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La empresa, tal y como la conocemos hoy, se encuentra en riesgo de exclusión social. Cuando todo tipo de políticas y acciones basadas en DIWO (do it with others) prosperan y son acogidas con ilusión entre la población, la mayor parte de empresas se encuentran ancladas en un estadio evolutivo muy anterior basado exclusivamente en la competitividad como medio y no como fin. Además de esto, la gran parte de ellas también asume la innovación como fin y no como medio. Ambos errores estratégicos están costando caros y cada día veo sus consecuencias en mi vida real, en la red y en los medios tradicionales.

Cuando Jacque Fresco se entrevistó con Albert Einstein en Princeton, le preguntó cómo era posible que en la naturaleza todos los fenómenos del mundo pasaran a la vez en completa armonía. Albert Einstein salió entonces al jardín y tomó una muestra de agua. La puso más tarde en el microscopio y dijo: “Observa este agua, todo está relacionándose con todo aquí; en el cuerpo humano también, en los océanos todo está relacionándose con todo igualmente” La visión de Einstein era sistémica, atendía no solo a cada elemento sino a la relación entre cada elemento. Así -de forma relacional y dependiente- se comporta nuestra sociedad actualmente pero sin embargo las empresas no acaban de entender su realidad dentro este tipo de modelos.

Conozco a muchas personas que hablan de innovación sostenible y de sostenibilidad. En tiempos de crisis, donde grandes proyectos caen por motivos aparentemente inexplicables, muy pocos hablan de una innovación sostenida. En el último ThinkCommons, un foro en red que reúne a locos agentes del cambio para debatir temáticas de interés común, Adolfo Chautón expuso algunos ejemplos de empresas del procomún que destinan sus esfuerzos en pro de un bien común y para el diseño de una realidad compartida.

En algún momento del debate hablé de la importancia y de la respetabilidad que me generan aquellas personas que diseñan transiciones y trabajan por una transformación real además de participar paralelamente en el esfuerzo de la formulación continua de ideas y mejoras. Él hablaba en un momento del debate sobre dos objetivos para favorecer el cambio: generar un clima de “suspensión de la creatividad” que de pie a actuar de forma natural y distribuida, y preocuparnos por tener clara la actitud en mayor medida que tener claro el contenido. No puedo estar más de acuerdo en esto.

En grandes organizaciones y equipos de trabajo, es acuciante el problema de mantener una actitud sostenida con respecto a la innovación. Es sin lugar a dudas la base para favorecer un cambio efectivo y que dure en el tiempo. Por ello me identifico totalmente con este artículo que Faisal Hoque ha escrito para Fast Company y que se ha publicado hoy. Muchos de los puntos que considera necesarios para generar esta actitud y estructura basada en una innovación sostenida, son base de mis trabajos e investigaciones en vivo a día de hoy.  Aunque el artículo tiene cierto viso de revista de negocios al uso, creo que es revolucionario por la claridad de la exposición. A pesar de que no utiliza términos como co-creación, aprendizaje en equipo, bottom-up, liderazgo distribuido y autonomía, todos ellos están implícitos en el discurso. Es clave también el concepto de problem solving focus del que habla.

Además de esto cada palabra utilizada puede ser adaptada a cada discurso. Donde dice “clientes” podéis utilizar “usuarios” y donde dice “inventores de garaje” podéis utilizar “estrellas” o “líderes” tradicionales. Todas estas realidades deben coexistir pero dentro de un ecosistema mucho más abierto.

He decidido traducirlo al castellano para aquellos que os sintáis más cómodos y para utilizarlo como herramienta de trabajo en alguna de mis dinámicas con equipos en España. Subrayo aquellos apartados con mensaje clave para mí:

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Cómo las organizaciones exitosas mantienen la innovación

Faisal Hoque, Fast Company, 23 Octubre 2012

 

La innovación es ampliamente considerada como el ingrediente más importante en la economía actual. Pero la innovación como destino no es suficiente.

La innovación sostenida es un estado de alta productividad en el cual una organización innova en todos los aspectos de su negocio, incluyendo la gestión, divisiones, operaciones, clientes y proveedores. Se requiere un enfoque sin fisuras, una visión de gestión estructurada que empieza por el liderazgo de la junta directiva y el CEO y conecta todo el camino a través de la inversión en tecnología y la implementación. Por encima de todo, la innovación sostenida es un viaje, no un destino. La empresa no deja de innovar después de alcanzar una meta, sino que está comprometida con un proceso continuo de reinvención, invención y descubrimiento.

Considere los tres ejemplos siguientes:

  • La maravilla de un solo golpe: El mercado de los smartphones está al rojo vivo, con Apple y Samsung enzarzdas en la lucha más feroz por el dominio a través de la innovación de productos. Pero no nos olvidemos del dispositivo de mano que una vez fuera omnipresente en la elección de la mayoría de empresarios y gente de negocios: la BlackBerry. Apenas hace cinco años, Research In Motion fue una de las compañías tecnológicas más famosas del mundo por su BlackBerry, o “CrackBerry” como fue conocida más tarde, que lideró el mercado smartphone. Pero el ascenso meteórico de los dispositivos iPhone y Android ha hecho de RIM y su gran innovación una reliquia en un mundo en constante reinvención.
  • El ascenso a partir del error: En 1919, Cornelius Vander Starr fue el primer occidental que vendió seguros a los chinos, y lo hizo con éxito hasta que el comunismo y AIG lo mandaron de vuelta a EE.UU en 1949. AIG hizo crecer rápidamente sus negocios a nivel mundial, y en 1962 Starr dio la gestión del holding americano de desaceleración de empresas a Maurice R. “Hank” Greenberg, quien revitalizó la compañía moviéndose del sector de seguros personales a la cobertura corporativa de alto margen, realizando las ventas a través de agentes independientes en lugar de agentes propios para reducir los salarios. La compañía salió a bolsa en 1969 y continuó prosperando hasta 2005, cuando AIG se convirtió en uno de los más importantes temas de investigación de la Comisión de Valores y Bolsa, del Departamento de Justicia de Estados Unidos y de la Oficina del Fiscal General del Estado de Nueva York. Greenberg fue expulsado en medio de un escándalo contable en febrero de 2005 y la compañía fue maltratada por una crisis de liquidez en sus calificaciones crediticias que se se vieron reducidas por debajo de los niveles “AA” en septiembre de 2008. Gracias a los rescates del gobierno en 2008 y 2009, AIG ha recuperado y recuperó su condición de importante multinacional americana y titán corporativo. AIG no está cobrando su rescate por sentado. La aseguradora dio a conocer un nuevo logotipo corporativo como parte de una revisión importante cambio de marca dirigida a su continuo crecimiento y éxito.
  • El éxito en curso: Pfizer, la mayor compañía mundial de productos farmacéuticos por ingresos, constantemente desarrolla medicamentos y vacunas exitosas con nombres muy conocidos como Zithromax, Lipitor y Viagra. Fundada en 1849 como fabricante de productos químicos finos, el descubrimiento que Pfizer realizó con la terramicina un año más tarde lanzó su exitosa y continua expansión como empresa farmacéutica basada en la investigación. El fabricante de medicamentos ha aumentado sus actividades de investigación mediante la construcción de sus marcas, tuberías y perfiles a través de una serie de grandes adquisiciones. La compañía continúa liderando el mercado con tratamientos para enfermedades múltiples. El mes pasado, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos aprobó el nuevo medicamento Bosulif de Pfizer, que trata de un tipo poco común de leucemia que afecta generalmente a los adultos mayores.

3 Principios para la innovación sostenida

La innovación sostenida es alimentada por personas que se reúnen para compartir ideas, comparar las observaciones y generar soluciones a problemas complejos. Las empresas con un fuerte enfoque hacia la innovación sostenida comparten tres principios comunes que actúan como el pegamento manteniendo a la gente unida en una colaboración productiva. Estos son los tres principios:

  1. Disciplinas convergentes: Las ideas no están aisladas, sino que son gestadas en grupos que permiten a toda la organización actuar como una sola entidad. De particular importancia es la convergencia de los negocios y la gestión de la tecnología para garantizar que ninguna unidad o una división está perdiendo la oportunidad de sacar provecho de las nuevas ideas y posibilidades.
  2. Colaboración transfronteriza: Ninguna empresa opera en un vacío. Cada gerente, empleado y contratista tiene potencialmente una pieza del rompecabezas para crear una oportunidad de crecimiento a través de nuevos negocios. Proveedores, socios, distribuidores y clientes son una fuente igualmente valiosa de información e ideas.
  3. Estructura empresarial innovadora: No todas las organizaciones pueden potenciar una cultura de desarrollo desestructurada como Lunatic Fringe que lideró la innovación en tecnología innovadora pionera con Texas Instruments. La mayor parte de las estructura que funcionan (en el artículo inglés se habla del término “que compilan” 😉 requieren la convergencia de disciplinas, gestión y unidades operativas.

Para llevar estos principios a la vida real, las empresas que operan con un enfoque de innovación sostenida se focalizan en tres prácticas distintas, íntimamente relacionadas que requieren la convergencia de negocio / tecnología / gestión para alcanzar un alto nivel de madurez en la organización.

La guía para mantener la innovación

Diseñar e implementar organizaciones que tiendan a la innovación sostenida requiere un guión que exige un proceso sistémico construido en torno a los pasos básicos siguientes:

  • Escuchar ampliamente las ideas a través de la visión, la innovación y las redes externas. Escuchar al cliente. Escuchar a las bases de la organización.
  • Comprender quiénes son sus clientes actuales y potenciales, qué quieren y necesitan, lo que se necesita y por qué esas necesidades no han sido satisfechas.
  • Organizar el equipo de innovación para incluir a aquellos con un interés en la innovación, organizar el programa de innovación y organizar los recursos y las inversiones necesarias para abordar el problema.
  • Crear un entorno y la capacidad de innovación dando al equipo la posibilidad de equivocarse. Crear muchas soluciones alternativas aprovechando el ciclo de vida de la innovación en cascada.
  • Experimentar y aprender del error. Llevar a cabo muchos experimentos en paralelo, utilizando prototipos iterativos y otros, impulsados ​​por las técnicas de retroalimentación.
  • Volver a escuchar al cliente para ayudarle a imaginar. Usar prototipos para obtener la retroalimentación. Escuchar los criterios de aceptación y compra de los clientes. Escuchar lo que pudo salir mal, pero no dejar que el abogado del diablo tome el control.
  • Diseñar los conceptos para hacer frente a los valores centrados en el cliente, tales como el costo, el uso intuitivo, la facilidad de cambio y el sentido de la mejora.
  • Implementar la decisión final de apostar o no apostar por ello. Consolidar o eliminar alternativas de la competencia al menos hasta un número que sea manejable. Enviar conceptos de vuelta para volver a probar reinvención o rediseño. Aplicar la segunda etapa del ciclo de vida de la innovación: la manifestación.

Sal del garaje

Claro, algunas personas trabajan mejor solas. Pero la mayoría de la gente es más prolífico como parte de un equipo o de una comunidad extendida de ideas y talentos que promueve algunos de los inventos más importantes del mundo. Los inventores de garaje no pueden competir con innumerables avances nacidos de la innovación sostenida, sistémica. El primer microprocesador de un solo chip fue públicamente presentado por Intel en 1971, el primer coche de bolsas de aire de seguridad aparece en el modelo de Chevrolet de 1973 y la medicina Prozac que cambió el tratamiento de depresión, en 1988. Todas ellas se consideran grandes innovaciones desarrolladas y perfeccionadas por los equipos, no por los individuos. Incluso Oppenheimer necesitaba el equipo del Proyecto Manhattan para crear la bomba atómica. La verdadera prueba de una innovación sostenida no es la invención en sí misma, sino el beneficio final y permanente producido por la innovación de negocio.

La disciplina y la innovación no son opuestos, sino complementarios. Establecer una cultura de la innovación consume gran parte la energía organizacional para superar las fuerzas de inercia y entropía. Pero una vez que una idea ha sido comercializado con éxito, los campeones respetados emergen para gestionar las nuevas fuentes de la energía, la creatividad, la disciplina y los recursos que mantienen y hacen crecer una permanente cultura de innovación. Las organizaciones exitosas gestionan la innovación desde el concepto hasta la comercialización para que las buenas ideas no solo se creen sino que continuamente encontren su camino en el portafolio de productos y servicios.”

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