por David Criado | Feb 16, 2015 | DESARROLLO PERSONAL

«Sólo quien ha tenido miedo puede ser valiente. Lo demás solo es inconsciencia«
Dr. Giorgio Nardone
Hoy pretendo analizar las bases del miedo y algunas de las estrategias más efectivas para manejarlo con destreza de una forma saludable.
Como agente de cambio me enfrento a diario al miedo de los otros bajo tres roles bien diferenciados: como mentor o coach ejecutivo en procesos de crecimiento individual, como facilitador en procesos de crecimiento para equipos, y como consultor estratégico en organizaciones.
Hoy compartiré una breve reflexión sobre el miedo en torno a estos puntos:
- Qué supone el miedo
- Enfoque práctico para gestionarlo
- Dos miedos fundacionales: el miedo a estar solo y el miedo al fracaso.
Esto será algo así como una anatomía básica del miedo. Creo que servirá al lector o lectora para comprender, formular la voluntad de superación y comenzar a explicitar sus miedos.
QUÉ SUPONE EL MIEDO
El miedo es el papel de regalo en el que las personas envuelven la mayor parte de todos sus tesoros. Es algo así como un monedero con una pinta horrible siempre listo para ser abierto y darte la mejor de las monedas: tu verdadero potencial. Porque solo cuando nos enfrentamos a nuestros miedos, entramos en contacto con la esencia de las cosas.
Sin embargo hay muchas personas que presumen de querer vivir con miedo o poder vivir dominadas por él. En mi vida no he encontrado a nadie que sea capaz de lograr nada provechoso desde su propio miedo o habiendo sido absorvido por él. No enfrentarte a tus miedos, lector o lectora, supone dejar que ellos disfruten por tí de la mayor parte de cosas interesantes que ocurren en tu vida. Y esto, no me cabe duda, es algo triste. Al miedo no trabajado o escondido, a ese miedo que nos negamos a conocer y del que huimos, lo llamamos miedo tóxico. El miedo es necesario para sobrevivir, el miedo tóxico sin embargo no lo es.
Algunas contraindicaciones de no afrontar tus miedos tóxicos son las siguientes:
- Bloqueos personales que se enquistan e impiden el desarrollo de nuevas o ya existentes capacidades
- Daños graves en la autoestima personal
- Tensión emocional con consecuencias leves o graves en tus relaciones
- Episodios de violencia o ira
- Aislamiento social (trabajo, amigos, familia)
- Anulación de la persona en favor de su propia inercia
- Reactividad implícita que frena tu potencial creativo y resiliente
EL ENFOQUE
Por lo general, el enfoque con el que afronto la gestión del miedo es el siguiente:
- DISTINGUIR MIEDO y FOBIA: En primer lugar distingo en mi trabajo claramente entre miedo (temores manejables continuados o no) y fobia (patologías clínicas). La diferencia entre miedo y fobia explicada de forma sencilla es la siguiente: tú posees diferentes miedos que puedes aprender a gestionar; las fobias en cambio te poseen y generan en tí reacciones que afectan a tu salud mental o física. Y ahora viene el contrato de humildad: Me considero muy competente ayudando a las personas a trabajar en la mayor parte de miedos que tienen que ver con su trabajo o actividad laboral. Para aquellos casos enquistados en los que la fobia es más pronunciada o existe un claro cuadro de ansiedad lo honesto profesionalmente es invitar a las personas a comenzar una terapia. Sobre el ejercicio terapéutico recomendable tengo preferencias respecto al tratamiento de fobias y ansiedad pero dichas preferencias no forman parte del objeto de este artículo. Decir por último que mi trabajo por tanto no es tratar traumas o abordar el miedo desde la patología sino abordar la gestión del miedo susceptible de afectar al desarrollo del potencial de la persona desde la práctica y la estrategia ejecutivas.
- ABORDAR EL CICLO DE SUPERACIÓN DEL MIEDO: En segundo lugar soy constructivista práctico en lo que respecta a la gestión del miedo. Y esto ya dice mucho de mi enfoque a la hora de enfrentar el miedo. Lo soy en la medida en que a estas alturas de mi ejercicio profesional, considero que ya he trabajado lo suficiente como para estar convencido de la increíble capacidad de las personas para transformar y determinar su realidad inmediata. Más en concreto, he comprobado con mis propios ojos como personas y equipos han crecido desde la más absoluta simpleza relacional a la formulación y ejecución de compromisos reales de mejora que han enriquecido enormemente su día a día. Además en el marco teórico, a la hora de acometer la superación del miedo, creo estar enormemente influenciado por una gran variedad de abordajes pero ha sido el estudio del pensamiento basado en soluciones el que más me ha hecho crecer como profesional. Aquí de nuevo recurro a dos investigadores que representan para mí la vanguardia del pensamiento transformador: el polaco Watzlawick ya fallecido y su alumno italiano Nardone, creador de la Psicoterapia Breve Estratégica (en el campo clínico) y de su derivada: la Resolución Estratégica de Problemas (en el campo del desarrollo personal y ejecutivo). Añado la importancia de ser conscientes de las diferentes fases para la superación del miedo y sobre todo de interiorizar el ciclo del duelo formulado por Elizabeth Kübler-Ross que trabajo incluso con equipos de cara a convivir con su dolor. Por último apuntar dos cosas. La evitación nunca es una estrategia tolerable ni sostenible a medio y largo plazo en personas ni en equipos de trabajo. Y además no soy yo sino la persona o el equipo el que debe detectar su miedo. Esto tiene que ver con el tercer punto de mi enfoque.
- CONSTRUIR Y MANTENER UNA RELACIÓN DE SOPORTE-DESAFÍO: En tercer lugar solo soy propietario de mis miedos. Esto quiere decir que no soy conocedor ni sufro los miedos de otros, sino los míos propios. Por tanto soy consciente de que cada uno de nosotros es la propia base necesaria a partir de la cual superar su propio miedo. En consecuencia yo actúo en los miedos de otros tan solo como visitante, como un mero facilitador de cambio que ayuda a otros a conocerse y desarrollar su potencial. No es mi práctica sino la suya la que ayuda a cada persona que acompaño a garantizar el control pleno de su miedo. Acudo a las sesiones a pasar a las personas la pelota. No me pagan por recibirla sino por saber devolverla a lo largo del partido. Sin su voluntad de descubrir que existe la pelota y sin su continua resistencia a tenerla entre las manos, no habría posibilidad de superar su miedo. En palabras de mi compañero Moliní -y muy en la línea de la escuela gestalt- «toda resistencia es asistencia». Y lo hago empleando para ello técnicas de acompañamiento básicas fundadas en el respeto y la aceptación progresiva de barreras, y una estrategia de comunicación asertiva y natural basada en la construcción de soporte (apoyo objetivo) y desafío (gestión del riesgo, sobre todo de la falta de control y desconocimiento)

Si existiera algo así como un mapa de miedos de todas las personas con las que he trabajado, tendría claros qué dos miedos fundacionales son los que suelen frenar a la mayor parte de ellas. A falta de dedicarle algo más de tiempo a ese mapa, esta sería una aproximación a estos dos miedos o heridas latentes con las que debemos convivir:
MIEDO A ESTAR SOLO
Está centrado en el exceso foco en la importancia de los otros.
Es de forma encubierta el paradigma del miedo a disfrutar de otros o que otros te disfruten.
El miedo a estar solo es en el fondo un miedo real a estar verdaderamente acompañado, a vivir la vida compartida en completa plenitud en términos de humildad y aceptación de lo que te rodea.
El ejemplo más claro de miedo a estar solo está representado en las personas que realizan la mayor parte de sus acciones movidas no por la satisfacción personal de aquello que hacen sino por la satisfacción que pueda generar en otros.
La soledad persigue a muchas personas. Por miedo a estar solos, construimos relaciones vacías y carentes de sentido. En mi experiencia, el miedo a la soledad suele afrontarse por la persona desde la huida hacia delante. Ocurre esto porque el miedo a la soledad es también miedo a la falta de reconocimiento o aprobación y en último término es miedo al rechazo social. Ante este posible rechazo, la persona engorda y barniza su miedo de relaciones frágiles y poco verdaderas. Es fácil en este clima en el que solo se relaciona con aquellos que aprueban sus actos, que la persona se pierda y paradojicamente olvide durante este viaje cultivar sentimientos de autoestima, confianza real y respeto.
Dos estrategias de ocultación muy comunes para esconder el miedo son tanto la completa exaltación del Ego en términos de independencia como su anulación absoluta en términos de dependencia. En términos transaccionales muy básicos esto se traduce en que la persona se comporta con la gente de su alrededor como si fuera un padre o una madre (a nivel de lenguaje, actitud y acciones) o como si fuera un hijo (en el sentido opuesto). Con este comportamiento, mina su derecho a vivir una vida plena y adulta de intercambios racionales y emocionales saludables con los que le rodean.
La base de todas las relaciones humanas está ligada al sentimiento de pertenencia. Por norma, todas las personas buscamos satisfacer nuestros intereses. El verdadero quid de la cuestión viene cuando me doy cuenta de que mis relaciones humanas -al igual que las suyas lector o lectora- se fraguan en un marco de interdependencia en el que también nos interesa lo que piensan, dicen o hacen el resto de personas.
En la lucha contra el miedo a la soledad es también importante distinguir entre la soledad real y la soledad imaginada, ya que como siempre recuerdo en mis clases o sesiones nuestro cerebro no está preparado para distinguir nuestra visión de la realidad de la realidad misma. Constatar que no estamos solos sino que nos sentimos solos es el primer paso para superar este miedo.
En procesos de coaching ejecutivo individual en los que directivos y jefes de equipo fijan su reto de trabajo, vivo a menudo una constatación evidente de ambas estrategias por acción u omisión. Mi abordaje en estos casos pasa al inicio por no centrarme tanto en la patología (materia clínica) como en la generación de contexto para la aceptación y superación de ese miedo. En un noventa por ciento de los casos no existe fobia clínica sino miedo natural, por lo que las propias conquistas de la persona a lo largo del proceso le van demostrando poco a poco que es capaz de superar por sí mismo este miedo. Mi estrategia a seguir cubre tres recursos altamente exitosos: apartar durante la sesión a la persona de su miedo para que lo enfrente desde la aceptación, personalizar su miedo para que lo vea de forma clara, y dotarle de instrumentos y herramientas de conciencia que le ayuden a reforzar sus vínculos sociales (en su equipo y en la organización).
Muy a menudo y a raíz de una conquista de la propia persona en el proceso, ocurre que tras varias horas de trabajo suele vivir una experiencia de superación de su miedo a la soledad en su propia vida, con su pareja, familia o amigos y fuera del ámbito profesional. Esto ocurre en general con cualquier miedo porque si bien el miedo es altamente contagioso, la superación de un miedo a partir de un caso concreto invita de forma casi automática a la superación de ese mismo miedo en cualquier otro aspecto de la vida.
El miedo a la soledad es sin duda del miedo más extendido e inmediato de cualquier ser humano. Me incluyo en mi especie. Diría por último que como casi todos los miedos debe permanecer en todos nosotros como un miedo necesario si bien no debemos dejar que condicione nuestras decisiones.
MIEDO AL FRACASO
Está centrado en el exceso foco en la importancia de uno mismo.
Es de forma encubierta el paradigma del miedo a disfrutar de uno mismo.
El miedo al fracaso creo que es una forma de miedo al error y una forma de miedo al conflicto, pero sobre todo creo que es un miedo al verdadero éxito. También es una forma de miedo a la libertad porque para ser libre es necesario equivocarse.
El ejemplo más claro de miedo al fracaso está representado en esa enorme mayoría de personas que trabajan durante la semana esperando que llegue el viernes, durante el año esperando que lleguen las vacaciones y durante toda su vida esperando que llegue la felicidad. Cuando nuestro miedo al fracaso nos conquista, atenaza y paraliza nuestras posibilidades de desarrollo y es un claro limitante de aquello que verdaderamente somos.
Las estrategias de ocultación más comunes del miedo al fracaso son la afirmación de la incapacidad propia ante la «enorme» cantidad de condicionantes externos y el foco en las consecuencias negativas de nuestras acciones.
Encuentro el miedo al fracaso tanto en personas como en equipos. En personas se traduce de forma muy explícita en casi la totalidad de todos los arranques e inicios de procesos. Porque la persona que se enfrenta sola en un proceso individual a su propio crecimiento y posibilidad de grandeza, queda paradójicamente eclipsada por su enorme potencial. La activista y escritora Marianne Williamson explica claramente el miedo al fracaso en este pasaje cuya autoría es falsamente atribuida a Nelson Mandela:
«Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados. Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos sin límite. Es nuestra luz, y no nuestra oscuridad, lo que más nos asusta. Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, precioso, alguien con talento y fabuloso? En realidad, ¿quién eres tú para no serlo? Eres hijo de Dios. El hecho de que juegues a ser pequeño no sirve al mundo. No hay nada iluminador en encogerte para que otras personas alrededor de ti no se sientan inseguras. Todos estamos destinados a brillar como lo hacen los niños. Nacimos para hacer manifiesta la gloria de Dios que está dentro de nosotros. No solamente está en algunos de nosotros; está dentro de todos y cada uno y al hacer que brille nuestra luz, inconscientemente damos permiso a otras personas para hacer lo mismo. Y al liberarnos de nuestro propio miedo, nuestra presencia automáticamente libera a los demás.»
Marianne Williamson, A Return to Love: Reflections on the Principles of «A Course in Miracles», 1992 ch. 7, Section 3, p. 190.
En equipos el miedo al fracaso está quizás más presente en etapas de convergencia y toma de decisiones, donde la urgencia derivada de la adquisición de compromisos, suele generar vértigo. En ambos casos suelo hacer que la persona o el equipo se enfrenten a este miedo apoyando la generación de hábitos tranquilizadores, conquistas breves y continuas en el tiempo. Es importante que la persona o el equipo aprendan a relativizar su miedo estableciendo razonamientos de Mejor-Peor escenario posibles o razonamientos de tipo generativo cambiando los «siempre/nunca» o «todo/nada» por «algo» o «algunas veces». Estos ejercicios de concreción ayudan a interiorizar que no existen peligros graves ni mayores precipicios que los que creamos.
También son muy útiles las conversaciones construidas sobre lo específico y lo progresivo, estableciendo rangos de posibles escenarios. Se pueden trabajar las situaciones concretas de miedo al fracaso pero no el miedo al fracaso en sí mismo. Para ello, realizar ejercicios de proyección o visualización en calma y dividir nuestro miedo en situaciones concretas a combatir mediante una lista de nuestros miedos más o menos acuciantes al fracaso, nos ayuda a conquistarlo.
Creo importante también reseñar aquí que en el miedo al fracaso el primer adversario a combatir no suelen ser los demás sino el propio juicio que cada uno hacemos de nosotros mismos. Es decir, las expectativas asumibles (realistas) o inasumibles que yo suelo ponerme. Recomiendo huir de aquella desastrosa reflexión de Walt Disney «Si puedes soñarlo, puedes hacerlo». Hoy mismo respondía a ella mediante esta otra reflexión propia: «Si puedes soñarlo no puedes hacerlo a no ser que tengas foco, capacidades, recursos, constancia y voluntad real de hacerlo». Creo que esta reflexión ayuda sin duda mucho más a tu desarrollo personal y profesional que la del maldito Walt.
En este sentido recuerdo mucho una reflexión que realicé hace unos años sobre las sociedades humanas y que decía algo así como que el 90% de las veces el peor y más implacable juez que cada uno de nosotros tiene es uno mismo, para el 10% de casos restantes inventamos los tribunales de justicia. El miedo al fracaso suele ser -por mi experiencia- un miedo fundado en la propia imagen de éxito que tienen las propias personas en primer término. Y en segundo término, ya sí más patente, un miedo muy relacionado con el miedo a la soledad (reconocimiento, aceptación, pertenencia). Pero es desde la reflexión en lo primero y no desde la reflexión en lo segundo desde donde las personas que he acompañado han logrado casi siempre crecer.
Nada más recomendable, por último, para convivir y tener a raya el miedo al fracaso que realizar enumeraciones de éxitos pasados o intentar establecer anclajes con situaciones similares del pasado en las que la persona logró obtener resultados satisfactorios. Incidir en la memoria del número de veces en que alguien se ha levantado es mucho más práctico que incidir en el número de veces que cayó. Aunque solo sea porque estas últimas siempre son menores.
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ALGUNAS REFERENCIAS
Libro completo Más allá del miedo (Giorgio Nardone, 2000). Una aproximación al enfoque científico que más respeto.
El cuerpo del miedo, por Ana Muñoz. Una aproximación al enfoque no científico existente.
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por David Criado | Ene 27, 2015 | DESARROLLO PERSONAL

«El sapo no bebe todo el agua de la laguna en la que vive»
«Ciertas cosas pueden capturar tu mirada, pero sigue solo a las que puedan capturar tu corazón»
proverbios sioux
Cuando era aún más pequeño, además de ser un niño también lo parecía. En ese tiempo yo jugaba a indios y vaqueros en mi cuarto. Y nunca ganaban los vaqueros.
La cultura indígena norteamericana representa un referente de civilización y convivencia. Ampliamente denostada por décadas de westerns, resurge en nuestros días un interés creciente por una cultura conectada con la esencia de las cosas. De entre todas las naciones indígenas precolombinas de Norteamérica probablemente la nación lakota, perteneciente a la gran familia sioux, destaca como el más alto exponente de madurez relacional.
Siglos después de esta gran cultura de guerreros nómadas y sabios, el mismo ser humano que entonces escalaba montañas orientando a su tribu durante cientos de quilómetros, se pierde hoy buscando su lugar aquí en la Tierra en algún plan estratégico grandilocuente o atrapado en un espacio en blanco de una hoja excel.
Se, lector o lectora, que cuando intentas mejorar la realidad diaria de tu equipo te planteas grandes retos y planes muy estrafalarios. Sirva esta breve guía lakota de inteligencia relacional para despertar al noble indio que hay en tí.
Estas son las cosas que realmente importan de acuerdo a los lakota:
MITAKUYE OYAS´IN (Soy todas mis relaciones)
Los lakota, como cualquier nación indígena, poseían su propia noción del Camino Rojo o la búsqueda personal de sentido. El Camino Lakota se resume en la máxima «Mitakuye Oyas’in» que significa «todas mis relaciones» o «todo está conectado». Para los lakotas todo sentido de la vida está fundado en una comunicación eficaz con aquellos que nos rodean. Entienden la vida como un todo comunión e intercambio continuo entre lo que uno es y lo que los demás son. De forma que según su ley lakota de la generosidad la energía que una persona invierte en comunicarse con otra, le será devuelta multiplicado por cuatro. Esta parece ser la base de la oración lakota «El honor de uno es el honor de todos; el dolor de uno es el dolor de todos», creencia todavía vigente en la mayor parte de códigos éticos de la pedagogía de las escuelas nativas norteamericanas.
UNSIMALA (Tengo una necesidad y necesito tu ayuda)
Tal y como narró de forma desgarradora David Little Elk (See with lakota eyes, 1997), «unsimala» no tiene equivalente en la cultura del hombre blanco. Al contrario que en la cultura occidental donde la expresión de necesidad está vista como una debilidad, para los lakotas expresar «Unsimala» implica auténtico valor y respeto por uno mismo y los demás. Cuando alguien dice «unsimala» está dando parte de su energía a otra persona y no significa que esto le haga más débil sino que al expresar su necesidad, ofrece parte de su fortaleza (honor y dignidad) a otra persona para que ésta la tome multiplicada por cuatro si honestamente se ofrece a atenderla. Atender una necesidad que otro expresa (compasión) es visto como el mayor de los valores lakotas.
LOS 7 PUNTOS CARDINALES (Puedo explorar el norte, el sur, el oeste, el este, la tierra, el cielo o a mí mismo)
Cualquier lakota que fuera preguntado por los primeros colonizadores europeos acerca de su cosmología y de las nociones básicas de geografía, se hubiera reído a carcajadas de la noción unidimensional de la geografía europea. Para los europeos existen tan solo cuatro puntos cardinales: Norte, Sur, Este y Oeste, que además se pueden fijar en un plano bidimensional (un mapa, una brújula,…). Sin embargo la visión lakota es tridimensional y no admite planos para los siete puntos cardinales que cualquier lakota, desde los dos años de edad, conoce: el Oeste, el Norte, el Este, el Sur, la Tierra, el Cielo y Uno mismo. Esta forma de comprender la realidad -totalmente interiorizada en sus sociedades- asombra debido al increíble respeto por la dignidad humana que supone entender que alguien puede recorrer un camino con dirección hacia sí mismo. También resulta tremendamente más avanzado que nuestra forma de entender la geografía, comprender que uno -para evitar perderse- no solo ha de ser consciente de que puede ir a la derecha, izquierda, delante o atrás sino que además debe ser consciente y honrar la tierra que pisa y el cielo que le cubre.
Cuando una persona pierde su séptima dirección, se desconecta de la máxima Mitayuke Oyas´in y comienza a ver todo de forma binaria (bueno/malo) estableciendo una delgada línea entre ambas. De hecho la persona siempre tiende a comportarse de acuerdo a uno de los dos opuestos binarios. Esto le genera tensión o estrés y dedica gran parte de su vida a intentar demostrar que el otro está equivocado. Si no logra convencer al otro, trata sin demora de oprimirle. Esto revela que esta persona necesita controlar a otros que son diferentes a él mismo tanto como controlar su miedo a la diferencia. Este comportamiento establece una relación de opresor y víctima en la que ambos continuamente se intercambian y necesitan generando un ciclo de abuso que está encaminado al escaso desarrollo del espíritu y la muerte gracias a la adicción. Cuando esto ocurre de forma continuada, la persona ha perdido su contacto con la séptima dirección y por muy bien que se sitúe en el resto de las otras seis, está perdido, ya es Iktomi o el espíritu de la araña, que representa todo lo que un lakota no debe ser.
Cuando una persona encuentra su séptima dirección y se reconciliar con el cielo y con la tierra, los lakotas dicen que esta persona «camina en la belleza».
LAS 4 FLECHAS (Soy mi mente, mi cuerpo, mi espíritu y mis emociones)
Existe un mito lakota difundido por alguien ajeno a los lakota que ha cobrado dimensión de creencia pero cuya veracidad es incierta. Ocurre esto porque la tradición lakota -como cualquier tradición indígena norteamericana- depende en gran medida de la tradición oral no escrita de los contadores de historias. Comparto en todo caso el mito por su enorme belleza y simbología.
Hace mucho tiempo la humanidad entera era una sola y única familia unida por una conciencia común. Pero los jefes espirituales tuvieron una visión: la humanidad debía dividirse. Fueron lanzadas cuatro flechas mágicas en cuatro sentidos. La humanidad entera se dividió en cuatro grandes familiar que recibieron el encargo de ir a buscar sus respectivas flechas y regresar al centro común. Aquellos que fueran al norte debían explorar la inteligencia racional. Aquellos que fueran al Sur debían explorar la conciencia corporal. Los que fueran al Este deberían explorar la conexión con el Espíritu. Los que fueran al Oeste su corazón y los vínculos emocionales entre las personas. La profecía decía que la humanidad auténtica surgiría cuando las cuatro familias volvieran a unirse en un mismo punto. Del mismo modo, la humanidad auténtica en cada persona surge cuando estas cuatro flechas se unen.
LAS VIRTUDES LAKOTA
De acuerdo a diferentes versiones de descendientes directos lakotas, las virtudes o guías de comportamiento recto son cuatro, siete o doce. Reúno aquí una mezcla de las listas elaboradas durante los últimos cuarenta años por George Plenty Wolf (un oglaga yuwipi de la reserva de Pine Ridge en Dakota del Sur), Birgil Kills Straight (un tipo pintoresco, descendiente oglala y líder comunitario), Joseph Marshall III (JMIII oglaga/sicangu lakota y autor de varios libros reseñados al final del artículo) y David Little Elk (descendiente nativo lakota y profesor de lingüística y cultura lakota):
- Wowahwala | SE HUMILDE | «Se humilde, modesto, sin pretensiones» «Camina en silencio, lentamente, humilde»
- Wowacintanka | PERSISTE | «Persiste, lucha a pesar de las dificultades» «Se paciente y tolerante»
- Wowaounihan o Wowawoohola | RESPETA | «Se considerado, honra y muestra estima por alguien o algo, trátale con deferencia o cortesía» «Se respetuoso con todas las cosas»
- Wayuonihan | TEN HONOR | «Ten integridad, ten un carácter honesto y recto»
- Cantognake | AMA | «Sitúate y mantente en tu propio corazón»
- Icicupi | SACRIFÍCATE | «Da ofrenda de tí mismo»
- Wowicake | SE HONESTO Y FIEL A LA VERDAD | «Es siempre más sencillo hablar de la verdad, lo que es real, la manera en la que el mundo es»
- Wowaunsila | SE COMPASIVO | «Camina mostrando compasión por tus semejantes» «Cuida, simpatiza, entiende al otro» «Se piadoso»
- Woohitike | SE VALIENTE | «Ten o muestra coraje, haz que nada se interponga en la manera recta de hacer las cosas» «Actúa guiado por tus principios»
- Cantewasake | SE FUERTE | «La fuerza del corazón y la mente»
- Wacante Oganake o Canteyuke o Wawokiye | SE GENEROSO | «Da, comparte, ten un corazón», «Ayuda, da, sé generoso»
- Woksape | SE SABIO | «Entiende lo que es correcto y verdadero, usa el conocimiento sabiamente»
- Wowokiye | SE ÚTIL | «Se útil sin necesidad de ser necesitado»
- Wokciumpte | ACTITUD | «Mantén una buena actitud»
- Wawoktugan | PERDONA | «Practica el perdón»
- Wopila | AGRADECE | «Se agradecido»
WOWAOUNIHAN (el código ético del respeto)
Como hemos visto, una de las virtudes lakotas -común a todos los listados establecidos hasta la fecha era «Wowaounihan», el deber de ser respetuosos. Pero ¿cuando un lakota conseguía ser respetado? He aquí el código ético que les guiaba:
- DEMOCRACIA: Trata a cada persona, desde el más pequeño niño hasta el anciano más viejo, con respeto todo el tiempo.
- MERITOCRACIA: Especial respeto merecen los maestros, padres y líderes comunitarios. Nunca hables en una reunión de ancianos a no ser que seas invitado a hacerlo (excepto para preguntar qué se espera de tí) Siempre estás en deuda con ellos.
- COMPRENSIÓN: Ninguna persona debe sentirse dañada por tí. Evita herir otros corazones tal y como evitas el veneno mortal
- PROPIEDAD: No toques nada de lo que pertenece a otra persona sin su permiso o un entendimiento entre ambos. Respeta la sabiduría de la gente en el Consejo: una vez que compartes una idea, ya no te pertenece, es de todos.
- PRIVACIDAD: Respeta la privacidad de las personas. Nunca interrumpas un momento de silencio de alguien o un espacio personal.
- CORTESÍA: Nunca camines entre personas que están hablando entre sí. Nunca interrumpas a personas que están hablando.Escucha con cortesía lo que dicen los demás, incluso si crees que lo que dicen no tiene valor. Escucha con tu corazón.
- HUMILDAD: Habla siempre en un tono bajo, especialmente cuando estés en presencia de mayores o extraños a los que es debido un mayor respeto. No insistas en que tu idea prevalezca, apoya las de otros si ello implica que esas ideas parten de la verdad y son el bien.
- INTELIGENCIA SOCIAL: Nunca hables mal de otros, tanto si están presentes como si no.
- NATURALEZA: Trata a la Tierra como a tu madre. Muestra respeto por las piedras, las plantas y animales. Alza tu voz con sabiduría para defenderlos.
- TOLERANCIA: Muestra profundo respeto por las creencias y la religión de los demás
Estas fueron las propuestas de los sioux lakotas para cultivar y mantener las relaciones. Espero que hayas disfrutado de ellas y puedan serte de utilidad en el día a día contigo y con los tuyos.
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Lecturas interesantes:
Gramática y fonología lakotas de construcción y pronunicación de palabras
Libros: The Lakota Way y Keep Going: the art of perseverance| ambos de Joseph M. Marshall III, autor nacido en la reserva india de Rosebud en Dakota del Sur.
Aproximaciones breves a la vida según los pirahã y los dágara
Sobre las nociones comunes a las tribus norteamericanas ya escribí aquí.
Nosotros los indios, extractos en castellano de la sabiduría lakota en el libro de Kent Nerburn.
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por David Criado | Ene 9, 2015 | DESARROLLO PERSONAL

En una ocasión, Sigmund Freud, el padre de una de las mayores teorías psiquiátricas sobre hábitos sexuales, fue preguntado acerca de la forma fálica de los puros y la creciente demanda de estos productos en su época. Él, que nunca fue amigo de la sencillez, algo sorprendido por la pregunta respondió: «A veces un puro es solamente un puro».
El hecho, lector o lectora, es que casi siempre las cosas son tal y como son y que lo único que las hace parecer diferentes es nuestro complicado y complicador cerebro.
Este artículo de apenas mil palabras es una llamada a la acción dirigida a todos aquellos valientes y rebeldes que quieran ser sencillos.
En mi actividad diaria, he aprendido algo: En un mundo en el que todo parece ser complejo, la sencillez es la herramienta más sorprendente y efectiva para el cambio. Ni una sola de las complejas teorías que idolatras es capaz por sí misma de mejorar tu vida o la de otros. Lo que sí lo hará es una continuidad paciente de pequeñas acciones sencillas e inmediatas. Una detrás de otra. Solo así.
Esta es una pequeña colección de mis verdades. Provocará pavor en el club de los complejos, pero tú, lector o lectora, que abrazas y valoras la inmensa utilidad de ser sencillo, disfruta de esta colección:
LO OBVIO CASI SIEMPRE FUNCIONA
«El análisis de lo obvio requiere una mente extraordinaria«
Alfred North Whitehead (1861-1947)
El asa de un cubo es sencilla. Y funciona. La sencillez es magia pero con el paso de los años, perdemos la fascinación inicial que nos provoca. Y hablando en plata, eso es una gran putada. Porque algo que no es novedoso, puede ser siempre altamente innovador y/o efectivo. La vida es lo obvio, el resto son otras muchas cosas. Bonitas, sí; tranquilizadoras, quizás; importantes, no. Las personas que están en contacto continuo con lo obvio (la vida) son auténticos regalos para cualquier equipo. Suelen ser creativas, abiertas, enérgicas y conscientes. Manejan un saludable escepticismo humilde hacia «todas esas cosas que pensamos las personas». Trabajan, sienten y viven con los pies en la tierra. Y he aquí la notable diferencia:
Lo que hizo al Hombre dejar de ser un mono no fue idear intrincados modelos de gestión, ni desarrollar un incomparable liderazgo, ni alcanzar la sofisticación estética o moral, ni crear grandes sistemas. Simplemente dejamos de ser simios en la medida en que paso a paso dejábamos de andar siempre por las ramas para empezar a conocer y comprender la tierra. En esta obviedad reside la genuina evolución de nuestra especie. Por eso nos volvemos más simios en la medida en que invertimos más tiempo andando por las ramas que caminando erguidos con los pies sobre la tierra. Y la tierra es lo que se puede tocar, lo que está aquí y ahora cerca de nosotros.
Cuanto más estamos en contacto con lo obvio, mayor es nuestra capacidad productiva y nuestra posibilidad de acierto.
Cuanto más nos alejamos de lo obvio, menor es nuestra capacidad productiva y nuestra posibilidad de acierto.
LA VIDA SIEMPRE TIENE MÁS RAZÓN
«La muerte es la forma más efectiva de reducir gastos«
Boris Grushenko (Allen, 1975)
Pauta número 1: La vida ya existe. Pauta número 2: La vida funciona.
Si lo que quieres es ser efectivo y eficiente, imita siempre a la vida. El mejor modelo de gestión que existe sigue y seguirá siendo insuperable. Estas son algunas grandes lecciones de la vida:
- Ningún sistema vivo es completamente autónomo. La vida es interdependencia. Los lobos cambian el curso de los ríos. No hagas de tu equipo u organización algo al margen del resto de las cosas.
- La eficiencia de la vida está basada en la continua adaptabilidad de sus especies, no en su estabilidad. Ningún equipo es estable. El liderazgo real consiste en la gestión situacional y adaptativa de personas. Una persona es un conjunto desigualmente ordenado de emociones, ideas, hábitos y experiencias. La única gestión eficiente de personas se da desde su propio aprendizaje.
- La vida por sí sola tiene ritmo y entidad. No necesita que nadie venga a comprenderla. De hecho, nadie salvo nosotros ha necesitado nunca decir algo acerca de la vida. Todas las especies salvo la nuestra lo único que han necesitado siempre fue vivirla. Ningún otro animal o planta se ha preguntado antes qué es la vida. Algunos antropólogos y científicos te dirán que fue por falta de desarrollo cerebral y evolución. Yo creo que fue pura sensatez. Sería una casualidad insultante para tu inteligencia creer que hasta la existencia tu especie, ninguna otra vivía plenamente. La conciencia humana es única, de eso no hay duda. Pero a menudo lo es tanto por su extraordinaria capacidad resolutiva como por su destructiva tendencia a olvidar la vida por sí sola tiene ritmo y entidad.
- Solo eres un ser vivo porque mueres. El éxito genuino de la vida no está basado en que una sola de sus partes perdure, sino en que el ciclo de nacimiento, relación y muerte de todas y cada una de sus partes continúe. El éxito por tanto está relacionado con el hecho de saber cuándo retirarse y cómo volver a comenzar. Pase lo que pase, lo importante es sentirnos parte de ese ciclo y no tratar continuamente de desvirtuarlo. Las cosas -tanto como las personas- nacen y mueren, y en nuestra naturaleza está aceptarlo.
PRIMERO VIVE, LUEGO HABLA
«Mi reputación aumenta con cada fracaso«
G.B. Shaw (1856-1950)
Esta máxima de la cultura latina: primum vivere, deinde philosophari, puede mejorar tu vida sustancialmente. Si eres capaz de ser coherente y recto en su diario cumplimiento, te aportará credibilidad y autoridad, hará de todo eso que haces algo respetable.
En lo que respecta a la relación entre los errores y el éxito, la cantidad de los primeros siempre es importante. La práctica es la madre de toda respetable teoría. Una buena práctica suele dar una buena teoría. Y no al contrario, como casi todo el mundo piensa. Ningún poeta logró nunca un gran poema sin vivirlo. Ningún científico ideó ninguna ley sin pasarla antes por el filtro de la práctica. Las teorías de las cosas están bien para intentar ejercitar nuestra conciencia, para recordar las bases y experiencias de los otros. Pero la única conexión efectiva entre lo que eres y lo que puedes ser es lo que haces. Es la práctica la que te hará buena persona, no tus oraciones.
Un famoso poeta británico coincidió en un café con un conocido empresario católico que presumía del siguiente modo: «Antes de morir, como buen católico quiero ir a los lugares santos y luego también al Monte Sinaí y recitar el alto los diez mandamientos de la ley de Dios» El poeta respondió: «¿Qué tal si te quedas y los cumples?»
Una persona saludable suele pensar mucho y a menudo. Una persona poco saludable suele pensar siempre demasiado. El matiz es clave:
Existe una adicción real a los propios pensamientos, nuestras creencias.
Y existe una costumbre admirable en nuestra especie llamada razonamiento lógico, nuestros aprendizajes.
En la medida en que intento comprender las creencias de los otros, puedo escapar de las mías y alcanzar un aprendizaje más significativo sobre la realidad que compartimos. En la medida en que solo intento defender las mías propias, tan solo alcanzaré un aprendizaje más liviano y cada vez más alejado de la realidad de todos.
Te invito, amigo/a, a unirte al club de los sencillos. A pensar que lo obvio casi siempre funciona, a fijarte en cómo se comporta la vida cuando tengas dudas sobre qué hacer, o a primero hacer antes de hablar. Porque aunque solo sea por hoy, ya será un gran comienzo 😉
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por David Criado | Nov 21, 2014 | DESARROLLO PERSONAL

Existe un viejo proverbio español que reza «No es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita». Siglos atrás, el cordobés Lucio Anneo Séneca escribía una carta a Lucilio reflexionando sobre esto. Decía en ella que en realidad no es más feliz el que menos necesita sino quien necesitándolo todo, siempre sabe que en el fondo no le falta nada.
A propósito de las necesidades del sabio estoico, el filósofo y pedagogo Juan Manuel Díaz Torres, autor también del fantástico libro La densidad del alma (Edicep, 2007), nos ha regalado algunas maravillosas perlas sobre el pensamiento de Séneca. Lo ha hecho en uno de los más inspiradores prólogos a la obra de un pensador, que yo conozca. Por eso sus textos serán la base de nuestra herramienta de hoy.
INSTRUCCIONES DE USO
Lo que pretendo hacer en este artículo es una guía de desarrollo y crecimiento personal/profesional.
Lo haré añadiendo un itinerario de 12 preguntas directas como complemento a las frases literales de Díaz Torres sobre Séneca. La idea es que vayas contestando cada pregunta para conocerte mejor He ordenado las preguntas con sus textos aclaratorios de acuerdo a los grupos fundamentales de necesidades formuladas por el maestro estoico. Esta herramienta puede ser aplicable a un proyecto personal, profesional, a tu vida o la de tu equipo.
Espero, lector o lectora, que te sirva de ayuda en tu búsqueda de sentido:
LA NECESIDAD DE SABER LO QUE SE QUIERE
1.- ¿Sabes lo que quieres y lo que no quieres? Si no es así, piénsalo y vive de acuerdo a esta diferencia
«Con respecto a la sabiduría, ciencia de las cosas humanas y divinas, Séneca la concibe como maestra de almas. Lejos de rebajarla al mero conocimiento y aplicación de instrumentos útiles para las necesidades humanas, la sitúa en la sede más noble a la que puede aspirar el hombre. La sabiduría, que no construye artificios bélicos sino que impulsa la paz y exhorta a la concordia, y a la que se subordinan las demás artes, despeja el camino hacia la felicidad y conduce al logro de la misma. En este contexto, la sabiduría consiste en saber lo que se quiere; en querer siempre las mismas cosas en razón de su honestidad; y en tercer lugar en no querer siempre las mismas cosas en razón de su deshonestidad.»
2.- ¿Quieres vivir en el mercado o en el campamento? Si no eres soldado, búscate una guerra.
«Séneca insta a preguntarse si uno quiere vivir indignamente en un mercado -o sea, en un lugar habitado por quienes al margen de todo esfuerzo llevan una vida encogida, de seguridad deshonrosa, sin provecho ni sustancia- o por el contrario desea vivir donde se vive de verdad la auténtica vida humana, en un campamento, como soldados. Estos últimos, guerreros impasibles, conocen su propósito, perseveran en su avance contra el infortunio y, a través de él, viven superando debilidades, afrontando riesgos, soportando peligros y fortaleciéndose tras cada embate de la adversidad. Los ociosos estériles, sin embargo, incapaces de reflexionar con miras a poner orden en sí mismos y en sus cosas, son arrastrados al igual que los despojos en el río, porque quien no es capaz de sacar partido de sí mismo, quien vegeta, se adelanta a su propia muerte y convierte su morada en un sepulcro.»
3.- ¿Sabes quiénes y cuáles son tus referencias? Si las sabes, síguelas. Si no las sabes, búscalas.
«El alma requiere ejemplos o modelos concretos que sean dignos de seguimiento, a fin de tenerlos presentes siempre como protectores, colaboradores o correctores; pues los defectos no pueden corregirse si no es conforme a un determinado patrón. Por tanto, para evitar la desolación interior y el decaimiento, resulta muy beneficioso tener a quien dirigir la mirada y a quien se juzgue que está presente en los pensamientos propios, y realizar cuanto se tenga que hacer como si tal persona nos contemplase»
LA NECESIDAD DE ACEPTARSE PARA ACEPTAR A OTROS
4.- ¿Disfrutas de ti mismo y de lo que haces? Si no es así, acéptate o cámbiate pero no vivas a medias.
«Cada hombre está llamado a la plenitud, que no es otra cosa que cumplir con el fin que le es propio como Hombre. Vivir conforme a su naturaleza es lo que la razón exige de él. Por ello la razón ha de ser impulsada hacia su perfección, haciéndola crecer todo lo posible. Quien necesita ir a la búsqueda del placer no puede experimentar gozo. El intemperante, el débil o el injusto no pueden gozar por más que saboreen todos los placeres. Uno sólo puede considerarse feliz cuando todo gozo nazca para uno desde su mismo interior, desde el sentimiento íntimo de la posesión de las virtudes, y se sabe que ello llega cuando, tras contemplar las cosas que los hombres codician y guardan, no se encuentra nada en ellas que se desee conseguir.»
LA NECESIDAD DE VIVIR PARA UNO MISMO
5.- ¿Necesitas algo más de lo que ya tienes? Si lo necesitas de verdad, persíguelo.
«Para vivir el sabio necesita muchos recursos, pero para vivir felizmente sólo tiene necesidad de ser él mismo un alma sana, noble y que desdeñe los giros de la fortuna. Al contrario que el necio, que no tiene necesidad de nada pero carece de todo, el sabio tiene necesidad de muchas cosas sin carecer de nada, pues para él nada hay que sea estrictamente necesario.»
6.- ¿A quién quieres agradar? ¿A otros o a tí mismo? Si es a otros, cámbialo.
«El sabio no usa la filosofía para hacer ostentación, y se cuida de levantar recelo alguno por causa de su vida. El sabio no utiliza la filosofía para desdeñar las costumbres de la mayoría, ni tampoco la esgrime para ensañarse con los vicios de los demás, sino que la ha empleado para liberarse de los suyos. Tampoco se preocupa por agradar, pues quien ama la virtud, sólo con malas artes podría alcanzar el favor popular, lo cual le impediría ser lo que es»
«Lo que importa verdaderamente es la opinión que uno tiene de sí mismo y no la que otros tienen de uno.»
7.- ¿Quién te mueve? Si no eres tú la primera persona que te mueve, cámbialo.
«En efecto el sabio sabe vivir, porque es el único que sabe vivir para sí. No es sabio quien ha emprendido la huida ante los problemas y los hombres, ni quien ensalza lo que elige y teme lo que rechaza; tampoco quien ha fracasado en sus ambiciones y se ha visto relegado contra su voluntad. El sabio no se oculta, y mucho menos por miedo, no vive para el placer ni para el descanso. Ciertamente, no es sabio quien no vive para nadie»
«El sabio, en su gozosa soledad, resulta inmune a la desolación interior»
LA NECESIDAD DE HACER LO QUE SE DICE
8.- Ya se lo que dices pero ¿lo estás haciendo? Si no es así, hazlo. Si no lo haces, no lo digas.
«Séneca llama a demostrar las palabras con los hechos. Se traiciona el filósofo cuando trata de ganar el asentimiento de la concurrencia, o cuando pretende recrear los oídos de los jóvenes y desocupados con elegantes disertaciones. Lejos de todo ello, la filosofía enseña a obrar y no a decir, reclamando que cada cual viva conforme a la ley que se impuso, que la propia vida no esté en desacuerdo con las palabras de uno y exigiendo que sea única la impronta de todos los actos personales, para así poder llegar al estado en que la vida de uno mismo esté de acuerdo consigo misma.»
9.- Ya se lo que sabes pero ¿te atreves a experimentarlo? Si no lo experimentas, no lo sabes.
«Quien carezca de objetivos y de perseverancia, quien tenga contradicciones entre acciones y propósitos, o reincida en defectos pasados, espera aprender pero no entretenerse. Quien necesita las enseñanzas del sabio, quien acude a la escuela de un filósofo, busca corregirse y avanzar, no divertirse. En el filósofo hallará cauterización y dieta, extirpación y privación, orden interior y autorregulación, enseñanza y vida. Pues no basta el aprendizaje si su calidad y valía no son sometidas a duras pruebas; tampoco la memoria si sólo es continente atiborrado de experiencias y de conocimientos. Lo único que vale es el saber que se plasma en obras. Pues no alcanza la felicidad quien tiene el saber, sino quien lo realiza.»
LA NECESIDAD DE ACEPTAR EL DOLOR PERO NO EL SUFRIMIENTO
10.- ¿Qué te preocupa y de qué tienes miedo?. Piénsalo. Tu miedo habla de lo que puedes mejorar.
«Aunque el sabio puede llegar a experimentar algún amago de turbación o desgarro emocional, por encima del asalto de dichas alteraciones persistirá en él la convicción de que ninguna de tales sensaciones es un mal, ni merece que frente a ellas pierda aliento y fuerzas un alma virtuosa y, por ello, sana. Ante la cuestión de si el sabio experimenta miedo ante aquello que le causa dolor corporal, Séneca responde que puede padecer dolor, pues no hay virtud que suprima la facultad de sentir, pero nunca miedo.»
11.- ¿Piensas en lo que puede pasar y no en lo que está pasando? Para. Solo estás vivo aquí y ahora.
«De nada sirve adelantarse con la imaginación al propio dolor, haciendo presente lo que de momento no es o no ha llegado, lo que puede no llegar o llegar de otro modo; el dolor que brota de la imaginación no sólo no puede deterner mal alguno que pueda llegar, sino que se añade como mal actual. Además, los males, cuando llegan, son inevitables. Sufrir imaginándolos es, pues, un defecto.»
12.- Sabes que todo esto acabará ¿verdad? Recuérdalo y disfruta cada aprendizaje.
«Aprender a morir es de una importancia primordial en la vida de cada persona. El aprendizaje para la muerte no resulta nada superfluo, pues aunque se muera solo una vez, la ocasión es tan relevante que debe llevar a cada uno a meditar sobre ella, esto es, a aprender de forma continua la enseñanza acerca de la cual nunca podemos estar seguros de haberla aprendido definitivamente. Meditar sobre la muerte supone meditar sobre la libertad, pues quien aprende a morir se libera de las ataduras mundanas que oprimen el alma. El amor a la vida es un sentimiento estimable, pero ha de ser rectamente limitado y puesto al servicio de exigencias superiores.»
«El ser humano es consciente de que la vida le es dada con una limitación infranqueable, hacia la que se dirige a cada instante; no hay ningún segundo que quede sustraído a su acción, y de ahí que siempre nos encontremos a igual distancia de ella. La muerte es, pues, segura, y esperarla con seguridad hace que temerla sea una insensatez. Y puesto que nada tiene de glorioso el acto que uno realiza forzado y buscando escapatorias, el mayor mérito corresponde a quien va a la muerte sin odio a la vida, aceptándola con alegrías y sin atraerla hacia sí. El mismo Séneca se esforzó en que cada día fuese para él como la vida entera. Considerar cada día emplazado por la muerte, le hacía estar en permanente disposición a salir de este mundo, a dejar la vida. De ahí que sugiriese que cada día nuevo debía ser recibido con júbilo, por ser un don que no debe esperarse»
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por David Criado | Nov 19, 2014 | DESARROLLO PERSONAL
Este artículo pretende ser desde su publicación uno de los mejores regalos que podemos hacer a los santos que hay entre nosotros. No necesariamente serán reconocidos por la Iglesia pero al menos hoy quiero brindarles la oportunidad de ser reconocidos por vosotros.
Hay muchos aunque probablemente hasta hoy no te habías dado cuenta. Son esas personas que dan luz e inspiración con algunos de sus actos a tu vida. Te infunden valor y respeto y te hacen renovar la fe en nuestra especie.
¿QUÉ ES UN SANTO?
«Los santos son seres humanos que celebramos por su dedicación y compromiso a otros seres humanos»
Oliver en la película St.Vincent (Melfi,2014)
Es lo que es. No busca ser alguien diferente. Así es un santo entre nosotros. Alguien lleno de dedicación y compromiso. Con él. Con aquellos que cada día le rodean. Aquello que es, mejora la vida de los otros. Sacrifica su tiempo por una causa justa. Es digno y honesto, mira siempre al frente y dice su verdad. Puede que a simple vista no parezca el más apropiado candidato. Tal vez cometa muchísimos errores pero cada vez que notas su presencia, te invade. Algunos días puede ser gruñón, irascible y hosco. A menudo puede parecer algo descuidado. Pero si te atreves a mirar algo más adentro, descubrirás un santo bajo esa superficie.
¿CUÁL ES SU ACTITUD?
«Qué duro debe ser esforzarse todo el tiempo para llegar a ser alguien que no eres«
lalocadelaspuertas
Un santo no se rinde nunca. Y si alguna vez se rinde es solo con la idea de alcanzar la gran victoria. No necesita nunca la aprobación de otros. No vive para un solo acto de fe sino para ser la verdadera fe en los actos. Cada día esculpe al menos dos sonrisas; la que el se dibuja pase lo que pase y la que provoca en otros cuando pasa. Si tienes un problema puedes pasearlo junto a él mientras te cuida. Cree en lo que hace. Hace lo que cree. Alguna que otra vez puede que mienta, pero son tantas veces las que para tí es la verdad, que apenas recuerdas esas otras.
No siempre está ahí cuando crees que lo necesitas pero sabes que siempre estará ahí si tú te atreves a decirle «Hoy te necesito». Es recto y firme aunque camine algo curvado. No sabe hablar demasiado bien de todo y hace poco. Pero lo hace. Y notas que lo hace. Sientes cuando lo ha hecho que no podía dar nada más de sí en ello. Se vierte sobre las cosas, las abraza.
Las personas a las que ama son más importantes que todos sus principios. O las personas a las que ama son todos sus principios. Porque su corazón aunque a veces no parezca latir, sencillamente vuela.
¿QUIÉN ES UN SANTO EN TU VIDA?
Un santo no se reconoce. No es capaz de saber que es un santo, ni siquiera se da cuenta de ello. Es necesario que tú los reconozcas. Es necesario recordárselo a menudo. Los cristianos lo saben y por eso todos los días del año recuerdan a sus santos.
Estoy seguro de que tú también tienes los tuyos. Si es así y has identificado a ese santo cerca de tí y entre nosotros, te agradeceríamos que hoy al menos se lo digas. Que salgas del río y evites la corriente. Que le envíes este pequeño retrato de lo que es un santo entre nosotros para decirle:
ESTO PARA MÍ ES LO QUE ERES.
Sin más.
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Sobre cómo detectar un santo entre nosotros, visualizar el filme…
St. Vincent (Melfi,2014) se suma a una interesante lista de películas que adoro interpretadas por William James Murray, el viejo Bill. Esta vez Maggie, una madre separada (Melissa McCarthy) se muda a Brooklyn con su hijo de doce años, Oliver. Trabaja muchas horas para poder pagar la escuela y el mantenimiento de su hijo, por lo que no le queda más opción que confiar a Oliver al cuidado de Vincent McKenna (Bill Murray). El único problema, amigos, es que Vincent es un viejo cascarrabias, sucio, aficionado al alcohol, las apuestas y amante casual de una prostituta rusa embarazada (Naomi Watts). Durante la narración el espectador recorre junto a Vincent y el niño cada uno de los días tras la escuela a través de una inverosímil rutina diaria de carreras de caballos, club de striptease y bares. Vincent cree ayudar al chico a hacerse un hombre pero puede que el chico le descubra a él algo también. La recomiendo no solo por su argumento rompe-males sino por el enfoque inspirador de sus absurdos personajes.
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por David Criado | Nov 11, 2014 | DESARROLLO PERSONAL
«- ¿Qué opinas tú sobre la muerte?
– La muerte es una verdadera pena. No es ningún regalo, joder.
La vida es demasiado corta»
El mendigo John en The fisher king (Gilliam, 1991)
PREÁMBULO
En la medida en que son indisociables la práctica de una vida plena y el desempeño de un trabajo honrado, la extraordinaria tesis que expondré en este artículo en menos de 500 palabras es aplicable tanto a tu desarrollo personal como al desarrollo de equipos y organizaciones.

Dicha tesis está inspirada en una conversación entre Sean Maguire y Will Hunting a partir del guión de Good Will Hunting (Van Sant, 1997) escrito por Damon y Affleck. Considero que por sí sola desmonta por completo la mayoría de estrategias corporativas que conozco, la mayor parte de sistemas educativos actuales, el modelo predominante de reconocimiento social y la cultura de la sociedad del conocimiento.
La tesis Maguire es -así lo creo- una propuesta de cambio real y auténtica que mejora de forma inmediata la vida de las personas, equipos y organizaciones que se atreven a interiorizarla. Trasciende por sí sola conceptos complejos y aparentemente indiscutibles en la sociedad actual como la tecnología, el acceso «universal» a la información, la percepción del esfuerzo, la inteligencia humana y el denominado éxito social.
TESIS
Esta es la tesis Maguire para una vida plena:

COROLARIOS
Estos son los corolarios a la Tesis Maguire para una vida plena:
Primer corolario: ES MEJOR VIVIRLO
Toda experiencia es transformadora. A nivel sensitivo, es más placentero hacer el amor que leer cómo se hace. A nivel de aprendizaje, es mejor atreverte a cambiar la realidad que resignarte. Pase lo que pase esto nunca cambiará. En este sentido no es más inteligente quien mejor asimila los conceptos que inventamos sino quién experimenta dichos conceptos por sí mismo. El primer corolario de la Tesis Maguire para una vida plena habla de vivir la vida como medio más certero para comprenderla.
Segundo corolario: CUALQUIERA PUEDE SORPRENDERTE
Nadie es sabio de otros sino sabio de sí mismo. Conocer la mente, el comportamiento y la historia humanas nos ayuda a vivir con calidad pero nos ayuda más aún aceptar que siempre podemos aprender algo de otros. El segundo corolario de la Tesis Maguire para una vida plena habla de aceptar la naturaleza extraordinaria de los otros como medio más certero para alcanzar la naturaleza extraordinaria propia.
Tercer corolario: INTENTÉMOSLO
Durante un tiempo viajé conociendo la realidad de las organizaciones por el mundo. En las reuniones de equipo solía compartir con mis compañeros de viaje casi siempre las mismas oraciones. La primera de ellas era I LOVE YOU ALL. La segunda de ellas era THIS IS INCREDIBLE!. La tercera de ellas era IT COULD BE GREAT!. La cuarta de ellas era WE CAN TRY!. La quinta era LET´S TRY!. La secuencia completa era:
Os quiero > ¡Esto es increíble!> ¡Podría ser grande! > ¡Podemos intentarlo! > ¡Intentémoslo!
Después de repetir esta secuencia, solíamos hacer casi siempre algo genial. Hace poco mis amigos finlandeses de MONKEY BUSINESS creyeron ver en estas oraciones una secuencia inspiradora de cambio y en la actualidad reparten pagatinas con estas oraciones a los equipos con los que trabajan.
El tercer corolario de la Tesis Maguire para una vida plena habla de ampliar opciones como medio más certero para luego acotarlas.
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