por David Criado | Feb 8, 2016 | DESARROLLO DIRECTIVO

«El ser humano es maravilloso, pero solo para un rato»
maestro Javier Cansado (cómico, Temp. 6 del progr. de TV Ilustres Ignorantes)
Se habla mucho de una palabra que pronto caerá en desuso. La hemos arrugado tanto que apenas ya sabemos pronunciarla sin parecer algo anticuados.
Esta palabra todavía resuena en un tiempo en el que hablamos de responsabilidad distribuida tratando de entender aún qué significa. Esta palabra sobrevive a duras penas en un momento en el que las organizaciones, fruto de su propia evolución y la de la sociedad a la que dan servicio, tienden hacia estructuras mucho más horizontales. Esta palabra se escucha aún en una época en la que el management se está reinventando para encontrar acomodo como vínculo entre personas y no como meta por encima de ellas.
Esta palabra es liderazgo. Y aunque toda persona aprende a convivir con ella, a muchos ya les resulta un tanto incómoda. Entretanto -lector o lectora- alguien como yo sigue necesitando un término que le ayude a expresar en pocas sílabas lo que esta breve parábola hoy recoge:
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EL EMPERADOR QUE QUERÍA GOBERNAR A OTROS
Y EL MENDIGO QUE TENÍA
EL ÚNICO SECRETO PARA HACERLO
Cuentan que hace varios miles de años, en otro tiempo y un mundo algo más grande, existía un curioso personaje. Vivía tendido en el suelo y comía y dormía en un rincón junto a los perros. Todo el mundo se reía de su extraña vida y ocurrencias al tiempo que le respetaban y pedían consejo como anciano. Un buen día visitó la ciudad un admirado y joven emperador al que le hablaron con fervor del curioso personaje, de suerte que quiso conocerle. Llegado al lugar donde vivía, el emperador quiso pedirle un único consejo. Tenía cierta vergüenza de reconocer y compartir su inquietud en público, por lo que alejándose de su séquito y queriendo ganarse el favor del anciano, se acercó hasta él y le dijo:
– Se dice que tu experiencia te ha hecho buen sabio en tu pobreza. Tal vez puedas ayudarme. He sido ampliamente instruido por filósofos y doctores, se todo tipo de artes y ciencias pero me veo ahora llamado a gobernar y dirigir personas. Y quiero aprender esto de otros. Me han dicho que la gente acude a ti desde muy lejos y te escuchan, atienden y aprecian. Ahora veo que eres pobre y que mendigas pero ¿Cuántas personas gobernaste y lideraste en el pasado para que todo el mundo acuda a ti ahora?
Contrariado, el anciano vagabundo miró sorprendido al emperador, y echándose a reír le dijo:
– Te contaré un secreto. Solo me he gobernado a mí mismo a lo largo de mi vida. En ella he comprobado en numerosas ocasiones cómo quien pretende gobernar a otros, acaba desgobernándose a sí mismo; y cómo quien trabaja para gobernarse, acaba gobernando a otros. Esto ocurre porque la única persona a la que cada uno de nosotros necesita dirigir, es a uno mismo. En realidad, no podemos gobernar a otros, más bien todos nosotros necesitamos gobernarnos. Y mientras aprendemos continuamente a hacerlo, permitimos a menudo que otros nos gobiernen. Sin embargo no admiramos a aquel que nos gobierna, sino al que nos permite aprender a gobernarnos, al que se gobierna a sí mismo, al que se conoce y vive de acuerdo a lo que es. No seguimos al que cree que puede gobernar a otros, sino a quien sabe que solo puede gobernarse. Porque gobernándote habilitas también a otros para que se gobiernen. Aprender esto ha sido y es mi único valor, pero es un valor difícil de encontrar. Por eso aquellos que no lo tienen o comprenden, los que todavía no lo conocen y lo buscan, al verlo continuamente en otro, le siguen sin dudarlo. De suerte que el liderazgo no es un medio sino una consecuencia. Quien aprende a liderarse a sí mismo, se habilita para liderar a otros.
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por David Criado | Feb 4, 2016 | DESARROLLO PERSONAL

«El que no ama siempre tiene razón, pero es lo único que tiene»
Antonio Gala (escritor)
En un principio pensé titular este artículo «Por qué nos aprecian las personas«. Luego, al comenzar a redactarlo me di cuenta de que yo solo puedo saber por qué me aprecian y no por qué aprecian a otros. Cada uno -supongo- tendrá su particular explicación. Algunos hablaran de que las personas les aprecian porque tienen claros valores morales o principios; otros dirán que las personas les aprecian por su educación y compostura; otros defenderán que son apreciados por sus acciones heroicas o sus grandes hazañas. En lo que a mí respecta, creo que ninguna de estas tres cosas explica -lector o lectora- por qué me aprecian tanto las personas. Creo que incluso soy un auténtico desastre en todas ellas.
Sin embargo me he pasado la vida amando y siendo amado por otros. De hecho creo que hasta el momento, he tenido la existencia más rica y plena que alguien pueda desear. Mi vida –en términos absolutos- está fielmente retratada en ese maravilloso poema de William Ernest Henley que llevo en mi cartera. Pero entonces, ¿Cómo he llegado a esto?, ¿Qué he hecho para merecer el aprecio y la consideración de otros? Hoy me pregunto por qué soy tan afortunado, por qué demonios me quieren y aprecian las personas. Y de momento estas -lector o lectora- son todas mis respuestas:
ELIJO NO SER DIOS
Aunque a veces, desbordado, lo pretenda. Acepto que por encima de mí hay algo superior en todo momento, circunstancia y ocasión. Todos tenemos siempre por encima de nosotros algo superior. En esto, créame, no somos muy originales. Usted si es creyente lo llamará Dios, si es hijo lo llamará padre, si es militar lo llamará señor, si es científico lo llamará Universo (Naturaleza) y si es un empleado lo llamará estructura (jefe, cultura, empresa). Pero siempre hay algo superior que usted no puede controlar. En otras palabras, mi área de responsabilidad sobre aquello que ocurre, aún siendo enorme y motivadora es también muy limitada. Por fortuna el hecho de que las cosas me vayan siempre bien NO ES SOLO mi culpa, aunque sea sobre todo culpa mía.
Las personas me aprecian porque suelo recordar que soy pequeño.
ELIJO ACEPTAR Y AGRADAR A LAS PERSONAS
Si bien antes me costaba aceptar a las personas tal y como eligen ser, desde hace ya varios años cada día aprendo a aceptarlas y tomar mis decisiones en función de lo que ellas quieren ser y no de lo que yo quiero que sean. Aunque nuestro narcisismo nos impida verlo con tanta claridad, la vida nunca es un teatro de marionetas que están a tu servicio. Cada persona tiene sus propios intereses y no respetarlos ni contar con ellos es dilatar o esconder un sufrimiento latente. Cada vida humana es un tesoro repleto de experiencias. Lo que me dignifica y enriquece mi persona no es obviar este tesoro, sino otorgarle el valor que me merece. Y para explorarlo con calma y detenimiento, me dedico sin descanso a agradar de forma sincera a las personas. Hago esto de forma natural pero conscientemente, con herramientas y constancia. Lo hago una y otra vez porque me he dado cuenta que es la forma más eficiente y eficaz de ser feliz y hacer felices a otros.
Las personas me aprecian porque intento aceptarlas y hacer que sean fieles a sí mismas.
ELIJO VIVIR EN DIRECTO Y NO EN DIFERIDO
Recuerdo siempre con cariño aquella reflexión tan poderosa de Pessoa que leí hace ya muchos años y que hoy a menudo recupero en las sesiones. Decía: “Llevo conmigo las heridas de las batallas que he evitado” Existe una creciente tendencia en las personas a posponer la vida. Y verán ustedes, la vida no es algo a conquistar, no es algo así como un premio tras un esfuerzo extraordinario. Es más bien como una planta, algo que usted necesita regar ahora para que luego pueda dar sus flores o sus frutos. Aunque tal vez esa planta sea hoy muy pequeña para usted o para otros, nada salvo su firme compromiso con ella la hará grande. Las plantas solo crecen en directo. Pese a que usted –lector o lectora- haya visto muchos documentales donde una planta que creció vuelve a hacerlo de nuevo ante sus ojos, lo cierto es que las plantas solo crecen en directo. Si usted permanece a la espera de una vida mejor, abandone desde ya toda esperanza. Si por el contrario usted vive en directo, experimentará victorias y fracasos, lecciones que le harán crecer y conectar con la esencia de la vida. Usted podrá decirse a sí mismo justo antes de morir: Invertí todo mi esfuerzo en jugar este partido y no en evitarlo.
Las personas me aprecian porque suelo estar aquí y ahora y no esperando otro momento.
ELIJO TENER PAZ Y NO TENER RAZÓN
Vivo de acuerdo a lo que creo. He aquí la gran innovación: en la anterior oración, “creo” hace referencia al verbo “crear” y no al verbo “creer”. Trataré de explicar esto en detalle.
Hubo un tiempo en que yo luchaba para tener razón. Vivía cada día de mi vida buscando pruebas de que yo estaba en lo cierto. Si a menudo no las encontraba, solía entonces cambiar mi idea de las cosas. Sea como fuere, siempre encontraba un castillo para defenderlo.
Ahora sin embargo quiero tener paz. Por lo que parece, todo el mundo quiere tener paz. Pero he aprendido que esto no es del todo cierto. He aquí por qué creo que no es cierto: El conflicto se tiene, no hay que trabajar para tenerlo. Pero la paz… la paz nunca se tiene sino que hay que trabajar para tenerla. Hay algo que es común a todas las personas: cada una de ellas quiere tener razón y lucha para que otras asuman que la tiene. De esto es capaz hasta el más humilde insecto que habita este planeta. Todos podemos elegir a algo o a alguien por lo que luchar hasta la extenuación o la muerte. Esto por sí solo puede que nos haga grandes y a veces admirables, pero no nos hace únicos.
Lo que me hace único, aquello que me dota de toda mi energía y mi valor, es vivir para tener paz y no para tener razón. Suelo por ejemplo buscar el entendimiento y la paz, y viviendo de este modo, los genero. También he aprendido que suelo estar equivocado y que aquello que me ha sacado de los más profundos hoyos no ha sido nunca negar que yo estaba equivocado, sino generalmente aceptarlo.
Si yo elijo tener razón, he experimentado –y creo haber aprendido con dolor de ello- que suelo dejarme la mayor parte de cosas importantes por el camino. Pero si elijo tener paz, abandonar mi ego y mi discurso, alejarme de mis convicciones hasta poder dar cabida a otros, paradójicamente además de tener paz, el resto de personas me acaban otorgando cierto grado de razón. En otras palabras, vivir para tener razón casi nunca suele dar una paz verdadera al individuo y pocas veces suele ser algo razonable. Pero vivir para tener paz, suele darte no solo paz sino razón.
Las personas me aprecian porque no aspiro a vencerlas sino a comprenderlas.
¿Por qué creo que todo esto funciona?
Aunque no hago siempre todas las cosas anteriores, sí creo ser consciente de que las hago la mayor parte de las veces. Y cuando las hago, obtengo enormes resultados a corto, medio o largo plazo. De forma que haciendo esto de forma repetida, apreciarme resulte tremendamente fácil para otros. Es como poner un balón en el punto de penalty, hacer que se vaya de vacaciones el portero y decirle a la persona: Ahora, tira. Por otro lado, aunque no todos me aprecian o me quieren, aquellos que lo hacen son los que verdaderamente necesito que lo hagan.
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por David Criado | Dic 30, 2015 | DESARROLLO PERSONAL

«Examina tu interior: no dejes que se te escape la cualidad interior ni el mérito de nada»
Marco Aurelio, filósofo y emperador romano (Meditaciones, Libro VI, 3)
Hoy hablaré sobre nuestro territorio emocional y sobre la importancia que tiene conocer y comprender el amplio abanico de nuestras emociones. El mapeo y análisis de las emociones humanas es un trabajo individual que cada uno debería acometer en algún momento de su vida. Nadie puede, por tanto, decir a estas alturas de la evolución de nuestra especie y nuestras sociedades, que nadie le enseñó a conocer sus emociones. Si bien eso puede ser completamente cierto, no excusa que usted mismo no haya decidido tomar las riendas de sus propias emociones para disfrutarlas y evitar que a menudo le ganen la partida.
Este artículo pretende aportarle recursos de interés orientados a la construcción y conocimiento de su propio territorio emocional. Defiendo con firmeza que si bien el conjunto de las emociones humanas es algo común a todas personas, la construcción de lo que he llamado un territorio emocional propio que sea saludable, enriquecedor y rentable es una tarea individual de cada uno. Estos son los apartados que integran este artículo:
- 2 conceptos previos de geografía humana: Determinismo/Posibilismo y Género de vida
- 2 claves para construir un territorio emocional propio: Vacúnese contra el posibilismo radical y Recuerda que eres mortal.
Comenzamos.
2 CONCEPTOS PREVIOS DE GEOGRAFÍA HUMANA
En su libro Evolución de la geografía humana, el maestro Paul Claval nos habla de una persona que marcó el estudio de la geografía. Antes de Piaget y su influencia en el pensamiento geográfico moderno, hace ahora casi 150 años Vidal de La Blache se hizo una pregunta: ¿Cómo las relaciones humanas determinan el espacio que habitan?
Él encontró varios conceptos para explicar los campos de influencia entre la persona y su entorno. Habló en ambas direcciones de cómo el territorio determina a las personas (determinismo) y de cómo la persona influye sobre el territorio (posibilismo). En función de estas dos relaciones, La Blache dibujó un mapa sociológico sencillo basado en ámbitos de responsabilidad e influencia tanto del entorno (la naturaleza y sus recursos) como de la persona.
Entonces se pensó que el determinismo era nuestra característica común con el resto de especies y que el posibilismo (nuestra capacidad de modificar el propio entorno) era lo que hablaba de nuestro desarrollo avanzado como especie. El posibilismo entonces se entendió como nuestra genuina habilidad para cambiar y adaptarnos al entorno o de cambiar y adaptar el entorno a nosotros, dotándole y dotándonos de un carácter social.
Al conjunto de actividades que establecemos en relación con nuestro territorio se le llamó Género de vida. Por ejemplo, tenemos el género de vida de un agricultor que explota la tierra en la que vive, o el género de vida de un político urbano que aprovecha la modificación del territorio que él hace e hicieron otros antes que él.
2 CLAVES PARA CONSTRUIR SU TERRITORIO EMOCIONAL
Antes de continuar, dos apuntes.
En primer lugar, usted puede aprender a conocer sus emociones de una forma más extensa en los recursos que figuran al final de este artículo. Hoy no intentaré hacer un mapa exhaustivo de nuestras emociones, sino dar algunas recomendaciones clave para que usted construya un territorio emocional saludable entre tanto ruido y velocidad en nuestro tiempo.
En segundo lugar, he de confesarle que no me gusta trabajar en exceso sino lo justo; y que no me gusta reinventar la rueda sino aprovecharla. Por eso creo que todos los descubrimientos en geografía humana que acabamos de repasar en el anterior apartado son aplicables a lo que denomino geografía emocional. Sobre ellos compartiré en clave de símil, los elementos para la construcción de un territorio emocional propio:
NO TODO ES POSIBLE AHORA. Vacúnese contra el Posibilismo radical

Lo que usted tiene sobre estas líneas no es una vaca volando. Eso no es posible (ni con muchas ganas). Lo que usted tiene sobre estas líneas es un globo aerostático con forma de vaca volando. Eso sí es posible (con conocimiento científico y esfuerzo).
Usted -lector o lectora- vive hoy en una época de profundo desequilibrio entre el peso que se otorga a su propia entorno (determinismo vital) y el peso que se le otorga a usted (posibilismo vital) a la hora de construir su realidad. Considero que es importante equilibrar en su justa medida nuestro atrevimiento (valor) y nuestra inteligencia de las cosas (aceptación). Para ello nada mejor que no infravalorar el extraordinario poder de nuestro entorno para neutralizar y determinar nuestra propia vida. La superación humana no consiste en negar nuestra realidad sino en aceptarla (partir de ella) sin resignarse a que se apropie de nuestra capacidad de desarrollo.
Es lógico por tanto que el ser humano tenga una fábrica continua de héroes, personas que emprenden extraordinarias gestas para alcanzar un sueño propio (aquellos a los que respeto) o para alcanzar un sueño compartido (aquellos a los que admiro). Hasta aquí todo es razonable y forma parte de nuestra condición.
Más allá de todo esto existe una tendencia febril a responsabilizar por completo a las personas de su propia realidad. Es el denominado SI QUIERES, PUEDES o el TODO ES POSIBLE. Algunas otras acepciones simplistas y snob son estas: Lo único imposible es aquello que no intentas; o Todo es posible para el que cree (este último es un versículo del Antiguo Testamento, ahí es nada). De hecho tal es la perversión que si usted teclea «NO TODO ES POSIBLE» en el apartado de imágenes de google, todos los resultados que le saldrán serán sobre «TODO ES POSIBLE». Oh my god!, que dirían los ingleses. Todo esto comenzó siendo una corriente de marketing curiosa en algunos anuncios y vallas publicitarias, luego algunas otras compañías cinematográficas contribuyeron a difundir este pensamiento, y por último ha acabado inundando las escuelas, oficinas y foros profesionales de muy diversos campos. Si usted me pregunta por qué creo que ha extendido tanto esta creencia infundada del TODO ES POSIBLE que es estadística y rigurosaramente falsa, creo que se debe a que el ser humano tiende a compartir grandes victorias o proezas y no grandes fracasos. Pero una cosa es no compartir lo que es imposible y otra muy distinta, obviarla. Las redes sociales están plagadas de esta caricatura posibilista que está haciendo mucho daño a las personas. Su aportación al desarrollo humano consiste en elevar el nivel de expectativas y necesidades propias a niveles extremos para luego intentar alcanzarlos o cumplirlos. Denomino Posibilismo radical a esta tendencia destructiva de la que usted puede perjudicarse en numerosos sitios de la red y en no pocos libros de autoayuda.
Esta tendencia está muy extendida en todo tipo de campos pero destaco el Deporte, la Gestión de personas, y sin duda el denominado Desarrollo personal. La clave para comprender cuando algo es bueno o malo nos la dieron ya los griegos: Amigo mío, en el término medio está siempre la virtud. Defiendo que todo lo que suponga exclusividad en nuestra atención es -no me cabe duda- perjudicial. Todo lo que voy a exponer como ejemplos del Posibilismo radical, está basado en dos estrategias implícitas: dinamitar el término medio para desequilibrar consciente o inconscientemente nuestras vidas, y establecer objetivos aparentemente imposibles para focalizar nuestra atención y nuestra vida en conseguirlos en detrimento de otros ámbitos de desarrollo. Veamos algunos ejemplos.
En el campo del Deporte, existe un creciente número de personas que han desvirtualizado la práctica deportiva como un hábito saludable en nuestras propias vidas, para convertirla en una obsesión y un culto incongruente por el cuerpo. Digo incongruente porque pese a que predican una vida saludable, su obsesión por una práctica deportiva extrema les lleva en la mayoría de casos a descuidar su nutrición, descompensar y desequilibrar su vida o basar su vida en aparentar ser saludables sin la construcción de hábitos de valor. Defiendo y practico que el deporte debe ser un complemento de nuestra vida (relaciones significativas, desarrollo profesional, inquietud intelectual), no nuestra única vida. Entre los trending topic del Posibilismo radical deportivo destaco algunas fiebres importadas que muy pocos practican de forma saludable: crossfit, running extremo, y fitness absoluto.
En el campo de la Gestión de personas, existe una creciente tendencia en los profesionales de la selección a responsabilizar a la persona que busca trabajo de que no encuentre trabajo. Entre los profesionales de la formación, responsabilizar en exclusiva al empleado de su propio desarrollo sin dotarle de recurso, infraestructura o una cultura de apoyo, es sin duda un ejemplo de Posibilismo radical en las empresas. Entre los profesionales del desarrollo de RRHH, existe también la peligrosa asunción básica infundada -origen de la caída de toda organización- de que es el propio profesional el que debe destacar por sí mismo en su desempeño sin necesidad de dotarle de una política de carrera concreta, un liderazgo responsable y consecuente y una organización leal con su trabajo. La filosofía Up or out (traducción literal: o asciendes o te vas) que prima en muchas consultoras y organizaciones y que yo mismo he vivido, es un ejemplo de Posibilismo radical ridículo. Usted puede ampliar detalles sobre cómo salvar todo esto en el artículo Claves para la gestión de RRHH en tu organización.
En el campo del Desarrollo Personal usted encontrará innumerable ejemplos de Posibilismo radical. La corriente del empoderamiento personal, basada en dotar a la persona de modelos, herramientas y técnicas para tomar las riendas de su desarrollo, es sin duda constructiva y han contribuido a ella diversas prácticas que ejerzo como el coaching, el mentoring o la facilitación, que se alimentan de la psicología, la filosofía, la sociología y el management. Sin embargo algunos profesionales del acompañamiento que respeto por haber decidido dedicar su vida a ayudar y acompañar a otros, se empeñan en el empoderamiento absoluto de la persona. Esto es, en trasladarle toda la responsabilidad de desarrollo de su propia vida y su trabajo. Sin duda, un ejemplo cruel y frustrante de Posibilismo radical. Por mucho que quieran muchos de estos profesionales, no somos algo muy diferente a lo que el maestro Ortega nos dijo a comienzos del siglo XX: Yo soy yo y mis circunstancias. La actitud ante la vida sin duda es lo básico, pero nunca lo único. Infravalorar a las circunstancias en favor de la propia persona, es hacerle un flaco favor. Antes bien, un buen acompañamiento está basado en el estudio y análisis de la persona y de sus circunstancias.
RECUERDA QUE ERES MORTAL. Sea humilde y tome decisiones

Si usted -como yo- ama el cine, y en concreto el cine histórico, habrá visto esa maravillosa película titulada La caída del imperio romano (Mann, 1964). En la película no pasa desapercibido un momento espléndido que voy a relatar tal y como lo recuerdo. Tras la conjura contra Marco Aurelio y tras ser proclamado emperador en la frontera del norte del imperio, su hijo Cómodo entra triunfante en Roma como nuevo emperador, aclamado y vitoreado por un pueblo enfervorizado. Durante todo esta marcha triunfal -propia de cualquier general que volvía victorioso de la guerra- la cuadriga imperial tiene tres ocupantes. El primero de ellos, el auriga, conduce la cuadriga. El segundo es el propio emperador. El tercero, un hombre con barba blanca tupida y manto blanco en el que apenas repara el espectador durante la secuencia. Sin embargo cuando la cuadriga se detiene ante el palacio del Senado, este personaje cobra sentido. Tras la marcha triunfal, endiosado y justo en el momento en el que baja del carro, el hombre más poderoso del mundo conocido, escucha como este enigmático tercer ocupante le dice: «Recuerda que eres mortal«.
Esto, que es una mera anécdota para el espectador en la trama de la película, tiene un fundamento histórico. El maestro Marco Aurelio, gran filósofo estoico y emperador romano, solía pasear entre la plebe para conocer su modo de vida y condiciones. A menudo lo hacía a escondidas pero casi siempre acababa siendo reconocido por alguien y vitoreado o vilipendiado. Para todos los paseos por Roma y en general para cualquier acto público, Marco Aurelio empleó durante su tiempo de gobierno a una persona a tiempo completo cuyo único trabajo era acompañarle y repetir cada cada cierto tiempo una sola frase: «Recuerda que eres mortal«. Ya hemos hablado aquí mucho sobre la escuela estoica y sobre la utilidad de sus enseñanzas para crecer como personas. Pero esta historia verídica es sin duda una gran lección.
Si usted quiere llevar una vida saludable sea humilde sin condiciones ni pretextos. Recuerde que en todo momento es usted mortal. Si quiere ser feliz, tome decisiones a partir de su territorio emocional propio. Como base para estas decisiones, conózcase a sí mismo y consulte algunos de estos recursos como primera aproximación:
- Libros recomendados para una primera aproximación a la construción de un territorio emocional propio: Universo de emociones de Rafael Bisquerra (PalauGea,2015), Viaje a las emociones de Eduardo Punset (Destino, 2010), Inteligencia emocional de Daniel Goleman (Kairós, 1996), Emoción y conflicto de Josep Redorta (Paidós, 2006), Ecología emocional de Jaume Soler y M. Mercé Conangla, (Amat, 2013)
- Para un estudio en detalle, recomiendo consultar algunas de las áreas de maestría del MAD que incluyen el conocimiento de las emociones.
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por David Criado | Dic 19, 2015 | CREATIVIDAD e INNOVACIÓN

“Si piensas que la tecnología puede solucionar tus problemas de seguridad, está claro que ni entiendes los problemas ni entiendes la tecnología”
Bruce Schneier (criptógrafo, mayor experto en seguridad informática del mundo)
En este artículo explico mi punto de vista sobre cómo la digitalidad ha influido en el comportamiento humano y cómo podemos trabajar por un modelo de digitalidad saludable. Muchos han escrito y escriben sobre temas que tienen que ver con la digitalidad y el uso de las nuevas tecnologías. Yo mismo hace poco escribí sobre las viejas. Sin embargo creo que se ha escrito muy poco sobre las bases fundamentales y los retos que la digitalidad nos plantea como personas.
En realidad esto de la digitalidad forma parte de mi vida y mi desarrollo como persona. Mi padre abrió una academia de informática en un barrio humilde de mi ciudad cuando nadie en España sabía que demonios era eso y todo el mundo necesitaba aprenderlo. Yo iba allí a menudo como alumno y a veces como profesor en los 90. En segundo lugar parte de mi carrera, antes de centrarme en trabajar por las personas, la desarrollé en el mundo tecnológico.
Hoy trataré de hablar brevemente sobre cómo hemos llegado a los modelos de consumo de la digitalidad actuales y qué retos nos plantea la continua evolución de las denominadas nuevas tecnologías. Lo haré en torno a estos puntos:
- Dos tecnologías para entender el reto de la digitalidad
- Tres claves para usar la digitalidad de forma saludable
DOS TECNOLOGÍAS PARA ENTENDER EL RETO DE LA DIGITALIDAD
Uno de los fenómenos más inquietantes que condicionan nuestro desarrollo como personas es sin duda el uso de las denominadas «nuevas tecnologías de la información y el conocimiento». La electricidad y el descubrimiento del electromagnetismo son la base fundamental de cualquier nueva tecnología actualmente en uso. De entre todas estas tecnologías yo destacaría dos que condicionan enormemente el comportamiento humano contemporáneo:
- La computación o el almacenamiento y procesamiento de información en grandes cantidades y a gran velocidad. Esto se produce gracias a los avances durante los últimos cuatrocientos años (no es una errata) en lo que hoy se conoce como ingeniería informática y que engloba disciplinas científicas como la electrónica, la mecánica, la lógica, la álgebra y la programación. En el siglo XVII se comienzan a emplear calculadoras matemáticas rudimentarias con cierta complejidad. En el siglo XVIII se crea la primera máquina que resolvía silogismos y elementos de probabilidad básicos. En el siglo XIX se crean las primeras máquinas de tarjetas perforadas y artefactos de aritmética. En las primeras décadas del siglo XX se continúa evolucionando en este sentido hasta que en 1936 Alan Turing crea las bases de la ingeniería informática moderna con su máquina de Turing. Desde entonces, se desencadenan sucesivos descubrimientos que permiten procesar más información a más velocidad a un mayor número de personas.
- La hiperconectividad o la superación de las barreras físicas y geográficas en la comunicación de la información. Esto se produce gracias a los avances y conquistas que durante los últimos ciento cincuenta años nos ha brindado la disciplina que hoy se conoce como ingeniería de las telecomunicaciones. Una vez superados los primeros estadios de telecomunicación: la comunicación morse (1840), la telefonía en núcleos urbanos (1877), la telegrafía sin hilos (1895), la extensión de la radiocomunicación (1920), la extensión de la televisión (1940), quedaba una larga etapa de investigación que desembocó en 1965 en la primera conexión telefónica entre dos ordenadores que desembocó en 1971 con el envío del primer correo electrónico y que culminó en la década de los 90 en la extensión de las primeras redes y servicios telemáticos. En 1997 aparece el primer estándar Wi-Fi y (coincidiendo casi con el nacimiento de Google) y en 2001 el primer estándar de red 3g (coincidiendo temporalmente con el nacimiento de Wikipedia). En la actualidad tan solo al 42% de la población mundial tiene acceso a internet, si bien los denominados países industrializados (muy concentrados en Europa, EEUU, Canadá y Oceanía) suelen rozar el 90% de acceso en su población.
La adecuada combinación de ambas tecnologías (la computación y la hiperconectividad) proporciona el acceso a una gran cantidad de información a escala global. Varios indicadores muy inmediatos ayudan a lector o lectora a comprender que el reto al que nos enfrentamos es probablemente mucho más complejo de lo que se creía. Relaciono estos indicadores con algunos consejos prácticos para llevar una vida saludable con la tecnología como aliada y no como enemiga:
¡CÉNTRESE! : SU CAPACIDAD DE ATENCIÓN ES CLAVE
El cerebro humano es ya hoy incapaz de procesar TODA la información disponible en una materia, por lo que usted hoy más que nunca necesita entrenar su capacidad de atención
Ya no se trata de Big Data, se trata de comprender que no damos más de sí. En el sitio web PennyStocks usted puede ver -si no es propenso a los infartos- la cantidad de información que se genera en tiempo real en el mundo online. Según apuntaba hace poco la revista de divulgación Muy Interesante «Físicos de la Universidad de Frankfurt (Alemania) han llegado a la conclusión de que la capacidad del cerebro humano para procesar y registrar información es el principal factor limitante del crecimiento de la cantidad de datos que se almacenan en Internet, y no el coste de la producción de datos, ni tampoco del hardware. Según concluyen en la revista European Physical Journal B (EPJ B), la cantidad de información archivada no puede crecer más rápido que la capacidad del cerebro humano de asimilarla, procesarla y manejarla. En otras palabras, los procesos neurofisiológicos que nos afectan a la hora de gestionar la información son los que determinan el límite de crecimiento de los datos (textos, imágenes, vídeos…) almacenados a escala global en la Red de redes.»
Nosotros somos capaces de comunicar 170 palabras por minuto de forma efectiva (llegando al otro). Somos incapaces de leer y procesar toda la información que se genera sobre algo concreto en cualquier parte del mundo. Nuestro cerebro no está preparado para ello, el de nadie. Por ello, y para poder subsistir, de forma socialmente inconsciente hemos cambiado el paradigma de comprensión de la información desde una voluntad totalizadora -heredera de aquella idea enciclopédica ilustrada- hacia una voluntad integradora y fiel a la diferencia. Esto quiere decir que cada vez importa menos saber todo de algo y cada vez importa más entrenarse en capacidades relacionales y de búsqueda de recursos de información.
Para aquellos locos que como Diderot y d´Alambert creen que todo el conocimiento humano puede reunirse en unas páginas, la lección aprendida sigue estando vigente. La sabiduría nunca estuvo en el conocimiento, sino en la forma de aplicarlo. la sabiduría de hoy por tanto ya no consiste en esa locura poco saludable de aspirar a ser perfectos, sino esa humanidad altamente placentera de saber dónde le queda a cada uno recorrido. De vida, que no es más que de aprendizaje y experiencia.
El gran reto al que nos enfrentamos fruto de esta incapacidad para procesarlo todo, es el de superar la ansiedad de consumo de información para saber vivir la vida real saludablemente desconectados. Ejemplos de este reto son los siguientes comportamientos tóxicos actuales:
- Queremos hablar rápido y de todo: Para pasar a otra cosa, mariposa. Dejamos así casi todo inconcluso y sin resolver en el momento. Y a menudo esto es hacer las cosas realmente mal. Por este motivo detecto una incapacidad creciente en los equipos para mantener conversaciones significativas. Acortamos palabras o expresiones ahondando en una barbarie lingüística y expresiva sin precedentes; empleamos comportamiento tiránicos y egoícos para expresarnos, o repetimos fórmulas fraseológicas sin pensar ni procesar ni aportar nada. En gestión empresarial, el 90% de libros que usted puede ver en las librerías españolas actualmente se corresponden con lo que los anglosajones denominan Fast food management: libros que hablan de otros libros de forma breve y vistosa (sin contenido ni discurso) y que pretenden ser milagros o respuestas universales.
- Queremos estar en todas partes: Y conseguimos no estar en ninguna. Perdemos con facilidad el foco en el momento AHORA y esto nos impide disfrutar de las cosas por el hecho de estar pensando en otras. Este comportamiento inconsciente y no trabajado genera una elevada ansiedad que provoca una actitud inhumana: queremos estar continuamente conectados con otros hasta tal punto de impedirnos conectar con nuestra propia vida vaciándola por completo de sentido.
¡PIENSE POR SÍ MISMO! : CUESTIONE LA VERDAD
El cerebro humano es altamente manipulable. Las grandes escuelas de psicología conocen los entresijos del comportamiento de nuestro cerebro y la facilidad para manipularlo.
La democratización del acceso a la información supone el aumento de discursos vacíos que logran calar en las conciencias con técnicas de difusión masiva. Cuestiónelo todo, investigue.
Si algo he aprendido durante estos años acompañando personas en procesos de cambio, es que el cerebro humano es tremendamente falible y está sujeto a continuos quiebres e imprevistas acciones. Hemos hablado ya de los descubrimientos de la psicología cognitiva y la psicología social acerca de la facilidad para manipular el cerebro humano. Usted tiene libre acceso en cualquier biblioteca pública, libreria comercial o internet a muchas formas de manipular el cerebro humano con fines honestos y deshonestos. En lo básico, el cerebro humano es una máquina espectacular de procesamiento, vínculo y almacenamiento de información; pero a la vez tiene recovecos traidores. Somos a un mismo tiempo la especie con más capacidad intelectual del planeta y la única que por tanto tiene la increíble capacidad de demostrar diariamente cómo desaprovecharla. Usted encontrará ejemplos prácticos en su vida diaria que hablan de hábitos, comportamientos irracionales y relacionales sin sentido o perpetuación de acciones nocivas para sí mismo que sigue realizando y a las que se sigue agarrando cual koala en rama.
El gran reto al que nos enfrentamos fruto de esta desprotección aparente que tenemos, es sin duda la infoxicación y la pérdida de rigor científico o humano. Una de las recetas que yo recomiendo para evitar deshumanizarte es que apliques las claves para el entrenamiento del pensamiento propio. Porque la forma saludable de revertir todo esto es ser fiel al método científico y al pensamiento crítico.
¡ACEPTE SUS LIMITACIONES! : CONFÍE EN SU CEREBRO Y SU INTUICIÓN
Existe una clara descompensación entre el ritmo exponencial de evolución de las «nuevas tecnologías» y el ritmo lineal de evolución del cerebro humano
Acabamos de exponer que estas nuevas tecnologías han crecido a un ritmo muy elevado durante los últimos 50 años, pero pongamos magnitudes a este crecimiento: El sistema de computación de los años 60 que mandó a los primeros hombres a la luna, la Apollo Guiding Computer (AGC) diseñada por el MIT, tenía 100.000 veces menos capacidad de RAM (memoria de trabajo destinada al procesamiento) que tu teléfono móvil actual. Pues bien, la capacidad evolutiva de nuestra especie y en particular la capacidad evolutiva de nuestro cerebro se cifra en ritmos «un poquito» más lentos. Nuestro cerebro es el resultado de 2,5 millones de años de evolución. En concreto y por aportar números, el último update evolutivo de nuestro cerebro fue hace 130.000 años cuando el primer homo sapiens sapiens (el primer UNO de NOSOTROS) comenzó a migrar hacia la península arábiga. Nuestro cerebro aumenta a un ritmo no exponencial sino prácticamente lineal de 150.000 neuronas por generación.
En esta escalada de barbarie de la ignorancia que vivimos a diario, puede que usted tras leer todo esto se plantee por qué demonios la especie humana no se parece más a Apple y evoluciona algo más rápido. Le respondo rápido: porque de momento no necesitamos más. Habrá también alguien que diga que el ser humano -en el cual yo renuevo a diario todas mis esperanzas y mi fe- deja mucho que desear como sistema de innovación. Pues bien, a cualquiera de estas dos personas yo les invito a hablar con estas otras:
Con cualquier biólogo sobre los ritmos de evolución del universo conocido y los increíbles ritmos de evolución de la especie humana de forma comparada. Con cualquier sociólogo sobre los increíbles mecanismos de adaptación de nuestra especie en diferentes terrenos, situaciones, contextos y culturas. Con cualquier historiador sobre la increíble habilidad de nuestra especie durante los últimos treinta siglos documentados para superar de forma colectiva procesos de dolor y sacrificio continuados en el tiempo, y para conquistar descubrimientos técnicos diferenciales. Con cualquier profesional del acompañamiento sobre los increíbles procesos de crecimiento y superación de las personas en situaciones límite o momentos de cambio. Con cualquier médico cirujano sobre la increíble disposición y funcionamiento de los diferentes sistemas de la anatomía del cuerpo humano. Con cualquier filósofo sobre la increíble capacidad del ser humano para cambiar estados mentales completos que reconfiguran e inventan nuevas realidades a partir de su creatividad y razonamiento.
El gran reto al que nos enfrentamos fruto de esta limitación es el de no dejarnos amedrentar por la escalada de generación de información tan salvaje en la que vivimos. Noto como muchos compañeros con los que hablo a diario flotan a la deriva en la corriente del conocimiento en la información cogiéndose a uno y otro tronco sin lograr construir su propia casa desde la que observar paciente el eterno y constante fluir del río. También en los momentos iniciales de muchos mentorandos o clientes de coaching, he notado una tendencia insana por querer abarcarlo todo.
Si usted permite, lector o lectora, yo tiendo a confiar en mayor grado en aquellas personas continuamente conectadas consigo mismas que en aquellas que continuamente quieren conectarse con los demás. Ponga a la tecnología en su sitio y a usted en el suyo: ella está al servicio de usted y no al revés. Recuerde: vivir es lo importante, la tecnología solo es algo auxiliar.
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por David Criado | Nov 27, 2015 | DESARROLLO DIRECTIVO

«De niños pensábamos que cuando fuéramos mayores dejaríamos de ser tan vulnerables. Pero madurar es aceptar nuestra vulnerabilidad. Vivir de hecho es ser vulnerable»
Madeleine L´Engle (escritora de novela fantástica juvenil, autora del libro Una arruga en el tiempo, rechazado por 26 editoriales y después leído por millones de personas en más de 69 ediciones, 1918-2007)
Sin duda yo soy ese niño gafotas que cada día se convierte en superhéroe. En la memoria mitológica moderna se encuentra ese Clark Kent que cansado de que le empujen y zarandeen en la oficina o en el cole, entra en una cabina de teléfonos (malditas compañías de telefonía móvil) y sale arrebatador a cambiar el mundo con los calzoncillos rojos fuera. Y punto.
Tenemos serias pruebas del poder extraordinario de la vulnerabilidad humana. El nacimiento del cristianismo, con la propia vida de Jesucristo es un escaparate abierto del poder de la vulnerabilidad humana, de cómo una historia de un hombre que se muestra vulnerable logra vencer durante siglos a miles de historias de otros hombres que se muestran aparentemente invulnerables.
Para la posteridad queda ese niño atemorizado tras los atentados recientes en París, que le dice a su padre «Tenemos que tener cuidado» y la respuesta que poco a poco consigue darle su padre.
Todo ello habla del sueño de certeza que proyectan hombres y mujeres en esa lucha incansable contra la vulnerabilidad humana. En otras palabras, nos duele ser tan poquita cosa y darnos cuenta de ello. Luchamos contra esa sensación de ser tan poquita cosa para que no nos haga mucho daño. Pero yo hoy les sugiero -que de ahora en adelante- dejen de luchar. Que se alíen con sus puntos débiles y conquisten a diario su vulnerabilidad.
Pretendo hoy ofrecer en un artículo breve y conciso un descubrimiento muy práctico y útil para usted -lector o lectora- sobre la vulnerabilidad humana. Usted seguro que controla todos esos grandes y elevados libros sobre gestión y dirección de personas. Lo que hoy escribo completa algunas reglas básicas del comportamiento humano de las que ya hemos hablado. Este texto le ayudará a mejorar su relación con los demás desde su debilidad y la de otros. Entiendo que todo esto es muy útil por un solo sentido: En su enorme torpeza y sentido de la autocensura al ser humano le pesan más su colección de debilidades que su colección de fortalezas. Por este motivo repara antes en aquellas cualidades de las que carece que en aquellas que le impulsan. Sirva este artículo para ayudarle a equilibrar un poco la balanza. Comenzamos.
QUÉ ES LA VULNERABILIDAD
«El mundo entero era el mismo, pero se veía diferente»
George Fox (1624-1691, fundador de la Sociedad Religiosa de los Amigos (los mal llamados cuáqueros, movimiento cristiano pacifista en cuyas bases se asientan tres de las principales organizaciones sin ánimo de lucro en el mundo: Amnistía Internacional, Greenpeace y Oxfam)
La etimología de la palabra «vulnerabilidad» tiene tres partes latinas: «vulnus» o herida, «abilis» o `que puede´y el sufijo morfológico «-dad» que equivale a cualidad. De acuerdo a esto, la vulnerabilidad es la cualidad que toda persona tiene para poder ser herido. A nivel social, La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja ha definido en sus procedimientos de auxilio y apoyo humanitario lo que para ellos significa esta palabra. Existe de hecho un Indicador Global de Vulnerabilidad que es actualizado cada año con los datos de que se disponen. Tomo la definición de esta institución porque incorpora otro elemento interesante a la definición:
«La vulnerabilidad puede definirse como la capacidad disminuida de una persona o un grupo de personas para anticiparse, hacer frente y resistir a los efectos de un peligro natural o causado por la actividad humana, y para recuperarse de los mismos»
En este contexto, la vulnerabilidad no solo consistiría en esa cualidad mermada e inherente al ser humano que nos hace susceptibles de poder ser heridos (anticipación, afrontamiento, resistencia) sino también a la capacidad para recuperarnos de esas heridas.
A nivel físico, existen curiosamente Mapas de Vulnerabilidad Territorial que nos ayudan a ver en perspectiva el reparto del acceso a servicios primarios o el peligro de desastres; Mapas de Vulnerabilidad, Riesgos y Oportunidades que estudian contextos sociales concretos como el del PNUD que en su Informe de Desarrollo Humano estudia cada año la vulnerabilidad social. Tenemos hasta un Atlas de Vulnerabilidad Urbana que mantiene el Ministerio de Fomento español y que estudia socioindicadores de desarrollo o desigualdad entre zonas habitadas. También hay estudios de vulnerabilidades en el mundo del software informático; y existen en el mundo de la ecología estudios medioambianteles sobre vulnerabilidad ante el cambio climático. También algunos han ideado test de vulnerabilidad familiar y tes de vulnerabilidad al estrés. En fin, que parece que esto de la vulnerabilidad preocupa a muchos.
Creo que es inherente a la vulnerabilidad humana -y así lo compruebo a diario en mis clientes- la existencia perpetua de una colección de miedos que nos ayuda a sobrevivir y seguir hacia delante. Propongo en este artículo crecer a partir de esa vulnerabilidad que permanece a menudo escondida entre mensajes impulsores de nuestro comportamiento, que a su vez -no me cabe duda- esconden y hablan de nuestros propios miedos. Vamos a ello.
CÓMO CRECER DESDE TU VULNERABILIDAD
Las escuelas tradicionales de management, gestión de personas y desarrollo profesional adolecen en mi opinión de una perspectiva sesgada sobre la personalidad y las relaciones humanas que la psicología humanista y la psicología social han superado hace décadas. Desde la escuela tradicional se trabaja, se inculca y se hace trabajar a las personas con el objetivo de una idea de éxito frustrante e insana. La función directiva parece estar ligada a un cierto halo de imperturbabilidad que sin duda también hemos superado. Como contraposición a estas tesis, quiero ofrecerte un modelo de trabajo guiado y científico que creo que puede ser de gran ayuda para liderarte y liderar a otros.
Como contraposición a intentar obviar que somos vulnerables, creo mucho más útil sabernos vulnerables y vivir a partir de ello. De entre todas las aproximaciones a la teoría de personalidad con las que trabajo, una de ellas me parece clara por su sencillez y utilidad práctica diaria a la hora de sabernos vulnerables.
Hablo del Análisis Transaccional. Eric Berne, creador de este modelo que nos ayuda a comprender por qué actuamos y nos comportamos «así», diferenciaba 6 drivers o impulsores de la personalidad que debemos cuidar y gestionar a diario. Creo personalmente que estudiados y trabajados a conciencia pueden ser claves para crecer desde tu vulnerabilidad. Cada uno de ellos es positivo en la medida en la que no condiciona ni dirige nuestro «guión de vida». De modo que si eres capaz de detectar y ser consciente de aquellos que te ponen «entre la espada y la pared» con más frecuencia, sin duda será el primer paso para poder trabajarlos. A todos nos condicionan en una u otra medida alguno de estos drivers.
Estos son los 6 mensajes impulsores de comportamiento que mi compañero Jose Manuel Opi resume y humildemente yo completo. De ahora en adelante, cada vez que usted hable o piense algo que le inquieta, plantéese cuál de estos mensajes está perturbando mentalmente su salud social y personal:
1) Sé fuerte: “Llorar es de mujeres”, “Si cedes te comen”, “¡Hay que conseguirlo como sea!”, «Esto lo hago mejor solo». Aquí la tendencia es a ocultar las emociones, sobre todo las que pueden significar “debilidad”: miedo, tristeza, ternura y también, a no pedir ayuda. Las personas que son dirigidas por este tipo de mensajes impulsores tienen dificultad para trabajar en equipo ya que quieren imponer sus criterios y puntos de vista. Confunden la puesta en valor de sus fortalezas con la autosuficiencia. La vulnerabilidad que ocultan es la debilidad o la fragilidad emocional. Es útil ser fuerte pero no que nuestra demostración de fortaleza nos impida mostrarnos humanos, cercanos o útiles para los demás. La madre Teresa de Calcuta, monja y misionera de la Caridad, hermana de pobres, hambrientos y enfermos de Calcuta solía decir: «Yo hago lo que usted no puede. Usted hace lo que yo no puedo. Juntos podemos hacer grandes cosas». Recuérdalo si tu voluntad de demostrar que eres fuerte, te está impidiendo disfrutarte o que otros te disfruten.
2) Sé perfecto: «O lo hago como es debido o no lo hago», “Las cosas se han de hacer bien, cueste lo que cueste”, “Lo importante es que esté bien hecho”. Se confunde la exactitud y la precisión con el “detallismo inútil”. El “sé perfecto” sufre constantemente, porque es muy difícil que todo a su alrededor esté perfecto. Tienen dificultades en conseguir algunos objetivos, ya que su perfección les lleva a la “parálisis por el análisis”. En mi experiencia, la vulnerabilidad que ocultan las personas movidas por este tipo de mensajes impulsores es la inseguridad en sí mismos, la falta de autoestima o la necesidad de afecto o reconocimiento externo. Pretender ser perfecto como objetivo continuo en nuestra vida, puede causar serios estragos en nuestra personalidad y mermar la calidad de nuestras relaciones. Creo personalmente que solo somos perfectos cuando amamos o somos amados con total sinceridad. Y esto es, cuando somos respetados y respetamos sin condición.
3) Date prisa: “Date prisa!, ¡Si no eres rápido nunca conseguirás nada en esta vida”, “¡Siempre te tenemos que esperar», «Hazlo ya y hazlo rápido». En este impulsor, subyace en muchas ocasiones el “No podrás terminar a tiempo”. Este mensaje es una descalificación interna, por lo que la persona se apresura más y normalmente comete errores, con lo que aún pierde más tiempo; por lo tanto, ¡Hay que ir más deprisa todavía!. De modo que el bucle es infinito. La vulnerabilidad que oculta este tipo de imperativo es el miedo al detalle o la confrontación de las causas reales de ese desenfreno. Ser rápidos y ágiles forma parte del imperativo de mercado y de la competitividad que acunas desde nuestro nacimiento. Sin embargo que esta rapidez nos impida disfrutar de la vida es absurdo. Anthony De Mello solía contar un cuento relativo a esto: Un grupo de turistas extranjeros en un país maravilloso se montaron en un autobús cuyas ventanas estaban cerradas con cortinas. Al montarse todos querían los mejores sitios de modo que sin correr las cortinas, empezaron a discutir y moverse de un asiento a otro. Mientras el autobús recorría regiones maravillosas con grandes lagos, montañas boscosas y repletas de animales y plantas exóticas viendo amanecer; ellos en el interior de su autobús se debatían por encontrar el mejor asiento ajenos a la belleza de la vida que estaban visitando.
4) Complace: “No seas egoísta, primero piensa en lo demás”, “Si no eres bueno, irás al infierno», «Si digo esto, ¿le sentará bien?», «No voy a actuar así porque no estaría bien visto». El mensaje interiorizado suele ser “No eres lo suficientemente bueno. Para serlo, hay que complacer a los demás”. Este tipo de personas se olvidan de ellos mismos, y piensan primero en los demás. En los demás, valoran la bondad por encima de todo “Es muy bueno”. La vulnerabilidad que oculta este tipo de imperativo es el miedo al reconocimiento o la puesta en valor de uno mismo, la autoestima. Complacer a los demás no es lo mismo que cuidarles. No se quiere bien a alguien malcriándole y permitiéndole comportarse a su antojo; antes bien es nuestra responsabilidad ser sinceros con nuestras creencias y discurso para permitir crecer a otros.
5) Esfuérzate: “En esta vida lo que no cuesta esfuerzo, no merece la pena”,”No lo conseguirás, pero inténtalo”, «Trabaja duro y no te preocupes por nada más», «Lo importante en la vida es no dejar de esforzarte nunca por salir hacia delante». Aquí subyace el mensaje “No vas a poder, yo no lo conseguí, pero inténtalo”. Suelen hacer las cosas para no ser eficaces. No planifican las actividades, se ponen los objetivos poco claros y muy difíciles de conseguir. Este tipo de mensajes interiores condicionantes, nos impide pararnos a encontrar el foco al estar sumidos en un bucle de empecinamiento continuo. De acuerdo a mi experiencia, el miedo que oculta este imperativo es la percepción de la incapacidad propia para hacer salirse del rebaño.
6) Ten cuidado: “Ojo, ¡no te fíes!”, “Antes de actuar, piénsalo dos veces”, ” ¡Fíjate antes de hacer las cosas» Aquí no sólo hay indecisión, hay también reproche: “Ves, ¡ya te lo decía yo!”. Este reproche es muy hiriente para muchas personas, es un “descuento” que desestructura su personalidad. Vivir teniendo continuamente continuamente equivale a eso que yo llamo la vida preventiva y que es a todas luces un desastre. No permitirnos experimentar las cosas por miedo a lo que pueda suceder, es desertar de las buenas cosas que nos va a traer la vida. La vulnerabilidad que esconde este mensaje impulsor es el miedo a explorar alternativas que no es otra cosa que el miedo a perder la seguridad (en uno mismo, en nuestra realidad o en otros).
Lo más increíble de estos drivers es que también te ayudarán a evaluar cuál de ellos está condicionando más a las personas con las que te relacionas a diario. De modo que podrás mantener relaciones efectivas fundadas en tu necesidad y la necesidad de otros. He aquí el increíble poder de sabernos vulnerables.
RECOMENDACIONES PARA AMPLIAR DETALLES
Espero que estos drivers o mensajes condicionantes te sean de ayuda. Añado dos recomendaciones, compi:
Para ver en acción y comprender el poder de la vulnerabilidad humana: Brené Brown ha realizado un estudio exhaustivo sobre el extraordinario poder de la vulnerabilidad humana como vehículo de conquista para la dignidad. Son claves su obra Frágil, el poder de la vulnerabilidad (Urano, 2013), su charla sobre el mismo tema y su detallada dedicación al sentimiento de vergüenza.
Para leer con calma y disfrutar: Usted puede ampliar información sobre los 6 drivers de comportamiento humano en el inclasificable libro del maestro Jose Manuel Opi Las claves del comportamiento humano. Análisis transaccional aplicado al autoconocimiento y a la comprensión de las personas publicado por Amat Editorial.
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