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yupi

“Se acerca ya, con nosotros viene a jugar, vamos todos con él, es la hora de imaginar. Sus amigos dejó en un mundo perdido y lejano. A la tierra vendrá y con todos vosotros se quedaráa….. Las galaxias cruzó por un cielo plagado de estrellas. Yupi se va, a vivir su aventura espacial, vamos todos con él, es la hora de imaginar. ¿Qué ocurrió? ¿Donde irá? Llegará a un planeta de extraño coloooor. Los mundos de Yupiiiiiii”

Canción inicial de los Mundos de Yupi que ilustra en el 80% de casos la tradicional relación entre un asesor de innovación y la sociedad.

Hoy quiero hablar de esa innovación espacial y bienhechora en la que supuestamente todos ganan y que está repleta de grandes iconos como Yupi y su amigo Astrágalo. Quiero prevenir sobre el alto nivel crítico de este artículo y sobre el elevado grado de exposición que asumo escribiendo esto. Estamos acostumbrados a artículos de innovación idílicos en los que todos hablamos de lo que hay que hacer a modo de desahogo o mensaje en una botella. La mayoría tienen imágenes de archivo acompañando los textos. El problema, lo creo sinceramente, es que nuestra botella no está llegando a donde tiene que llegar. Quizás este artículo no sea tan romántico (aunque yo lo soy) porque voy a hablar de esa innovación etérea, cautiva o espacial que es -no me cabe duda- el 80% de la innovación que se está practicando en España.

Voy a hablar sobre aquello que desde mi punto de vista está pasando y lo voy a hacer como si no tuviera que ganar dinero todos los días. Es mi gran reto de hoy ya que verdaderamente sí que tengo que comer y sí tengo que pagar facturas. Durante los últimos seis meses he hablado en diferentes foros sobre esto y una gran cantidad de personas coinciden conmigo en algo: No estamos logrando cambios reales en nuestras organizaciones. Creo que se debe a que estamos desgastando por el mal uso de muchos “profesionales” la mayor parte de valores que nos podrían hacer crecer y mejorar.

Mi mensaje para todos los que contribuyen a inflar la burbuja de la innovación etérea, abstracta, elevada y exclusiva es el siguiente:

NO NECESITAMOS REFERENTES, NECESITAMOS REFERENCIAS

Estamos perdidos y cundo alguien está perdido no necesita a alguien que sepa donde está sino a alguien que sepa cómo ir hacia otro lado, mejor, más sostenible, más eficaz, lo que sea, pero alguien que guíe, no alguien que predique. El choque ha sido tan grande que no necesitamos ser aturdidos continuamente con mensajes, simplemente necesitamos cambiar o ser orientados. No solo necesitamos inspiradores del cambio, necesitamos facilitadores y hacedores de este cambio. Personas que hablen desde el conocimiento, y no de conocimiento, que identifiquen la realidad, y que tras hablar de procesos, de sistemas, de liderazgo y de talento, den el tercer paso, y ayuden a transformar desde la base. Personas que acompañen, no personas que lancen.

Pero casi nadie está llegando a esta conclusión. De hecho los únicos que ejecutan acciones en la arena no disponen de las herramientas necesarias y se siguen encontrando completamente solos. Admiro a esas personas. Los llamamos intraemprendedores y les dejamos morir junto a los leones aunque les decimos que también forman parte del espectáculo para que mueran más tranquilos. Nuevas noticias desde la Tierra: Lo lamento pero no necesitamos más gurús. El mercado está saturado de ellos porque el acceso al conocimiento está distribuido. Todos lo sabemos todo y todos podemos tener tiempo para ello pero no es operativo porque el agua del que luego hablaremos sigue entrando en la chalupa.

NO NECESITAMOS LA FÓRMULA DE LA ETERNA JUVENTUD.

Necesitamos ser felices. Y no ayudáis a ello. De hecho os estáis dejando tremendo valor por el camino. Lo viejo también vale, de hecho las personas son organismos que mejoran a menudo con los años. Tampoco necesitamos que os consumáis pensando en algo innovador, porque la innovación también puede ser algo que haya estado a nuestro lado todos estos años. Habéis generado un mensaje redentor y altamente elitista que se está alejando a un ritmo trepidante de la realidad cuando la realidad necesita más un mensaje de acción inclusivo y realista. Decís que las organizaciones son seres vivos pero qué clase de ser vivo sobrevive cuando una vez parido se le deja en medio de la jungla. La innovación que la mayor parte de personas está trabajando ahora, no transforma porque no trasciende su mensaje. No llega porque se queda en la piel del problema y las quemaduras siguen siendo internas.

ESTÁIS DESTRUYENDO EL CAMBIO.

Todos aquellos que acudís reiteradamente como referentes a foros de innovación y a empresas y habláis de cómo cambiar sin haber vivido la lucha por el cambio ni haber predicado con el ejemplo, estáis destruyendo el cambio. Estáis haciendo daño a una sociedad que necesita urgentemente cuidados intensivos. Acudís como médicos sin que aparentamente hayáis estado enfermos ni hayáis visto sufrir a nadie en vuestro entorno. No habéis padecido en la mayor parte de casos la vida gris ni el dolor jerárquico de sueños. Os dirigís a la gente que os escucha, la gente que siempre ha planificado nuestras vidas, aquellos que pagan por una imagen de cambio sin interiorizar el cambio. Les aportáis un mensaje que utilizar para ser pervertido cada día. Se apropian de un lenguaje hueco que les permite perpetuar sistemas que ahondan en la gestión de mínimos y en la carencia sostenible. Las personas a las que llegáis son lectores de folletos, y solo usan vuestro mensaje para dar contenido a otro folleto.

LA MAYOR PARTE DE PROYECTOS DE INNOVACIÓN NO EXISTEN.

Hacemos demasiadas marcianadas. Sí, lo se, se pagan o no se pagan, están escritos en algún pdf o un papel pero no existen. No existen porque no son reales, porque son como esos fake que hacen los diseñadores de interior y que parecen fotos reales de la estancia o el momento. Lo hacen para presentar un proyecto: “Así va a quedar tu casa” dicen. “Asi va a quedar tu empresa” decís. Los miras y no encuentras ningún fallo, todo está bien. La silla no se mueve, el espejo refleja una imagen, el suelo brilla en consonancia con el sol natural que entra por la ventana e incluso se puede ver el cerco de un vaso de agua en la encimera. Pero nada existe. Es solo una propuesta de cambio, no un cambio. Ellos lo hacen con diseños de interiores, vosotros con el diseño de futuro de las organizaciones. Ellos luego luego lo ejecutan con ayuda de más profesionales, vosotros generalmente no sabéis hablar con otros profesionales porque… sois INNOVADORES, solo habláis con INNOVADORES y de INNOVACIÓN.

EL NEGOCIO ESTÁ DENTRO DE LOS EDIFICIOS, NO EN SUS FACHADAS.

Dejemos de hacer greenwashing en innovación. Los lavados de cara resultan poco creíbles. Vayamos al problema. Podemos renovar la imagen de una marca y cerrar las puertas de sus oficinas para que el hedor no salga pero creedme, acabará saliendo. Todas vuestras medicinas son pomadas para que la piel no se derrita por las quemaduras internas de un sistema muerto que ha quebrado. Dotáis de recursos a las grandes sillas de despachos para que al volver a casa limpien sus cuadras con una colección de palabras muertas que decir en la junta de accionistas. Porque os encantan las empresas con juntas de accionistas. Os vuelven locos porque “pagan bien”.

A mí también me gustaría cambiarlas y hacerlas mejorar porque las he sufrido pero el 80% de nuestra economía es PYME. Podemos volverles la espalda a todas esas empresas pequeñas y medianas que no pueden tener fundaciones innovadoras pero nos alejaremos aún más del problema. Vivís de estas grandes corporaciones mientras habláis a los demás de alejarse de su zona de confort. Y todo ello lo hacéis desde la humildad. Como le dijo el maestro Sócrates a Antístenes cuando apareció con una capa raída “Tu vanidad se trasluce por los vanos de tu manto”. Lo primero que hay que hacer para cambiar algo es creer y vivir ese cambio, no hablar de él desde la barrera.

EL CAMBIO NO OS NECESITA, NECESITA QUE VUESTRO MENSAJE SEA REAL.

Porque los problemas que tenemos en las organizaciones y en la sociedad son problemas reales, afectan a personas. A las personas las echan de su puesto de trabajo o las siguen maltratando continuamente si no quieren quedarse sin trabajo. Esto ocurre mientras diseñáis productos y servicios impactantes convirtiendo todo el discurso de cambio en una cara campaña de marketing continuo. Pero tampoco necesitamos una campañas caras ni grandes gastos para cambiar la realidad. La innovación puede hacerse en una oficina y el salón de tu casa. Yo lo hago. Lo llamo Desayuno con Diamantes. Ninguna institución me apoya ni hay grandes actos ni eventos que me avalen, solo personas que creen en cambiar colaborando desde abajo, buscar soluciones fuera del Olimpo o el Infierno. No me gasto un euro, todos comparten comida y bebida y se llevan valor real de cambio. Porque los sistemas se cambian desde dentro, no se cogen con un palo manteniendo la distancia mientras se habla de cambiar las cosas programando planificaciones a 5 o a 10 años.

SABEMOS QUE OS GUSTÁIS, AHORA INTENTAD GUSTARNOS A NOSOTROS.

Dejad de gustaros los unos a otros y de encantaros continuamente en encuentros pensados para ello. Creáis encuentros a los que solo pueden ir aquellos que están en lo alto y quieren descansar de su realidad durante un rato, pero no tienen necesidad alguna de cambiarla. Predicáis el liderazgo distribuido y la empatía en entornos tradicionales donde se acumulan las sacas de dinero. Sabéis que no van a cambiar, asumís que no van a cambiar, pero tenéis un producto y un discurso que vender y aunque con dificultad, lo hacéis. Os gustáis y gustáis a los de arriba. Decís que aquello en lo que trabajáis cambiará la vida de la gente, crecerán los ingresos y mejorarán sin dilación los resultados.

NO HAGÁIS UN MERCADO DE INNOVACIÓN, LA INNOVACIÓN SE APLICA A LOS MERCADOS.

La innovación es un valor transversal, no vertical. Y estáis haciendo todo un sector de ella hasta el punto de que su negocio es endogámico. La mayor parte de empresas no hacen innovación, juegan a conocer este mercado y la saborean pero siempre acaban escupiéndola. Porque no trabajáis la cultura, solo pequeños parches que vistos desde la arena resultan insultantes. Desistid de proyectar vuestra marca e imagen irrigando enormes conceptos que solo aspiran a engordar ese mercado masturbatorio de innovación al que solo pueden aspirar privilegiados. Los que todavía ni imaginan las preguntas correctas necesitan mucho menos la innovación que aquellos que solo encuentran respuestas negativas. Nadie os necesita, ni tampoco necesita que os creáis o hagáis imprescindibles, lo que la sociedad necesita es mensajes de cambio que sean reales y también las herramientas necesarias para hacerlo. Necesitan apropiarse del mensaje para que en cada puesto de trabajo comiencen a nacer personas.

SABÉIS HABLAR PERFECTAMENTE, PERO ¿SABÉIS ESCUCHAR?

Donde antes había un empleado, sujeto a una jerarquía rancia y cortoplacista, ahora debe nacer el talento respetado. A menudo habláis desde vuestro corazón, eso decís. ¿Pero acaso escucháis también desde vuestro corazón? Actuad, haced, proponer cambios reales. Y esto se hace trabajando en proyectos reales. Depurad el mensaje hasta que llegue a la gente que debe levantar un nuevo modo de vida sostenible mediante una nueva actitud llamada INNOVACIÓN. Si seguís montando seminarios o elevator pitch grandilocuentes, seguiréis hinchando el globo hasta que estalle. Estáis parcheando una sociedad llena de enormes agujeros. Volvéis a casa pensando que os admiran. ¿Pero quién os admira? Los equipos se ahogan en medio de una filosofía de la urgencia y os necesitan, pero os focalizais en aquellos que no conocen la realidad de sus negocios y que solo quieren un momento de recreo. Comparto con vosotros algo que decía hace 5 años Koldo Saratxaga y que personalmente he sufrido hasta la saturación:

Podemos enviar a un seminario de una semana a una persona que, aparte de otras cosas, la estadística y la realidad nos dicen que está agobiada con sus temas diarios. Una persona que se pasa todo el día con el balde sacando agua de la chalupa puede recibir algunas ideas interesantes para poner en práctica el lunes siguiente cuando se reincorpore después del cursillo, estoy de acuerdo. Pero llega con mucha ilusión y, al poco tiempo, se da cuenta de que a casi nadie le interesa lo que le han contado en el seminario, incluido su jefe. Están con lo urgente. Vuelve a lo suyo y se da cuenta de que la chalupa tiene más agua que se fue al cursillo, así que tiene que ponerse a sacar el agua con el balde, sin parar y a un ritmo un poco más fuerte. Cuando llega el viernes, está más cansado que antes, pero, sobre todo, está indignado y decepcionado. Si no cambia la organización, no es con teorías aisladas, con cursillos, como podemos salir de males estructurales endémicos

La innovación no es el recreo, la innovación es cada clase dentro del colegio.

DEJAD DE HABLAR DESDE LA NUBE, LA CRISIS ESTÁ PASANDO ABAJO.

Donde no se tiene noción de la realidad, en un mundo de ideas en el que todos se retroalimentan de una inercia innovadora mesiánica y selecta, es imposible que conseguir un cambio. En este momento la mayor parte de organizaciones y de equipos tienen varios barnices de innovación que les hacen a menudo lucir saludables de puertas para afuera pero ninguno les ayuda a mejorar. Es como si cogiéramos un coche que ya no funciona, sin ruedas ni combustible, con un motor oxidado y lo pintáramos todos los días con una nueva capa de pintura metalizada esperando a que arranque con una colección de conductores que no tienen permiso de conducir y que esperan continuamente turno. Pero no puede arrancar porque su problema no es solo un problema de imagen sino que es un problema entrañable (de entrañas), y necesita una intervención o varias y un trabajo mucho más riguroso y otro orden de magnitud de esfuerzo.

NO QUEREMOS RESPUESTAS, QUEREMOS LA VERDAD.

Que la innovación no nos venga dada, queremos participar todos en ella. No creéis más templos de innovación, uno tras otro, descended al suelo y sed sinceros. Decidnos que también sois imperfectos, que no tenéis un duro (un céntimo de euro) o que no podéis asegurar el éxito. Hacedlo y no nos pidáis solo opinión, haced que participemos. Porque la innovación consiste en hacer cosas y hacerlas de forma que todos nos sintamos bien haciéndolas, que estemos convencidos de ello. Y eso solo se logra si dejamos de idealizar, de mitificar y de practicar el culto al jedi de turno. ¡Podemos asimilar y queremos sentirnos partes de la verdad, oh innovador!.

NO OS CREEMOS PORQUE HABLÁIS EN UN MUNDO PARALELO.

Creo que si aplicamos a toda esta burbuja innovadora las dosis necesarias de realidad, podremos alumbrar una transformación. Para ello tenemos que ganar credibilidad y aplicar nuestro esfuerzo en no hinchar la burbuja aún más de lo que lo hemos hecho. Algunas palabras como “talento”, “liderazgo”, “organización abierta”, “redes” están empezando a estar ya muy manidas sin que ni siquiera hayamos empezado a sacarlas el partido. “Superchufitrocos” o “Mocafrutimelos” que dirían Yupi y Astrágalo…

Yo mismo me veo obligado a cambiar de registros para no utilizar ideas quemadas que creo que siguen teniendo vigencia pero que un ejército de referentes ha quemado por el camino dejando un secarral de víctimas y de proyectos infructuosos. Podemos seguir practicando este sindiós hasta agotar el diccionario (aunque muchos tiran con frecuencia de anglicismos) o podemos aunar esfuerzos y ponernos a trabajar todos en la misma dirección. Estoy planteando iniciativas encaminadas en esta dirección.

LO QUE VA MAL ES LA CULTURA, CAMBIÉMOSLA 

Yo trabajo con la cultura de los equipos y las organizaciones. Porque he trabajado en organizaciones y porque he pertenecido y liderado equipos y creo que la cultura es el verdadero problema que he visto cada día de mi vida laboral. No es una cuestión solo de procesos en la mayor parte de casos, se trata de actitudes y de hábitos, de prejuicios, de trabajar con personas para personas. Tampoco es un problema de cantidad o de calidad, ni de habilidades o capacidades. Se trata de educar y aprender, de incluir. No es que necesitemos personas más inteligentes, o más formadas, o invertir más o menos dinero aquí o allí. Necesitamos un cambio de cultura y de actitud. Y eso se siembra y se cultiva. Tarda. Al final germina, pero tarda.

Por favor, grandes masturbadores de la innovación de España, no queméis las naves antes de que hayamos divisado tierra. Os desafío a que practiquéis una innovación real.

Nota: La iniciativa vorpalina y Thinkers han diseñado THINKALINA, que te ayuda a pensar y bajar a la tierra y a la realidad algunos de estos problemas que frecuentemente encontramos en innovación. No es la única propuesta del mercado y puede que no sea la mejor pero es real.

Un abrazo y amor activo para todos.

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