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Toda droga es poca si no abriga ni calma y no hay volcán que no fuera inventado por los mayas.

“Hace unos años -no importa cuánto tiempo exactamente-, con muy poco o ningún dinero en el bolsillo y sin nada en tierra que me interesara, creí que podría ir a navegar por ahí y ver la parte acuática del mundo. Es mi modo de ahuyentar la melancolía y regular la circulación.”

Comienzo de la novela Moby Dick de Herman Melville

¿Habré de permutar mi alma en ángel o aún ser yo el servil Galimatazo que me acecha?. Dime tú, mi fiel Horacio, si acaso hay hombre solo en esta tierra capaz de igualar mi locura que es con todo el mayor de los cinco continentes; y mis palabras que son más diminutas que el corazón del corazón de un roble pero en su peso mínimo no pueden ser más graves. Acechar a la ballena blanca, destruirla, eliminar su pálido perfil del agua, ese es mi único objetivo. ¡Mi vida por la reina Blanca, abajo la sangre roja!.

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