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“Decidí cambiar mi vida cuando me quedé dormida encima

de la cena despues de un dia eterno de trabajo”

Belén Villoria, fundadora de Open Circle, Ingeniería cultural y creativa

Durante las últimas semanas he estado conectando con nuevos compañeros de emprendimiento en Zaragoza y Madrid y en la red con gente de otros países, esta vez mayoritariamente latinoamericanos.

De nuevo he vivido una nueva prueba de la doble velocidad que existe entre la realidad que hemos heredado y que nos sigue dando de comer y aquella por la que trabajamos y que choca de lleno con algunos principios de la anterior. Es algo así como una especia de transición, un viejo y nuevo camino por recorrer que mucha gente está acometiendo de forma independiente pero que yo creo que debemos caminar juntos. Porque cuando el viento no sopla, no solo uno tiene que coger los remos y realmente todos deben remar en la misma dirección. Esa es la idea de la iniciativa vorpalina y de todo lo que hago cada día en diferentes sectores que a menudo me resultan completamente nuevos.

Muchos nos preguntamos qué estamos haciendo realmente durante este viaje y sobre todo cuál será la fórmula ideal para poner en valor todo lo que estamos labrando desde diferentes ámbitos y sectores.

La mayor parte de nosotros vivimos esta etapa de transición entre un modelo de vida basado en objetivos y corto plazo, y una nueva forma de entender la realización personal y profesional. La gran mayoría reúne unas características comunes que me hacen pensar que estamos ante un gran fenómeno global del que no somos conscientes. Las características que hoy comparto por escrito son las siguientes:

  • Un 80% de las personas que actualmente emprenden provienen de un entorno laboral adverso mayoritariamente basado en modelos de gran empresa, a menudo multinacional, jerárquica y tradicionalmente “exitosa”. Estos espacios les resultan incompletos y sectarios por el ya conocido problema de la superación de la empresa como dador de infraestructura.
  • Todos nosotros cuestionamos el modelo de “éxito” de dichas empresas, pensamos que ciertos parámetros de éxito no responden a la necesidad real de la sociedad y sobre todo a nuestra propia realización. Como consecuencia de esto hemos quedado o nos hemos apartado voluntariamente de la participación directa en este tipo de modelos y estructuras.
  • La mayor parte de nosotros no ha podido cumplir su sueño, compartir sus ideas ni desarrollar sus capacidades y valor en este tipo de entornos que le resultaban adversos y poco plurales.
  • Todos creemos que no solo el fin está errado sino que además los métodos para llegar a ese fin han perdido completa o parcialmente su sentido. Detectamos una necesidad de reinventar canales, relaciones y espacios de valor.
  • Un 70% de las personas que conozco es realmente talentosa y está increíblemente capacitada para desempeñar un papel relevante en la sociedad, ha participado en proyectos internacionales o de enorme relevancia o incluso ha sido responsable de grandes equipos de trabajo. Sin embargo ningún “gran lugar” en el que ha trabajado le ha ayudado a desarrollar su trabajo con eficacia, más bien estos lugares han sido un contenedor con grandes barreras. Básicamente se ha primado el control sobre el caos, lo inteligible y previsible sobre la creatividad y el sentido común más fundamentales. Algunas de las actitudes o perfiles afectados que estoy viendo son: el crítico constructivo, el transformador, el innovador, el inquieto, el solidario, el empático, el racional, el reflexivo, el extraordinario.
  • El otro 30% puede que no sean talentosos ni estén capacitados pero han sido capaces de determinar por necesidad o convicción cuál debe ser el rumbo actual de su vida. Trabajan en grupos de interés, se mueven en foros, dialogan y solicitan feedback sobre sus ideas. Construyen mayoritariamente en equipo y han interiorizado que nuevas fórmulas colaborativas pueden poner un plato de comida o varios en su mesa cada día. El hecho real es que aunque no sean lo que la educación tradicional ha conocido como “líderes” ahora mismo lo están siendo porque han cogido las riendas de su vida y están conduciendo un carro hacia un gran sol en medio de llamaradas inmensas de crisis a ambos lados. A esta gente, en Grecia, la consideraban semidioses.
  • La mayor parte de personas que me estoy encontrando y que me resultan interesantes por su discurso, momento y por la oportunidad que acaban descubriendo… son mujeres. Y es algo que me resulta admirable porque aún vivimos en una sociedad públicamente patriarcal. Este hecho las envuelve en un extraño halo atractivo de transformación social que procuro conectar en cada una de mis experiencias de superación.
  • Todos, por igual, hemos sufrido un desencanto o un cambio abrupto en nuestras vidas profesionales que –en contra de lo que nos habían enseñado– ha afectado a nuestras vidas personales. Algunos no dormimos por las noches pensando en la facturación o permanecemos proactivos en un macroentorno pasivo que da su espalda retrógrada a la innovación y el cambio. Otros han perdido esa seguridad y esa zona de confort que ha agudizado su ingenio y ha multiplicado por veinte su creatividad. La mayoría han encontrado aliados en su diario viaje hacia su sueño. El caso es que muchos ya no compartimos un modo de vida al uso y sacrificamos o sustituimos algunos determinantes tradicionales: horarios, etiqueta, certeza a final de mes, planificación a largo plazo, hipotecas, familia, hijos, propiedades, amistades,… Sin embargo nuestra sociedad sigue ofreciendo servicios basados en estos valores que ni siquiera son promovidos por nuestros gobernantes.
  • A este cambio de modelo de vida se une la forma en la que entendemos todos nuestras nuevas relaciones. Al cambiar nuestro eje de coordenadas, ha cambiado nuestra forma de entender la realidad. Eso nos da un valor inmenso para proponer mejoras de presente y trabajar por el futuro pero nos desplaza a una zona marginal alejada del día a día del hombre de la calle. No somos superhéroes pero sufrimos el reconocimiento y la envidia de quienes dicen que lo somos. Esta dualidad es dura de vivir y más cuando nunca somos realmente alguien al margen sino que seguimos cenando, comiendo y viviendo con la gente que siempre hemos amado y con la que siempre hemos vivido. Sobre todo cuando vemos que ellos continúan su vida paso a paso de acuerdo a un modelo que está escrito por los que sí les financian, gobiernan o coordinan.
  • Aunque existe una gran nube de humo que envuelve el emprendimiento, todos nosotros solo queremos vivir como una persona cualquiera con la única diferencia de que para cumplir nuestros sueños hemos decidido andar por nuestra cuenta. Me refiero a andar de verdad, en cualquier superficie y condición, con viento a favor o mayoritariamente en contra. Somos extraordinariamente normales. No hay mística en lo que hacemos, solo una convicción práctica y real. Pero es cierto que sacrificamos mucho tiempo en esta convicción.
  • Un 100% de las personas que he conocido está en contacto directo o indirecto con un centro de innovación, incubadora o espacio de co-working
  • Solo un 50% exploramos nuevos mercados dentro del Océano Azul de nuevas posibilidades. La otra mitad cabalga a lomos de diferentes delfines más lentos o más rápidos en un Océano Rojo de lo que todos conocemos. Ambos tenemos éxito y fracaso a partes iguales. Sin embargo parece que aquellos que nos movemos en el Océano Azul encontramos constantemente paredes en forma de desconfianza, rechazo o distancia incluso por parte de aquellos que dicen innovar. Porque todos -ellos y nosotros, si existiera esa diferencia- estamos innovando con herramientas (cerebros) que han sido esculpidos en otra Era y otro tiempo. Esta gran transición tiene carencia, como todas, y son a menudo prohibitivas. Innovar no parece ser hacer algo completamente nuevo sino algo adecuado a un momento y espacio concretos y sobre todo a actuar siendo realista y efectivo. Mi valor se redondea y multiplica cada vez que pienso esto de nuevo.
  • Un 80% ha buscado financiación para su proyecto, solo un 20% se autofinancia con su trabajo. De ese 80% solo tal vez un 15% (muy pocas personas de las que conozco) ha encontrado pasta (“show me the money”) y de ese 20% que se autofinancia solo un 1% lo realiza verdaderamente aprovechando el valor de otros. Ninguno de todos ellos está educado en la economía de la colaboración y todos vivimos un pensamiento regresivo hacia la economía de la escasez que -la famosa “puta vida”- que nos impide mirar hacia adelante. El hoyo a menudo es cada vez más grande pero en mi caso construyo puentes infinitos :)))
  • Un 80% estamos en el sector servicios y vendemos, intercambiamos u ofrecemos conocimiento a nuestro entorno. Solo un 20% ofrece productos. Por lo que parece existe una sobresaturación de contenidos y un déficit de oferta física y tangible que no parece afectar al mercado. Otro mundo es posible más allá “de los hierros” como diría Belén.

Ante este fenómeno, personalmente estoy viviendo una etapa de cambio en un ecosistema que considero la segunda gran transición de mi país en los últimos 100 años. Esta transición no es política y habla de modelos de vida y actitudes. No es profesional porque habla de nosotros, no de lo que hacemos, sino de lo que queremos o estamos queriendo ser. Esa es mi opinión 🙂

Esta noche necesitaba ver a mis amigos de toda la vida. Estaba cansado tras un dia de trabajo pero he sacado fuerzas. Nuestras vidas me han hecho pensar dónde estoy y hacia donde voy. Hemos reflexionado por este orden sobre sexo, trabajo, apetencias, realidades actuales, posibles sitios para vivir, nosotros dentro de 10 años, derechos sociales e identidad personal y del propio grupo. Por otro lado en el #vorpahotel convivo con gente de diferentes culturas, procedencias y con ideas muy dispares pero con una misma visión: cambiar nuestra realidad inmediata. Para mí es un honor volver a ver a mis amigos de siempre tanto como conocer y disfrutar de nuevas almas gemelas insaciables. Aprendo mucho de ellos. Un buen amigo tras esta noche al abrigo del cristal de una copa me decía por correo al llegar a casa:

“Yo veo q estamos bien pero q tenemos necesidad d nosotros mismos”

Tal vez solo sea eso.

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