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breve anatomía del miedo

breve anatomía del miedo

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«Sólo quien ha tenido miedo puede ser valiente. Lo demás solo es inconsciencia«

Dr. Giorgio Nardone

 

Hoy pretendo analizar las bases del miedo y algunas de las estrategias más efectivas para manejarlo con destreza de una forma saludable.

Como agente de cambio me enfrento a diario al miedo de los otros bajo tres roles bien diferenciados: como mentor o coach ejecutivo en procesos de crecimiento individual, como facilitador en procesos de crecimiento para equipos, y como consultor estratégico en organizaciones.

Hoy compartiré una breve reflexión sobre el miedo en torno a estos puntos:

  • Qué supone el miedo
  • Enfoque práctico para gestionarlo
  • Dos miedos fundacionales: el miedo a estar solo y el miedo al fracaso.

Esto será algo así como una anatomía básica del miedo. Creo que servirá al lector o lectora para comprender, formular la voluntad de superación y comenzar a explicitar sus miedos.

 

QUÉ SUPONE EL MIEDO

El miedo es el papel de regalo en el que las personas envuelven la mayor parte de todos sus tesoros. Es algo así como un monedero con una pinta horrible siempre listo para ser abierto y darte la mejor de las monedas: tu verdadero potencial. Porque solo cuando nos enfrentamos a nuestros miedos, entramos en contacto con la esencia de las cosas.

Sin embargo hay muchas personas que presumen de querer vivir con miedo o poder vivir dominadas por él. En mi vida no he encontrado a nadie que sea capaz de lograr nada provechoso desde su propio miedo o habiendo sido absorvido por él. No enfrentarte a tus miedos, lector o lectora, supone dejar que ellos disfruten por tí de la mayor parte de cosas interesantes que ocurren en tu vida. Y esto, no me cabe duda, es algo triste. Al miedo no trabajado o escondido, a ese miedo que nos negamos a conocer y del que huimos, lo llamamos miedo tóxico. El miedo es necesario para sobrevivir, el miedo tóxico sin embargo no lo es.

Algunas contraindicaciones de no afrontar tus miedos tóxicos son las siguientes:

  • Bloqueos personales que se enquistan e impiden el desarrollo de nuevas o ya existentes capacidades
  • Daños graves en la autoestima personal
  • Tensión emocional con consecuencias leves o graves en tus relaciones
  • Episodios de violencia o ira
  • Aislamiento social (trabajo, amigos, familia)
  • Anulación de la persona en favor de su propia inercia
  • Reactividad implícita que frena tu potencial creativo y resiliente

 

EL ENFOQUE

Por lo general, el enfoque con el que afronto la gestión del miedo es el siguiente:

  • DISTINGUIR MIEDO y FOBIA: En primer lugar distingo en mi trabajo claramente entre miedo (temores manejables continuados o no) y fobia (patologías clínicas). La diferencia entre miedo y fobia explicada de forma sencilla es la siguiente: tú posees diferentes miedos que puedes aprender a gestionar; las fobias en cambio te poseen y generan en tí reacciones que afectan a tu salud mental o física. Y ahora viene el contrato de humildad: Me considero muy competente ayudando a las personas a trabajar en la mayor parte de miedos que tienen que ver con su trabajo o actividad laboral. Para aquellos casos enquistados en los que la fobia es más pronunciada o existe un claro cuadro de ansiedad lo honesto profesionalmente es invitar a las personas a comenzar una terapia. Sobre el ejercicio terapéutico recomendable tengo preferencias respecto al tratamiento de fobias y ansiedad pero dichas preferencias no forman parte del objeto de este artículo. Decir por último que mi trabajo por tanto no es tratar traumas o abordar el miedo desde la patología sino abordar la gestión del miedo susceptible de afectar al desarrollo del potencial de la persona desde la práctica y la estrategia ejecutivas.
  • ABORDAR EL CICLO DE SUPERACIÓN DEL MIEDO: En segundo lugar soy constructivista práctico en lo que respecta a la gestión del miedo. Y esto ya dice mucho de mi enfoque a la hora de enfrentar el miedo. Lo soy en la medida en que a estas alturas de mi ejercicio profesional, considero que ya he trabajado lo suficiente como para estar convencido de la increíble capacidad de las personas para transformar y determinar su realidad inmediata. Más en concreto, he comprobado con mis propios ojos como personas y equipos han crecido desde la más absoluta simpleza relacional a la formulación y ejecución de compromisos reales de mejora que han enriquecido enormemente su día a día. Además en el marco teórico, a la hora de acometer la superación del miedo, creo estar enormemente influenciado por una gran variedad de abordajes pero ha sido el estudio del pensamiento basado en soluciones el que más me ha hecho crecer como profesional. Aquí de nuevo recurro a dos investigadores que representan para mí la vanguardia del pensamiento transformador: el polaco Watzlawick ya fallecido y su alumno italiano Nardone, creador de la Psicoterapia Breve Estratégica (en el campo clínico) y de su derivada: la Resolución Estratégica de Problemas (en el campo del desarrollo personal y ejecutivo). Añado la importancia de ser conscientes de las diferentes fases para la superación del miedo y sobre todo de interiorizar el ciclo del duelo formulado por Elizabeth Kübler-Ross que trabajo incluso con equipos de cara a convivir con su dolor. Por último apuntar dos cosas. La evitación nunca es una estrategia tolerable ni sostenible a medio y largo plazo en personas ni en equipos de trabajo. Y además no soy yo sino la persona o el equipo el que debe detectar su miedo. Esto tiene que ver con el tercer punto de mi enfoque.
  • CONSTRUIR Y MANTENER UNA RELACIÓN DE SOPORTE-DESAFÍO: En tercer lugar solo soy propietario de mis miedos. Esto quiere decir que no soy conocedor ni sufro los miedos de otros, sino los míos propios. Por tanto soy consciente de que cada uno de nosotros es la propia base necesaria a partir de la cual superar su propio miedo. En consecuencia yo actúo en los miedos de otros tan solo como visitante, como un mero facilitador de cambio que ayuda a otros a conocerse y desarrollar su potencial. No es mi práctica sino la suya la que ayuda a cada persona que acompaño a garantizar el control pleno de su miedo. Acudo a las sesiones a pasar a las personas la pelota. No me pagan por recibirla sino por saber devolverla a lo largo del partido. Sin su voluntad de descubrir que existe la pelota y sin su continua resistencia a tenerla entre las manos, no habría posibilidad de superar su miedo. En palabras de mi compañero Moliní -y muy en la línea de la escuela gestalt- «toda resistencia es asistencia». Y lo hago empleando para ello técnicas de acompañamiento básicas fundadas en el respeto y la aceptación progresiva de barreras, y una estrategia de comunicación asertiva y natural basada en la construcción de soporte (apoyo objetivo) y desafío (gestión del riesgo, sobre todo de la falta de control y desconocimiento)

 

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Si existiera algo así como un mapa de miedos de todas las personas con las que he trabajado, tendría claros qué dos miedos fundacionales son los que suelen frenar a la mayor parte de ellas. A falta de dedicarle algo más de tiempo a ese mapa, esta sería una aproximación a estos dos miedos o heridas latentes con las que debemos convivir:

 

MIEDO A ESTAR SOLO

Está centrado en el exceso foco en la importancia de los otros.

Es de forma encubierta el paradigma del miedo a disfrutar de otros o que otros te disfruten.

El miedo a estar solo es en el fondo un miedo real a estar verdaderamente acompañado, a vivir la vida compartida en completa plenitud en términos de humildad y aceptación de lo que te rodea.

El ejemplo más claro de miedo a estar solo está representado en las personas que realizan la mayor parte de sus acciones movidas no por la satisfacción personal de aquello que hacen sino por la satisfacción que pueda generar en otros.

La soledad persigue a muchas personas. Por miedo a estar solos, construimos relaciones vacías y carentes de sentido. En mi experiencia, el miedo a la soledad suele afrontarse por la persona desde la huida hacia delante. Ocurre esto porque el miedo a la soledad es también miedo a la falta de reconocimiento o aprobación y en último término es miedo al rechazo social. Ante este posible rechazo, la persona engorda y barniza su miedo de relaciones frágiles y poco verdaderas. Es fácil en este clima en el que solo se relaciona con aquellos que aprueban sus actos, que la persona se pierda y paradojicamente olvide durante este viaje cultivar sentimientos de autoestima, confianza real y respeto.

Dos estrategias de ocultación muy comunes para esconder el miedo son tanto la completa exaltación del Ego en términos de independencia como su anulación absoluta en términos de dependencia. En términos transaccionales muy básicos esto se traduce en que la persona se comporta con la gente de su alrededor como si fuera un padre o una madre (a nivel de lenguaje, actitud y acciones) o como si fuera un hijo (en el sentido opuesto). Con este comportamiento, mina su derecho a vivir una vida plena y adulta de intercambios racionales y emocionales saludables con los que le rodean.

La base de todas las relaciones humanas está ligada al sentimiento de pertenencia. Por norma, todas las personas buscamos satisfacer nuestros intereses. El verdadero quid de la cuestión viene cuando me doy cuenta de que mis relaciones humanas -al igual que las suyas lector o lectora- se fraguan en un marco de interdependencia en el que también nos interesa lo que piensan, dicen o hacen el resto de personas.

En la lucha contra el miedo a la soledad es también importante distinguir entre la soledad real y la soledad imaginada, ya que como siempre recuerdo en mis clases o sesiones nuestro cerebro no está preparado para distinguir nuestra visión de la realidad de la realidad misma. Constatar que no estamos solos sino que nos sentimos solos es el primer paso para superar este miedo.

En procesos de coaching ejecutivo individual en los que directivos y jefes de equipo fijan su reto de trabajo, vivo a menudo una constatación evidente de ambas estrategias por acción u omisión. Mi abordaje en estos casos pasa al inicio por no centrarme tanto en la patología (materia clínica) como en la generación de contexto para la aceptación y superación de ese miedo. En un noventa por ciento de los casos no existe fobia clínica sino miedo natural, por lo que las propias conquistas de la persona a lo largo del proceso le van demostrando poco a poco que es capaz de superar por sí mismo este miedo. Mi estrategia a seguir cubre tres recursos altamente exitosos: apartar durante la sesión a la persona de su miedo para que lo enfrente desde la aceptación, personalizar su miedo para que lo vea de forma clara, y dotarle de instrumentos y herramientas de conciencia que le ayuden a reforzar sus vínculos sociales (en su equipo y en la organización).

Muy a menudo y a raíz de una conquista de la propia persona en el proceso, ocurre que tras varias horas de trabajo suele vivir una experiencia de superación de su miedo a la soledad en su propia vida, con su pareja, familia o amigos y fuera del ámbito profesional. Esto ocurre en general con cualquier miedo porque si bien el miedo es altamente contagioso, la superación de un miedo a partir de un caso concreto invita de forma casi automática a la superación de ese mismo miedo en cualquier otro aspecto de la vida.

El miedo a la soledad es sin duda del miedo más extendido e inmediato de cualquier ser humano. Me incluyo en mi especie. Diría por último que como casi todos los miedos debe permanecer en todos nosotros como un miedo necesario si bien no debemos dejar que condicione nuestras decisiones.

 

MIEDO AL FRACASO

Está centrado en el exceso foco en la importancia de uno mismo.

Es de forma encubierta el paradigma del miedo a disfrutar de uno mismo.

El miedo al fracaso creo que es una forma de miedo al error y una forma de miedo al conflicto, pero sobre todo creo que es un miedo al verdadero éxito. También es una forma de miedo a la libertad porque para ser libre es necesario equivocarse.

El ejemplo más claro de miedo al fracaso está representado en esa enorme mayoría de personas que trabajan durante la semana esperando que llegue el viernes, durante el año esperando que lleguen las vacaciones y durante toda su vida esperando que llegue la felicidad. Cuando nuestro miedo al fracaso nos conquista, atenaza y paraliza nuestras posibilidades de desarrollo y es un claro limitante de aquello que verdaderamente somos.

Las estrategias de ocultación más comunes del miedo al fracaso son la afirmación de la incapacidad propia ante la «enorme» cantidad de condicionantes externos y el foco en las consecuencias negativas de nuestras acciones.

Encuentro el miedo al fracaso tanto en personas como en equipos. En personas se traduce de forma muy explícita en casi la totalidad de todos los arranques e inicios de procesos. Porque la persona que se enfrenta sola en un proceso individual a su propio crecimiento y posibilidad de grandeza, queda paradójicamente eclipsada por su enorme potencial. La activista y escritora Marianne Williamson explica claramente el miedo al fracaso en este pasaje cuya autoría es falsamente atribuida a Nelson Mandela:

«Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados. Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos sin límite. Es nuestra luz, y no nuestra oscuridad, lo que más nos asusta. Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, precioso, alguien con talento y fabuloso? En realidad, ¿quién eres tú para no serlo? Eres hijo de Dios. El hecho de que juegues a ser pequeño no sirve al mundo. No hay nada iluminador en encogerte para que otras personas alrededor de ti no se sientan inseguras. Todos estamos destinados a brillar como lo hacen los niños. Nacimos para hacer manifiesta la gloria de Dios que está dentro de nosotros. No solamente está en algunos de nosotros; está dentro de todos y cada uno y al hacer que brille nuestra luz, inconscientemente damos permiso a otras personas para hacer lo mismo. Y al liberarnos de nuestro propio miedo, nuestra presencia automáticamente libera a los demás.»

Marianne Williamson, A Return to Love: Reflections on the Principles of «A Course in Miracles», 1992  ch. 7, Section 3, p. 190.

En equipos el miedo al fracaso está quizás más presente en etapas de convergencia y toma de decisiones, donde la urgencia derivada de la adquisición de compromisos, suele generar vértigo. En ambos casos suelo hacer que la persona o el equipo se enfrenten a este miedo apoyando la generación de hábitos tranquilizadores, conquistas breves y continuas en el tiempo. Es importante que la persona o el equipo aprendan a relativizar su miedo estableciendo razonamientos de Mejor-Peor escenario posibles o razonamientos de tipo generativo cambiando los «siempre/nunca» o «todo/nada» por «algo» o «algunas veces». Estos ejercicios de concreción ayudan a interiorizar que no existen peligros graves ni mayores precipicios que los que creamos.

También son muy útiles las conversaciones construidas sobre lo específico y lo progresivo, estableciendo rangos de posibles escenarios. Se pueden trabajar las situaciones concretas de miedo al fracaso pero no el miedo al fracaso en sí mismo. Para ello, realizar ejercicios de proyección o visualización en calma y dividir nuestro miedo en situaciones concretas a combatir mediante una lista de nuestros miedos más o menos acuciantes al fracaso, nos ayuda a conquistarlo.

Creo importante también reseñar aquí que en el miedo al fracaso el primer adversario a combatir no suelen ser los demás sino el propio juicio que cada uno hacemos de nosotros mismos. Es decir, las expectativas asumibles (realistas) o inasumibles que yo suelo ponerme. Recomiendo huir de aquella desastrosa reflexión de Walt Disney «Si puedes soñarlo, puedes hacerlo». Hoy mismo respondía a ella mediante esta otra reflexión propia: «Si puedes soñarlo no puedes hacerlo a no ser que tengas foco, capacidades, recursos, constancia y voluntad real de hacerlo». Creo que esta reflexión ayuda sin duda mucho más a tu desarrollo personal y profesional que la del maldito Walt.

En este sentido recuerdo mucho una reflexión que realicé hace unos años sobre las sociedades humanas y que decía algo así como que el 90% de las veces el peor y más implacable juez que cada uno de nosotros tiene es uno mismo, para el 10% de casos restantes inventamos los tribunales de justicia. El miedo al fracaso suele ser -por mi experiencia- un miedo fundado en la propia imagen de éxito que tienen las propias personas en primer término. Y en segundo término, ya sí más patente, un miedo muy relacionado con el miedo a la soledad (reconocimiento, aceptación, pertenencia). Pero es desde la reflexión en lo primero y no desde la reflexión en lo segundo desde donde las personas que he acompañado han logrado casi siempre crecer.

Nada más recomendable, por último, para convivir y tener a raya el miedo al fracaso que realizar enumeraciones de éxitos pasados o intentar establecer anclajes con situaciones similares del pasado en las que la persona logró obtener resultados satisfactorios. Incidir en la memoria del número de veces en que alguien se ha levantado es mucho más práctico que incidir en el número de veces que cayó. Aunque solo sea porque estas últimas siempre son menores.

 

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 ALGUNAS REFERENCIAS

Libro completo Más allá del miedo (Giorgio Nardone, 2000). Una aproximación al enfoque científico que más respeto.

El cuerpo del miedo, por Ana Muñoz. Una aproximación al enfoque no científico existente.

 

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guía lakota de inteligencia relacional

guía lakota de inteligencia relacional

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«El sapo no bebe todo el agua de la laguna en la que vive»

«Ciertas cosas pueden capturar tu mirada, pero sigue solo a las que puedan capturar tu corazón»

proverbios sioux

 

Cuando era aún más pequeño, además de ser un niño también lo parecía. En ese tiempo yo jugaba a indios y vaqueros en mi cuarto. Y nunca ganaban los vaqueros.

La cultura indígena norteamericana representa un referente de civilización y convivencia. Ampliamente denostada por décadas de westerns, resurge en nuestros días un interés creciente por una cultura conectada con la esencia de las cosas. De entre todas las naciones indígenas precolombinas de Norteamérica probablemente la nación lakota, perteneciente a la gran familia sioux, destaca como el más alto exponente de madurez relacional.

Siglos después de esta gran cultura de guerreros nómadas y sabios, el mismo ser humano que entonces escalaba montañas orientando a su tribu durante cientos de quilómetros, se pierde hoy buscando su lugar aquí en la Tierra en algún plan estratégico grandilocuente o atrapado en un espacio en blanco de una hoja excel.

Se, lector o lectora, que cuando intentas mejorar la realidad diaria de tu equipo te planteas grandes retos y planes muy estrafalarios. Sirva esta breve guía lakota de inteligencia relacional para despertar al noble indio que hay en tí.

Estas son las cosas que realmente importan de acuerdo a los lakota:

 

MITAKUYE OYAS´IN (Soy todas mis relaciones)

Los lakota, como cualquier nación indígena, poseían su propia noción del Camino Rojo o la búsqueda personal de sentido. El Camino Lakota se resume en la máxima «Mitakuye Oyas’in» que significa «todas mis relaciones» o «todo está conectado». Para los lakotas todo sentido de la vida está fundado en una comunicación eficaz con aquellos que nos rodean. Entienden la vida como un todo comunión e intercambio continuo entre lo que uno es y lo que los demás son. De forma que según su ley lakota de la generosidad la energía que una persona invierte en comunicarse con otra, le será devuelta multiplicado por cuatro. Esta parece ser la base de la oración lakota «El honor de uno es el honor de todos; el dolor de uno es el dolor de todos», creencia todavía vigente en la mayor parte de códigos éticos de la pedagogía de las escuelas nativas norteamericanas.

 

UNSIMALA (Tengo una necesidad y necesito tu ayuda)

Tal y como narró de forma desgarradora David Little Elk (See with lakota eyes, 1997), «unsimala» no tiene equivalente en la cultura del hombre blanco. Al contrario que en la cultura occidental donde la expresión de necesidad está vista como una debilidad, para los lakotas expresar «Unsimala» implica auténtico valor y respeto por uno mismo y los demás. Cuando alguien dice «unsimala» está dando parte de su energía a otra persona y no significa que esto le haga más débil sino que al expresar su necesidad, ofrece parte de su fortaleza (honor y dignidad) a otra persona para que ésta la tome multiplicada por cuatro si honestamente se ofrece a atenderla. Atender una necesidad que otro expresa (compasión) es visto como el mayor de los valores lakotas.

 

LOS 7 PUNTOS CARDINALES  (Puedo explorar el norte, el sur, el oeste, el este, la tierra, el cielo o a mí mismo)

Cualquier lakota que fuera preguntado por los primeros colonizadores europeos acerca de su cosmología y de las nociones básicas de geografía, se hubiera reído a carcajadas de la noción unidimensional de la geografía europea. Para los europeos existen tan solo cuatro puntos cardinales: Norte, Sur, Este y Oeste, que además se pueden fijar en un plano bidimensional (un mapa, una brújula,…). Sin embargo la visión lakota es tridimensional y no admite planos para los siete puntos cardinales que cualquier lakota, desde los dos años de edad, conoce: el Oeste, el Norte, el Este, el Sur, la Tierra, el Cielo y Uno mismo. Esta forma de comprender la realidad -totalmente interiorizada en sus sociedades- asombra debido al increíble respeto por la dignidad humana que supone entender que alguien puede recorrer un camino con dirección hacia sí mismo. También resulta tremendamente más avanzado que nuestra forma de entender la geografía, comprender que uno -para evitar perderse- no solo ha de ser consciente de que puede ir a la derecha, izquierda, delante o atrás sino que además debe ser consciente y honrar la tierra que pisa y el cielo que le cubre.

Cuando una persona pierde su séptima dirección, se desconecta de la máxima Mitayuke Oyas´in y comienza a ver todo de forma binaria (bueno/malo) estableciendo una delgada línea entre ambas. De hecho la persona siempre tiende a comportarse de acuerdo a uno de los dos opuestos binarios. Esto le genera tensión o estrés y dedica gran parte de su vida a intentar demostrar que el otro está equivocado. Si no logra convencer al otro, trata sin demora de oprimirle. Esto revela que esta persona necesita controlar a otros que son diferentes a él mismo tanto como controlar su miedo a la diferencia. Este comportamiento establece una relación de opresor y víctima en la que ambos continuamente se intercambian y necesitan generando un ciclo de abuso que está encaminado al escaso desarrollo del espíritu y la muerte gracias a la adicción. Cuando esto ocurre de forma continuada, la persona ha perdido su contacto con la séptima dirección y por muy bien que se sitúe en el resto de las otras seis, está perdido, ya es Iktomi o el espíritu de la araña, que representa todo lo que un lakota no debe ser.

Cuando una persona encuentra su séptima dirección y se reconciliar con el cielo y con la tierra, los lakotas dicen que esta persona «camina en la belleza».

 

LAS 4 FLECHAS (Soy mi mente, mi cuerpo, mi espíritu y mis emociones)

Existe un mito lakota difundido por alguien ajeno a los lakota que ha cobrado dimensión de creencia pero cuya veracidad es incierta. Ocurre esto porque la tradición lakota -como cualquier tradición indígena norteamericana- depende en gran medida de la tradición oral no escrita de los contadores de historias. Comparto en todo caso el mito por su enorme belleza y simbología.

Hace mucho tiempo la humanidad entera era una sola y única familia unida por una conciencia común. Pero los jefes espirituales tuvieron una visión: la humanidad debía dividirse. Fueron lanzadas cuatro flechas mágicas en cuatro sentidos. La humanidad entera se dividió en cuatro grandes familiar que recibieron el encargo de ir a buscar sus respectivas flechas y regresar al centro común. Aquellos que fueran al norte debían explorar la inteligencia racional. Aquellos que fueran al Sur debían explorar la conciencia corporal. Los que fueran al Este deberían explorar la conexión con el Espíritu. Los que fueran al Oeste su corazón y los vínculos emocionales entre las personas. La profecía decía que la humanidad auténtica surgiría cuando las cuatro familias volvieran a unirse en un mismo punto. Del mismo modo, la humanidad auténtica en cada persona surge cuando estas cuatro flechas se unen.

 

LAS VIRTUDES LAKOTA

De acuerdo a diferentes versiones de descendientes directos lakotas, las virtudes o guías de comportamiento recto son cuatro, siete o doce. Reúno aquí una mezcla de las listas elaboradas durante los últimos cuarenta años por George Plenty Wolf (un oglaga yuwipi de la reserva de Pine Ridge en Dakota del Sur), Birgil Kills Straight (un tipo pintoresco, descendiente oglala y líder comunitario), Joseph Marshall III (JMIII oglaga/sicangu lakota y autor de varios libros reseñados al final del artículo) y David Little Elk (descendiente nativo lakota y profesor de lingüística y cultura lakota):

  • Wowahwala | SE HUMILDE | «Se humilde, modesto, sin pretensiones» «Camina en silencio, lentamente, humilde»
  • Wowacintanka | PERSISTE | «Persiste, lucha a pesar de las dificultades» «Se paciente y tolerante»
  • Wowaounihan o Wowawoohola | RESPETA | «Se considerado, honra y muestra estima por alguien o algo, trátale con deferencia o cortesía» «Se respetuoso con todas las cosas»
  • Wayuonihan | TEN HONOR | «Ten integridad, ten un carácter honesto y recto»
  • Cantognake | AMA | «Sitúate y mantente en tu propio corazón»
  • Icicupi | SACRIFÍCATE | «Da ofrenda de tí mismo»
  • Wowicake | SE HONESTO Y FIEL A LA VERDAD | «Es siempre más sencillo hablar de la verdad, lo que es real, la manera en la que el mundo es»
  • Wowaunsila | SE COMPASIVO | «Camina mostrando compasión por tus semejantes» «Cuida, simpatiza, entiende al otro» «Se piadoso»
  • Woohitike | SE VALIENTE | «Ten o muestra coraje, haz que nada se interponga en la manera recta de hacer las cosas» «Actúa guiado por tus principios»
  • Cantewasake | SE FUERTE | «La fuerza del corazón y la mente»
  • Wacante Oganake o Canteyuke o Wawokiye | SE GENEROSO | «Da, comparte, ten un corazón», «Ayuda, da, sé generoso»
  • Woksape | SE SABIO | «Entiende lo que es correcto y verdadero, usa el conocimiento sabiamente»
  • Wowokiye | SE ÚTIL | «Se útil sin necesidad de ser necesitado»
  • Wokciumpte | ACTITUD | «Mantén una buena actitud»
  • Wawoktugan | PERDONA | «Practica el perdón»
  • Wopila | AGRADECE | «Se agradecido»

 

 WOWAOUNIHAN (el código ético del respeto)

Como hemos visto, una de las virtudes lakotas -común a todos los listados establecidos hasta la fecha era «Wowaounihan», el deber de ser respetuosos. Pero ¿cuando un lakota conseguía ser respetado? He aquí el código ético que les guiaba:

  • DEMOCRACIA: Trata a cada persona, desde el más pequeño niño hasta el anciano más viejo, con respeto todo el tiempo.
  • MERITOCRACIA: Especial respeto merecen los maestros, padres y líderes comunitarios. Nunca hables en una reunión de ancianos a no ser que seas invitado a hacerlo (excepto para preguntar qué se espera de tí) Siempre estás en deuda con ellos.
  • COMPRENSIÓN: Ninguna persona debe sentirse dañada por tí. Evita herir otros corazones tal y como evitas el veneno mortal
  • PROPIEDAD: No toques nada de lo que pertenece a otra persona sin su permiso o un entendimiento entre ambos. Respeta la sabiduría de la gente en el Consejo: una vez que compartes una idea, ya no te pertenece, es de todos.
  • PRIVACIDAD: Respeta la privacidad de las personas. Nunca interrumpas un momento de silencio de alguien o un espacio personal.
  • CORTESÍA: Nunca camines entre personas que están hablando entre sí. Nunca interrumpas a personas que están hablando.Escucha con cortesía lo que dicen los demás, incluso si crees que lo que dicen no tiene valor. Escucha con tu corazón.
  • HUMILDAD: Habla siempre en un tono bajo, especialmente cuando estés en presencia de mayores o extraños a los que es debido un mayor respeto. No insistas en que tu idea prevalezca, apoya las de otros si ello implica que esas ideas parten de la verdad y son el bien.
  • INTELIGENCIA SOCIAL: Nunca hables mal de otros, tanto si están presentes como si no.
  • NATURALEZA: Trata a la Tierra como a tu madre. Muestra respeto por las piedras, las plantas y animales. Alza tu voz con sabiduría para defenderlos.
  • TOLERANCIA: Muestra profundo respeto por las creencias y la religión de los demás

 

Estas fueron las propuestas de los sioux lakotas para cultivar y mantener las relaciones. Espero que hayas disfrutado de ellas y puedan serte de utilidad en el día a día contigo y con los tuyos.

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Lecturas interesantes:

Gramática y fonología lakotas de construcción y pronunicación de palabras

Libros: The Lakota Way  y Keep Going: the art of perseverance| ambos de Joseph M. Marshall III, autor nacido en la reserva india de Rosebud en Dakota del Sur.

Aproximaciones breves a la vida según los pirahã y los dágara

Sobre las nociones comunes a las tribus norteamericanas ya escribí aquí.

Nosotros los indios, extractos en castellano de la sabiduría lakota en el libro de Kent Nerburn.

 

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la cultura ibérica: 3 riesgos y 4 fortalezas

la cultura ibérica: 3 riesgos y 4 fortalezas

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La cultura es sin excepción el elemento que vertebra el tejido de comportamientos y actitudes de cualquier grupo social. En este artículo hablaré de 3 características de riesgo concretas y 4 fortalezas de la cultura ibérica que necesitas tener en cuenta si trabajas en este entorno.

 

3 NIVELES CULTURALES

cultura.

(Dellat.cultūra). elem. compos. Significa ‘cultivo, crianza’.

2. f. Conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico.

3. f. Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.

Diccionario de la Real Academia de la Lengua (2014)

 

Creo que a la hora de afrontar proyectos de cambio es necesario interiorizar la cultura que mantiene el pensamiento y acciones de los equipos con los que trabajamos. Las personas de un equipo están condicionadas por 3 culturas o niveles de influencia que debemos atender. Cuanto más arriba subimos en la escala cultural, más complicado resulta el cambio. Se trata por tanto de algo así como abordajes que se dan en paralelo y de los que necesitamos ser conscientes:

  • PRIMER NIVEL: Las experiencias, aprendizajes, costumbres y asunciones personales de cada miembro. Es el nivel primario de trabajo para el cambio, el más efectivo e inmediato y a priori es más creible. Pertenecen a este nivel cultural las vivencias propias que cada uno viva en los entornos de desarrollo afectivo (familia, pareja, amigos) así como las vivencias en los entornos de desarrollo personal (escuela, trabajo y esparcimiento)
  • SEGUNDO NIVEL: Las experiencias, aprendizajes, costumbres y asunciones colectivas del grupo. Este nivel cultural es el producto del encuentro en un mismo lugar y momento de varias personas con culturas propias y objetivos individuales pero que comparten un mismo objetivo en común. En este nivel se incluye no solo la cultura del grupo con el que se trabaja sino del grupo de grupos que le incluye: la organización. Pertenecen a este nivel cultural las vivencias del grupo en el entorno de desarrollo productivo (compañeros, identidad, profesión)
  • TERCER NIVEL: Las experiencias, aprendizajes, costumbre y asunciones colectivas de la sociedad. Esta es la única cultura sobre la que no se puede ejercer control o abordaje de forma directa. Esto ocurre porque al hablar de este nivel cultural no podemos evitar generalizar (como yo mismo, lector o lectora, haré en este artículo). Y sobre la generalización no podemos construir nada estable. Sin embargo es útil tener en cuenta qué asunciones o aprendizajes ha tenido un colectivo social concreto para evitar anclajes negativos en procesos de liderazgo o cambio.

Como resultado de estos tres abordajes culturales, es importante que el lector o lectora comprenda que el orden de cambio es exactamente el que he enunciado y que no existe otro orden posible: PRIMERO CAMBIAN LAS PERSONAS, LUEGO CAMBIAN LOS GRUPOS Y FINALMENTE LAS SOCIEDADES. Las organizaciones, las sociedades y otras construcciones abstractas son creaciones colectivas necesarias cuyo único fin último es el desarrollo de la acción individual libre y responsable. Donde reside siempre la raíz y la semilla del cambio es en las personas y en la configuración del comportamiento colectivo aceptado a partir de sus acciones individuales. El poder de la Humanidad (con mayúscula) a la que pertenecemos todos está en tu humanidad (con minúscula) propia.

Y dado que el cambio más extraordinario es producto de acciones individuales, es importante conocer cómo solemos vivir el cambio. Y he aquí la propuesta más extendida entre los profesionales del cambio desde hace siglos. Las personas viven el cambio desde hace siglos de acuerdo a un mismo camino de madurez:

  • negación de responsabilidad sobre la evidencia (victimismo o huida)
  • asunción de responsabilidad sobre la evidencia (toma de conciencia)
  • actuación responsable (acción individual)

Es por esto que el sello «100% ibérico» que hoy voy a exponer es responsabilidad de todos. Lo compruebo a diario y no admito excepciones. Somos esto. Cualquier intento de mejora real de la mayoría de situaciones a las que se enfrentan personas y equipos, pasa por reconocer algunos de los males y los bienes de la cultura 100% ibérica a la que probablemente perteneces.

 

3 RIESGOS DE LA CULTURA IBÉRICA

Voy a enunciar tres características que creo que intrínsecamente no son buenas o malas si se saben detectar a tiempo. Lo que pretendo es ofrecer al lector o lectora un listado de tres cosas que mantener siempre a raya si se mueve en un entorno de trabajo fundado en la cultura ibérica. Estas tres cosas son el victimismo, la especulación y el parcialismo endémico propios de la cultura ibérica.

 

1.- Victimismo endémico y vacuna

Lo primero que quiero decir es que estoy muy cansado de escuchar que la cultura ibérica es una cultura de vagos. Que el índice de paro está asociado a este hecho o barbaridades similares. Se dice que somos improductivos en relación al resto de Europa, y esto es cierto. Según el ‘Informe 2012 Fundación BBVA-Ivie sobre Crecimiento y competitividad‘ España tiene 68,5 puntos en cuanto a productividad por hora trabajada, lejos de Alemania (87,1) y la Eurozona (75,9). Pero ser improductivo no implica ser trabajador. De hecho siempre se dice que Alemania es el motor productivo de Europa y que en Grecia son unos indolentes, pero se ha demostrado con datos que nada de esto es cierto: España no tiene un problema de vagancia, tiene un problema de eficiencia. Bien lo saben algunos compañeros del cambio que se dedican a trabajar la mejora de la productividad en las organizaciones. Y yo creo que la cultura española no es eficiente además de por políticas financieras, por algo que siempre nos acompaña. Mi abuela lo llamaba «Dame pan y llámame tonto». Existe una mentalidad extendida de salvar la papeleta que está estrechamente asociada a que «Todas las cosas me pasan a mí».

Esto ocurre porque el victimismo ibérico existe. Y creo que esta es la raíz. Existe y formas parte de él. Puedes perjurar en el sillón de tu casa, cuando vuelves cansado del trabajo y sintonizas el telediario, que nada tienes que ver con esos que aparecen en la tele. Aunque en la tele solo salen los que entran al juzgado o a la cárcel o los que se meten en la vida de otros sin trabajar la suya propia, mucho antes de todas esas cosas existe toda una cultura comúnmente aceptada que mantiene ese comportamiento desleal y pernicioso. Puedes insultar mentalmente a tu proveedor o quejarte de un departamento diciendo que sus empleados son incompetentes. Puedes lamentarte por la atención sanitaria de tu ciudad o el retraso del transporte. Puedes maldecir la crisis del ladrillo y lamentarte porque no puedes vender o comprar casa. Puedes decir que el sistema educativo de tu hijo es una mierda o que estás harto de que no baje el precio de la gasolina o suba el del transporte público. Puedes decir que tu empresa es esclavista y que tu jefe es inhumano y que tu sueldo es muy bajo. Puedes… claro que puedes. Tu y yo luchamos cada día para tener ese derecho. La cuestión es si es útil instalarte en el PUEDES o empezar a preguntarte qué QUIERES o qué DEBES hacer para cambiarlo. He aquí la vacuna. Porque eres todo eso que te pasa. Porque nadie sufre continuadamente algo que no merezca. Demanda lo que es justo pero también muéstralo con tus actos individuales a diario.

Un ejemplo del victimismo endémico -y también de esquizofrenia social- es el creciente nivel de indignación con la clase política que mayoritariamente la población española renueva cada dos años en las urnas. Tras haber vivido un nivel de agitación y manifestación constante de desacuerdo en la calle con unos y con otros y con los de más allá, tras un movimiento histórico que será estudiado por nuestros hijos como el 15M, tras continuos insultos a políticos en el café de la mañana en el trabajo, tras escándalos y escándalos de corrupción política (Después de 1700 causas judiciales, 500 implicados, 82 condenados, 28 presos y 40.000 millones de euros desfalcados después -y sumando- España es el tercer país más corrupto de Europa tras Grecia e Italia según el informe de Transparencia Internacional), tras constantes medidas de unos y de otros que agravan a diario la situación económica en España,… tras todos esto en las últimas elecciones generales del 20 de noviembre de 2011 de 24.666.411 votantes (un 71% del censo convocado) exactamente 17.870.087 votantes, es decir el 73,39% del censo, renovó su confianza en los mismos partidos políticos que diariamente insultaban. Este es el hecho. En las últimas elecciones europeas un 49,06% renovó su confianza en estos mismos partidos, el resto del porcentaje del electorado se ha dividido entre dos partidos minoritarios (uno de nuevo cuño y en auge pero estadísticamente aún fuera de la partida), una agrupación política de varios partidos y una lista interminable de otros. Estos resultados quieren decir varias cosas: la primera es que el victimista nunca hace lo que dice; la segunda es que al victimista no le gusta cambiar (manifiesta resistencia).

Este es solo un ejemplo cualquiera de cómo una sociedad no hace lo que dice o cómo la cultura social se perpetúa cumpliendo suma cero. Para el caso español el lector o lectora puede encontrar un análisis detallado en dos artículos que escribí hace ahora dos años: Innovar en España: ¿por qué en España es difícil innovar? e Innovar en España (II): Datos reales sobre por qué ocurre no innovamos bien o rápido

 

2.- Especulación endémica y vacuna

Se que esperas que hable de la fiebre del ladrillo en este punto. Pero tenemos tantos casos de especulación endémica que uno en concreto me parece hoy más interesante. Porque no solo lo vives sino que te lo comes a diario.

Una prueba muy reciente de la picaresca ibérica ha saltado a los medios de comunicación recientemente. Durante años he comido jamón ibérico. O eso creía. De hecho los hogares españoles gastan de media 650 millones de euros anuales en jamón curado. Haya o no haya crisis. Sin embargo y paradójicamente la misma desrregulación consentida durante décadas por agentes, gobiernos, intermediarios, distribuidores y consumidores para aumentar de forma especulativa el consumo y producción de jamón ibérico; ha estado a punto de acabar con el sector ganadero más fiel a la raza ibérica. La comercialización y etiquetado de los productos de forma poco fiable y muy laxaha sido clave en este proceso de devastación progresiva del sabor ibérico. Durante años y desde que en España se implantaron las primeras cadenas fiables de distribución logística de alimentos, el jamón ibérico de un 50% a un 100% de raza ibérica ha sido a efectos prácticos igualmente tratado. Entre la picaresca de los productores se han detectado las siguientes prácticas: la inclusión de las palabras «dehesa» o «montanera» o asociados en las marcas de jamones de cerdos que nunca habían pisado una dehesa o una montaña; la utilización abusiva del término «pata negra» como marca comúnmente aceptada de calidad sin correspondencia de raza; la inclusión del término «ibérico» en una gran cantidad de productos omitiendo su origen combinado con otras especies no ibéricas. Por estos y otros motivos, criadores de cerdo 100% ibérico estaban viendo castigado su trabajo de cría diario apostando por la crianza del cerdo ibérico de bellota (ya sea puro de bellota y hierba o a partir de crianza mixta con pienso).

Para comprender mejor lo acontecido y la magnitud de la picaresca consentida durante tantos años, en 2008 el propio gobierno declaró que existían 6.000.000 de cerdos ibéricos de bellota en España, lo cual según los expertos en términos de dehesa y hectáreas de encinar en la península es completamente imposible. El nivel de especulación ha llegado a tal nivel que el Gobierno español en enero de 2014 y ante las continuas quejas del sector y/o los consumidores se ha visto obligado a crear una nueva Norma de Calidad que pretende poner orden, aclarar y simplificarle la información al consumidorElena Diéguez, secretaria técnica de Aeceriber, la Asociación Española de Criadores de cerdo ibérico, ha declarado “en este sector imperaba, no voy a decir el fraude, pero si la picaresca”. Por su parte, los industriales del cerdo «ibérico» como como Carlos Díaz, presidente de Iberaice, la Asociación de Industrias del cerdo ibérico, han declarado que la nueva norma “penaliza al cebo y a lo que siempre se ha conocido como ibérico”. La polémica está servida. La nueva normativa algo más estricta en cuanto a la procedencia del producto y su problemática asociada están explicadas ampliamente en un gran documental sobre el caso que el equipo de DOCUMENTOS TV ha producido bajo el título Los colores del jamón y que fue estrenado a horas intempestivas -casi sin audiencia por cierto- hace unos días.

La gran lección que he aprendido de este caso, muy paradigmático de la cultura ibérica, es que nunca un problema tiene un solo culpable pero que en el carácter ibérico -sin duda muy emprendedor- va implícito por desgracia un afán especulativo. El problema no es que exista este afán sino que cuando no se controla de forma continuada puede acabar incluso con las bases de la propia cultura que se pretende defender. Ningún alimento más significativo de lo ibérico que su jamón de bellota. Por tanto, la vacuna contra la especulación es la regulación consensuada y ajustada por las partes interesadas. Por todas.

 

3.- Parcialismo endémico y vacuna

También existe y lo vives a diario. Un compañero facilitador que acostumbra a viajar mucho, hablaba hace poco de la tremenda problemática que tiene poner ejemplos políticos en España para trabajar con los equipos. Según en qué lugar te encuentres puedes decir o no según qué cosas. La península ibérica ha sido históricamente un lugar maniqueo, fraguado -como muchos entornos a su alrededor- de continuas batallas de sangre e ideas. En general nos gusta mojarnos, pero mojarnos hasta perder la perspectiva. Esto se traduce en que cuando trabajo con equipos me encuentro patrones de conducta que son propios -como es lógico- de la cultura en la que se desenvuelven las personas de ese equipo. Estos patrones de conducta que favorecen el parcialismo endémico son básicamente tres:

  • Etiquetado continuo de personas. Nos gusta poner etiquetas a la gente y basar nuestra relación de acuerdo a ellas. Una vez que hemos etiquetado a alguien, nos resulta complicado quitarle la etiqueta. Por lo general, el carácter ibérico es poco compasivo derivado de un partidismo extremo que se resume en la máximo «O estás conmigo o estás contra mí». Me resulta muy sencillo echar por tierra esto en las sesiones, pero cuando me olvido de tener a raya esta característica, casi siempre me pasa factura en los procesos. El 90% de personas que conozco no pasaría el mismo examen de admisión en sus propias vidas que ellas mismas exigen a los otros. La vacuna del etiquetado continuo de personas es la compasión, la comprensión del otro a partir de sus limitaciones y fortalezas y no de los nuestros.
  • Enjuiciamiento rápido. Las personas que son de juicio rápido y fácil suelen ser personas que a larga se encuentran con hechos lentos y dolorosos. Y viceversa. He aprendido esto en mi vida y procuro no olvidarlo. No obstante noto que tenemos una capacidad innata para juzgar a los demás con tremendo espíritu crítico (a menudo poco constructivo para ellos) y una incapacidad natural para mirarnos al espejo y ver defectos. El carácter ibérico es en este sentido poco humilde, algo fanfarrón y altamente orgulloso. A lo largo de la Historia se ha conocido a filósofos, soldados, pensadores y gobernantes españoles por su elevado orgullo. La vacuna contra el enjuiciamiento rápido es el pensamiento sistémico, la ciencia del pensamiento cotidiano y el liderazgo diferido.
  • Elevado sentido del honor propio. Distingo aquí el honor propio del honor social. Tenemos un exagerado sentido del honor que es complicado de gestionar porque el «honor» es una cualidad moral. La moralidad es a menudo subjetiva exceptuando casos comúnmente aceptados como inmorales. El honor propio habla de dignidad. Al hablar, casi sin notarlo y de forma inherente al carácter ibérico, tendemos a defender nuestra dignidad o a socavar la ajena. Nos olvidamos de que mucho más noble que el honor propio (ese resquicio nostálgico y entrañable del feudalismo y el Siglo de Oro) existe el honor social. Es decir, la capacidad de honrar a otros, de darles honores u otorgarles concesiones en función de nuestra calidad humana y de la suya. Probablemente de las tres características enunciadas, ésta sea la que más me encuentro a diario en los equipos. Las personas que hablan desde el honor hablan desde el Derecho o el Poder, nunca desde el Interés, y por tanto cualquier entendimiento sobre esta base es imposible. Revisar el artículo Triadas de consciencia. La vacuna contra el elevado sentido del honor propio es un baño de humildad. En lugar de tratar de defenderte del mundo justificando tu dignidad propia, busca ésta en los demás y deja que ellos te muestren la suya. Una buena vacuna contra elevado sentido de honor propio es seguir unas instrucciones para nacer de nuevo o trabajar por sociedades de aprendizaje mutuo.

 

4 FORTALEZAS DE LA CULTURA IBÉRICA

Como complemento a estas tres caracacterísticas de riesgo, en otros artículos de este mismo blog puedes encontrar referencias a características endémicas de la cultura ibérica que suponen una clara ventaja competitiva. Por ello, y para no alargar el artículo, no les dedicaré tanto espacio como a los riesgos. Aún así no quiero cerrar el artículo sin destacar 4 fortalezas que hacen único al carácter ibérico y que debes tener en cuenta en tus equipos:

 

1.- Elevada capacidad de superación y sacrificio Que se demuestra, p.e. en el deporte de élite y los episodios críticos de nuestra historia. Pocos pueblos han sufrido tantas batallas sobre su suelo y han logrado rehacerse con tanta rapidez. A menudo criticamos los procesos de transiciones históricas que ha vivido nuestro país pero olvidamos el tremendo esfuerzo que como sociedad hemos sido capaces de asumir para que estos procesos se llevaran a cabo. Esto tiene un reflejo en las personas. Cuando la historia de tu familia está fraguada con sangre y sudor, es complicado que tú mismo puedas abstraerte de ello.

2.- Fuerte sentido de pertenencia al grupo A todos los niveles familia, amigos, tierra, equipo, marca. Está muy asociado a una lectura positiva del honor propio sobre el honor social y escapa de la tradicional caricatura. Nuestra capacidad de identificarnos con un grupo es también una lectura positiva de nuestro parcialismo.

3.- Alta capacidad relacional Somos de natural apasionados y expresivos con los otros. Y esto -créanme- se envidia en toda Europa, donde las tasas de suicidio, depresión y alcoholismo se disparan mucho más que en España, y donde se envidia la capacidad ibérica para «quedar a tomar algo» o «decir lo que piensas». En efecto, a veces decimos el ibérico medio dice lo que piensa en exceso, pero a la hora de gestionar personas es mucho más sencillo gestionar la voz que el silencio.

4.- Extraordinaria capacidad resolutiva y creativa con los mínimos recursos Es quizás la más interesante de estas 4 fortalezas a nivel de equipos porque va implícito en nuestra educación y nuestra historia «ser apañaos» y  «sacar las cosas adelante». Más de un gestor de otras culturas y entornos daría su brazo por contar con personas resolutivas y creativas cuando los recursos o el momento no acompaña.

 

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la empresa humana (II)

la empresa humana (II)

personas

«Las cosas no cambian, cambiamos nosotros»

Henry David Thoreau

 

Este artículo es la continuación natural del artículo la empresa humana en el que enunciábamos por qué las personas que lideran las organizaciones deben volver a poner el foco en las personas. Era en otras palabras un artículo que hablaba de POR QUÉ apostar por las personas. La intención de esta segunda entrega es la de aportar recomendaciones prácticas sobre CÓMO apostar por las personas en una organización. Es decir, una vez que hemos decidido hacerlo, cómo sentar las bases para hacerlo con las políticas y apuestas adecuadas.

Para ello pocos textos me parecen tan respetables y plagados de sabiduría y experiencia como el capítulo 17 titulado People first de la sección 4 titulada Passion matters now del fantástico libro de gestión empresarial What matters now: How to Win in a World of Relentless Change, Ferocious Competition, and Unstoppable Innovation (Hamel, 2011). El libro fue para mí una continuación muy esperada de la obra The future of Management (Hamel, 2007) en la que sentaba las bases de lo que para muchos es un nuevo modelo de gestión humano y sensato.

Tengo por costumbre callarme si no tengo nada mejor que decir sobre un tema concreto. Por eso este artículo será fiel a las ideas de Gary Hamel y a la literalidad del texto del capítulo mencionado. Es importante señalar que el artículo tan solo incluye un fragmento muy breve del texto que es el que considero clave para la transformación empresarial que ya está en curso desde hace más de una década.

 

¿QUÉ SIGNIFICA APOSTAR POR UNA ORGANIZACIÓN HUMANA?

«…Pase lo que pase con la economía, los hilos que unen a personas e instituciones continuarán deshilachándose hasta que los líderes de toda clase se replanteen sus supuestos fundamentales acerca de la relación entre seres humanos y organizaciones.

Si abre la cabeza de un gestor medio, encontrará una manera de pensar que coloca la institución por delante, o encima, de la persona:

INSTITUCIÓN -> INDIVIDUO -> BENEFICIO

 La compañía contrata empleados para producir bienes y servicios que arrojan beneficios para los accionistas. En este modelo, el individuo es a la institución lo que los seres humanos eran para Matrix: materia prima, factores de producción contratados para servir a los objetivos de la institución. En la vida real, los seres humanos no se enchufan a máquinas, pero a menudo son enchufados a papeles que no son apropiados para ellos y a empleos que no les satisfacen. Por lo general, es la persona quien debe avenirse a la institución y no a la inversa. Si tiene alguna duda acerca de esto, responda a las siguientes preguntas: ¿Qué trabajo haría si fuese libre de elegir?, ?Para qué jefe trabajaría si dependiera de usted?, ¿Qué ordenador utilizaría en su trabajo si pudiese elegir el que le apeteciera?.

A pesar de todo, podemos imaginar un modelo diferente, uno donde los interese del individuo tuviesen prioridad:

INDIVIDUO -> ORGANIZACIÓN -> IMPACTO

 Observe aquí la sustitución de la palabra «institución» por «organización». La primera implica mucha estructura y una distribución jerárquica de la autoridad. La palabra «organización» es un poco más ambigua. Puede abarcar algo celular, como Alcohólicos Anónimos, o algo reticular, como un proyecto de fuente abierta. Aquí, la gente «a cargo» son líderes de servicio que consideran a sus subalternos como voluntarios, incluso si se les paga. Existe un entendimiento explícito de que la organización sólo puede alcanzar el éxito si satisface las necesidades de aquellos a quienes apoya. En este modelo, el instrumento es la organización, no el individuo.

Estos dos modelos forman los puntos finales de un todo, y si bien son pocas organizaciones (o instituciones) que habitan en los extremos, la mayoría de las grandes empresas residen en la parte del espectro de «institución primero, empleados segundo» Creo que necesitamos invertir esto por dos razones:

  • En primer lugar, los intereses mal alineados socavan la competitividad. Un público cínico y preocupado querrá atar a las grandes compañías en una maraña de normas y regulaciones, y, mientras sucede esto, esas instituciones se volverán menos flexibles y receptivas. Además, las instituciones con bajos niveles de confianza y compromiso no conseguirán explotar totalmente los talentos de sus miembros y, en consecuencia, serán menos innovadoras y resilientes. Esta combinación de regulación autoritaria y talento reprimido produce instituciones que son menos competitivas de lo que podrían ser.
  • En segundo lugar, nos merecemos algo mejor. Nadie debería trabajar en una organización que parece más una economía planificada centralmente que una comunidad abierta y dinámica. Y en una democracia nadie debería sentir tampoco que es más súbdito que ciudadano.«

 

 

¿CÓMO CONSEGUIR UNA ORGANIZACIÓN MÁS HUMANA?

«La construcción de organizaciones centradas en el ser humano no implica un retorno a las prácticas de asistencia social corporativas y paternalistas del siglo XIX. La mayoría de nosotros no quiere ser tratado como niños desprotegidos. Entendemos que vivimos en un mundo incierto, donde nadie puede garantizar nuestra seguridad laboral. También entendemos que los intereses individuales varían y que ninguna organización sola puede conciliar todas nuestras conflictivas demandas. Sin embargo, esperamos que nuestras instituciones nos sirvan a nosotros, y no a la inversa. Esto implica organizaciones que se construyen alrededor de algunos principios simples pero importantes:»

 

  • Descentralizar siempre que sea posible: Hamel se refiere aquí a una idea recurrente en el mundo de la «nueva» gestión empresarial. El razonamiento básico es que a mayor grado de descentralización controlada, mayor capacidad de las personas para ejercer su responsabilidad y actúar de forma eficiente. Por contra, a mayor grado de centralización, mayor burocracia e incapacidad de las personas para ejercer sus derechos y obligaciones.

  • Destacar comunidad sobre jerarquía: Es importante señalar que no se habla de sustituir sino de «destacar». La jerarquía es siempre necesaria a mi modo de entender la realidad de las relaciones en los equipos. El error consiste en que esa jerarquía deje de ser un mero instrumento para salvaguardar el valor de las personas y pase a convertirse en un fin en sí mismo, esto es, en algo que castiga y limita cualquier comportamiento fuera de ella. Durante muchos años he vivido esta realidad en organizaciones que decían ser innovadoras y que incluso se atrevían a dar consejos a otros acerca de cómo serlo, y el resultado era objetivamente desastroso a nivel humano y de prestación de servicios de calidad.

  • Asegurar la transparencia en la toma de decisiones: Es importante no solo tomar decisiones adecuadas sino además asegurarse de que lo son porque no tenemos miedo a hacerlas públicas y compartirlas con aquellas personas a quienes dirigimos. La opacidad en las organizaciones en España es hoy un hecho indiscutible que sin duda supone una brecha real entre su capacidad genuina de mejora y lo que actualmente representan.

  • Formar líderes más responsables ante sus dirigidos: Fruto de culturas empresariales en las que los dirigentes tienen que justificar sus decisiones ante otros dirigentes a diario, solo una vez al año ante sus accionistas y ninguna ante sus empleados, se ha fraguado un distanciamiento absurdo y ridículo entre las personas que dirigen y los dirigidos, entre aquellos que toman decisiones y entre quienes las cumplen. El planteamiento de transición hacia empresas más humanas que plantea Hamel es doble: desdibujar esa barrera con comportamientos honestos y diariamente auditables por los empleados sin perder por ello el liderazgo; y por otro lado entender la responsabilidad no desde el sacrificio de todos por decisión de unos pocos sino desde el sacrificio de todos por aprobación de todos. Y esto es tan válido para instituciones que requieren una férrea jerarquía como para aquellas que puedan abrir sus organismos de decisión. No se trata de ideología empresarial, sino de eficiencia humana.

  • Alinear recompensas con contribución, en lugar de hacerlo con poder y cargo: En la totalidad de empresas en las que he trabajado por cuenta ajena, toda la estructura y cultura de la empresa dependía de una asunción básica: tanto cargo y poder de decisión tienes, tanta recompensa mereces. Lo que plantea Hamel es que esta asunción básica puede ser invertida si entendemos que de este modo no estamos primando la competitividad en la organización sino que estamos fomentando el seguidismo, el acomodamiento y la vagancia. La propuesta de cambio pasa por instaurar sistemas meritocráticos donde el que más aporta en esfuerzo, compromiso y contribución profesional sea bien recompensado con independencia de su poder o cargo. En palabras llanas, uno de los errores más graves del sistema de gestión empresarial de finales del siglo XX ha sido la enorme brecha salarial y retributiva entre dirigentes y empleados con independencia de que los dirigentes o los empleados hicieran mal o bien su trabajo.

  • Sustituir revisión de arriba hacia abajo por revisión por pares (por empleados de igual categoría): Interesante propuesta de cambio para humanizar las empresas que pasa porque las evaluaciones de la actividad desempañada las realicen nuestros compañeros en lugar de realizarlas nuestros jefes, que en algunos casos tienden a castigar a posibles competidores de cargo o a primar intereses personales. Especialmente útil aquí es recuperar la lectura de El principio de Peter que con políticas como esta se vería invertido en gran medida.

  • Ampliar regularmente el alcance de la autodeterminación: Una de las cosas que más frustración genera a las personas que trabajan en las organizaciones es su incapacidad creciente para decidir sobre su actividad o sus tareas diarias de una forma constructiva y ordenada. A las frecuentes críticas de rancios dirigentes que argumentan que las personas no son maduras para tener capacidad de decisión sobre lo que hacen, yo digo que la madurez no es algo con lo que se nace (ni siquiera ellos cuando se mearon o cagaron al nacer) sino que es algo que se educa. Si no educamos a nuestros empleados y dejamos que se equivoquen de forma saludable para todos y posiblemente dolorosa para ellos y/o nosotros, no podemos esperar nada de ellos más allá de que fichen cada mañana y cada tarde. En mi experiencia con decenas de equipos, diré que siempre que he confiado real y auténticamente en las personas, mayoritariamente casi nunca se han fallado a sí mismas y por tanto no me han decepcionado. A las otras críticas de un tipo diferente de rancios dirigentes que dicen que el liderazgo es algo innato o que es tarea de los líderes tomar decisiones de todo tipo para que otros ejecuten, yo digo que el liderazgo se manifiesta a todos los niveles de la vida y el trabajo y que un buen dirigente lo es porque sabe confiar en las personas y liderar para que ellas confíen en si mismas.

 

Hasta aquí las reflexiones de Hamel sobre la empresa humana y algunos pasos cortos sobre cómo podemos llegar a ella. Es evidente -y siempre me gusta recordarlo- que cada organización y equipo es un mundo y que esta guía básica de puntos fundamentales solo es un recopilatorio a modo de brújula, pero que es necesario en proyectos de transición cultural, estudiar y diseñar transiciones a medida. Si quieres saber más sobre esto, conoce nuestros servicios

Me despido recordando una conversación entrañable que tiene que ver -y mucho- con todo esto de humanizar los entornos de trabajo:

-Maryum, ya tienes 11 años, ¿Has pensado en la universidad?

– Sí, señor.

– ¿Y qué quieres hacer allí? Todo lo que hizo el señor tiene un finalidad. Los árboles tienen una finalidad. ¿Cuál es la finalidad de la vaca?

– Darnos leche

– De acuerdo, ¿Y la del sol?

– ¿El sol? Darnos luz y calor

– Y hacer que las cosas crezcan. De modo que todo lo que hizo Dios tiene una finalidad. Las vacas, el sol, la luna, las hormigas. Así que tú no has encontrado tu finalidad en la vida ¿No es así?

– No

– Si todo el mundo nace para algo, ¿Para qué crees que naciste tú?

– Para que la gente se sienta mejor. Para ayudarles.

– Eso es bueno, Maryum, eso es bueno.

[Conversación real entre Muhammad Ali y su hija Maryum recogidas en el documental I am Alí, (Lewins,2014)]

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