas las fábulas están presentes todas las funciones: en su sucesión hay saltos, agragaciones y síntesis, pero no contradicen la línea general. Una fábula puede empezar con la primera función, con la séptima o con la octava, pero -si es suficientemente antigua- es difícil que salte atrás para recuperar los pasajes olvidados.

La función de “alejamiento”, que Propp indica en primer lugar, puede ser cumplida por un personaje que se aleja de casa por cualquier motivo, un príncipe que parte a la guerra, un padre que muere, que va al trabajo (aconsejando a los hijos – he aquí la “prohibición”- no abrir la puerta a nadie, o no tocar una determinada cosa), un mercader que inicia un viaje de negocios, etcétera. Cada “función” puede contener a su contrario: la “prohibición” puede estar representada por una “orden” positiva.

No desarrollaremos más nuestras observaciones sobre las “funciones” de Propp si no es para sugerir, a quien lo desee, un ejercicio que consiste en confrontar su secuencia con la trama de cualquier film sobre las aventuras del Agente 007: se podría asombrar de la gran cantidad que encontraría casi en el mismo orden. Tan viva y extendida está la estructura fabulosa en nuestra cultura. Muchos libros de aventuras tienen igualmente la misma estructura.

(…)

Un texto admirable. Me dedicaré a leerlo en los próximos días junto con el resto de lecturas. Os dejo más abajo la reseña bibliográfica. Gianni Rodari es un referente pedagógico para profesionales de la educación. Sobre la polémica Lévi-Strauss y Vladimir Propp, recomiendo también leer el libro de la Editorial Fundamentos.

Fuente bibliográfica:

Gramática de la fantasía: Introducción al arte de inventar historias, Gianni Rodari, Hogar del libro, Colección REFORMA DE LA ESCUELA, 1985, ISBN 84-7279-217-X , D.L. B 41.222 – 1985 Trad. Carlos Alonso y Adela Alós del libro Grammatica della fantasia, Giulio Einaudi, Torino, 1973

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