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Desde Vorpalina nos hemos sumado con retraso en el día de hoy a la Red de Consultoría Artesana suscribiendo algunos de los principios enunciados por algunos compañeros blogueros y que están basados en nuestra defensa más prioritaria: la cultura RED. Nuestra adhesión se produce tras más de un año de existencia de esta iniciativa y con la ilusión de poder revitalizar la idea por la que nació. Creemos firmemente en los principios que enuncia y de hecho trabajamos para modificar la realidad inmediata de los entornos profesionales en los que nos movemos aportando propuestas de mejora y formulando ideas para el cambio de paradigma. Necesitamos dejar de ser industriales y comenzar a sentirnos conectados. Debemos favorecer la colaboración y la cooperación trabajando por entornos sostenibles interna y socialmente. Estamos convencidos de que no debemos educar en la ley del más fuerte sino en la filosofía del equipo y de la red. Somos y tenemos inteligencias múltiples derivadas de nuestra condición humana y debemos poner en valor aquellos aspectos relacionales que son diferenciales por sí mismos. Suscribimos pues los principios formulados en la Declaración de consultoría artesana y lo hacemos ahora cuando el mensaje ya no es novedoso porque pensamos que sus ideas sí que permanecen en versión beta continua (parafraseando al buen @arey que ha creado ese blog del que somos admiradores desde hace unos cuantos años: http://www.amaliorey.com/ y esa propuesta de cambio en forma de http://www.emotools.com/). Y para que conste formalmente, estos son los principios que hoy hemos suscrito:

Somos profesionales que trabajamos por el cambio y la mejora de las organizaciones, un trabajo que suele englobarse bajo el término de consultoría. A esta denominación le añadimos un adjetivo que representa un atributo diferencial: hacemos consultoría artesana. Nos definimos como estructuras simples y autónomas, talleres más que fábricas donde abordamos proyectos de dimensión humana.

La consultoría artesana es una alternativa a la manera dominante de hacer consultoría que aporta nuevas perspectivas, enfoques y valores a la hora de abordar el cambio en las organizaciones. Se define, por tanto, mediante estas señas de identidad:

  1. Trabajamos con las personas. El conocimiento, la ilusión y toda la energía necesaria para el cambio y la mejora residen en las personas, una a una, pero también organizadas y en equipo. Por eso, más allá de clientes, decimos que trabajamos con personas y no con corporaciones.
  2. Nos gusta nuestro trabajo. Nuestra materia prima es el conocimiento, algo que no se genera con horario fijo o en espacios concretos. De ahí que no establecemos rígidas separaciones entre nuestra labor de consultoría y otras facetas de nuestra vida. Integramos nuestro trabajo como una actividad más de nuestro quehacer cotidiano.
  3. Colaboramos de manera abierta. Con cada caso y proyecto generamos conocimiento, pero nuestro valor no reside en atesorarlo, ni en métodos y técnicas privativas a resguardo de clientes y de otros profesionales, sino en abrirlo a nuestra comunidad.
  4. Somos red, que en buena parte se refleja y apoya en nuestros blogs y en los medios sociales en que participamos. A través de estos canales distribuimos y compartimos conocimientos, ideas e inquietudes.
  5. Somos una comunidad de práctica en la que aprendemos a través de conversaciones entre iguales, cuyo fundamento no está tanto en el qué sino en el cómo.

Estas características esenciales se traducen en las siguientes prácticas:

  1. Buscamos imprimir carácter y sentido personal a lo que hacemos, de manera que cada caso es un proyecto nuevo. En él incorporamos nuestra materia prima, el conocimiento abierto, así como el aprendizaje anterior y la experiencia renovada. En este marco, innovar no es una actividad instrumental sino un imperativo implícito.
  2. Aprendemos a través de la experimentación y del error, de la desviación y de la corrección del rumbo planificado, y nos renovamos con cada trabajo. Ya que el aprendizaje sucede antes, durante y después de cada proyecto, la acción y la revisión resultan imprescindibles para aportar soluciones.
  3. Buscamos divertirnos con cada trabajo porque para anclar y asimilar los aprendizajes es fundamental la ilusión y la emoción por el trabajo bien hecho. Por eso compartimos esta pasión con las personas con las que colaboramos.
  4. La diversidad es una de nuestras principales riquezas porque trabajamos con personas y aprendemos de lo diferente, no tanto de lo conocido. Incorporamos a nuestra red a quienes pueden aportar conocimiento, ideas y experiencia en sintonía con la manera de hacer propia de la consultoría artesana.
  5. Confiamos en la meritocracia como vía de desarrollo. Ser parte de una red posibilita buscar, para cada proyecto, las personas y los conocimientos idóneos, porque la prioridad reside en que el proyecto culmine con éxito. Sabemos que esto es lo mejor para nuestra reputación y fiabilidad a largo plazo y para construir relaciones de confianza con nuestros clientes.
  6. Abogamos por modelos no invasivos de acercamiento a los clientes, que se basen en prescripciones y referencias de proyectos anteriores como mejor carta de presentación.

Nuestros proyectos son nuestros talleres y cada resultado una pieza singular, consecuencia natural de haber sido desarrollada en un momento único, gracias a la experiencia renovada y al conocimiento conjunto y compartido. Esta particular manufactura sólo es posible desde algunos valores que consideramos básicos:

  1. Franqueza. Trabajar con personas en el mismo plano de colaboración nos facilita decir que no cuando por ética o viabilidad el proyecto no nos convence. Además, nos permite advertir mejor el error en la ejecución de cualquier proyecto.
  2. Pragmatismo que permite conciliar la vocación por el trabajo bien hecho con las circunstancias y requerimientos de cada proyecto, de manera que el mejor logro sea, también, el logro posible.
  3. Simplicidad que nos aporta concreción y capacidad de reacción. Articulamos cualquier estrategia a largo plazo mediante aproximaciones sucesivas que facilitan el conocimiento progresivo y mutuo con las personas con las que trabajamos.
  4. Sobriedad en infraestructuras y recursos, compromiso con el open source y con el conocimiento libre.
  5. Re(d)lación de confianza y perdurable que surge de trabajar con personas e implica establecer relaciones más allá de las contractuales del proyecto. En definitiva, incorporar a esas personas a nuestra red.

Quienes proponemos esta declaración, sus señas de identidad, prácticas y valores, nos organizamos mediante talleres. El taller concreta y da sentido a nuestra red abierta de consultoría artesana. Se define como una plataforma de re(d)lación en la que colaboramos profesionales de la consultoría, clientes y otras personas interesadas. El taller incorpora recursos, conocimientos, ideas e inquietudes que provienen de la práctica profesional y los abre a toda nuestra comunidad.

Alfonso Alcántara, José Miguel Bolívar, Anna Cabañas, Vicent González, Julen Iturbe-Ormaetxe, Carmen Jasanada, Manel Muntada, Nacho Muñoz, Dolors Reig, Amalio A. Rey, Miquel Rodríguez, María Jesús Salido, Luis (tic616)

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