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El río y la construcción del barco

¿Por qué necesitamos potenciar la suma de economías individuales o de nuevas formas de entender la economía? Porque socialmente necesitamos retomar nuestros valores o acuñar una nueva ceca para nuevos principios y formas de entendernos. Porque como decía @mbawmens necesitamos reinventar el mercado desde la sociedad. “La próxima frontera de la humanidad no es el espacio sino nosotros mismos” como recordaba el buen Gregory Stock. Mi receta se basa en Innovación, Innovación, Innovación. Nuevos ecosistemas sostenibles, realidades en malla, divergentes y convergentes, diversas, capaces de autoaprender y explotar oportunidades en el camino. La profesora Eunika Mercier-Laurent hablaba de ello hace poco pero hay muchas, muchísimas, infinitas nuevas fórmulas que necesito/necesitamos poner en práctica. Y en esta aventura tal vez vayamos como se sentía hace unos días @otrocaminante: “Voy por el camino que tiene por delante el mundo” Pero es necesario andarlo, es necesario explorar y sacudirnos el miedo porque los datos que nos siguen aterrando no pueden ser peso sino razón:

A mí me sobran las razones para saber que el modelo que actualmente vivimos no sirve ni en la familia, ni en la escuela, ni en la empresa ni en la sociedad. Tras 5 años de crisis, 11 millones y medio de personas en España están “en riesgo de exclusión social“, comiendo en comedores sociales o iglesias. 1 de cada 2 jovenes sin trabajo (si la mitad de los jóvenes de entre 25 y 35 años de este país -la población que debería ser el gérmen productivo- se independizase, no podrían pagar tres meses de alquiler en Madrid). más del 80% de españoles no es capaz de ahorrar 3.000 EUR al año, 5 millones de personas en paro, el 70% de profesionales altamente cualificados deseando irse de aqui, un 60% de los jovenes en paro sin formacion ni capacitación, 17 millones de personas ganan 1.000 EUR al mes (un 63% de la población). Nuestro mercado está escasamente o nulamente diversificado conservando el foco de negocio en sectores que tienen una extrema dependencia a modelos industriales de crecimiento que no son sostenibles en el tiempo. No tenemos una economía del conocimiento porque nuestro conocimiento se va fuera. Sin más. Nuestra economia es en un 80% pequeños negocios y autonomos (alguien se empieza a dar cuenta pero no les da dinero) pero les impedimos progresar y hacemos que tener un negocio sea una proeza (la burocracia acaba con la mayor parte de proyectos). El 98% de las empresas que cerraron en los últimos cuatro años tenían menos de 50 empleados. 177.000 empresas han cerrado en los últimos 4 años. La gestión pública está deteriorada y no paga sus facturas a autónomos. En España es muchísimo más fácil ahora cerrar una empresa que abrirla.

Los grandes agentes sociales solo representan al 20% de la economia y cuando se despliega el tapete del juego solo cuentan 35. La clase política está no ya estancada, sino completamente desfasada y anacrónica. . Son garantes y guardianes de un sistema de suma cero que sostienen los que mi amiga Carolina llama “empresauros”. Políticos del pasado que no se regeneran y grandes empresauros son nuestra imagen fuera y nos conformamos con que nos gobiernen dentro “porque no hay otra cosa”. Porque nuestro modelo de recompensa inexistente genera un fracaso escolar que nos hace cada dia mas pobres. Pero no contentos con ellos, recortamos presupuestos en cultura y educación porque “no dan dinero”. Maldita sea, amigo, es exactamente lo único que te va a a dar dinero incluso a corto plazo: personas competentes, que aprendan haciendo y disfruten con lo que hacen, inquietas, críticas,… La dependencia crediticia ficticia y falsa que nos llevó a la situación actual no solo no se ha estancado sino que además ha crecido y ha ampliado su presencia en… ATENCIÓN: los Estados que salvaguardan nuestras libertades y derechos. Mi ciudad -Madrid- tiene deudas que no podrá pagar en menos de 40 años sin aumentar impuestos de forma inmediata, España tiene escandalosas deudas de las que se está librando mercadeando su propia marca a plazos a otros Estados o empresas. Europa está, sin duda para mí, aún peor que cualquiera de los países que intenta regular. La financiación se ha parado porque se ha restringido de forma abusiva el crédito y los ajustes fiscales provocan cierto conservadurismo obsceno que prioriza la no contención del gasto sobre el crecimiento social.

Empresaurus clasicus, con un peso de siglos y una adaptación al cambio sospechosa, se nutre de la manada sin aportar gran valor social

Entretanto una colección de lo que yo llamo “practicistas” (gente cuya mente no puede ver más allá del inmediato plazo) plantean soluciones descabelladas al estilo Paul Krugman: bajen sus salarios y todo se resolverá, o mejor aún, barra libre para abaratar el despido sea como sea. Nos entretenemos saboreando la supuesta eficiencia de la banca. También hay grandes frases que se pronuncian como la de Robert Zoellick “El mundo ya no volverá a ser como antes” que vienen a decir algo así como “Os hemos metido el gol y ahora toca la hora de sentiros culpables”. Pero todo es genial porque cada vez la gente trabaja más por menos y cada vez hay menos huelgas y pérdidas fatuas del sagrado tiempo productivo. Y el turismo sobrevive, luego no nos estará yendo tal mal, ¿cierto? Y hay grandes indicadores abstractos que nos hacen dormir bien: llamémoslos “confianza en el euro” y “nivel de vida razonable”. También reducimos el “fenómeno” de la inmigración que para algunos era un auténtico problema. Maldita sea de nuevo: No somos productivos ni tenemos la vida por la que trabajamos. No se trata de parches, se trata de modificar en infinitas realidades atomizadas nuestra cultura laboral.

Las personas que están en la Patronal no representan al empresario que necesitamos para modificar y hacer una nueva marca España. El nuevo empresario valora el talento y las personas no como un discurso vacío y repetitivo al accionista sino como el motor para crear y construir economía y sociedad. Han aumentado las compras de coches de lujo, las inversiones en el sector de lujo y… todo lo que se os ocurra que tenga “lujo” de apellido. Sencillamente porque las desigualdades se pronuncian. El problema es que cuando como dice Jose Luis Sampedro “se cuidan los objetos y se gastan las personas” el modelo estalla en mil pedazos y se pierde no ya la maldita “paz social” sino la propia sociedad. Creo que nos estamos voviendo extremadamente incivilizados.

Entretanto vemos en la televisión Quién vive ahí para tomar nuestra pequeña dosis de paraíso mientras los pedazos luchan por no recomponerse. ¿Necesitamos mas datos o razones xa saber q el modelo España YA no funciona? NO, necesitamos alternar lo que ya conocemos con nuevas formulas, necesitamos CAMBIAR y dejar paso a las ideas. No vale con perpetuar lo que antes funcionaba, porque podemos y sabemos hacer algo distinto. Unete al cambio y redarquízate. Tengo ideas, tenemos ideas que pueden hacernos superar este largo periodo de apatía creativa. Tal vez como recordaba hace poco @pacotraver solo necesitamos tener conversaciones, hacer terapia de colaboración, ponernos en común para hallarnos de forma individual.

Nos han creado y hemos digerido el miedo, lo han getionado de la forma más eficiente y exitosa posible pero nosotros tenemos soluciones y propuestas para cambiar las cosas en entornos adversos, somos capaces de superar el miedo, solo nos hace falta una gran actitud y compromiso. Por eso -porque debo predicar con el ejemplo- me he decidido a ser mi propio barco, he abandonado el confort y la zona de seguridad y estoy en cloud, en medio del océano, pero he levado anclas y me muevo, vivo porque he dejado de sobrevivir, valoro otras cosas y busco otro tipo de relaciones profesionales que me construyan y que construyan a mi entorno. Lo he hecho en mitad de todos estos datos lamentables y me llamaréis loco porque he renunciado a una carrera seguramente exitosa para la que había encaminado mis pasos en favor de una carrera honesta con lo que creo. Y sin embargo creo que lo merezco, que he trabajado duro por este momento y que voy a crear mi propio ecosistema. Si no le gusta este ecosistema -parafraseando irónicamente al genio Groucho- tengo otros. He estudiado -y seguiré haciendolo- nuevos ecosistemas y fórmulas que pongo en práctica en mi vida laboral y personal. Y los encuentro en cada libro que leo, en cada artículo y post, comida de trabajo y reunión que estoy teniendo estos días, en cada conversación e intercambio honesto de ideas. El éxito para mí está siendo la propia búsqueda de nuevos modelos sostenibles. Solo eso.

leadership más allá del leadersheep

Este artículo surge como respuesta a los artículos de Sonia Franco titulado Indignados, que no líderes y Mileuristas de hoy, jefes de mañana en El Confidencial.

Una extraña obsesión por el liderazgo a menudo no nos deja ver el bosque. Estoy en red gran parte de mi tiempo y puedo asegurar que uno de los temas más recurrentes que existen y que preocupan a aquellos con los que me conecto (investigadores, consultores, profesores, trenders, outsiders,…) es el liderazgo. Hay una larga bibliografía de títulos en los que un autor, fruto de su experiencia y conocimientos, conforma un método infalible o brillante para evitar el fracaso y alcanzar el éxito. Rimbombantes palabras para alguien que es -como tú y como yo- consecuencia de la suma de ambas obviedades. Existe una gran colección de artículos que hablan sobre cómo dirigir, sobre el comportamiento distinguido que debe tener un líder y sobre las capacidades que acompañan a su figura. Hablamos de liderazgo carismático, liderazgo emocional, liderazgo creativo, de los pasos necesarios para convertirse en líder y del líder indispensable. Frecuentemente nos encontramos con fórmulas maestras para lograr ser un buen líder. También -inexplicablemente aún lo hacemos- contraponemos a los ganadores contra los perdedores y aunque hemos superado esa oscura Era de la humanidad en la que “el error”  era castigado con la humillación o el descrédito, ahora resurgimos para asegurar que de nuevo solo exite un camino para el líder y cualquier crítica al margen es una formulación retrógrada de alguien anacrónico.

El líder actual, tal y como lo entienden la mayoría de personas, asume la función de guía y conductor en lugar del papel de controlador, como bien dice mi amigo Alberto Barbero “provee un punto focal de dirección y no asigna ni controla minuto a minuto un plan de acción”.  Tras mucho leer y navegar sin duda este es el concepto emergente del nuevo líder. De algún modo nos excita la búsqueda de la fórmula perfecta. Nos hemos creído realmente que una mañana o un momento concreto de tu vida puedes levantarte y afirmar que eres un lider. Hemos interiorizado ese objetivo, lo premiamos y seguimos castigando de uno u otro modo a todos aquellos que no llegan a la meta. Yo soy manifiestamente un yonki del liderazgo, no paro de leer lo que otros opinan y de sintetizar mi propia fórmula. Interiorizo los elementos de la ecuación de otros e intento superarlos. Sin embargo lucho contra ello. Mi mente por desgracia es competitiva, busca su pócima del éxito. Son muchos años de adoctrinamiento y a veces pierdo la batalla. Por suerte el resultado hasta ahora ha sido siempre el mismo. Como Obélix, tras esperar mi turno en una larga fila de galos con la misma pretensión, llego a la marmita y el viejo druida Liderazgo me dice: “Maldita sea, David, tu no puedes beber la poción mágica. Sabes que de pequeño caiste en la marmita y la bebiste entera, así que salte de la fila y deja el turno a otro” 😉

En esta antigua fe de la poción mágica se educa a los futuros ejecutivos de empresa en las escuelas de negocio, también a los niños y adolescentes en los estadios de fútbol y en los patios de colegio. La mayoría de nuestras sociedades políticas se basa en una disciplina de partido que fabrica un líder carismático en procesos más o menos democráticos que concluyen en un producto que se repite una y otra vez.  En la televisión y en los periódicos, en la radio y en los paneles de publicidad de las paradas de autobús, en los grandes carteles de carretera y en aquello que vendemos a los otros -bien sea un CV, una oferta, un discurso o un simple comentario- trabajamos sobre este mismo concepto. La persona correcta, el perfil adecuado, el experto, el comunicador natural y el apaciguador de masas, el jefe y el director, el gerente, el presidente de gobierno, el encargado del turno de noche y el supervisor, el comisario y la banquera, la responsable de línea, la coordinadora,… señores, estamos rodeados. De forma más o menos parecida se actúa en las empresas. En mi trabajo actual tengo a una gran cantidad de líderes a mi derecha e izquierda y también encima y debajo. Todos ellos calculan las paredes de mi caja, se preocupan de que adquiera grandes dotes de líder y si no las tengo, de criticarlas. Consecuentemente también se preocupan de que no adquiera demasiadas dotes de liderazgo, solo las justas para no resultar incómodo. No soy mileurista pero lo fui durante muchos años, incluso mucho menos que mileurista. He llegado a trabajar sin practicamente cobrar nada.  Y ahora, en la mitad de mi carrera, cuando me he formado en la escuela del liderazgo y bregado en el mundo fábrica, diariamente me agota enfrentarme a la redefinición de un concepto escasamente ágil. Un concepto cuyo argumentario básico proviene del mundo animal y de la naturaleza. Lo malo es que proviene SOLO de una parta de la naturaleza, aquella de la que precisamente presumimos haber superado hace milenios.

Agradezco a Francisco Alcaide el capítulo primero de su libro Fast good management que comienza con una reflexión magnífica sobre el Viking Manifiesto y que me ha levantado el ánimo tras una última semana en la que he interiorizado nuevamente la escasa capacidad de reinvención de mi entorno laboral más inmediato. Actualmente estoy bastante por encima del comportamiento poco ético y humano de algunos de los líderes que me rodean. No se trata de una falta de respeto o de reconocimiento, creo sencillamente que he superado al pelota, al trepa, al embaucador, al pícaro, al cobarde y al que calla y también al que obedece. Tengo una mentalidad crítica autoeducada durante años, una perspectiva que puede ser erronea pero que es inclusiva y muy heterogénea. Cumplo muchas de las pautas de las que hablaba Sonia en su artículo refiriéndose al estudio de Hay Group titulado Liderazgo 2030, un estudio muy obvio sobre el futuro del concepto de líder pero cuyo resultado una gran cantidad de profesionales que conozco se niega a aceptar:

New leadership competencies
The new business world order will challenge leaders on three levels: cognitive, emotional and behavioral.

Cognitive
Leaders need new forms of contextual awareness, based on strong conceptual and strategic thinking capabilities. They need to be able to conceptualize change in an unprecedented way, again based on conceptual and strategic thinking. Leaders need to exhibit new forms of intellectual openness and curiosity.

Emotional
Overall, leaders will need to be much more sensitive to different cultures, generations and genders. They will need to demonstrate higher levels of integrity and sincerity and adopt a more ethical approach to doing business. They must also tolerate far higher levels of ambiguity.

Behavioral
Leaders must create a culture of trust and openness. As post-heroic leaders they must rethink old concepts such as loyalty and retention and personally create loyalty. Collaboration – cross-generational, cross-functional and cross-company – will be their watchword. They must lead increasingly diverse teams.

Extracto del whitepaper Building the new leader: Leadership challenges of the future revealed, dentro del marco de la iniciativa Leadership 2030 de Hay Group

Muchas de estas capacidades tienen que ver con la evolución del concepto “empresa” tal y como lo entendemos actualmente hacia un entorno mucho más virtual e integrador; en otras palabras, mucho más abierto. El problema que veo es que intentamos cuadrar un concepto antiguo -“liderazgo”- en un nuevo entorno que supere ese otro concepto antiguo -“empresa” o “fábrica”-. En mi opinión no se trata de reinventar al líder sino de cuestionarse la utilidad universal e infalible del liderazgo en todos los ámbitos de la vida. ¿Necesitamos siempre un líder?, esa es la pregunta. Estoy cerca de las tesis que defendía Francisco Alcaide hace dos días en Los 5 conceptos del liderazgo: “Cada año se escriben miles de libros sobre la cuestión que, desde mi punto de vista, seguimos sin comprender bien“. Él hacía referencia a Bennis y exponía los cinco pilares del liderazgo de su libro. Reconozco pensar muy en línea de Francisco pero también tiendo a pensar que lo hago porque he sido educado para ello. En los últimos años he conocido múltiples sistemas y organizaciones cuyo funcionamiento no estaba basado en el liderazgo de ningún tipo ni de ninguna persona en concreto. Entre ellos algunas comunidades de software libre, las organizaciones de ayuda humanitaria y gran cantidad de colectivos comunitarios y empresas con estructuras asamblearias me han demostrado la efectividad de estos otros modelos. En último término movimientos sociales y digitales cuya naturaleza no es predictiva y cuyas pautas de comportamiento no se rigen por modelos jerárquicos o centralizados, han proliferado a raíz de la eclosión de lo que siempre hemos llamado desde vorpalina cultura red. Cada día estudio y concluyo lecciones aprendidas de estas nuevas formas de entender las relaciones humanas y laborales pero nunca me atrevería a responder a la pregunta “¿Llegarán estos movimientos a algún lado sin un líder o líderes que lleven las acciones al siguiente nivel, ese en el que de verdad se producen los cambios, ocurren las cosas y los sueños se convierten en realidad?” que formulaba Sonia con la respuesta que ella misma se da:

…Pero, aunque en algunas empresas se fomente una cierta cultura asamblearia, al final hay un señor que manda. Punto.

Necesitamos líderes. Queremos un buen jefe que nos motive y guíe nuestros pasos para que nuestro trabajo tenga un sentido más allá de ganar para lentejas. Queremos un buen presidente del Gobierno que sea capaz de llevar a España a otro nivel económico, social y político y nos saque de ésta. Queremos un gran líder europeo que no permita que esta crisis se lleve el sueño de la UE por delante. Queremos un gran presidente de Estados Unidos que nos diga que las cosas en el mundo están bien porque él está al mando.

Quizá los indignados de ambos lados del Atlántico crean que esto son sandeces. Pero a mí me gustan los líderes que inspiran, que mueven, que impulsan, que tiran del carro. Ahora bien, estoy dispuesta a reconsiderar mi postura si los indignados del mundo logran sus objetivos sin ellos. Sería un soplo de aire fresco. Y un cambio real en el mundo en que vivimos.

Madrid, 19:00 Movimiento #15O contra la indiferencia. Lugar: Plaza de la Cibeles, centro de la ciudad. Fotografía del autor.

¿Sería más exitoso el movimiento #15M #15O #democraciarealya o como lo queramos llamar, si existiera una cabeza visible?, ¿Daría más resultado y causaría más estragos en el sistema caduco si copiara modelos de gestión que él mismo critica?. Mi respuesta tras participar en algunas acciones colectivas y colaborar en lo que puedo/a con dicho movimiento, es NO. El líder del movimiento es la ciudadanía al completo. No es un líder perfecto, tiene y comete muchos errores, pero es un líder efectivo y real, es algo de lo que formo parte y con lo que me identifico. No es esa poción mágica del druida pero es algo más perfecto: asumir la pura imperfección intrínseca del movimiento e intentar mejorarlo con el diálogo y la reflexión y aportación de todos. Toma la palabra en alguna asamblea y comprueba como todo el mundo escucha y participa. Dialoga, aunque no te hayan educado para hacerlo. Ese es el lema. No hay nombres propios ni figuras, todas las personas individuales que reclaman una sociedad más justa y equitativa pasarán a la historia por igual. Ese será el sueldo de tarde y noches de insomnio, de una conexión completa con la realidad, de su pulso rebelde a las autoridades que no reconocen errores ni aprenden de ellos en consecuencia. Yo no estoy tan seguro de que un lider personal garantice en éste o en cualquier iniciativa el éxito. Porque creo en al fuerza de la razón humana, en la capacidad del colectivo, en la humanidad más que en un hombre. No lo creo por la sencilla razón de que los líderes, tal y como los hemos entendido, tal y como queremos reformularlos, son entelequias o mythos (cuentos, relatos) que fueron necesarios para gobernar el logos (razón, conversaciones). El problema que le veo a mantener la figura del líder es que los mercados y la sociedad son ya conversaciones, los empleados y los ciudadanos forman una nueva clase creativa mucho menos dirigible y que cada vez quiere gobernar-se más y no delegar con suma ineficacia. El problema que le veo a estar tan seguro del valor intrínseco y motriz del liderazgo es que al final todo pivota sobre el hecho de uno solo habla y el resto escucha o cumple, y sin embargo cada vez más todo el mundo puede hablar y cuestionar las tesis. Nos dirigimos a una sociedad colaborativa, una sociedad en la que hemos superado la neutralización de fuerzas para garantizar un mismo traje llevadero para todos. En esta nueva sociedad, en esta otra forma de trabajar y de vivir, no es tan importante una persona sino la canalización, difusión y valor crítico de todas sus ideas en formatos abiertos y completamente transparentes. Amigos, necesitamos facilitadores, gente parecida a esos nuevos líderes de los que habla Alcaide o a ese e-liderque hablaban, pero tal vez debamos dejar de llamarlos líderes…

El diccionario de ciencias de la conducta de 1956 definía el liderazgo como “las cualidades de personalidad y capacidad que favorecen la guía y control de otros individuos”. Pues bien, ya no se trata de controlar, de doblegar, de dar órdenes, de tener una sola cara o de parecer que se conocen todas las respuestas. Ahora se trata de conocer, de colaborar, de abrir, de integrar, de sumar (pero sumar realmente, no como un lema pretencioso de campaña). Como hace más de cuarenta años: Somos realistas, pedimos lo imposible. Lo hacemos en nuestras familias, en el trabajo y en la calle. Existe un ritual budista tibetano que se llama Wang, algo que en una traducción muy libre podríamos llamar CAPACITACIÓN (en inglés lo han denominado empowerment) y que se basa en la transmisión completa de energía de un maestro a un alumno para la iniciación en la práctica de una determina deidad tántrica. El proceso sigue unos pasos muy concretos  basados en la comprensión de varias fuerzas de la naturaleza tibetana como el agua, la corona, la sabiduría y la palabra. El ritual me recuerda a lo que todos entendemos como la figura del líder, muy ligada a la figura de maestro pero cuyos conceptos a menudo sufren dolorosas desambiguaciones. El líder a menudo nunca llega a maestro y al maestro a menudo no le llaman líder. En este ciclo de capacitación tibetana, al igual que cuando un novillero toma la alternativa y se convierte en matador, al igual que cuando el filósofo griego licencia al alumno, el maestro da permiso y capacita al aprendiz para andar el nuevo camino de la madurez. Pues bien, todo esto, todas estas figuras retóricas y metafóricas del camino del aprendizaje deben adaptarse a una nueva realidad. Realmente creo que el mundo ha cambiado. La gran revolución, el gran invento fue sin duda el lenguaje; el segundo a muy poca distancia ha ocurrido hace poco tiempo y se llama comunicación. Veo necesario que en educación conservemos el respeto a la figura del educador y el papel de aprendiz del educando, pero todos deben cuestionarse y aprender unos de otros. Hay muchas iniciativas en este sentido y en vorpalina ya hemos hablado de ellas. Del mismo modo ocurre en nuestro entorno laboral y en nuestra sociedad. Cada vez afortunadamente valdrá menos el pan para todos y tenderemos a la personalización igual tanto en la educación como en el trabajo.

Yo no quiero un buen jefe que me motive, quiero un compañero con el que poder trabajar y colaborar por un mismo objetivo. Yo no quiero un presidente del Gobierno que “sea capaz de llevar a España a otro nivel económico, social y político y nos saque de ésta” porque es él y gente como él la que me ha hecho llegar  a “ésta” y porque soy yo y gente como yo la que nos va a sacar de ésta. Yo no quiero “un gran líder europeo que nos permita que esta crisis se lleve el sueño de la UE por delante”, yo quiero que todos los europeos nos sintamos dueños de Europa y que ningún líder ni mercado ni interés propio nos arrebate un sueño que hemos sudado con sangre cada día. Yo no quiero “un gran presidente de Estados Unidos que nos diga que las cosas en el mundo están bien porque él está al mando”, yo quiero un pueblo americano que se manifieste, proteste y construya en las calles el mañana que sus hijos van a heredar.

En mi opinión puramente personal, es necesario delegar porque ninguna estructura se mantiene de forma puramente asamblearia, sin embargo es mucho más necesario comprender que necesitamos estructuras y perfiles que nos ayuden a sentirnos dueños de nuestra propia realidad. Porque solo tenemos una vida, porque solo tú gobiernas el resto de tus días. Por último, no es importante -aunque se agradece el matiz- si a los que pretenden construir y democratizar la economía se les llama protesters o indignados, o si antes fue el huevo o la gallina porque como siempre, amigos, todo está tremendamente CONECTADO. Reflexionemos sobre el hecho y el acto, sobre por qué un sistema parece ya agotado. En la fotografía que acompaña a estas líneas, uno de las pancartas en amarillo reza “HAZLO TÚ MISMO”, otra que dice “TOMAR LA CALLE ES TOMAR LA PALABRA” y otra que no se ve al fondo pero que, creedme, decía “PIENSO, LUEGO ESTORBO”. Todas estas reflexiones valen para la sociedad, para la empresa, para lo que os de la gana, siempre al margen de desengañados y pragmáticos, que de eso -os lo aseguro- nos sobra a puntapala. Qué diablos… Al fin y al cabo se trata de elegir entre un lider de ideas ( leadership colectivo, global, generacional -que también pueden darse-) más allá de un lider de ovejas (leadersheep en nuestra oficina, nuestro congreso, nuestra familia). Ahí queda eso, amics 🙂

Nota: (actualización de 17 de octubre) Hoy mismo, dos días después del #15O, Zygmunt Bauman señala en una entrevista el caracter de horizontalidad del #15M y de movimientos hermanos destacando en ellos la superación de la figura del superindividualismo contra el que protestan y la cohesión de sus miembros gracias a la identi dad colectiva. Según Bauman, que me ha servido de inspiración en la búsqueda de esa realidad líquida que postulaba, esto tiene pros y contras. Os recomiendo la lectura de la entrevista en El País.

La suma cero

Cartel promocional de la película Win Win de Thomas McCarthy, 2011

Hace años que leí varios libros de negociación de William Ury, yo era así de raro. De adolescente me enfrascaba en los clásicos griegos y leía por la red a los grandes gurús del management empresarial para negociar e intentar comprender el mundo de mis padres. No lo conseguí, de hecho heredé su mundo, pero el solo hecho de intentarlo mereció la pena. La estrategia Win-Win conocida en la Teoría de juegos matemáticos como juego de suma cero, está basada en la resolución de conflictos de forma provechosa para todas las partes. Se utiliza a menudo en las salas de mediación para evitar juicios y provee a los participantes de un marco a un mismo tiempo incómodo y confortable para todos. También se emplea en la gestión de equipos y en dinámicas de grupo que temo con pavor. No hay perdedores, todos están implicados y a menudo su representación es sencilla. La película de Thomas McCarthy que se ha estrenado recientemente se titula así: Win Win y me ha encantado porque en parte el argumento de la película y los papeles de cada uno de los personajes se basan en este principio de suma cero.

Se desarrolla en una población estadounidense donde el protagonista, interpretado de forma carismática por Paul Giamatti, intenta salir del atolladero de la crisis buscando alternativas que mantengan la felicidad de su familia. Es abogado y entrenador de un equipo de lucha libre y gracias a un caso de demencia conoce a un chico excepcional y enigmático que le trastocará los planes establecidos. Entre los valores que salen a la luz en la película con sus correspondientes contrapuntos encontramos: amistad, amor, esfuerzo, superación, altruísmo y mentalidad de equipo.

No quiero adelantaros mucho más. Disfrutad de otra historia totalmente normal y que podría ser cotidiana pero que gracias a la maestría y al trabajo de este elenco de indies consigue despertarnos una sonrisa y cierta afinidad.

¿Globalización? Mejor aún: localización

¿Globalización? Mejor aún: localización

Conocimiento de cualquiera para cualquiera. Visitad la página y proyectos colaborativos que han creado los chicos de local wiki para su pueblo natal. Allí veréis lo que la última evolución del concepto de ciudadanía enunciado en Atenas hace ahora 2500 años, puede hacer con un poco de tiempo, esfuerzo y pequeñas dosis de tecnología. Algo como compartir para divertir, conocer y poder vivir mejor.

Y si queréis conocer la capacidad de asimilación de un sistema de información en tiempo real, podéis ver cuántos asesinatos, atracos, delitos de vandalismo, robo, prostitución y consumo de alcohol en la vía pública se producen en Oakland gracias a Oakland Crimespotting. Del mismo modo que la información genera conocimiento, también puede ser la base del comportamiento cívico. Interesante aplicación que te permite ver de forma muy gráfica la relación cruzada entre las horas del día, luminosidad, distritos y delitos por habitante desde enero de 2007 hasta la actualidad.

La presentación de datos incluye quién reportó los datos (coche patrulla de la policia, denuncia ciudadana, alerta,…). La información como vemos en algunos comentarios de los ciudadanos es útil no solo para hacer pública la estadística de delitos que se dan en la localidad y poner medios al respecto, sino para localizar arrestos, personas perdidas por sus familiares o patrones de conducta. En este caso se trata de información que parte de la iniciativa CrimeWatch, cuyos datos recopilados en tablas han querido hacer más accesibles Michal Migurski, Tom Carden, y Eric Rodenbeck, ciudadanos normales y corrientes como tú o como yo. Esta vez usaron el Microsoft Virtual Earth, arggg…