«Se tú mismo. Todas las demás opciones ya están cogidas» Oscar Wilde
No somos originales, más bien somos completamente únicos. Solo podemos explicar el amor alrededor de este matiz. Me enamoro, quiero o aprecio a otra persona porque se que no hay otra similar. Cada persona, cada alma viva, es una combinación altamente improbable de herencia genética, experiencias, aprendizajes y habilidades adquiridas. Se diría por ello que las personas somos seres complicados pero cada vez estoy menos de acuerdo. Realizando la pregunta altamente innovadora e infrecuente «¿Cómo te sientes?» en momentos clave de apertura o cambiono he parado de descubrir elementos comunes en cada arquetipo de persona y cada equipo durante este tiempo. Hay algo que une al áspero y al suave, al tímido y al extravagante, al introvertido y al actor, al reactivo y al proactivo, al que espera y al que no puede esperar. Tiene que ver con la base de trabajo de muchos modelos de aproximación al conocimiento propio como el diálogo, la mayeútica, la meditación, la terapia no conductual, la indagación apreciativa, el liderazgo sistémico y cada una de sus pieles derivadas dentro del desarrollo personal y profesional (coaching, mentoring,…) Todos estos modelos parten de un mismo principio de base con el que me encuentro cada día:
LO QUE NOS CONDICIONA Y LO QUE NOS LIMITA
Por lo general no somos conscientes de una gran cantidad de condicionantes que determinan nuestros actos y tienen un fuerte peso en nuestras decisiones. Sin embargo la base de cualquier crecimiento no se trata tanto de establecer de forma inflexible lo que está bien o lo que está mal de esto, tanto como de manejar una mentalidad adaptativa y contextual. Es decir, de saber en todo momento donde nos encontramos y donde queremos ir. Hay factores condicionantes (necesarios y de los que no podemos escapar) y limitantes (formaciones reactivas que provienen del mundo de lo reprimido y que ponen barreras a lo que somos pero que se pueden controlar). Me explico:
LO BUENO y LO MALO VS La TOMA DE CONCIENCIA
En mis humildes trabajos de acompañamiento tanto individual como de equipo suelo vivir situaciones límite en las que las personas interiorizan quiebres o detectan elementos de mejora. Muchos de estos puntos de inflexión nacen del interior de lo que somos tras superar fases iniciales de proyección continua. Durante estos periodos iniciales, la persona o el miembro del equipo tiende por defecto a no asumir responsabilidad sobre la realidad más inmediata. Proyecta sobre otros o sobre el entorno la responsabilidad de tomar las riendas de su vida o de determinar su presente. Por contraposición a cualquier tipo de trabajo terapéutico, en coaching se trabaja siempre sobre lo que se denomina MOMENTO AHORA. El foco está puesto sobre el presente y la persona y sobre ambos puntales se construye la mejora. El nivel de profundización debe ser el mínimo posible pero el nivel de rentabilidad inmediata debe ser el máximo. El acompañamiento realizado en coaching está basado, al igual que en el resto de modelos comentados, en la orientación hacia la toma de conciencia por parte del coachee. Para ello tanto coach como coachee fijan a lo largo del programa un objetivo moldeable siempre a partir de la necesidad y voluntad del coachee.
Dependiendo de nuestro estado anímico, el momento, las circunstancias y una gran cantidad de factores ajenos a nosotros, somos autores o espectadores de lo que nos pasa. Hay dos tipos de momentos en el teatro de nuestro día a día:
aquellos momentos en los que somos responsables de lo que pasa (ACTORES) En estos momentos tomamos partido y nos expresamos, adoptamos actitudes activas y tenemos comportamientos en los que la acción supera el prejuicio. Nuestra responsabilidad es protagonista sobre la responsabilidad de otros o los condicionantes externos. Empleamos herramientas inclusivas como el diálogo, la lógica y el debate pero también herramientas impositivas de discurso como la persuasión, la inducción, la seducción o el mandato. Solemos ser factor condicionante en este tipo de momentos. Nos situamos en el escenario y construimos presente.
aquellos momentos en los que asistimos a lo que pasa (ESPECTADORES) En estos momentos nos permanecemos al margen, expectantes. Esperamos el comportamiento de otros o la mejora del entorno sin tomar partido. Cedemos nuestra parcela de responsabilidad al grupo, la situación o el momento. Empleamos una gran cantidad de herramientas para ello: excusas, justificaciones, y en general mecanismos de defensa. Somos ser factor limitante en este tipo de momentos. Nos situamos en el patio de butacas y juzgamos.
Ninguna de las dos es categóricamente cómoda o incómoda, cobarde o valiente. Depende de la situación, de la persona y del contexto. Todos nosotros podemos identificar con algo de ayuda qué decisiones hemos tomado por ejemplo hoy en alguno u otro de estos momentos, cuando hemos sido actores o espectadores de nuestra vida. Seguimos siendo nosotros mismos tanto cuando hacemos que las cosas pasen (decidimos, protagonizamos, actuamos) como cuando vemos que las cosas nos pasan (sufrimos, proyectamos, contemplamos). Este último eje de acción es una válvula de escape natural y necesaria que nos permite descansar del peso de tener que vivir conscientemente (coherencia, responsabilidad, protagonismo, autocrítica). En cualquiera de las religiones teistas o no teistas, la renuncia es siempre necesaria. La gran diferencia estriba en trabajar sobre el sentimiento de culpa o sobre la perspectiva. Ninguno de nosotros, ni siquiera los grandes yoguis o gurús de la meditación y tampoco las personas que idolatras, somos capaces de vivir conscientemente a todas horas. La utilidad no está tanto en identificar que una vía u otra es buena o mala en según qué momento, como en interiorizar cuando nos estamos responsabilizando de nuestros actos y cuando sencillamente necesitamos evadirnos. Un ejercicio muy útil para la construcción de conciencia colectiva es trabajar cuál es la emoción del equipo en ese momento, que no es más que la suma ordenada de emociones de sus miembros. Trabajar a partir de esto, suele dar resultados excelentes.
NUESTRO PAPEL Y LA NECESIDAD DE VÁLVULAS DE ESCAPE
La evasión consciente es lícita, la inconsciente es poco saludable. Un ejemplo de evasión consciente es un partido de fútbol. Libera tensiones desde el respeto trabajando sobre la rivalidad. En la mayor parte de casos -salvo conocidas excepciones- este tipo de eventos son un canalizador exitoso de conflicto y un educador constante en valores cívicos como la superación, la camaradería, la solidaridad, la meritocracia y el reconocimiento social. Sabemos a lo que vamos y aceptamos las consecuencias bajo unas reglas concretas que favorecen la distensión. Los ejemplos de evasión inconsciente ocurren a diario cuando nos negamos a afrontar la toma de decisiones (que en sí suele ser una decisión) y delegamos la responsabilidad de transformar la realidad en otros. Hay una famosa teoría que afirma que el 85% de cosas que nos ocurren están determinadas por factores externos y que focalizarse en el 15% restante disminuiría nuestra frustración y nos haría más felices. El gran reto de esta teoría es hallar qué factores son propios y externos para determinar nuestra capacidad de actuación.
Seguimos hablando aquí de una toma de conciencia, de un posicionamiento en nuestra propia vida y de algo así como un movimiento centrífugo de reconocimiento y asunción que va de fuera adentro de cada uno de nosotros para construir en un segundo momento un movimiento centrípeto de dentro afuera un discurso y actuaciones saludables para nosotros y para los demás. La base de un buen equipo de trabajo, de un equipo de alta madurez se encuentra en la fase de colaboración (hemos superado implicaciones residuales en forma de ayuda y participación para colaborar) y en la formación de consensos (acuerdos ganar-ganar que nos permitan escenarios saludables). Se trata de completar el camino instintivo y emocional que por lo general adoptamos en nuestras relaciones, y emprender un camino racional fundado en la perspectiva y la empatía mutua. En Izada, el espacio de desarrollo personal y profesional al que pertenecemos un gran equipo de facilitadores de Madrid, existe un curso imaginado de empatía en 2 pasos. Dice así: 1) Tú no eres los demás, 2) Los demás no son tú. Si recordáramos esto con frecuencia, la mayor parte de problemas nunca existirían.
«Why is it you whisper
When you really need to yell
Troubles in tow
Go wisely and slow»
Wisely and Slow, The Staves
Listening Devenire, Jeremy Limb, (The minimal piano) tras el regreso de Vieaux Bocau
Hoy quiero compartir 3 reflexiones en forma de dualidades que me rondan por la cabeza desde hace dos semanas y que ocupan algunas notas en cada uno de mis dispositivos móviles (cerebro, corazón y celular). Son 3 reflexiones que creo que debería plantearme en cada situación que requiera algún tipo de decisión inmediata en mi vida. Por ello intentan ser sencillas a modo casi de encuesta. Es algo así como mi particular back to basics para la toma sensata y coherente de decisiones en el día a día. Por supuesto está muy asociada a quién soy ahora, por lo que es algo personal.
Las 3 tienen que ver con nuestra capacidad de disfrutar la vida y disfrutarnos. Las 3 son, a mi modo de ver, reflexiones progresivas. Es decir, no podemos acceder a resolver una sin haber resuelto la anterior. Ninguna de las 3 es absoluta ni cada elemento de la dualidad es bueno o malo, simplemente es posible o debe pesar más que el otro en según qué circunstancia. La excelencia en las personas no es más que una media constante de elecciones acertadas en función de los contextos.
Ahí van 😉
MALDICIONES PREVIAS
Malditos aquellos que deciden qué quieren hacer antes de decidir quién quieren ser, porque ninguna casa se levantó sin los cimientos. Malditos aquellos que dedican todo su esfuerzo a convencer a los demás, porque viven el silencio de sí mismos. Malditos los que quieren estar en otro lado o momento diferente a AQUÍ y AHORA, porque sobreviven a sus oportunidades sin apenas divisarlas. Malditos los que adoran la casualidad, porque para ellos todo está justificado. Malditos aquellos que deciden no estar listos para otros, porque jamás encontrarán consuelo. Malditos los que luchan por cambiar el mundo, porque convierten cada instante en un campo de batalla.
PRIMERA DUALIDAD titulada A QUÉ DEDICO MI ESFUERZO EN CADA MOMENTO DE MI VIDA:
Soy convencedor de otros O Soy conocedor de mí mismo
(me esfuerzo en construir una influencia sobre otros o en estar satisfecho con lo que soy)
AHORA Y LO QUE SOY
He tragado colecciones enteras de polvo de varios sabores diferentes. He gastado bidones de tinta de cien colores solo para llegar a este momento. Y pienso disfrutarlo.
Vivo cada día con una previsión de esperanza mínima. Low budget diría mi amigo Liher. Desde hace poco mis grandes sueños son muy inmediatos. Me sacudí algunos restos de mí mismo en el camino hacia mis propios huesos. Abandoné convencido mi lucha por cambiar el mundo. Aprendí que la cantidad de conflictos internos que debes resolver dentro de ti es directamente proporcional al tamaño de conflictos que quieres resolver ahí fuera. Mira dentro de ti. En ningún otro lugar encontrarás una respuesta que pueda apaciguarte.
La mayor parte de personas se parecen a una compañía minera permanentemente en huelga. Se niegan diariamente a explotar la mayor veta de riqueza. No descienden a sus profundidades. Este es su dilema doloroso: estar seguros o ser felices. Viajar solo me hace darme cuenta de que no puedo moverme de mí mismo. Esto es todo lo que soy. Este que escribe es el único eje, las llantas, las ruedas, las cadenas. Puedo pinchar cada cierto tiempo, pintarme de colores, pero el cuadro sigue siendo el mismo. Voy conmigo a todas partes pero en mi vida no siempre he tenido preferencia.
De pequeño lloraba antes de dormir. Tenía miedo de un monstruo peludo y rápido que amenazaba mi tranquilidad aprovechando la luz muerta. Cansados de depredar a todas las especies, decidimos comernos a nosotros mismos y al planeta. Escapamos de las realidades inmediatas. Huelen y saben y no estamos acostumbrados a probar nuevos sabores. Buscamos el consuelo en la certeza y construimos ilusiones de moral.
Desde hace poco algo en mí se ha activado. Tiene que ver con dejar de vivir desde los otros y comenzar a vivir desde mí mismo. Conocerme está siendo la mayor aventura de mi vida.
SEGUNDA DUALIDAD o A QUÉ DEDICO MI TIEMPO EN CADA MOMENTO DE MI VIDA:
Vivo aquí y ahora O Muero esperando vivir otro momento.
(tomo control de mi vida o intento cambiar algo que no está en mi mano)
LA VERDAD Y POR QUÉ NO ES IMPORTANTE
Se diría que no existe otra alternativa a la verdad. Pero jamás ha ocurrido esto. Al cabo del día la mayor parte de situaciones a las que te enfrentas no se resuelven utilizando la verdad. Tampoco a lo largo de la historia la mayor parte de líderes conocieron toda la verdad y a pesar de ello tomaron decisiones. La Verdad, antes conocida como Dios, no me parece ahora muy fiable como punto de partida. Expongo motivos en tres párrafos.
No suele haber consenso sobre qué es la verdad y quienes son sus portadores. Y sin embargo todos la empleamos como arma arrojadiza. En equipos es frecuente encontrar lo que yo denomino actitudes de trinchera. Son comportamientos y hábitos adquiridos que dificultan a las personas llegar a un entendimiento y las obligan a situarse frecuentemente no en relación a otros, sino contra otros. En los casos más acusados, las personas llegan a luchar contra sí mismas a nivel de acciones y discursos. La eterna lucha por la búsqueda de «la verdad» es inherente al ser humano pero la obsesión por encontrarla puede causar estragos a menudo irreparables. El lema «aunque parezca mentira, vivir» me acompaña desde niño. Mis grandes referencias son personajes literarios y creo en el enorme poder sugestivo y motivador de la ficción. Respeto más al Barón de Muchausen que a sir Isaac Newton. De hecho no suelo respetar la mayor parte de verdades por defecto, antes bien las cuestiono porque ese ejercicio continuo me parece mucho más edificante. Probablemente tiene que ver con que lo que consideramos «la verdad» es más un proceso flexible y causal que un hecho inamovible y arbitrario. La verdad para mí es algo muy común pero invisible. Muta y depende del contexto. Por mi parte tengo claro que no puedo aplicar el mismo sistema común de coordenadas para la construcción de un tren que para la comprensión del universo. La ingeniería nunca es suficiente, aunque ayuda.
Me ocurre lo mismo una y otra vez. Algunas personas creen trabajar o vivir sobre la verdad. Dicen que el resto no la tienen o no la dicen. Se trata de una tesoro preciado que todos creemos poseer. Hasta el punto de convertirse en un terrible mecanismo de defensa. La verdad que fabricamos nos impide ver la verdad que otros comparten. Las palabras «objetivo», «oficial», «universal», «absoluto», «natural», «normal» o «científico» nos ayudan a fabricar esta fachada que frecuentemente intento derribar. Desde luego no se trata de relativizarlo todo pero sin duda tampoco de abolir por completo el pensamiento crítico. Lo más sano parece ser situarse en posiciones intermedias. Por otro lado, la vida sin filtros sale cara. Tenemos pruebas de ello a diario. Porque somos animales de conciencia. Cualquier convicción que defienda que compartir por completo lo que uno piensa es siempre positivo (para ti y para otros), tiene una gran contrarreplica en un filme que esta noche he descubierto.
En la genial película The invention of lying (Gervais, 2009) los personajes viven en un mundo donde no existe el concepto de mentira. La sinceridad total e inmediata es el único medio para relacionarse. Las personas se casan por genética y el amor es una ficción impronunciable. No hay lugar para ningún juego más allá de la desagradable traición de nuestros pensamientos. Algunos diálogos realmente edificantes ilustran lo que sería de nosotros si todos pudiéramos decir lo primero que se nos viniera a la cabeza. Las metáforas y las cartas de amor perderían su sentido; nadie leería cuentos y los sueños serían enfermedades evitables. No habría religión ni sistemas de pensamiento tal y como los conocemos. Ninguno de ellos se construyó sobre certezas. Nadie podría fabricar una esperanza para cada uno de nuestros más callados miedos. Un mundo racional y seguro pero altamente aburrido, gris e indiferente.
TERCERA DUALIDAD o QUIÉN SOY EN CADA MOMENTO DE MI VIDA:
Soy la verdad e intento conocerla/conocerme O Soy el que intenta conocerse/conocerla en otros
(quiero ser protagonista de mi vida o un mero espectador)
Como sabéis, en la iniciativa somos la suma del conocimiento y los modelos de trabajo de muchas personas orientados a un solo reto: Transformar la cultura de las organizaciones a través de sus equipos. Por este carácter heterodoxo y redárquico de funcionamiento no me atrevo a decir que seamos apóstoles o referentes de la Indagación Apreciativa (IA). Sin embargo sí que puedo confesar que es uno de las aproximaciones al cambio cultural que personalmente me convencen más y que frecuentemente empleo y recupero. Sobre todo porque está basada en una de las herramientas que más practico con personas y equipos: el sentido común. Como siempre he de insistir en que no es muy útil idealizar filosofías o herramientas y que simplemente acudáis a ellas como meros bastones que faciliten el camino hacia el cambio en vuestra organización. Desde la iniciativa podemos acompañar este cambio pero no contra vosotros, sino con vosotros 😉
PREMISAS y BASE DEL MODELO
Antes de nada es necesario aclarar que IA es una filosofía de trabajo, no una herramienta en sí misma sino una forma de afrontar el cambio cultural en equipos y organizaciones. Este modelo hace poco ha cumplido 30 años desde su formulación por David Cooperrider. El modelo es la suma de muchas técnicas milenarias y algunas aproximaciones humanistas. Lo más importante para mí es que parte de unos supuestos de trabajo constructivos que nos resultan especialmente útiles para generar un cambio efectivo en los equipos. Algunos de estos supuestos que recopiló Sue Annis Hammond son los siguientes:
En toda sociedad, organización, grupo o equipo hay algo que funciona bien
Todo aquello en lo que nos concentramos, se vuelve nuestra realidad
La realidad se crea en el momento y existen realidades múltiples
La acción de formular preguntas acerca de una organización o grupo influye de alguna manera en la organización y en el grupo.
Tenemos más confianza si vamos hacia el futuro (lo desconocido) llevando partes del pasado (lo conocido)
Si queremos que nuestro viaje al futuro sea mejor, deberíamos llevarnos las partes de nuestro pasado que sean mejores
Es importante valorar las diferencias
El lenguaje que utilizamos crea nuestra realidad
Es importante no confundir estos supuestos propios de la Indagación Apreciativa con los 3 supuestos básicos de Bion (dependencia, lucha o fuga, apareamiento) aplicables al comportamiento de grupos en psicoterapia. Personalmente he tenido la suerte de trabajar estos supuestos con diferentes equipos gracias a la extraordinaria facilitación de Eduardo Cabrera, coach ejecutivo y compañero de fatigas.
El método tradicional para abordar el cambio no solo en una organización sino también en cualquier área de nuestra vida está fundamentado en una serie de pasos claramente definidos:identificar el problema, analizar las causas, establecer un tratamiento. Es un modelo muy científico y está basado en que la organización esa fábrica de problemas o enfermedades que es necesario resolver o curar constantemente. Incluso algunos innovadores modelos como TRIZ están basados en esta cadena de pensamiento. En el caso por ejemplo de las herramientas empleadas en Design Thinking y modelos asociados, algunas están basadas en este modelo y otras sin embargo resultan útiles en IA como veremos.
El enfoque de la IA para abordar el cambio parte, por el contrario, de tres fundamentos clave: descubrir y trabajar con lo mejor que existe en el entorno, imaginar lo que puede o podemos llegar a ser, construir lo que debería ser. El orden de estos tres fundamentos es muy relevante. La organización deja de ser en este tipo de aproximación una fábrica de problemas a resolver y pasa a convertirse en una página en blanco que podemos escribir. Pese a que la metáfora parezca exagerada, mi experiencia con este tipo de enfoques es exitosa. Es necesario comprender que la idea de aprendizaje organizacional al más puro estilo Peter Senge y SOL (Society for Organizational Learning) que es más conocida por todos, pivota sobre todo este modelo. Y si os preguntáis qué fue antes -si el huevo o la gallina- lo primero que existió fue IA como modelo. La aparición de SOL como continuación de los trabajos del MIT Center for Organizational Learning y como institución investigadora y negocio de consultoría se dio en 1997 y es por tanto más reciente. En todo caso IA, como filosofía integradora e indagativa, es como decimos un compendio estructurado de una gran cantidad de aprendizajes en muchas disciplinas.
EL GRAN APORTE
Para mí sin duda el gran aporte de la Inteligencia Apreciativa es la lectura proactiva de la realidad a partir de una visión positiva de los hechos y el momento AHORA del equipo o de la organización. En IA se trabaja la pregunta, la averiguación y la indagación desde el punto de vista de las personas, del autoconocimiento de la propia organización. Lo importante es que la aproximación no es desde fuera sino que se incuba desde la propia identidad y sentido de la organización. En contraposición a cualquier modelo tradicional, la IA propone trabajar sobre elementos de valor real que se hayan detectado y que sean susceptibles de convertirse en tractores del cambio cultural. Esta filosofía implica trabajar sobre un cambio no ya en los procesos sino en la propia conciencia de la realidad de las personas. Dos frases de Albert Einstein -una de ellas fue fundacional para la iniciativa hace ahora un año- explican de manera muy gráfica este punto:
«Ningún problema puede resolverse desde el mismo nivel de conciencia que se creó. Debemos aprender a ver el mundo de una manera diferente para poder cambiarlo.»
«Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando resultados diferentes»
Ambos enfoques podrían ser las bases de la Indagación Apreciativa. Otra de ellas es la constante ocupación del facilitador en centrarse en lo que es obvio y evidente a nuestros ojos y no en conjeturas u opiniones. El trabajo sobre lo inmediato es sin duda una de las claves de éxito de este modelo. Como su propio nombre indica la IA está basada en formular preguntas adecuadas que ayuden a apreciar. El diccionario de la Real Academia define apreciar como «aumentar el valor, reconocer y estimar el mérito de alguien o algo»
Los procesos de coaching y en general todo tipo de procesos de acompañamiento donde la persona acompañada es el centro y el eje del trabajo, comparten una gran cantidad de conexiones con este modelo. He aquí algunas de las fórmulas fraseológicas empleadas en IA que a facilitadores, mentores, coaches, terapeutas nos resultan familiares: «Dime más», «¿Por qué te sientes así?», «¿Por qué esto es importante para tí?», «¿En qué has contribuido a ello?», «¿Qué están haciendo la organización o las personas de tu entorno para ayudarte?», «¿Qué crees que hace que realmente esto funcione?», «¿Qué has aprendido o cómo te ha cambiado esto que acabamos de tratar?». En procesos de acompañamiento es imprescindible utilizar alguna de estas claves y/o jugar con los elementos que desencadenan en el diálogo. Ayudan a educar en el diálogo, a crear el tercer ojo y oído (expresión muy usada en el gremio), y a generar compromiso personal a partir del trabajo sobre realidades (no sobre expectativas basadas en prejuicios)
EL PROCESO DE TRABAJO
De un modo sintético, la indagación apreciativa tiene dos momentos clave, el segundo de los cuales se divide en cuatro fases:
Es necesario identificar mediante entrevistas y sesiones los ELEMENTOS AFIRMATIVOS del equipo o la organización
Trabajar sobre el NÚCLEO POSITIVO y construir liderazgo apreciativo a partir de cuatro fases: Descubrir (identificar los procesos y aspectos que funcionan bien), Soñar (visualizar los procesos que funcionarán bien), Diseñar (planificar y priorizar los procesos que podrían funcionar bien) y Desplegar (ejecutar el diseño propuesto). No entraré en detalle porque tenéis una breve descripción orientativa de las cuatro fases en el artículo del gran Javier Ruíz, compañero de la comunidad Team Academy de Euskadi. Algunos veréis que existe cierta coincidencia con el método Walt Disney a la hora de trabajar la construcción de futuro. Esto ocurre porque ambas herramientas se apoyan en despertar una destreza y una habilidad inherente a todo equipo: la creatividad.
REFERENCIAS
Existe amplia literatura sobre Indagación Apreciativa que podéis consultar pero el propio Javier Ruíz ha recopilado una bibliografía que creo que es muy orientativa para una primera aproximación. Atacadla:
Cooperrider and Srivastva (1987). “Appreciative Inquiry into Organizational Life” en Research in Organizational Change and Development. Pasmore and Woodeman (eds.) Vol. 1, JAI Press.
“Todavía es posible soñar” Teoría apreciativa y Comunicación empresarial. Federico Varona, Ph. D. San José State University. Communication Studies Department San José, California. USA. Septiembre 2003
Si necesitáis explorar el modelo en más detalle o incluso queréis conocer opciones de trabajo, desde la Iniciativa os animamos a poneros en contacto con nosotros 😉
«No ser sino uno con todo lo que vive y, en un feliz olvido de sí mismo, volver a ese todo que es la naturaleza, ése es el cielo del hombre«
Hyperion, Friedrich Hölderlin
Donde yo vivo para encender un buen fuego es necesario preparar una buena base. Por eso utilizo viejos periódicos para prender astillas. A menudo, antes de arrojarlos sobre el piso, echo un vistazo a viejas crónicas y leo lo que ocurría un día como hoy tal vez de hace nueve años. Hoy me topé con un artículo del año 2004 cuyo título me llamó enormemente la atención: «Todas las cosas decían algo» escrito por Juan José Saez. En él se hablaba de la obra poética de Juanele (el enorme Juan Laurentino Ortiz), y del verso número 83 de su Gualeguay: «Todas las cosas decían algo, querían decir algo«. En este verso está resumida una forma de experimentación de la vida que creo poderosa. Hoy hablaré sobre ella. Antes de hacerlo es necesario que añada que Juanele poseía una tremenda identificación con la naturaleza (más en concreto con el río) y que su vida estuvo muy relacionada con una íntima y fértil poética de la luz como bien señala Luis Alberto Salvarezza. Considero que ser el paisaje en el que vives es la forma más transparente de alcanzar eso que llamo el estadio poético anterior. Es por esa capacidad mimética y por su viaje a China por lo que Salvarezza relaciona a Juanele con Lao Tsé. Personalmente yo entiendo su amor por el otoño de Entre Ríos como parte de una vida fundada sobre la libertad. Juanele vivía fascinado por su entorno de modo que no lo traducía sino que se identificaba con él. Juanele era el río y las veredas, el pequeño pájaro y el sauce, las tristes casas de ladrillos y los pasos de madera, el bote inquieto, el pobre perro, la débil sombre y el animal heráldico, las temerosas colinas y también Shakespeare a la hora de la siesta. Su capacidad no de sentir sino de ser estas realidades, le hacía comprender y compartir el mundo. Fascinado por completo, su única opción posible era entonces inspirar.
FASCINARTE E INSPIRAR
Durante el último año, como sabéis, he viajado para experimentar nuevos modelos de innovación y alternativas diferentes para la construcción de equipos y de cambios en el marco de un programa ejecutivo internacional. He coincidido con personas muy interesantes pero hoy solo quiero centrar mi atención en una sola y en lo que aprendí de ella.
Iñaki, antes que un respetado directivo, es un amigo junto al cual he interiorizado y he visto reflejada una forma de vivir tremendamente útil. Al igual que Juanele, mi amigo Iñaki posee una capacidad de fascinación extraordinaria. Cualquier instante de la vida le dice siempre algo. Siempre hay algo fascinante que espera a la vuelta de la esquina. No se trata de que ese algo decida por sí solo que tiene que ser algo increíble sino de que el propio Iñaki decide por defecto que ese algo lo es. Esta suerte de proactividad emocional es siempre saludable. No está basada en lo que la vida puede darme sino en cómo yo influyo sobre mi propia vida. La persona fascinada adquiere propiedad sobre sus actos y los determina. Establece conclusiones a partir de una especie de mentalidad que acoge y digiere todo cuanto llega. Esta actitud convierte con frecuencia a Iñaki en un anfitrión de su propia vida y no en un simple huésped. Por otro lado confieso que resulta inspirador y gratificante convivir con una persona que practica esta destreza. Creo además que ciertos rasgos de personalidad pueden ser educados en el tiempo y contribuyen a «tener el oído atento» o «alimentar otro oído fino, muy fino, que debería aparecer» como dice el poema de Juanele. Entre estos rasgos -que fácilmente encuentro tanto en la obra poética de Juanele como en la propia vida de mi amigo Iñaki- destaco la sinceridad, la sencillez, la humildad, la autocrítica pero sobre todo un incontenible y voraz espíritu de aprendizaje. Nadie que quiera devorar la vida hasta el último jugo, puede dejar de estar fascinado ni un solo minuto.
Como último punto reseñable he de decir que la existencia de personas fascinadas es una prueba más de la mecánica cuántica y más en concreto del principio de incertidumbre o relación de indeterminación de Heisenberg (1) a través de la cual se establece que el observador por el mero hecho de serlo influye, altera, determina y condiciona la realidad observada.
Una vez establecido el arquetipo de persona fascinada, sería bueno que utilizara algunas metáforas a modo de observaciones propias -sobre mi experiencia y la de otros- para explicar el increíble poder que tiene la fascinación en las personas:
1ª LEY DE LA FASCINACIÓN: CALIDAD. Toda persona fascinada es siempre una persona fascinante. Pero no toda persona fascinante es siempre una persona fascinada.
2ª LEY DE LA FASCINACIÓN: INFLUENCIA. Todo lo que está a tu alrededor no ocurre sino que te ocurre. Pasa por y para ti. Eres parte de ello. Lo necesitas y te necesita. Tu eres el protagonista y tu capacidad de fascinación está en tus manos.
3ª LEY DE LA FASCINACIÓN: INCERTIDUMBRE. No puedes controlarlo todo. En este principio de sorpresa constante radica la belleza de la vida. De este modo -y utilizando un viejo poema que escribí cuando era niño- La vida no es bella pero tiene intermitencias, sino que la vida es bella porque tiene intermitencias.
4ª LEY DE LA FASCINACIÓN: INTENSIDAD. El nivel de fascinación es directamente proporcional a la cantidad de combinaciones posibles de diferentes realidades a un solo mismo tiempo. A niveles de combinación elevados, existe la rotura mental o emocional por fascinación saturada. Se trata de una especie de diabetes de la fascinación que a menudo conviene controlar.
5ª LEY DE LA FASCINACIÓN: FORMA. Todas las cosas dicen algo.Esta cosa puede ser un acto, un objeto, un momento, un ser vivo, un ser muerto, una experiencia, un recuerdo o una proyección a futuro. La forma también es proporcionalmente adaptable a la fluidez de la persona fascinada.
6ª LEY DE LA FASCINACIÓN: AUTONOMÍA. Toda persona fascinada es su propia energía y su motor. Posee un nivel elevado de autonomía y se puede recargar constantemente sin necesidad de otro tipo de dispositivo externo.
7ª LEY DE LA FASCINACIÓN: INSPIRACIÓN. Toda persona fascinada es siempre una persona inspiradora. Esto se debe a la enorme capacidad de transpirar y asimilar la realidad que lo fascinante ejerce sobre la persona fascinada.
Se diría que el mundo se ha parado. Attraversiamo. El valle es profundo y doloroso y nosotros nos negamos a seguir sufriendo. Es nuestra elección. Nunca de otro.
Desnudo mis pies junto a la hoguera. Siento cómo el fuego acaricia y diluye mis temores. No tengo el control, solo soy parte de esto. He quemado colecciones de miedo. Abandoné mi ego. He pintado mi paz sobre un lienzo en llamas rodeado de hollín negro.
Cualquier tipo de ruina es un regalo. Attraversiamo. El valle es apenas un bello accidente geográfico. Solo caminamos fuera cuando lo necesitamos dentro.
Me doy mi vida. Como una diminuta llama. Me tiendo la mano. Me ofrezco.
Vivo hoy y vivo ahora. Elijo este momento.
***
Consejo a mi futuro hijo:
Recela de aquellas personas que emplean más tiempo en conocer o convencer a otros.
Respeta a todas aquellas que emplean más tiempo en conocerse y convencerse a sí mismos.
***
La Gran Muralla nunca estuvo en China. La Gran Muralla siempre estuvo en ti. Es un estado de ánimo continuo. Protege lo que eres de lo que puedes llegar a ser. Cada piedra de la Gran Muralla es un miedo diferente. Está el miedo a saltar y el miedo a volar sin que existan las certezas. Está el miedo a vivir cada día de tu vida y el miedo a morir el último de ellos. Está el miedo a amar y a ser amado, el miedo a decir lo que piensas o a que otro diga lo que piensa. Está el miedo a la tristeza y también a la alegría. Está el miedo a atacar pero también a defenderse.
Es posible cruzar la Gran Muralla. Comparto mis propias instrucciones:
Innovación es hacer el amor contigo sin tocarte. Imaginar que mi voz se reproduce. Atacar tu sistema nervioso como nadie.
Innovación es escucharte. Atreverme al silencio cuando hablas. Teñir de expectación mi ruido y no esperar sino esperarte.
Innovación es estar quieto. Memorizar esa sonrisa que tiene vida más allá del cuerpo.
Innovación es sentirte cerca. Convertir mi piel en una tierna fortaleza. Abrazarte y no esperar a que me abraces.
Innovación es disfrutarte. Darme al mundo y encontrarme. Abrigar la certeza de ser alguien.
Innovación es viajarte. No hacer nunca maletas si no vas a otra parte.
Innovación es conocerte. Ser tu lugar. Y que ese lugar que siempre estuvo en ti continuamente cambie.
Innovación es saberte millonario. Tener un solo billete y tocarte. No aceptar revisores de tu viaje.
Encuentro a diario a muchas personas que cargan con un gran peso sobre sus espaldas. A veces llaman a este peso Historia, Responsabilidad o Exigencia y a menudo se traduce en un gran estrés que atenaza sus vidas por completo. Les impide distinguir cuál es su lugar en la vida y en el mundo. Pero afortunadamente existe el universo 😉
Hoy quiero compartir una gran historia; la historia del lugar donde vivimos. Habla de quienes somos y de nuestra auténtica importancia, habla de que «el universo no se hizo para nosotros» y de que apenas una ínfima parte de todo el vasto universo depende de ti. No eres el centro de todo cuanto ocurre. De modo que, amigo, relájate y disfruta.
Uno de los modelos de expresión que utilizo con frecuencia para trabajar con personas es lo que denomino el pensamiento en escala. Es un camino que antes recorrieron la ciencia, la filosofía y la espiritualidad de cualquier civilización sobre la tierra. Es un camino que se puede recorrer en dos sentidos: de lo general a lo particular (deducción científica) y de lo particular a lo general (inducción experimental). En el primero de los casos se trata de trabajar con realidades comunes y universales a partir de las cuales se establecen conclusiones concretas y aplicables a una particularidad. En el segundo, se trata de establecer una secuencia ordenada de relaciones que ayude a digerir una particularidad y a establecer las bases de premisas algo más generales. En lógica existen reglas de inferencia básicas que pueden ayudarnos a trabajar en los dos sentidos. No estoy descubriendo nada nuevo pese a que la lógica es frecuentemente sustituida por la superchería, el victimismo y el prejuicio. Ambos recorridos han sido transitados por el hombre desde hace miles de años, ayudan a superar el ego (egocentrismo, narcisismo, egolatría) y suponen la base de cualquier avance en la historia de la Humanidad. Para un agnóstico activo como yo, lo que voy a compartir ahora implica quizás el grado más elevado de comienzo deductivo que tal vez yo pueda alcanzar. Para mí, la persona que logra acercarse a esta comprensión de su papel en la vida, está muy cerca de hallar el equilibrio. Porque el primer paso de cualquier camino siempre parte de saber en qué lugar te encuentras. Y yo ahora estoy aquí:
Pale Blue Dot (Punto azul pálido) es una fotografía del planeta Tierra tomada el 14 de febrero de 1990 por la sonda espacial Voyager 1 desde una distancia de 6000 millones de kilómetros. La imagen muestra la Tierra como un punto de luz casi imperceptible de 0,12 píxeles de tamaño en medio de la vastedad del universo. También es el título de un maravilloso libro de Carl Sagan que ahora mismo estoy leyendo y que está inspirado en esta fotografía. El capítulo 1 de ese libro nos ayuda a comprender el significado de esta imagen y nuestro más que humilde lugar en el universo:
«Desde la distancia, los planetas parecen sólo puntos de luz, con manchas o sin ellas, incluso a través del telescopio de alta resolución instalado a bordo del Voyager. Son como los planetas observados a simple vista desde la superficie de la Tierra, puntos luminosos más brillantes que la mayoría de estrellas. Por espacio de unos meses, nuestro planeta, al igual que los demás, da la sensación de flotar entre las estrellas. Con sólo mirar uno de esos puntos no somos capaces de decir lo que alberga, cuál ha sido su pasado y si, en esta época concreta, vive alguien allí.
Como consecuencia del reflejo de la luz solar de la nave hacia la Tierra, ésta parece envuelta en un haz de luz, como si ese pequeño mundo tuviera algún significado especial. Pero se trata solamente de un accidente achacable a la geometría y a la óptica. El Sol emite su radiación equitativamente en todas
direcciones. Y si la imagen hubiera sido tomada un poco antes o un poco después, no habría habido haz de rayos solares que iluminara la Tierra.
¿Y por qué ese color azul celeste? El azul procede en parte del mar y en parte del cielo. Dentro de un vaso, el agua es transparente y absorbe ligeramente más luz roja que azul. Pero si lo que hay son decenas de metros de ese elemento o más, éste absorbe toda la luz roja y lo que se refleja de vuelta al espacio es el azul. Del mismo modo, a corta distancia, a través del aire, el objeto se ve transparente. No obstante —y eso es algo que Leonardo da Vinci explicó a la perfección—, cuanto más distante se encuentra, más azul parece. ¿Por qué? Ello es debido a que el aire dispersa mucho mejor la luz azul que la roja. Por ello, el matiz azulado de ese puntito es debido a su espesa pero transparente atmósfera y a sus profundos océanos de agua líquida. ¿Y el blanco? En un día normal, la Tierra aparece medio cubierta de blancas nubes de agua.
Nosotros somos capaces de explicar ese azul pálido que presenta nuestro pequeño mundo porque lo conocemos bien. Sin embargo, es menos probable que un científico extraterrestre, recién llegado a los aledaños de nuestro sistema solar, fuera capaz de deducir la existencia de océanos, nubes y una atmósfera densa. Neptuno, por ejemplo, es azul, pero fundamentalmente por razones distintas.
Desde esa posición tan alejada puede parecer que la Tierra no reviste ningún interés especial.
Pero, para nosotros, es diferente. Consideremos de nuevo ese punto. Eso es aquí. Eso es nuestra casa. Eso somos nosotros. En eso ha vivido todo aquel de quien hayas oído hablar alguna vez, todos los seres humanos que han existido. La suma de todas nuestras alegrías y sufrimientos, miles de religiones seguras de sí mismas, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y cada recolector, cada héroe y cada cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y cada campesino, cada joven pareja enamorada, cada niño esperanzado, cada madre y cada padre, cada inventor y explorador, cada maestro de moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y cada pecador en la historia de nuestra especie ha vivido ahí – en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol.
La Tierra es un muy pequeño escenario en una vasta arena cósmica. Pensemos en los ríos de sangre derramada por tantos generales y emperadores con el único fin de convertirse, tras alcanzar el triunfo y la gloria, en dueños momentáneos de una fracción del puntito. Pensemos en las interminables crueldades infligidas por los habitantes de un rincón de ese pixel a los moradores de algún otro rincón, en tantos malentendidos, en la avidez por matarse unos otros, en el fervor de sus odios.
Nuestros posicionamientos, la importancia que nos auto atribuimos, nuestra errónea creencia de que ocupamos una posición privilegiada en el universo son puestos en tela de juicio por ese pequeño punto de pálida luz. Nuestro planeta no es más que una solitaria mota de polvo en la gran envoltura de la oscuridad cósmica. Y en nuestra oscuridad, en medio de esa inmensidad, no hay ningún indicio de que vaya a llegar ayuda de algún lugar capaz de salvarnos de nosotros mismos.
La Tierra es el único mundo hasta hoy conocido que alberga vida. No existe otro lugar adonde pueda emigrar nuestra especie, al menos en un futuro próximo. Sí es posible visitar otros mundos, pero no lo es establecernos en ellos. Nos guste o no, la Tierra es por el momento nuestro único hábitat.
Se ha dicho en ocasiones que la astronomía es una experiencia humillante y que imprime carácter. Quizá no haya mejor demostración de la locura de la vanidad humana que esa imagen a distancia de nuestro minúsculo mundo. En mi opinión, subraya nuestra responsabilidad en cuanto a que debemos tratarnos mejor unos a otros, y preservar y amar nuestro punto azul pálido, el único hogar que conocemos.»
Un punto azul pálido: Una visión del futuro humano en el espacio, Carl Sagan (1994)
En este video el propio Sagan lee un fragmento de este capítulo. Disfrútalo: