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la necesidad y el cambio

la necesidad y el cambio

Cartel promocional de Big Sur (Polish,2012)

Cartel promocional de Big Sur (Polish,2012)

“Al diablo con esta locura. De repente un baño de oro de bondad se ha extendido sobre todo y sobre todo mi cuerpo y mi mente. Toda la tortura oscura es un recuerdo. Ahora se que puedo salir de ahí. Vamos a conducir de nuevo a la ciudad. Llevaré a Billie a casa y la diré adiós correctamente. No cometerá ningún suicidio ni hará nada malo. Billie seguirá siendo de oro de una manera u otra. El niño crecerá y será un gran hombre. La vida de Leonore continuará, el viejo Lew se las arreglará de alguna manera. Yo les perdonaré y explicaré todo. Y Neal Cassidy y Albert Saijo y e voraz Michael McClure y el perfecto estrellado Philip Whalen, todos ellos se irán de una manera u otra. Me quedaré con Ferlinghetti en su casa unos días y voy a sonreir y me mostrará cómo ser feliz un tiempo. Vamos a beber vino seco en vez de dulce y tener noches tranquilas en su casa. Y Ferlinghetti dirá “Eso es todo lo que hay que hacer. Tómatelo con calma, todo está bien. No tomes las cosas demasiado en serio. Y es bastante malo como está sin que tú vayas a la parte profunda sobre concepciones imaginarias, como siempre te dices a ti mismo. Voy a conseguir mi billete y decir adiós en un día floreado y dejar todo San Francisco detrás y volver a casa a través del otoño de América, y todo será igual que al principio, simple, dorado enternamente, todo bendito. Nada ha pasado, ni siquiera esto. Habrá despedidas y sonrisas. Mi madre estará esperándome contenta. La esquina del patio donde está enterrado Tyke será un nuevo y fragante santuario, haciendo mi hogar más hogar de alguna manera. Algo bueno vendrá de todas las cosas sin embargo, y será de oro y eterno así como así. No hay necesidad de decir una palabra más.”

Ultimos pensamientos de Keoruac en Big Sur, la película (Polish, 2012)

Una persona cercana a Keoruac dijo una vez que si alguien creía que estar continuamente en camino y buscando algo, había hecho feliz al escritor, es que realmente no le conocía.

 

EL SURGIMIENTO DE LA NECESIDAD

Una tarde de viento, completamente solo y apartado, disfruto a Jack invadido por los sutras. Estoy lejos de todos y de todo. La habitación es una verdad seca y presente, un golpe directo que habla de todo cuanto soy. De algún modo llegar aquí es la razón de todo cuanto he sido. Leo uno de esos artículos en forma de menú que a veces yo mismo escribo para pagar facturas. En este en concreto alguien habla sobre las cinco cualidades del genio. No extraño ninguna. Bebo lento y sin respirar mi vaso de agua helada. Comienzo luego a redactar la tarde. Tenía un artículo durmiendo y de repente pienso en este.

 

SUCESOS QUE HABLAN SOBRE EL CAMBIO

La última semana ha sido meteórica. Una entrevista en la televisión hace unos meses, algunos vídeos, conferencias y varias difusiones me abrieron varias oportunidades que desde el lunes se han ido materializando. A finales de 2013 interioricé que el nuevo año sería clave para la iniciativa pero no acababa de confiar en todas las opciones. Algo en mí se activó de una forma casi animal y empecé a trabajar sin descanso a comienzos de este año. He dedicado la práctica totalidad del primer mes a la captación de proyectos de larga duración y a cerrar talleres, ambas cosas en organizaciones. No he parado un minuto y apenas he dedicado tiempo a socializar con nadie. He permanecido al margen de todo tipo de ruido de una forma espartana y radical. Como siempre me pasa, muchos días me olvido de comer y paso horas enteras transcribiendo las ideas imparables de mi mente sobre la pizarra o el papel. Todo esfuerzo tiene recompensa y poco a poco los proyectos llegan a la mesa. A veces quedo a comer o tomar café con otros hacedores de cambio a los que respeto. Respiro cierto aire de abatimiento entre la gente. A las evidentes carencias en cuento a foco y honestidad que frecuentemente observo, se añade un halo de desesperanza en sus palabras. Alguno que otro se atreve enérgicamente a defender su discurso al comienzo de las conversaciones, pero a medida que pasan los minutos poco a poco interiorizan la vaciedad de sus palabras. Mi actitud en estos casos es apenas la de escuchador activo.

Recuerdo que en 2012, cuando dejé mi último trabajo “serio”, se respiraba un aliento de cambio en todas las personas más allá de los entornos tradicionales de trabajo. También recuerdo como poco a poco todo iba tomando forma a base de grandes tropiezos y caídas. Y después pinto mi año 2013 como un año en el que todo comenzaba a cuajar de alguna forma, trabajando intensamente por pulsar y moldear todas esas nuevas realidades que siempre había estudiado pero que nunca había vivido por completo. Y después de hacer esto recuerdo el tercer principio del interaccionismo simbólico por el cual las personas seleccionamos, organizamos, reproducimos y transformamos los significados en función de nuestras expectativas y propósitos. Y bueno, pienso entonces que si yo trabajo siempre a partir de las expectativas de las personas, ¿por qué no puede ser que lo que haya vivido estos años tenga que ver con lo que yo esperaba encontrarme a cada paso? De modo que supongo que de algún modo 2012 y 2013, con la enorme cantidad de cosas que trajeron en mi vida, fueron profesionalmente como yo era en cada uno de esos momentos. Y creo que 2014 será el año en que las cosas deberían llegar si se donde buscarlas 🙂

 

EL ELEMENTO ESENCIAL Y MI TRABAJO

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Deberíamos fluir. Venimos del agua, no del aire ni tampoco de la tierra. Nacimos a partir del agua, este fue nuestro elemento natural. Cuando eramos conjuntos de células con sentido propio, nadábamos. Si un padre con su hijo se sitúa en cualquier litoral del mundo y mira al mar, puede decirle con total certeza señalando el vasto azul: “De ahí es donde venimos”. Dando testimonio de nuestra propia evolución asociamos sentir a “dejarnos fluir” (agua), pensar a “bajar a tierra” (tierra) y soñar a “dejar volar nuestra imaginación” (aire). Un juicio rápido de la evolución humana que aglutina los cuatro elementos sería este: venimos del mar, somos la tierra y miramos al cielo, y hacemos esto porque hay un fuego interior que nos mueve a ello.

Yo digo que este fuego no es solo interior sino común, que es parte del ciclo de la vida, que se llama “energía” y que yo trabajo en canalizarla y transmitirla entre naturalezas. Mi profesión consiste en dos cosas:

1) vaciar continuamente un cuenco para empezar a llenar otro.

2) ser consciente de ello

 

PENSAMIENTO PRIMARIO Y SECUNDARIO

Yo digo que nacimos en el agua y también que luego crecimos en la tierra y poco a poco ocultábamos lo simple. Durante miles de años algo fue tomando forma en cada cerebro homínido, en cada pulso de animal erguido, en nuestra conciencia mamífera más honda. Día tras día dentro de nosotros se incubó una idea: “Tal vez deberíamos comprender esto” que era algo así como “Tal vez deberíamos encontrarle a todo algún sentido”. Fue entonces cuando nació el pensamiento. Ocurrió ese terrible y bello “de repente” común a nuestra historia. En cada continente ocurrió a diferente hora pero en todos caímos en la trampa. En África cayeron el joven himba y el viejo bosquimano, el mursi y la mujer zulú, el jinete tuareg y el pastor turkana, el faraón egipcio y su alfarero. En América cayó en la trampa el maya, el paciente sioux y el cazador esquimal, la madre iroquesa y los kiowas, la gran familia navaja y el poderoso azteca, el mapuche andino y el luminoso inca, la totalidad de las tribus amazónicas. En Asia cayeron uno a uno por orden el precursor sumerio, el guerrero acadio, el jardinero constante de la vieja Babilonia, el conquistador asirio y el soldado persa, el comerciante fenicio y el hebreo, todas y cada una de las dinastías chinas, el samurai y el monje en la montaña, el barbudo indio centenario. En Oceanía la dulce trampa poseyó a los aborígenes tasmanos y kiribaties, a las fuertes mujeres maoríes, a los rudos samoanos. En Europa la trampa creó la filosofía griega, el derecho romano y la cultura goda, dio de comer a normandos y sajones, alimentó el sueño vikingo y el imaginario galo, fue la gran creadora de batallas. Todos y cada uno de ellos creó un lenguaje, ninguno más poderoso que el de la naturaleza. No hay idioma más exacto que el paso de las estaciones, no hay palabra más poderosa que un amanecer, no hay explicación científica más práctica que el nacimiento de una criatura.

Cuando alguien me pide inmediatos resultados, intento recordar siempre que poco más de 4000 años han construido el pensamiento humano y que algo más de 4000 millones de años construyeron el lugar que pretende interpretar. Esta proporción me ayuda a saber en qué lugar estamos y donde realmente puedo encontrar vida.

El pensamiento primario es aquel que ES y que subyace a todo lo latente. En procesos de cambio el pensamiento primario suele ser el único útil como base de cambio y suele estar basado en hechos y no en juicios, en adoptar una actitud protagonista (de responsabilidad y acción) y no una actitud de espectador (victimista y expectante).

Por contra el pensamiento secundario está basado en creencias y artificios, mayoritariamente en costumbres y lenguajes (palabras, sistemas, estructuras y modelos) y suele representar una gran barrera para el cambio. Todos los modelos sensatos de cambio comienzan por la aceptación de las limitaciones y barreras y es común encontrar en las personas y equipos que la mayoría de comportamientos están fundados en pensamientos secundarios.

A efectos prácticos, suelo hacer un paralelismo que no es del todo exacto pero ayuda a comprender dos lecciones básicas que he aprendido de diferentes escuelas y cosmogonías durante estos años. Entre ellas destaco positivismo lógico, atomismo, budismo zen, taoísmo, psicología social, logoterapia, constructivismo, generativismo lingüístico, psicología positiva, antropología cultural, biomimética y astrobiología. Esta es la chuleta que casi siempre me resulta útil:

El pensamiento secundario es hacedor de cambios 1

Los cambios1 son cambios que el filólogo y psicólogo Paul Watzlawick asocia a pequeños pasos que representan movimiento pero no una evolución trascendente y significativa en las totalidades (grupos de trabajo, culturas, vidas). El ser humano necesita actividad de forma continua y a menudo interpreta los movimientos como cambios trascendentes. Sin embargo la mayoría de los cambios derivan de movimientos en cuya base se encuentra no la fuente del problema a resolver sino la propia creencia que generamos acerca del problema. Aunque el pensamiento secundario facilita que tengamos sensación de cambio, en la realidad no representa un cambio trascendente. Nada mejor para caer en la trampa del cambio1 o del pensamiento secundario que intentar abarcar un problema en su totalidad o de forma totalizante. Huelga decir que muchos cambios1 de forma reiterada y sin lograr cambios significativos producen ansiedad y frustración.

El pensamiento primario es hacedor de cambios2

Los cambios2 son cambios significativos y suelen tener que ver con la observación, análisis y aceptación de pensamientos primarios. En meditación zazen suele decirse que nadie puede alcanzar nunca el satori (o iluminación) si no sale de la corriente de pensamiento continuo de su cabeza. Esta corriente de pensamiento continuo ocupa nuestra atención en la capacidad interpretativa de la realidad y no en la comprensión consciente. Por descontado, estar continuamente interpretando la realidad es totalmente devastador para la comunicación interpersonal y la comprensión sistémica de la realidad y en general, para avanzar hacia el entendimiento mutuo. Nada mejor para conseguir focalizarse en pensamientos primarios y cambios2 que entender la realidad desde la esencia de las cosas, lo pequeño y lo inmediato, antes que desde el conjunto. El hecho de practicar esta estrategia favorece la generación de sensaciones y sentimientos como la realización, la superación y la construcción de logros, todos ellos altamente útiles para conquistar el cambio.

 

NO SOLO DECIRLO SINO SERLO, NO SOLO INSPIRARLO SINO MANTENERLO

IMG_20140127_122555Hace poco en el marco de un openspace facilité un taller en el que ambas vías para comprender situaciones en procesos de cambio se visualizan mejor a partir del trabajo consciente de la realidad. Como dije entonces, creo que el 90% de profesionales que conozco se limitan a facilitar cambios1 y el 10% a facilitar cambios2. Considero que los proyectos de transición cultural en organizaciones y los procesos de desarrollo personal deben orientarse en todo momento a lograr un cambio2, es decir una evolución real en el comportamiento, actitudes y trabajo de las personas que mejoren su calidad de vida y su entorno de crecimiento inmediato.

Me encanta el misticismo heroico del camino pero también la practicidad de saber cuándo llegar. Creo que la persona de Jack Kerouac, con la que empecé la tarde, es un ejemplo viviente de que se puede vivir a base de cambios1 toda una vida pero no se puede lograr una conquista real sobre las cosas si no es gracias a alguno o varios cambios2. Es tan cierto que fue un poeta extraordinario y genial como que el bucle continuo de su pensamiento secundario se tradujo en cirrosis alcohólica el día de su muerte. Es admirable y digno de elogio para mí su afán de búsqueda continua (algo que se refleja de forma mágica en sus palabras) pero bastante poco deseable su continua huida hacia delante (algo que le llevó a la muerte). Nada de esto resta un ápice de grandeza al recuerdo y la figura de Kerouac como intérprete de la belleza pero ni el victimismo ni el malditismo han ayudado nunca al cambio. Porque un cambio no consiste solo en inspirar, sino en mantener y concretar en realidades.

Podemos estar continuamente moviéndonos y aparentemente yendo hacia delante pero si no somos capaces de aceptar cuáles son nuestras creencias para luego cuestionarlas y adoptar acciones, estaremos continuamente de viaje. El mayor problema de esto es que ningún depósito de coche aguanta más de X kilómetros. Y cualquiera que sea la cantidad de esa X en tu coche, no será nunca para tí algo suficiente.

las 5 transiciones para el cambio

las 5 transiciones para el cambio

Estos son algunos de los pilares que forman parte de mi comunidad y mi trabajo. Se trata de un sencillo diseño de transiciones para lograr un cambio, cualquiera que sea su naturaleza o dimensión. Son los siguientes y se me antojan circulares:

1) De la negación a la aceptación
2) De la aceptación al propósito
3) Del propósito a la fuerza
4) De la fuerza a la coherencia
5) De la coherencia al equilibrio

Los comparto para que sean copiados, ampliados y explotados. Aún así, en mi ánimo por reinventar mi mensaje, confío en que para el lector sea más útil la naturaleza de mis actos que la de todas mis palabras.

1. DE LA NEGACIÓN A LA ACEPTACIÓN

Pasar de la negación a la aceptación de la realidad es el primero de los pasos hacia la consecución de un propósito.

Para mí, como mero espectador, resulta interesante ver cómo las personas con las que hablo suelen negar la realidad que viven. Gracias a esto y en mitad de esta suerte de espectáculo circense, aprendo poco a poco a descubrirme a veces a mí mismo generando realidades paralelas. Es entonces cuando paro y pienso en mi propósito. A veces es pelar patatas o saltar un charco, otras veces es besar a la que mujer que amo o superarme. En cualquiera de los casos, desde hace relativamente poco no me suelo plantear si soy feliz. Sencillamente lo soy y se que voy a serlo siempre. Lo que aquí comparto son una serie de realidades que ejemplifican cómo detecté o detecto algunas de las negaciones de mi vida y cómo creo superarlas en el camino a mi propósito:

1) Creo que nuestra naturaleza es activa y que nosotros la hacemos reactiva. No creo que esto sea saludable. De pequeño aprendí de un amigo llamado Jesús y también del Principito que la auténtica riqueza de cualquier persona es invisible. Que solo reside en su capacidad de aceptación y de disfrute. Eckhart Tolle añade a estas dos, la de entusiasmo. Muchas veces puedo ver cómo las personas se molestan e invierten grandes energías en la lucha CONTRA algo. Pocas veces veo cómo muy pocas personas invierten su tiempo y su oportunidad de vida en la lucha POR alguien. Ha aprendido que el segundo camino es el único camino de la completa libertad.

2) Soy una persona hipersensible. Me ha costado 30 años asumirlo. Cada vez que algo me duele, tengo que ser capaz de asumir un enorme sufrimiento. Cada vez que creo en algo, tengo que ser capaz de asumir un elevado coste. He vivido y viviré con esto el resto de mi vida. La escultura de mi alma se hace a golpes. Mi secreto para poder sobrevivir ha sido aumentar el ritmo, cadencia y número de golpes hasta hacer de ellos una banda sonora casi imperceptible y natural. El único modo que he hallado para superar la insensibilidad de otros no ha sido defender mi trinchera sino derribarla. Después de tantos años, cuando antes entendía mi hipersensibilidad como una pesada y dolorosa carga, hoy la entiendo como un maravilloso don infinitamente rentable y poderoso. Gracias a ella me han amado y he podido amar con gran intensidad. Gracias a mi hipersensibilidad tengo una extensa colección de amigos. Gracias a ella escribo literalmente tan solo lo que siento. Gracias a ella he sido precoz en la mayor parte de aspectos de mi vida. También gracias a ella, me construyo y tengo gran facilidad para comprender a otros. Soy ágil, interesante y atrevido, también algo valiente y sensato solo porque ella me proporciona un continuo contacto con las cosas. Ella me enseñó a volar y yo ahora lo hago cuando lo creo necesario. Antes me negaba a reconocer que yo era alguien especial y me esforcé durante años en intentar no serlo. Hasta que un gigante grito que nació de mí me invitó a brillar cuando yo lo decidiera. Y eso, en definitiva, es tan solo lo que hago.

3) Solo tengo presupuesto para sueños. De veras he intentado gastarme el dinero en otras cosas pero ninguna me aporta tanta alegría como apostar por algo en lo que creo. Suelen ser generalmente personas. Cuando era adolescente -si es que alguna maldita vez me permití serlo- ahorraba a conciencia para gastarme el dinero en libros y en zapatos. Siempre he vestido bien, cualquiera que sea el sentido de esta afirmación arbitraria. Puedo calcular a ojo que un noventa por ciento de mi vida no he tenido aquello que quería. Pero también puedo decir que un noventa por ciento de mi tiempo luché POR aquello que quería. En la vida hasta ahora no he hecho otra cosa que vivir. Todo lo demás es una consecuencia.

 

2. DE LA ACEPTACIÓN AL PROPÓSITO

Pasar de la aceptación de la realidad a la formulación de un propósito es el segundo paso hacia la consecución de ese propósito.

En la película Thanks for sharing (Blumberg, 2012) se puede ver en qué consisten los círculos de confianza empleados en la terapias para superar las adicciones. Esta herramienta con múltiples nombres en muchas disciplinas de acompañamiento está basada en la poderosa fuerza para superar cualquier dificultad con ayuda del reconocimiento de grupo y del sentido de pertenencia. La disposición del grupo en círculo permite visualizar la cara y el mensaje de la persona por parte de todos los compañeros y facilita el crecimiento y la generación de vínculo. Una de las primeras grandezas de la confianza en grupo y en general de la economía del regalo es la asunción de las debilidades propias. De nuevo aquí debo hablar de la importancia que tiene la aceptación de la realidad actual a efectos de la búsqueda de un logro aún mayor.

Para formular un propósito debemos partir de bases que todos conocemos: debe ser un propósito real, medible, trazado en el tiempo y que nos sitúe lejos de la apatía y lo más cerca posible de la experiencia óptima. Para entender esto es necesario posicionarse entre dos axiales: las expectativas y las capacidades personales. Ayuda mucho a ello conocer y practicar constantemente el modelo de estado de flujo de Csikszentmihaljy que suelo aplicar bastante a menudo en mi día a día con personas.

 

3. DEL PROPÓSITO A LA FUERZA

Pasar de la formulación de tu propósito al conocimiento de tu fuerza es el tercer paso en el camino al logro.

“Aunque los hombres son acusados ​​de no conocer su propia debilidad, puede que pocos conozcan su propia fuerza. Es en el hombre como en los suelos, donde a veces se encuentra una veta de oro que el propietario no conoce.”

Esta reflexión la realizó uno de los autores que más admiro y que fue propietario de la siguiente sucesión de hechos insólitos: Retrató la condición humana a través de una corta colección de cuentos; describió con enorme exactitud las dos lunas de Marte ciento cincuenta años antes de su descubrimiento; creó el nombre femenino de Vanessa; predicó ante congregaciones no superiores a veinte personas; cultivaba diminutas plantas en su pequeño jardín; y a su muerte donó la práctica totalidad de su fortuna para la construcción de un manicomio. Jonathan Swift representa para mí la capacidad de retratar el mundo más allá de los prejuicios. Como un pequeño extraterrestre en mitad de un gran imperio de sentidos, nos legó su visión en forma de enormes retratos sociales de nuestra debilidad y fuerza. Y si para eso era necesario que hablaran los caballos, él lo conseguía.

Aprendí de él que en la mayor parte de los casos no es tan importante conocer nuestras enormes y numerosas limitaciones como aquellos elementos impulsores de lo que verdaderamente somos o queremos ser. De modo que sobre esta base asisto el crecimiento de personas a través de diferentes herramientas e itinerarios de vida. Un amigo mío tiene una empresa que se dedica a leer contadores de agua en la mayor parte de casas. Yo hago lo mismo pero con personas 😉 De acuerdo a mi modelo de vida y de trabajo, el nivel de madurez de un equipo y de una organización está basado en el índice de humanidad que represente. Cuanto más visibles sean sus personas, mayor será su gloria. Porque a pesar de las ruinas y la historia -o precisamente por ellas- tengo una inquebrantable fe en el ser humano. Creo en su grandeza y en la extraordinaria fuerza que es capaz de atesorar para lograr un objetivo.

Qué importante es sentirse débil pero qué necesario es saberse fuerte. Puede que este sea el mayor descubrimiento que como viajero he realizado nunca. A veces la fuerza es luchar con todas tus fuerzas porque tu hijo tenga cada día un nuevo amanecer y otras es simplemente saber cruzar la calle a tiempo.

La sencillez es belleza. En la canción Stay alive del cantante sueco Jose Gonzalez se describe una tierna escena en la que dos personas se atreven a abrazarse hasta que amanece. Una de ellas tras hacerlo encuentra el sentido de la vida en la siguiente frase: “Haré LO QUE SEA para mantenerme vivo”. No lo dice porque el fin justifique los medios sino porque ELLA es ahora su propósito. Por mi humilde experiencia, el amor suele ser la mayor de todas las grandes fortalezas.

 

4. DE LA FUERZA A LA COHERENCIA

Pasar de la aceptación del conocimiento de nuestra fuerza a su aplicación real mediante la coherencia es el paso previo a la consecución de nuestra satisfacción.

“Dices que amas la lluvia, sin embargo usas un paraguas cuando llueve.
Dices que amas el sol, pero siempre buscas una sombra cuando brilla.
Dices que amas el viento, pero cierras las ventanas cuando sopla.
Por eso tengo miedo, cuando dices que me amas.”

Mi compañera Ana Isabel compartía hoy con la red este poema de autor desconocido y me sirve ahora para hablar de cómo afrontar este paso. Además ayer mismo mi compañero Borja Ruiz me dijo “Ser congruente con lo que es importante para mí me hace feliz”.

Lo que hay dentro de mí sería un alma destruida si no hubiera amado aquello que pudo destruirme en los momentos más complicados de mi vida. La verdad es siempre generosa. Generosa no quiere decir que no resulte dura o a veces incluso dolorosa, quiere decir que en alguna parte del camino siempre te da mucho más de lo que tú le diste. Mi fuerza por sí misma no me hace poderoso. Lo que me hace realmente poderoso es mi actitud ante esa fuerza. Hablo de cómo y cuándo aplicar esa fortaleza y de las decisiones que consecuentemente tomo para ello. Solo cuando reconozco que no puedo encender un nuevo fuego sin superar la pereza de limpiar las cenizas del anterior, soy capaz de crecer y de encontrarme. Un hombre fuerte no es nada más que un hombre con capacidad y potencial, algo así como un cofre repleto de oro esperando a ser abierto. Sin embargo un hombre coherente es un hombre realizado, es el brillo que apreciamos al abrir ese mismo cofre, porque ha aplicado la fuerza que atesora en su entorno. A la sabiduría que ha conquistado le añade una conducta ética. A esa materia prima inicial le da forma.

 

5. DE LA COHERENCIA AL EQUILIBRIO

Pasar de la coherencia al equilibrio es el último y el más complicado paso del camino. Nunca se acaba de dar y siempre se empieza a hacerlo. La constancia es quizás la clave en este caso.

Recuerdo un antiguo chiste del humorista Eugenio en el que un cliente y un sastre mantienen la siguiente conversación:

” -Oiga, ¿cuanto costaría hacerme un abrigo a medida? – 600 euros, señor. -¿Y un traje? – 350 euros, señor. -¿Y una chaqueta? – Calculo que unos 150 euros, señor. – Oiga, ¿Y un chaleco? – Puedo hacerle un chaleco por 70 euros, señor –  De acuerdo entonces. Hágame un chaleco con mangas, hasta las rodillas y que abrigue”

A la sabiduría y a la conducta ética les hace falta algo más para mantenerse vivas. Del mismo modo que nuestro cliente en la conversación con su sastre, conformarse con algo insuficiente no resulta práctico. Es necesario mantener nuestros logros y nuestra atención. En la tradición del budismo zen esto recibe el nombre de disciplina mental y es lo que distingue a cualquier persona de una persona que alcanza su visión. Lo que aporta la disciplina mental es básicamente equilibrio. Para no abandonar el camino alcanzado se recomienda la toma de conciencia sobre el momento actual y la asunción de cada uno de los logros alcanzados con cada una de las realidades superadas. En mi opinión, y siguiendo la de muchos de mis maestros, solo se puede alcanzar el equilibrio entrenando la atención. 

Personalmente algunas veces trabajo el equilibrio de los equipos a partir de los conceptos de suma nula o de mínima realidad viable basando cada acción en el consenso, la interdependencia y la aceptación del otro. Para hacerlo a menudo desaparezco y dejo que las cosas pasen. Incluidas aquellas que a priori podrían parecer nefastas para la consecución del objetivo del equipo. Hago esto porque ha llegado a una conclusión: Al final de mi vida no será tan importante lo que haya leído como aquello que verdaderamente haya escrito. Sobre esta creencia propia intento desplegar todos de mis actos y el aprendizaje de las personas que acompaño.

Hace poco escribí esto acerca del estado de equilibrio:

No deseo resolver el mundo.

Vivo de mi error.

Ignoro la mayor parte de misterios de la vida,

incluso aquellos más fundamentales.

Soy un sencillo aprendiz de su milagro.

No se responder a la mayoría de preguntas.

Podría engañarme con gran facilidad

pero renuncio a hacerlo.

Cuando miro al frente no me mantiene

firme la certeza sino la presencia.

Soy responsable de cada acto de mi vida.

Disfruto respirando.

Además hace unos años, en este mismo blog, compartía con vosotros la mejor definición que por aquel entonces encontré sobre el concepto de ÉXITO. Era la definición que compartía el compositor y director de orquesta Benjamin Zander sobre los “ojos brillantes” que todavía sigo teniendo en cuenta para cualquier tipo de sesión. Quiero cerrar este artículo recordando cómo da clases a sus alumnos este famoso compositor: Al comenzar el curso, les dice a todos los niños que cierren los ojos y piensen en la versión más sobresaliente de sí mismos. Después de que los niños abren los ojos, comparte con ellos que ya tienen desde ese mismo momento un sobresaliente. En adelante solo tienen que comportarse como ese ser sobresaliente para conservarlo. Creo que nuestra única obligación en la vida es exactamente esta.

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