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inteligencia co-lectiva

En mitad de una crisis que amordaza la innovación y la perspectiva de cambio con fórmulas que redundan en un modelo caduco, los ciudadanos responden a la ocultación de la realidad. No quieren propaganda ni autobombo, solo medidas efectivas que renueve un modelo productivo limitado y generen empleo sostenible. No hacen falta parches para la bicicleta social, hace falta rediseñar todo el chasis y cambiar las ruedas. Porque les toca, porque les duele, porque no se puede engañar a quien ya permanece informado y en el mundo.

Pintada en un cartel publicitario del metro de Madrid

lo que soy, lo que tengo, lo que represento

Niños escolarizados en la India gracias a la Fundación Narpat. La iniciativa vorpalina colabora con Narpat en la construcción de una web para la difusión de su labor en India. Entre sus actividades destacan la escolarización de niños, el reparto de alimentos, la profesionalización de las clases empobrecidas y las intervenciones quirúrgicas a niños con malformaciones congénitas.

Sobre estos tres principios se artícula el valor de una persona. No entendáis “tener” desde el punto de vista material, si leeis El arte del buen vivir. Biblioteca Edaf, 1993 veréis que hablaba de otra cosa…

La cita es de Arthur Schopenhauer a quién debo desde hace años mi convicción de pensar hasta el final. Y hoy es el final, al menos de este año. Hoy es el último día del año y lo voy a acabar tal y como lo empecé, con un grito a favor de la innovación proclamando el cadáver del modelo industrial de creación. Podemos trazar etapas de transición más o menos largas pero siempre con la convicción de que las organizaciones de conocimiento deben reinventarse. Y deben hacerlo cuanto antes. El conocimiento no es un producto, es un proceso; podemos hacer que ese proceso tenga forma y sea vendible pero eso se aleja por completo de la razón de ser del conocimiento en sí mismo. Intercambiar ideas -como bien se dice en la red- no equivale a intercambiar manzanas. Hay algo más a lo que debemos atender. El goteo de valor es continuo y ese tejido corporativo impermeable cada vez tiene menos sentido y consistencia. La convivencia de modelos a corto plazo es fundamental como lo es una acción revolucionaria de bajo nivel con una solidez sin precedentes en cada una de las pirámides del imperio industrial. Yo no tengo la capacidad de cambiar a una sociedad aunque lo intento, tampoco tengo la capacidad de convencer a una organización entera de que existen alternativas sostenibles al derroche continuo de recursos y talento aunque lo evito, tal vez ni siquiera pueda modificar la conducta de una persona ni influir ni convencer a cada una de ellas aunque todos sabéis que también lo intento. Pero estoy totalmente convencido de algo: el mundo y la manera en la que las personas se relacionan están cambiando, llevan años cambiando mientras nuestros modelos de gobierno público y privado no se reinventan ni actualizan y se agarran con fuerza a las bases de un dinosaurio en llamas.

He estudiado, trabajado y luchado por explicar este cambio y lo seguiré haciendo a pesar de los continuos batacazos y de actitudes poco o nada constructivas que abusan del continuismo. Acabo de colgar a un amigo que me ha llamado desde la Patagonia de forma totalmente gratuita desde su ordenador al mío mientras comenzaba a escribir este artículo. Mientras tanto, entre una frase y otra, felicito por mensajería instantánea a otro amigo que está en Tenerife. Hoy más que nunca -y que no nos ciegue esta realidad- tenemos una gran cantidad de herramientas de comunicación que nos permiten estar conectados. A pesar de ello el entorno laboral en el que trabajamos a diario está repleto de anacronismos que impiden avanzar. Las organizaciones actuales no nos dejan desarrollar nuestras habilidades y adoptan decisiones que afectan a una gran cantidad de personas a menudo sin hacer que estas personas se sientan partícipes de ellas. Una nómina a final de mes y un puesto de trabajo con recursos extremadamente limitados no es suficiente sueldo para un trabajador del siglo XXI. Ya no. He renunciado a mi lucrativo empleo para demostrar que tengo valor más allá de lo que pagan. Tengo valor por lo que soy. Las relaciones simbióticas y las sinapsis de confianza entre valor solventarán el roto pero necesitamos un esfuerzo individual multiplicado por muchos. Entretanto seguiremos haciendo gala de una inseguridad constante y dilatada, deambularemos como tal y como dice la canción, yendode puerta en puerta a buscar baldosas amarillas para un funambulista imposible leyendo en braille los pasos del siguiente mortal“.

Disculpad, me está llamando desde Zaragoza un amigo con su hija a través de otra tecnología de videoconferencia, respondo por el móvil y ahora sigo…

Ya estoy, perdonad. Está siendo un post muy accidentado 😉 Un segundo, veo que me ha escrito un amigo loco kirguijistano, voy a llamarla, ahora vuelvo.

Ahora sí, disculpad de nuevo. Creo que hemos trascendido ciertas barreras de comunicación pero tenemos una cuenta pendiente: esa cultura que está calando hondo en las masas críticas de la sociedad (los trabajadores productivos) necesita cuajar en los despachos (las cabezas totalizantes). He presentado una propuesta disruptiva a la sociedad que concreto ahora en un discurso ordenado en formato monográfico. Mi idea es trascender también este tipo de formatos. No poner puertas al campo sino liberar el mensaje. Pretendo unificar diferentes valores que considero motrices para el cambio. Nuestra mentalidad sigue siendo predictiva en un mercado en el que la predicción falla constantemente de manera flagrante y altamente nociva para cada uno de nosotros. Un mundo malla amortiguaría el golpe, arroparía a todos aquellos que se sienten social y laboralmente maltratados y convencería a los cortoplacistas del olor insano del cadáver. Por el momento yo he renegado de una cultura de trabajo cuyo combustible fósil son las personas para explorar nuevos modelos de relaciones laborales que pivotan sobre los conceptos de comunidad y colaboración. Os iré avanzando los siguientes pasos. No es importante lo que hago, es importante lo que soy. Os deseo un feliz año lleno de talento y red. La adecuada comprensión y conducción de estos ejes -y no de otros que hemos inventado- será la clave de futuro y una llave hacia una sociedad sostenible y digna. Entre tanto, soñad. No es gratis, de hecho es altamente costoso (creedme) pero los resultados son exponencialmente mejores que lo hasta ahora hemos conocido 😉

Sobre el salmón y Arquímides

Existe en el reino animal una cierta tendencia a la adaptación de las especies que fue enunciada por el naturalista inglés Charles Darwin en 1859 y que se basa en un espíritu natural de superación continua. Cierta transmutación de la variante anádroma del salmo salar conserva un espíritu de honestidad brutal que le permite nacer en aguas turbulentas o agua dulce y remontar un camino de emprendimiento personal hacia la transformación del ecosistema en el que habita. Es frecuente, no obstante, observar en esta variante denominada salmo vorpal una agilidad innata que condiciona el entorno establecido habiéndose dado casos comprobados de reinvención o creación de entornos a partir de este tipo de especímenes a través de un principio denominado consultoría simbiótica. Se han registrado indicios de cambio en la función motriz y anatomía de ciertas comunidades debido a la influencia de sujetos de esta especie invasora. A continuación se observa una comparativa de la evolución lograda a lo largo de generaciones y continuas adaptaciones:

Superando esta entradilla que enseguida comprenderéis, quiero compartir algo con vosotros. Actualmente la mayor parte de empresas cumplen el principio de Arquímides de una forma un tanto peculiar:

TODA PERSONA PARCIALMENTE SUMERGIDA EN UNA MARCA, RECIBE UNA PRESIÓN VERTICAL Y HACIA ABAJO IGUAL AL PESO DEL VALOR-PERSONA QUE NO APORTA

… hasta que se hunde. Porque las organizaciones actuales, como denunciaba en otro post, no dejan trabajar por defecto a sus empleados. Hablo por supuesto de marca-empresa y no de marca personal, el gran Andrés Pérez mediante 🙂 Desde hace no mucho, apenas unos años y desengañado del modelo de cultura fábrica al que intenté adaptarme durante 10 años de mi vida, decidí asumir que soy un salmón. Lo hice con la voluntad de mejorar mi salud mental frecuentemente enturbiada por procesos de desmotivación continuos que habían logrado por un periodo de tiempo reducir mi creatividad e ilusión a la mínima expresión emocional. Hace poco discutía con un amigo que ha interiorizado como yo la cultura del INprendimiento, sobre si una organización debe valorar a los salmones (perfil con el que ambos nos identificábamos) o más bien primar un modelo de piscifactoría donde todo se haga en serie y no existan ideas artesanas. Recupero algunos microposts que fui recopilando sobre nuestra conversación:

Las reglas se inventaron para que todos seamos la excepción que las confirme

Todo es posible cuando en tu dia a dia el diferencial es no ser gris. Cuando lo es y mucho, algo va mal

Reducir el éxito de una compañía a sus asientos contables es el primer paso para el fracaso

El futuro lo construyen los inadaptados y los que no se toman “en serio” su presente

Si una prueba tarda 1 hora, no tengo porque estar empantallado mirando. Calidad de vida + lógica = Productividad

Eres inteligente pero no das el 100% necesario. Necesitamos a alguien que copie y pegue

“Dentro de un mes lo hacemos bien, ahora hay que sacarlo”, “¿Y por qué no ahora?” El principio de la revolución

“Tienes un 4 en tu evaluación. No habrá subida, este año repites” Pero… ¿esto es una empresa o un colegio?

“Tienes que mejorar en A, B y C” “No lo creo, vamos a hablar x q piensas eso” “Tranquilo, yo se lo que te conviene”

Me dicen que soy así porque soy joven y tendré + oportunidades… pero no me voy a volver loco por un trabajo

Valorar mi trabajo en valores absolutos es como suspender historia por olvidar una fecha

Nuestro sistema de evaluación de esfuerzo es absoluto pero nosotros somos transaccionales. ¿Qué sentido tiene?

Pero sin duda lo que más me hizo pensar fue una frase que me dijo mi amigo cuando le dije que no pensaba abandonar mi condición salmonil. Me dijo: “David, no es que no vayas a dejar de ser un salmón, es que no puedes dejar de serlo. Ese es tu valor”  Pues bien, hoy puedo anunciaros que tengo la convicción de que soy un salmón ágil exitoso por el momento (un salmo vorpal) y tengo algunas pruebas que apoyan esta afirmación. Para ello intentaré hacer un remember que no os sea muy pesado. Perdonad si es así:

Hace tiempo que hablé en este blog sobre mi concepto de valor-persona. La madrugada del sábado 10 al domingo 11 renové el mensaje incluido en cada uno de los valores de la Iniciativa vorpalina, lo hice durante 7 horas seguidas frente a una pantalla sin necesidad de levantarme para ir al baño como le ocurría a nuestro viejo amigo Mataji hace más de un año. Ni siquiera me di cuenta de la hora que era hasta que un rayo de sol entró por las cortinas verdes del salón. En cierto sentido, este es el ejemplo más inmediato de que con motivación todo -absolutamente todo- es posible. Vorpalina es una iniciativa basada en el intercambio libre de conocimiento haciendo uso de las relaciones transaccionales derivadas del espíritu de comunidad y de la filosofía RED. Cuando tomó forma la iniciativa tenía la convicción de que la marca asociada comenzaría a dar resultados evidentes de inmediato. No me comenzaba a perfilar como un gurú de los que sobran a patadas sino que estaba dando forma a mis ideas para mejorar de algún modo mi calidad de vida y mi sentimiento de realización. De algún modo estaba dando la vuelta a la tortilla y haciendo mío lo que me había negado el mundo empresarial 0.0 sin alicientes ni ideas y lejos del 2.0.  Así fue. La propia iniciativa se basaba en no disociar lo personal de lo profesional en un modelo de vida formulado sobre las bases de la creatividad, el INprendimiento y la culturaRED, valores que ahora figuran en la cabecera de este blog como hashtag vitales del autor. Porque soy eso, un autor. He tomado las riendas de mi presente y tomo decisiones que determinan mi futuro. Sigo condicionado por agentes externos con los que mantengo relaciones de confianza mutua pero ya no son la base sobre la que adopto decisiones. Los resultados han corrido suerte desigual pero en todos los casos siguientes he modificado mi realidad inmediata o la de otros (*):

  • Liberación de contenidos e ideas propias a través del presente blog y de mi timeline. Comencé predicando en facebook, luego me desengañé sobre la frivolidad innata de este tipo de relaciones personales que no son reales ni me aportaban lo que deseaba (trascender mi realidad inmediata) y acabé orientando mi discurso a aquellos que realmente estaban interesados: suscriptores, seguidores,… Solo he visto mejoras y bondades en este cambio. No hay compromiso formal de ningún tipo ni espero retribución por mis ocurrencias. Solo vivo y disfruto de lo que soy… pero esta vez no lo hago en el desierto y mi eco llega más lejos del siguiente cruce (mucho más, créanme ;).
  • Asistencia a charlas y encuentros presenciales y entornos sociales virtuales (corporativos, públicos, creados,…) sobre innovación, conocimiento libre y pensamiento en red. Resultado: conexión de primer grado (confianza) con al menos 60 personas del ámbito de la tecnología, la psicología, la filosofía y el mundo ágil. Conexiones de segundo grado (interacción) y tercer grado (contacto) con al menos 600 personas de temáticas y ocupaciones diferentes. He realizado al menos 20 conexiones exitosas en los últimos meses que han logrado beneficios para las partes implicadas, en la mayor parte beneficios económicos. No serían grandes números si la calidad de las personas contactadas fuese baja pero más bien al contrario se trata de personalidades relevantes a las que encuentro y me encuentran interesante para estar conectados con el mundo. Establecimiento de sinergias y mejora continua. Actualización de conocimientos y contacto con realidades diferentes. Riqueza y diversificación.
  • Dinamización de la estructura organizativa y social de mi entorno laboral inmediato. Resultado: participación en grupos de innovación definiendo modelos de negocio, en blogs corporativos, en espacios internos formulando ideas de forma transparente, estableciendo de forma protagónica y sin complejos la prehistoria de una cultura RED de trabajo a nivel internacional dentro de mi entorno. Fomento del diálogo y el sentimiento de comunidad solidaria entre mis compañeros, conexión de primer grado con al menos 250 empleados de la compañía en más de 10 países. En un año 737 followers (me acaba de llamar la atención el dato!!), 469 mensajes (reflexiones, opiniones, enlaces a punteros, recomendaciones…), más de 160 interacciones a esos mensajes, 236 likes de compañeros a comentarios personales, más de 34 correos personales de compañeros mostrando apoyo y ayuda ante planteamientos enunciados, establecimiento de relaciones y contactos directos con otras unidades y regiones…
  • Propuesta de ideas a personas con capacidad de ejecución real en la sociedad, en mi organización actual y en mi propia vida. Resultado: Colaboración activa en la definición de modelos de negocio basados en Open Innovation con valores lean y agile de gestión (experiencia gratificante y frustrante a partes desiguales que me ha ayudado a reformular planteamientos de INprendimiento: ahora paso de los oficialmente importantes y me centro en los realmente importantes). Acceso a altas personalidades de mi organización actual y del mundo empresarial gracias a la formulación pública de mis ideas. Colaboración en temas relacionados con turismo, nuevos mercados, tecnología, gestión del conocimiento,…
  • Participación en proyectos de cooperación o solidaridad económica. Resultado: realización personal derivada del apoyo a este tipo de causas por las que no he recibido ningún tipo de compensación económica. Entre ellas: elaboración de encuentros profesionales, asesoramiento profesional totalmente desinteresado a personajes relevantes que considero referentes por su afán de superación, organización de reuniones de locos con conversaciones multidisciplinares (en la segunda reunión perfilada para febrero 2011 participarán generadores de opinión de la red y amigos personales que he logrado hacer gracias a la iniciativa vorpalina y a mi trayectoria en esta línea).
  • Formulación de un modelo integral que presenté sin éxito denominado Inteligencia Social aplicada al Análisis y Búsqueda de Entornos de Emprendimiento Líquido que será la base de mi futuro libro sobre aplicación de cultura RED en las organizaciones que saldrá a la luz en Junio 2012 y que no pretende ser algo excepcional sino una guía de lo ocurrido durante los últimos 20 años en materia de innovación en el management y en la forma de entender las relaciones humanas.
  • Conocimiento de otras empresas y entornos laborales Vivir en red es tener algo que hacer y que decir a tu red, no necesariamente estar pegado a tu red, sino conseguir llegar a ella. Yo lo hago, he compartido reuniones, comidas y conversaciones con gente que he conocido a través de la red y lo recomiendo. Comprender la cultura de las comunidades de software libre me cambió la vida en este sentido. Interesante que el salmón busque la red… 😉

(*) Por motivos 0.0 la mayor parte de esta actividad se realizó fuera de lo que se conocía en el anciano siglo XX como horario de imputación exigiendo una dedicación adicional de MI TIEMPO LIBRE a la configuración de esta identidad. Es necesario comprender que toda recompensa tiene un esfuerzo asociado y para comprender esto no hace falta emplear continuamente el castigo sino ponerse manos a la obra

Fuente: McKinsey, Junio 2009 Sobre 1,047 ejecutivos, gerentes y empleados de empresa

De acuerdo a estas experiencias que se derivan de mi valor-persona quiero hacer algunos comentarios respecto al artículo 9 thing that motivates employees more than money y al estudio Motivating people: Getting beyond money de McKinsey realizado en 2009.

La primera traba para alcanzar el éxito en una comunidad (organización, empresa, grupo, proyecto,…) es el reconocimiento. Malo o inexistente en el modelo de gestión actual en el que permanece asociado el reconocimiento no a las ideas, la superación, la valía o la capacidad de crecimiento de una persona, sino al cumplimiento de unos objetivos que a menudo ni siquiera tú decides. Añado a este reconocimiento, el hacer partícipes a los demás de sus objetivos. Lo siento pero a todos los niveles, incluso en el día a día. Es más ponderable, más real, más humano que lo que todos estamos acostumbrados a hacer. Se habla de ello más abajo en el artículo. Como bien decía mi compañero Paco Gracia, motiva más el reconocimiento de un supervisor que un incentivo económico tal y como el estudio de McKinsey apunta. Los incentivos no financieros son tremendamente más determinantes para su motivación “siempre” o “la mayoría de las veces”. Realmente, como bien dice Sir Ken Robinson, estamos faltos de pasión. De ahí lo de aprender disfrutando que siempre me dice mi amigo Eliseo y que se recuerda más adelante en el artículo: Throw companies parties.

La segunda traba para alcanzar el éxito es el líder. Como ya dije aquí y aquí, hemos idealizado a una figura que viene heredada de entornos históricos y sociales en los que las personas necesitaban una referencia clara incluso para sobrevivir. En la sociedad RED esto ha cambiado. Lo estoy intentando explicar adonde voy y pronto cuajaré un mensaje en torno a esto. Los nuevos líderes… NO LO SON.

La tercer traba para alcanzar el éxito es el lenguaje. Sin duda es clave. No lo manejamos bien, no gestionamos alrededor de una actitud construtiva sino impositiva. No es bueno. Cuando alguien no se siente partícipe de algo, puede seguir haciéndolo pero se pierde un valor que es la diferencia respecto al resto. Sobre todo cuando todos hacen lo mismo y es tan sencillo destacar…

Con la cuarta traba que comenta el artículo no estoy tan de acuerdo. Hay gente que le encanta ser criticada aunque no lo parezca y gente que lo parece y hasta lo pide. No se bien donde encajo yo. El problema es que hay que corregir cuando se puede. Por otro lado, como siempre decimos (y yo creo realmente en ello) los mercados y los escenarios siguen siendo conversaciones. Cuando no sabes comunicarte o tu mensaje se diluye, nada tiene sentido.

La novena de las trabas para alcanzar el éxito es no compartir los éxitos ni los fracasos. Pero no hacerlo de forma real. No vale con mandar un mail, los empleados deben sentir de algún modo que las cosas van bien o van mal en cada ciclo de vida de la comunidad. Deben dejar de ser empleados y comenzar a ser valores-persona compartiendo éxitos y fracasos con independencia de que estén o no de acuerdo en aspectos puntuales, pero compartiendo unos mismos valores. Cuando no se comparten los valores REALES de la compañía (no los valores-marketing) debemos afrontar dos retos: irnos o quedarnos para cambiar esos valores. Ambas decisiones son encomiables pero solo los salmones muertos siguen la corriente del río así que no te quedes quieto. Los abusos se producen por una falta continuada y masiva de usos.

Como conclusión para el post solo destacar que los nuevos proyectos que se abren a mi paso tienen mucho más que ver con oportunidades que se derivan de quererme y valorarme a mí mismo (y luego trabajar en un equipo/s) que de la forma contraria. Para más información, es necesario que entendamos que somos Piedras preciosas y que necesitamos jerarquía, pero no vivir de ella; necesitamos en definitiva darnos valor y conectarnos. Cualquier traba a estos dos pasos es un error de inteligencia imperdonable que repercute empresarialmente en una pérdida de productividad y personalmente en cierto grado de desasosiego que todos estamos intentando superar. ¿O no hemos estudiado y trabajado toda la vida para ser felices?… Una última reflexión que me mandaba un amigo filósofo esta noche sobre la conexión:

Como le digo ante su silencio en gtalk, David es un auténtico Community Manager pero en una versión inversa de retorno al modo off-line, cosa que no está nada mal.

Digamos que hay, ha habido o estamos viviendo un corriente off-line on-line donde todo debía correr del primero al segundo: había que estar conectado, subir los contenidos a la red, buscar amigos en la red o formar parte de una tribu o foro de intereses.

Y había que estar ahí porque ahí molaba y era donde se debía estar, donde ocurrían las cosas, en una especie de existenciario a caballo entre Heidegger y Bauman: el modo de ser en el mundo, el ser-ahí o “dasein” (en aleman) era ser-ahí on-line, estar en el mundo de la red, o dasein líquido distribuido y parcelado (a veces como un camión que ha ido perdiendo la carga por el camino y tu, detrás, te vas encontrando partes que se ordenan como en una cierta linea: elementos discretos pero continuos a su vez, montones aquí, otros elementos unos metros por delante y allá, y así).

Pero David nos propone una vuelta a la carnalidad. “No hay nada que no cure una piel” que dijo alguien. Una vuelta a concretar nuestras partes y fragmentos de información, vertidos y colocados en la red en un mismo sitio: un dasein encarnado o dicho a la manera castiza, sencillamente una cita. No nos propone un abandonar las redes (esta y no otra cosa es el medio para hacer la propuesta), sino un intercalarnos, alternarlo, complementarlo como las dos partes esenciales de nuestras vidas actuales.

La red se concreta en la cita la cita se concreta en la red. Te dispersas, te concretas y te vuelves a dispersar y de nuevo a concretar y así, como en un juego de aperturas y cierres constantes. Lo líquido se hace gota que diría Bauman. No hay que estar todo el día y sólo en al red, ni todo el día y sólo fuera de ella. Hay que buscar el equilibrio, aunque sea en modo comprimido en fin de semana.

Gracias, Javi. Qué locos estamos… 🙂 Quien quiera acudir a la próxima reunión de locos en Madrid, ya hay cinco confirmados realmente interesantes (directivos, pensadores de red, emprendedores,…) Poneos en contacto conmigo…

conducir

Por motivos personales he tenido la suerte de conocer el mundo de la música culta por dentro durante casi 3 años de mi vida. Nunca estaré lo suficientemente agradecido a la persona que me descubrió este mundo. Se trata de un ecosistema de desarrollo de extrema dureza y exigencia que exige un alto nivel de rendimiento y dedicación exclusiva. A pesar de estas premisas, la manera en que una orquesta piensa como una sola mente articulando a la perfección cada una de sus neuronas sin necesidad de matar la creatividad ni la diversidad es admirable. Esta forma de conseguir objetivos con un sentimiento de pertenencia y de equipo tan marcados debería ser estudiada por la mayor parte de organizaciones actuales. En este TED de hace dos años, el famoso director israelí Itay Talgam analiza las diferentes formas de conducción de un equipo de trabajo (una orquesta en este caso) a través de diferentes modelos de dirección. Todos ellos coinciden en su base común: facilitar el desarrollo del talento y las destrezas individuales para llegar a una belleza colectiva. Llamadlo sinfonía, proyecto o empresa. Resulta indiferente. Todos construimos cosas similares

honor y reconocimiento

Epitafio de Ernest Shackelton en Georgia del Sur con la cita de Browning

En la pirámide de Maslow que define las necesidades del Hombre, no hay cabida para las grandes proezas. Tampoco hay cabida para el héroe en las organizaciones que hemos generado. Promovemos al ser conservador, al que calla, al que no comparte ni actúa, a aquel que sabe mantener el equilibrio y consigue ser el amo de la cuerdo. Mi entorno geográfico es puro pillaje, aquí inventamos hace siglos la más pulida picaresca y en cada organización y sitio en el que he puesto mis ojos he encontrado a muchos Lazarillos.

Más allá del instinto crudo de la supervivencia, más lejos aún de las pequeñas cosas, ¿Qué nos dignifica y hace trascender la inercia?, ¿Qué nos hace seguir hacia delante? El honor y el reconocimiento están muy lejos de la gente que gobierna nuestras comunidades. Desde hace siglos han ideado herramientas paralelas que les hacen permanecer arriba. Ninguna de ellas les permite una línea en la historia de los hombres. Consiguen tener mucho dinero, amasar poder y adormecer debilitadas estructuras, pero cada noche al acostarse, justo antes de dormir, tras mantener con argucias y engaños una delicada pirámide de miedo, cuando pueden silenciar la voz vacía del hombre poderoso, saben que la gloria sigue siendo de otros. Ellos tienen grandes casas pero a menudo el primer paso para comenzar una aventura es abandonar esa zona de confort.  En el anuncio de un tabloide irlandés de 1914 se podía leer:

Se buscan hombres para peligroso viaje. Bajos sueldos, amargo frío, largos meses de completa oscuridad, peligro constante,  dudosa seguridad de regreso. Honor y reconocimiento en caso de éxito.

Ernest Shackelton intentaba reclutar tripulantes para el Endurance en su expedición a la Antártida con esta terrible frase. ¿Por qué entonces al día siguiente se presentaron más de 5.000 científicos y marineros listos para sufrir un viaje de penurias?, ¿Qué puede hacer que un hombre luche incluso contra la naturaleza, contra la inclemencia y la falta de certeza, contra la propia seguridad de seguir vivo?, ¿Qué nos hace emprender el viaje? … porque nos movamos o no de nuestra tierra, cada vez que emprendemos algo hemos comenzado un viaje. Lo que nos hace movernos es nuestro afán de superar el miedo. Cuando todo a tu alrededor es miedo, cuando tú mismo eres miedo, las fronteras se multiplican hasta ser casi incontables. Cada paso que das te lleva al mismo sitio y casi nunca existe para ti el comienzo. El miedo apelmaza la emoción y alimenta sin medida la rutina del pensamiento razonable. Nada, NADA de lo que ha hecho que la Humanidad llegue hasta hoy tiene que ver con la razón de una manera absoluta y clara. Cuando todo es razonable, no existe la aventura. Y la aventura es vivir con el único limite posible de la imaginación.

Ayer @peluche, a quién admiro, dijo lo siguiente: “Cuando bordeamos un abismo y la noche es tenebrosa, el jinete sabio suelta las riendas y se entrega al instinto del caballo“. La savia de la vida es sueño y la motivación tiene a partes iguales una medida de sueño y otra de de fe ciega. Cecilia Buil, tremenda escaladora oscense que ha recorrido el planeta logrando superar las mayores agujas y cimas montañosas en piedra y hielo, dijo en una entrevista a Al filo de lo imposible lo siguiente: “Las aventuras que más valor tienen son aquellas en las que no tienes seguro poder llegar a cumbre”. La página inicial de su site dice algo que hoy quiero compartir con vosotros porque me parece hermoso y ejemplar sobre qué es la vida y por qué aprovecharla:

Hace tiempo que no busco la razón por la que voy a las montañas. Podría tener muchas, pero ninguna tan poderosa como el simple deseo de estar allí. Soy fanática de la belleza, de la soledad compartida con amigos, de las paredes verticales y los lugares salvajes, siempre en busca del equilibrio entre la dificultad y mis posibilidades. Lo importante no es llegar a cumbre, no necesariamente, sino el camino que lleva a ella, cada paso y cada esfuerzo, saber que he dado todo lo que tengo. Es lo que me hace dormir tranquila por la noche y soñar con nuevas paredes.

El cuerpo de Ernest Shackelton descansa en Georgia del Sur, donde perdió la vida tras un ataque cardíaco al arribar al mismo puerto del que debió partir el Endurance hacía solo unos cuantos años. Al recibir su cuerpo en Inglaterra su viuda exigió que fuera enterrado en Grytviken. Porque ella respetaba que la historia de Shackelton se había fraguado con el frío, porque el calor de la memoria puede estar a dos grados bajo cero cuando tu fracaso se estudia como éxito. Tras el hundimiento del barco, más de 22 hombres -toda la tripulación del HMS Endurance- lograron sobrevivir largos meses comiendo la carne de sus perros gracias a la valentía admirable de Shackleton que realizó junto con otros cinco hombres un viaje en bote abierto en busca de ayuda que es épico en la historia de la navegación.

Tres meses después de la muerte del explorador, su cuerpo y su historia descansaron por fin bajo el frío hielo y un fuerte granito que reza una gran frase de Browning:

“Sostengo que un hombre debe luchar hasta su último aliento por el valor que le ha puesto a su vida”

Sin duda hay mucho de esto en Cecilia Buil y en todos aquellos que viven y apuestan por su sueño. En este brain drain continuo que vivimos en España, en el que los nuevos buscadores de oro en tierras mucho más favorables son cada vez más jovenes,  conviene recordar el caso del gran Shackelton. Uno puede llorar mucho pero nunca debe llorar tanto como para perder el sentido y el valor de cada lágrima. Está bien lamentarse pero lo verdaderamente sano y constructivo es actuar. Vive y haz que tú mismo admires lo que vives. Sea sencillo o complejo, la gloria llegará justo después.

Esta entrada está dedicada a mi buen amigo @zoeoros, escalador aficionado y constructor de ideas.