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Cortados a la misma medida, podemos llegar a ser extremadamente diferentes. No debemos olvidarlo.

Cortados a la misma medida, podemos llegar a ser extremadamente diferentes. No debemos olvidarlo o intentar controlar de forma artificial nuestra naturaleza para sentirnos más seguros. Puede ser un sacrificio irreversible...

Aunque tengo tiempo para comer prefiero emplearlo en redactar este post y luego comer cuando pueda. Porque lo vale. Esperaba con ansia un debate que se ha planteado en mi casa a raíz del artículo de M.J. Iglesias “Las empresas pierden 1.800 euros al año por cada empleado adicto a las redes sociales”. Más aún cuando yo no soy adicto (tengo que negarlo para poder serlo :). Me muevo en otra dimensión que no considero más avanzada pero al menos si algo más innovadora que el discurso “controlemos las redes porque la gente se está relacionando y ya no da dinero”. Sobre todo porque debemos evitar las vendas y dejar de ver heridas. Todos los comentarios emitidos son personales y cariñosos. No pretendo adoctrinar e intento mostrar lo que considero básico en algunos principios que me mueven a relacionarme y a aprender de los demás. Vayamos por partes:

  1. En Febrero murió mi abuela, en marzo un amigo íntimo, a todos nos ha pasado esto o algo mucho peor y es un ejemplo claro de lo que voy a exponer. ¿Es una información personal o laboral? ¿Hay algo que sea solo personal y solo laboral? Ok, me explico: Mi jornada laboral y personal es de 24 horas, mi esperanza de vida es de 81,2 años. 711.312 horas es el tiempo exacto que me ha sido dado estadísticamente para desarrollar mi talento, capacidades, carácter y aportación al mundo. No hago distinción entre qué es personal y laboral, todo forma parte de mi vida, no se, simplemente no se distinguirlo. En un momento concreto de mi vida que no se precisar, me vino de forma natural el estar siempre conectado con el resto y conmigo mismo. Es complicado puesto que la sociedad está pensada para vivir en formato compartimento-estanco o caja pero yo no se hacer pausas de 8-14 horas para trabajar ni pausas de 16-10 horas para vivir. Algunos psiquiatras ya han dado nombre a este nuevo fenómeno surgido a raíz de un mundo conectado 365x24x7. Es complicado de entender porque a menudo me encuentro muros y barreras que separan ambas cosas incomprensiblemente, más aún cuando considero que soy productivo esas 24 horas del día y que cada cosa que hago en esas 24 horas es útil para mi familia, pareja, empresa y perro, incluso sabiendo que no tengo perro. Incluso cuando duermo o descanso porque eso es necesario para que pueda tener salud mental y seguir vivo. No entro a una hora determinada a producir en mi vida, vivo durante esas 24 horas y espero vivir hasta completar esas 711.312 horas y ser productivo todas ellas. Me quedan 466.032 horas y quiero aprovecharlas y que me dejen aprovecharlas porque el único estrés que tengo es que se trata de muy poco tiempo . Seré más productivo y más feliz cuanto más me dejen aprovechar ese corto periodo de tiempo. ¿A qué considero aprovechar ese periodo de tiempo? A estas cuatro cosas: que mi familia sea completamente feliz incluidos descendientes, que mi pareja sea completamente feliz incluidos amantes, que mi empresa sea completamente feliz incluidos clientes, que mi perro salga mucho a la calle, coma y me devuelva el palo que le lanzo. Cualquier intento de restricción en cualquiera de estos cuatro sentidos, me parece molesto e incomprensible y aunque a menudo lo he tenido que aceptar, tiendo a neutralizarlo para conseguir poner en valor mi forma de entender la vida. La muerte de mi abuela me ha afectado, la de mi amigo más, tanto personal como laboralmente. No me quito mi personalidad para trabajar igual que no me la quito para tomar cañas, lo contrario es deshonesto y tarde o temprano insostenible. Si se quiere entender, bien; sino hay un problema. Ventaja de ser así: no tengo horarios. Inconveniente de ser así: no tengo horarios. La persona que me acompaña lo sabe. Dicho lo cual, es lógico tener que adaptarse a unas horas productivas para coincidir todos en una puesta en común en realtime, pero no es lógico considerar que porque el 77% de la gente mande mails personales o se conecten a redes sociales en esas horas, no están siendo productivos. Tal vez lo hagan porque no tienen tiempo para hacerlo fuera y seguro que si lo hacen su labor es más llevadera y a la larga esas pérdidas tienen un ROI intangible que debemos valorar.
  2. La frase: “Conectarse es mucho más discreto que salir a tomar café o a fumar un cigarrillo” me parece lamentable. Analiza por qué la gente quiere salirse a tomar un café (lo mismo son personas y necesitan descansos!!!) y no el hecho de que se atrevan a sustituir sus distracciones por otras…
  3. Insisto en que esta intervención me ha llevado tiempo y en que sigo siendo productivo para mi empresa, para el cliente y para la gente de la que me rodeo y me rodea… Me quedan 466.031 después de que acabe este trozo de pizza y este filete de pollo… Y el tiempo pasa… pero yo he preferido escribir este post a comer. ¿Por qué? porque creo que puede ser más útil aunque nadie me pague por hacerlo…

Aún siendo tan sumamente raro, la gente con la que he trabajado tiene buena opinión de mí pero me pasa otra cosa sumamente extraña: la mayor parte de relaciones que he establecido en el tradicionalmente llamado entorno laboral (un 80% aprox) han acabado siendo parejas o amigos. Tal vez yo haya tenido mucho que ver, pero sin duda demuestra que no podemos evitar humanizar los entornos sobre los que actuamos. Luchar contra ello no se hasta qué punto es realmente productivo. Bueno, creo que es una buena reflexión… controlarnos OK pero ¿para qué? Alvarez de Linera dice: “se suman redes sociales, los chats, la mensajería, el intercambio de archivos y una artillería de recursos que pueden convertir el acceso indebido a internet en la principal causa de pérdidas de horas de trabajo” pero lo dice porque vive de asesorar a la gente en esos temas.

El auténtico problema no es que chateemos, el problema es no entender que la cadena de Ford desde el sentido más puro cada vez tiene menos sentido… El futuro no es uniformizar ni castigar (ese cuento ya lo hemos vivido) sino aprovechar las sinergias discontinuadas, dispersas geográficamente, multiculturales y multidioma para generar valor con mucho esfuerzo y más trabajo… Tener asalariados no es contratar vidas o interrupciones momentáneas de sus vidas, es contratar fuerza creativa y productiva, motores de dinamización y riqueza, en definitiva poder aprovechar sinergias y no disponer de “recursos” a mi antojo… No hay propietarios de personas, solo hay personas.

La mayor parte de relaciones profesionales productivas que he establecido se han producido a través de networking con gente con la que ni siquiera podría hablar porque viven a miles de quilómetros de distancia. Los señores controladores de redes formulan que no hay bien que por mal no venga pero yo creo que en este caso de la web 2.0 mi ejemplo propio puede demostrar que no hay mal que por muy bien no venga. ¿Seré una excepción? No, he conocido a muchos #outofthebox muy similares… y sí, ninguno tan peculiar…

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