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Cubierta de El viaje a las emociones, Eduardo Punset, Ed. Destino, 2010. Reune las tres obras de Punset sobre la felicidad, el amor y el poder de la mente

Esta letra de la canción “The wall” de Pink Floyd es por sí sola ilustrativa sobre la intensa necesidad que tenemos de sentirnos parte de nuestra propia realidad y participar de las decisiones que nos afectan. Desde el punto de vista personal es fundamental que condicionemos nuestro entorno y que nos relacionemos con el resto; desde la perspectiva laboral va siendo hora de agitar conciencias y provocar mejoras en un sistema productivo ineficiente e injusto. No son necesarios objetivos generales o grandes metas sino constantes acciones diminutas que provoquen el cambio. Nadie puede luchar contra la fe y la convición en un principio. Cuando una persona cree en algo es capaz de sacrificar su realidad hasta el último nivel de coherencia, porque sabe que lo que hace es justo y se siente reconfortado al hacerlo. Por eso el cambio es imparable y tardará más o menos pero no siempre estará latente esperando su momento. Refugiados dentro de la caja temeremos siempre el revés del sistema; saliendo de ella comprobaremos que nosotros somos el sistema.

Esta noche tendremos a Roger Waters en el Palacio de los Deportes de Madrid y podremos ver en directo la interpretación de este tema y de esa gran frase que nos hace reflexionar sobre si queremos ser un ladrillo en el muro o contribuir a que no se construyan otros muros porque como bien reza uno de sus grandes lemas “el miedo es el único muro“. Muy relacionado con el derribo constante de los muros que nos contienen y limitan, Eduardo Punset, cuyo último libro El viaje a las emociones os recomiendo encarecidamente, se preguntaba qué es científicamente la felicidad, y nos respondía que él considera -como nosotros desde Vorpalina- que “la felicidad es la ausencia del miedo” porque la realidad es que “estamos programados para ser únicos“. Llevo varios días leyendo el libro y no hay nada en él que no me resulte edificante para construir una inteligencia emocional que me haga tan niño y tan maduro como pueda… Esta tarde escuchando Pink Floyd en honor del concierto y leyendo el libro, quería compartir mi trabajo por cambiar mi mundo con vosotros. Disfrutad del letra:

Daddy’s flown across the ocean
Leaving just a memory
Snapshot in the family album
Daddy what else did you leave for me?
Daddy, what’d’ja leave behind for me?
All in all it was just a brick in the wall.
All in all it was all just bricks in the wall

We don’t need no education
We dont need no thought control
No dark sarcasm in the classroom
Teachers leave them kids alone
Hey! Teachers! Leave them kids alone!
All in all it’s just another brick in the wall.
All in all you’re just another brick in the wall.

We don’t need no education
We dont need no thought control
No dark sarcasm in the classroom
Teachers leave them kids alone
Hey! Teachers! Leave them kids alone!
All in all it’s just another brick in the wall.
All in all you’re just another brick in the wall.

“Wrong, Do it again!”
“If you don’t eat yer meat,
you can’t have any pudding.
How can you have any pudding
if you don’t eat yer meat?”
“You! Yes, you behind the bikesheds,
stand still laddy!”

Pink Floyd, 1979

Por otro lado especialmente significativa es la película sobre la trilogía de canciones titulada “Another brick in the wall” cuyo extracto os ofrezco a continuación porque siempre me hace pensar sobre la obsesión de uniformizar y controlar que han tenido hasta ahora todas las organizaciones que hemos generado: escuelas, instituciones, empresas, gobiernos,… Tal vez debamos dejar de caer en la máquina picadora y modificar conductas, no hasta el punto de quemar y violentar la realidad pero sí tal vez realizando y creyendo en pequeñas acciones a diario que fomenten la diversidad y la pluralidad, ¿No crees?

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