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No se vive en las casas, aquí solo se viene a dormir.
Abajo a dos mil metros de profundidad es donde vivimos.

 
Un minero belga a Van Gogh en la película El loco del pelo rojo (Minnelli, 1956)

 
 

Repite conmigo: Parece que el mundo se está yendo a la mierda porque en realidad lo está haciendo. Hoy trataré de explicar de qué manera nos estamos complicando el futuro. Yo se bien qué debo hacer para remediarlo en lo que respecta a mi responsabilidad, tan solo espero que tras leer este artículo, tengas también clara cuál es la tuya.

Antes de nada, permítame, lector o lectora, una disculpa. Siento mucho la crudeza de este artículo. Pido perdón por escribir lo que nadie quiere oír pero necesita ser dicho. Ojalá la intolerancia de las personas a las malas noticias que les lleva a creer que todo es cuestión de actitud, no les anime a entender que por dejar de verlas o escucharlas, desaparecen. Ojalá que este artículo contribuya a que alguien comprenda que la ecuación espiral de pensamiento positivo + fe en la autorregulación libre del mercado + ruido constante, nos está llevando a la mierda. Algunos pocos lo llevamos advirtiendo mucho tiempo, pero que no sea porque no insistimos.

Rusia ha invadido Ucrania, los polos se derriten, las especies se extinguen, el petróleo se agota, el trabajo se precariza de forma sistémica, las parejas no tienen hijos,… pero todo el mundo parece entonar el DON´T LOOK UP (¡se positivo, la cosa no está tan mal!): Un zulo donde malvivir es una tiny house; la pobreza se llama hoy minimalismo; la inestabilidad sistémica no es irresponsabilidad social de todos sino un entorno VUCA; la fruta orgánica es real food por oposición a lo que todo el mundo come (¿fake food?); un trabajo de mierda es un minijob; y un parado madurito que trata de sobrevivir autoempleándose es un emprendedor silver surfer.

En fin, vaja jaleo mental, ¿no?. Mejor comenzaré por el principio:
 
👴👵 Hace ahora unos meses me reuní con mis padres. Fui a su casa y les pregunté sobre algo que llevaba tiempo rondándome la cabeza. Me preocupaba que tuvieran los recursos necesarios para afrontar la dureza de todo lo que se nos viene encima. Llevo mucho tiempo convencido de que se avecinan los tiempos más duros que una persona viva haya vivido. Mantuve esa conversación con ellos tras 2 años de pandemia mundial, el estallido de algunos volcanes, antes del actual pánico nuclear y tras haber pasado una ciclogénesis polar en el centro de la península ibérica. Así nos las gastamos los humanos hoy en día.

Al principio, cuando empecé a compartirles mi preocupación no sabían de lo que les estaba hablando pero pronto comencé a exponerles el contexto real al que nos dirigimos. Hablo de una fotografía que no se me va de la cabeza, llevo viendo venir -como tantos otros- mucho tiempo y que es el resultado de mi experiencia de acompañamiento diario, de mis conversaciones con gente con poder de decisión real y de mis lecturas e investigaciones.

Solo seremos capaces de salir adelante si dejamos de rasgarnos las vestiduras por “nuestra mala suerte” de las últimas décadas y comenzamos a entender que el modelo de relaciones actual es literalmente homicida para nuestra especie y su entorno. Para ver si de una vez por todas comenzamos a entenderlo, a veces conviene exponer de seguido todo lo que lleva más de 2 décadas acelerándose y que venimos incubando desde que empezó el siglo XXI en 1989. Me refiero a ese catastrófico y monstruoso paradima religioso-económico del Mercado neoliberal en sus diferentes manifestaciones y formas: deslocalización de mercados; desrregulación financiera; multiplicación del consumo, los desechos y las emisiones; alargamiento infinito o acortamiento forzado de los ciclos económicos de Kondratieff; individualismo superficial extremo desde el cuestionamiento posmoderno de las cosas más esenciales; ruptura de los tejidos y ritos de paso sociales; y por último -y no menos grave- desmontaje de las instituciones y la lex pública como garantes de derechos y obligaciones.

La foto de lo que estamos incubando y que nos va a estallar de forma súbita en alguna de estas variantes, viene a ser algo parecido a esto (lo pinto todo junto a ver si de una vez por todas entendemos que todo está relacionado):

🌎 PLANETA: Un contexto ecológico completamente adverso. Todo ello se puede ver con mucha claridad en estos hechos que ocurrirán en los próximos 10 y 20 años: el aumento de las temperaturas globales (doy por hecha la incapacidad de contener esos 1,5 grados de temperatura), grandes migraciones continuas y movimientos de fronteras, conflictos por el acceso al agua, proliferación de nuevas enfermedades y pérdida de riqueza nutricional en los alimentos.

👨‍👩‍👦‍👦 POBLACIÓN: Un crecimiento demográfico desproporcionado entre America/Occidente y el sudeste asiático y el centro de África que dará lugar a más de 11.000 millones de personas con una concentración poblacional en puntos concretos del planeta inasumible. Más de la mitad del crecimiento de la población mundial será africana.

🔥 ENERGÍA: Un modelo energético en caída libre con una creciente carestía de materias primas y fuentes de energía, insuficiente para mantener el actual ritmo y nivel de vida sin alternativas factibles ni realistas que lo superen. Las energías renovables tal y como las estamos planteando no son una alternativa para la mayoría de transacciones, usos energéticos masivos y movimientos actuales, lo que dará lugar a una reducción de la movilidad y una transición desde lo global a lo local no exenta de grandes conflictos territoriales entre grupos de interés.

💵 ECONOMÍA: Un contexto socioeconómico polarizado caracterizado por la concentración de la riqueza y la extensión de las condiciones de vida precarias sobre un adoctrinamiento educativo en la mentalidad acrítica. Los economistas de referencia a los que sigo (desde cada una de sus escuelas económicas) están de acuerdo en señalar que se avecina algo gordo en forma o bien de estanflación, o bien de larga recesión o directamente de una depresión económica sin precedentes desde la década de 1970 o desde la segunda posguerra mundial. Solo para entender las dimensiones de lo que se avecina, los principales fondos de inversión y macroeconomistas de referencia hablan de quiebres de países enteros o “tercera guerra mundial pero económica“. Los movimientos de capitales indican que la gente de arriba lleva entre 3 y 4 años preparándose para el descalabro. Insisto: no es algo ideológico, hay sobrado acuerdo en que está comenzando lo peor que hayamos vivido (subidas inasumibles de precios, caídas de mercados enteros, reposicionamiento del orden económico global,…) Vamos a un mundo en el que cuanto menos poseas, más alto será el precio que habrás de pagar. Doy por hecho que habrá una o varias largas recesiones de un modelo económico que agoniza pero para el que no existen aún alternativas. Con el pinchazo de la enorme burbuja china que estamos generando y la más que previsible caída en desgracia de una EEUU cada vez más rota por dentro, se hará inevitable la emergencia de un nuevo tablero internacional caracterizado por un darwinismo social sin precedentes.

📍 SOCIEDAD: Como aderezo no hay quien niegue a día de hoy que el Estado de Bienestar (fundado sobre una ficción de vida insostenible pero sobre ideas de convivencia admirables) se está desmontando aceleradamente. Los identitarismos y el regreso de la fe en el determinismo ambiental van en aumento y están generando nuevas divisiones sociales que siempre anteceden a los momentos prebélicos. En todo este contexto -espero que esto nadie hoy lo esté poniendo en duda porque se lleva décadas produciendo- peligrarán los sistemas de pensiones y las coberturas a los más ancianos, los sistemas de salud, el acceso universal a un sistema educativo y el acceso a bienes de primera necesidad (alimentos, vivienda,…) porque todo ello estará en manos de un Mercado incontenible que si bien guiado en el siglo XX favoreció el bienestar de muchos, instrumentalizado de forma totalitaria en defensa de una supuesta libertad, hará que nos matemos los unos a los otros en la búsqueda de una indigna supervivencia mientras los que han sabido explotar convenientemente en silencio, habrán acumulado el suficiente capital para comenzar a colonizar y mandar a la mienda nuevos planetas.

Todo esto vino a decir un hijo a sus padres. ¡Ten hijos para esto!. A medida que avanzaba describiendo la realidad, noté 2 reacciones en sus caras:

Por un lado noté en sus caras que no entendían la mayoría de cosas que les estaba compartiendo. En general nada de esto es algo de lo que se hable en las noticias, nadie suele sentarse con los suyos a hablar con tanta crudeza más allá del desengaño y el pesimismo generales o la mera queja o lamento anecdóticos. La gente no se para a tener una idea tan clara de lo que lleva años ocurriendo, sino que más bien nos limitamos a coleccionar desastres esporádicos sin pararnos a pensar si todo ello forma parte de una inercia y una dirección concretas. Mis padres no son una excepción a esta norma genérica, sus rostros me miraban extrañados por tratar de explicarles todo aquello.

Por otro lado para aquellas cosas que les exponía y cuya gravedad entendían y compartían en buena medida, noté que se sentían algo contrariados por la certeza y la tranquilidad con la que les hablaba. Me refiero a que cuando alguien imagina a una persona anunciando la suerte de colapso sistémico al que nos dirigimos, suele imaginarse a esa persona haciendo aspavientos, sobrepasada, triste, indignada, colérica o qué se yo, incluso agobiada o decaída. Pero cuando les comenté lo que hoy voy a compartiros, yo no estaba de ninguna de todas esas formas. No lo estaba porque en realidad ya pasé por todo eso. Hace años que doy por hecho que mucho de lo que hoy es normal (modelo de relaciones afectivas, laborales, económicas y sociales, así como mínimas cuotas de solidaridad y cobertura social) dejará de ser una realidad en menos de una década y media si continuamos a este ritmo de destrucción de “lo humano hasta ahora conocido.

Unas semanas después de todo esto, Europa amanecía con el riesgo de una amenaza nuclear a expensas de la invasión de Ucrania por Vladimir Putin, un amigo temía por la integridad inmediata de su familia política en la futura Letonia, los barriles de crudo de Oriente Medio se encarecían y el precio de los cereales y el gas se disparaba tras un encarecimiento prebélico de la electricidad que no tenía precedentes en el continente.

Mientras algunos se afanan buscando futuro en baratijas tecnológicas (malditos dataístas y multiversistas del carajo), y mientras en la vida real las personas siguen yendo a sus trabajos, están pasando muchas cosas a un ritmo muy acelerado que reconfigurarán lo que somos. Y el caso, como digo, es que yo -sin ser muy inteligente ni avispado- llevo viendo que todas estas cosas están pasando desde hace bastante tiempo…

Cuando hace ahora 3 años comencé mi proyecto de investigación para tratar de explicar de forma ilustrativa de dónde venimos como especie y qué debemos hacer durante las siguientes décadas para evitar un escenario dantesco de darwinismo social a gran escala, una fecha rondaba mi cabeza: lo que sea que escribiera o publicara debía terminarlo antes de 2030. La fecha no era casual. Más allá de ese año no habrá tiempo posible de reacción ni remedio para los retos más importantes que aquí se plantean y que de momento estamos gestionando como el culo.

El problema es que añadido a todo esto el estado evolutivo de nuestra especie es más bien primitivo o insuficiente para resolver los problemas globales que hemos creado. Me ceñiré a lo más básico: no tenemos un entorno global de entendimiento prescriptivo y de obligado cumplimiento más allá del capricho o el interés político del más fuerte; seguimos repitiendo la historia de las sucesivas violencias (sistémicas contra sectores excluidos o intergrupales entre sociedades o clanes); y por último no hemos aprendido aún a utilizar nuestra inteligencia coordinada (ciencia, técnica, progreso) en comunión con los ciclos de la vida sino en claro atentado continuo contra ellos.

Todo lo listos que creemos ser, lo somos contra nosotros mismos y de forma cada vez mejor coordinada y más interdependiente.

Se que entre tanto apocalipsis continuado (pandemia, volcanes, guerras, corrupción, sequías, impresiones de moneda en cantidades inéditas, concentración de la riqueza sin precedentes, transformación de la idea y las condiciones de trabajo, nepotismo, fake news, vuelcos políticos continuos…) no nos está dando tiempo a procesar la dimensión de los acontecimientos ni a ser conscientes de lo que está ocurriendo a escala global, sin embargo los próximos 20 años son claves para la manera en la que la vida humana continuará en el planeta hasta su futura extinción. Así de claro.

Todo cuanto estoy hallando en mi investigación -tanto las anteriores experiencias del pasado como las actuales decisiones y las proyecciones de futuro- todo -insisto- apunta en una sola dirección: el camino hacia el colapso energético, la caída a plomo y de forma progresiva de la interdependencia económica global, la mayor recesión económica de la historia del capitalismo, el fin de las clases medias en Occidente y el comienzo de una nueva forma de esclavismo extendido.

🌡️ LO MÁS URGENTE AHORA: Además de aprender a dejar de matarnos los unos a los otros, convendría recordar que sin un contexto apropiado, nada será posible. Lo que puede parecer más extraño es que nada de todo lo mencionado hasta ahora en este artículo me preocupa tanto como la increíble aceleración de la debacle ecológica que no estamos entendiendo.

He aquí los últimos datos de 28 de febrero de 2022… Esta es la conclusión del 6° informe del IPCC elaborado por 270 científicos de 67 países revisando 34.000 estudios a partir de datos contrastados: “4 de cada 10 personas (3.300 millones) son ya vulnerables al cambio climático”, “Sobre el estudio de riesgo de extinción de 100.000 especies, sin medidas drásticas y urgentes contra las emisiones de CO2 (aumentando los 1,5 grados previstos) el ritmo de extinción aumentará al 10% de las especies”, “El sistema meteorológico mundial se ha alterado por completo”, “Entre 1/3 y 1/2 de la población española sufrirá escasez de agua”, “Por cada grado de temperatura en aumento se reducirá un 4% la lluvia, por lo que la previsión de seguir así llega a una reducción del 20% de lluvias en el Mediterráneo”

En resumen queridos amigos de la nave del misterio ;), mientras la práctica totalidad de la humanidad sigue alimentando burbujas aspiracionales y creyendo en nuevas panaceas (transhumanismo, bitcoin, grafeno, automatización del trabajo, inteligencia artificial,…) con las que redimir o herir aún más a nuestra castigada especie, todo a nuestro alrededor se viene abajo (incluso las materias primas necesarias para que esas nuevas pajas mentales sean posibles).

Si algo necesitamos hoy es aprender a cuestionarnos (ética) y no seguir aprendiendo nuevas formas de huir hacia adelante (inercia).

Hace poco reflexionaba sobre ello el político Íñigo Errejón al recordarnos esta gran verdad que se repite en la historia: “En toda sociedad los pobres dejan a sus hijos instituciones y derechos (y si no las cuidan, los pierden) y los ricos les dejan a sus hijos apellidos, contactos, cuentas bancarias, casas, empresas,… Demoler las instituciones nos sitúa en una guerra de todos contra todos en la que los fuertes siempre vencen porque no tienen sujeciones. Eso instala un estado general de miedo que es exactamente lo opuesto a la libertad. Esta sensación de que tu vida vale muy poco porque puede depender de fuerzas que no están sujetas a ninguna razón definida por los humanos colectivamente (caprichos de alguien, algoritmos,…) es el estado general de incertidumbre y miedo que es lo completamente contrario a la libertad. En eso consiste exactamente no ser libre.

De modo que espero que comprendáis por qué ahora es el momento exacto para hacer 2 cosas:

  • PREMEDITATIO MALORUM: Hablar con vuestros padres sobre el futuro y preparaos para lo peor 
  • EX FUMO IN LUCEM: Levantarse cada mañana para remar en contra de toda esta marea de mierda

 
NOTA AÑADIDA EL 22/03/22

Recientemente 2 usuarios de twitter (@Dani91643797 y @Phrynos) compartieron 2 reflexiones interesantes sobre nuestro tiempo que me parecen el mejor resumen de toda una época. Las comparto por aquí muy resumidas:

  • Esperando un gran colapso contribuimos a él por inacción: No habrá un gran colapso súbito sino una larga y dolorosa caída.
  • El colapso real llega por goteo debido a la sucesión de acontecimientos cada vez más graves. Si nos paramos a recapacitar sobre los últimos años (sobre todo desde 2008) nos daremos cuenta de que el sistema socioeconómico está en caída libre desde hace tiempo

 

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