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El valor del trabajo

El valor del trabajo

 

Debemos juzgar el dinero de acuerdo con su verdadero valor ponderando
el fin por encima de los medios y prefiriendo lo bueno a lo útil

maestro John Maynard Keynes

 

Hoy escribiré sobre el trabajo, un ámbito de estudio, investigación y acompañamiento que suelo abordar con mis clientes. El futuro del trabajo es incierto pero las tendencias reales que observo a diario son sin embargo muy claras.

Sobre este particular versa uno de los ensayos que me encuentro escribiendo ahora en el marco de mi proyecto de investigación (ese ambicioso trabajo que es mi legado a este mundo que me tocó vivir y consta de 4 libros). En dicho ensayo no solo comparto una foto detallada de la historia del trabajo y la empresa, sino una crítica furibunda y argumentada de por qué necesitamos transformar profundamente el mal llamado pensamiento empresarial.

Este artículo es un breve aperitivo de todo ello y consta de 4 partes que espero que te inspiren:

  • El trabajo os hará libres
  • Marco teórico de estudio del trabajo
  • El valor del trabajo en nuestro tiempo
  • Caso práctico: Qué hacer para dignificar el trabajo

Comenzamos.

 

EL TRABAJO OS HARÁ LIBRES

Hace ahora casi 100 años que el maestro Keynes -al que considero el mayor economista del siglo XX- pronunció en la Universidad de Madrid las palabras que encabezan este artículo a modo de cita. Rondaba el año 1928 y tituló a su conferencia Las posibilidades económicas de nuestros nietos. En ella imaginó y describió el futuro que profetizaba que le esperaría a los jóvenes que vivieran 100 años después, en 2028. Queda poco para eso, apenas unos años. En dicha conferencia predijo que las personas se sentirían desligadas o desconectadas de la economía. También predijo que para entonces habríamos destrozado nuestro medio ambiente como resultado de una comprensión de la explotación, la producción y el consumo que causaría estragos irreversibles en el ambiente natural. El ensayo -insisto, hace 100 años- comenzaba de este modo: “Estamos sufriendo precisamente ahora un ataque inadecuado de pesimismo“. Lo decía por la cruda corriente de desmotivación que poblaba los mercados tras el desastre económico del año 1929. Pero tan solo 9 años después de esta conferencia estalló el mayor episodio histórico de violencia de la historia de la humanidad: la II Guerra Mundial, que trajo consigo la sistematización colectiva del Infierno de Dante a manos de los nazis, aquellas personas totalitarias inspiradas por ideas que hoy -incomprensible y estúpidamente- volvemos a encumbrar y dar espacio en las democracias europeas. La historia, dicen algunos, se repite.

A la entrada de los campos de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau, Gros-Rosen, Sachsenhausen; Neuengamme o Dachau figura una inscripción que todavía hoy puede verse como recordatorio de la mayor barbarie global perpetrada por la humanidad. Dicha inscripción reza ARBEIT MACHT FREI. Literalmente puede traducirse por “El trabajo os hará libres. Toda persona que entraba a un campo nazi o volvía a él tras realizar trabajos forzados podía leer esa inscripción tomada de una novela de Loren Diefenbach, autor nacionalista alemán del siglo XIX. Ante esa revelación continua, cualquier persona albergaba aún una esperanza movida por una falsa llamada al sacrificio, un afán continuo de supervivencia y la más cruel de las alusiones a esa creencia judeocristiana de que la cultura del esfuerzo todo lo puede.

El lema había sido copiado por el NSDAP (el partido nazi) del lema oficial de la anterior República de Weimar que combatió el desempleo alemán a base de generar grandes construcciones públicas que requerían ingentes masas de trabajadores y mano de obra. En algunos campos de exterminio, Heinrich Himmler añadió bajo la inscripción las siguientes palabras: “Hay un camino a la libertad. ¡Sus pilares son obediencia, laboriosidad, fidelidad, orden, limpieza, sobriedad, veracidad, sacrificio y amor a la patria!“.

En el campo de exterminio de Buchenwald la expresión ARBEIT MACHT FREI se cambió por JEDEM SAS SEINE, literalmente “A cada uno lo suyo” en clara referencia a la condición que por justicia nazi a cada persona le correspondía en este mundo, pero también un lema que sería igualmente aplicable a los adoradores del “Si quieres, puedes” o el “Si es pobre es porque no trabajó lo suficiente. La expresión JEDEM SAS SEINE había sido traducida al alemán del latín SUUM CUIQUE, empleado por la monarquía prusiana como recordatorio del lugar que cada persona merecía en la Tierra, incluida la posición de privilegio de la realeza.

A la enorme mayoría de personas que se adentraban en aquellos lugares de atrocidad y horror, lo que les esperaba era el trabajo que antecedía con suerte a una rápida muerte en cámaras de gas o a una lenta agonía por enfermedas y hambruna. La mayoría de ellos comenzaban creyendo que lo que hacían podría garantizarles la supervivencia, pero en realidad casi todos ellos murieron tras arduos, severos, inhumanos e ingentes esfuerzos. Es difícil imaginar algo más doloroso que trabajar cada día por algo que casi nunca llega. El maestro Victor Frankl, superviviente de uno de estos campos, enseñó a sus compañeros de campo que cualquier posibilidad de supervivencia jamás llegaría por el trabajo y tan solo llegaría por algo que nadie podía quitarles: la dignidad y la esperanza que cada uno se diera a sí mismo aún en medio de aquel infierno.

Desde la invención del trabajo en el Neolítico, nuestra comprensión del esfuerzo ha estado vinculada a la generación de sentido. Queremos creer que lo que hacemos sirve para algo. Trabajamos para “ganarnos la vida“, para “tener un sitio” o “encontrar nuestro lugar“. Al esforzarnos nos sentimos útiles. Nos levantamos cada mañana para acostarnos cada noche diciendo “Yo hago lo que puedo“. Pero ¿cómo lo hacemos? y más importante aún… ¿hacia dónde nos lleva como sociedad lo que cada uno hacemos y cómo lo estamos haciendo hoy?.

Veámoslo.

 

MARCO TEÓRICO DEL ESTUDIO DEL TRABAJO

Una estupenda, ligera y entretenida aproximación al lugar del trabajo en nuestras vidas a lo largo de la historia la ha hecho recientemente James Suzman en su libro Trabajo (2021). En ella se aborda la vinculación del sentimiento de culpa y la cultura del esfuerzo al mito bíblico del Edén, el jardín que todo lo provee, de cuya expulsión por influencia de la mujer, hizo que los descendientes de Adán y Eva tuvieran que “ganarse por sí mismos la vida“, relegando a la culpable de la expulsión -de acuerdo a este mito- a un lugar residual en el futuro sistema productivo. En realidad este mito no es exclusivo -nos recuerda Suzman- de las culturas abrahámicas. Todo mito de la creación, toda historia de un principio, lleva implícito un tiempo anterior donde ni quisqui trabajaba hasta que llegado un momento concreto, surge -como castigo o redención- la necesidad del trabajo. De eso a la muerte japonesa por trabajo (karoshi) distan solo unos pocos milenios en el curso de los cuales creamos la esclavitud sistemática que sostenía todos los imperios desde la Edad Antigua hasta la Edad Moderna. Por fortuna los grupos antikaroshi y las demandas de una mejor comprensión del trabajo prosperan a día de hoy aunque siguen siendo aún minoritarias.

Muchos autores han reflexionado ampliamente sobre el lugar que ocupa el trabajo en nuestras sociedades. Una estupenda retrospectiva histórica sobre el trabajo en España la coordinó Santiago Castillo bajo el título El trabajo a través de la historia (1996) donde decenas de autores dejaron por escrito la evolución del trabajo en el territorio español por medio de pequeños ensayos acerca de casos y realidades muy diversas. Miguel Ángel Muñoz Muñiz escribió en 1975 otro ensayo fascinante y riguroso sobre la Historia social del trabajo en EuropaLa mítica editorial Anthropos editó 2 libros de Enrique de la Garza en los que analiza bien las tesis de Offe, Richard Sennett, Zygmunt Bauman y Ulrich Bech sobre la transformación del trabajo en nuestros días con aportaciones interesantes acerca de la fragmentación de las identidades causada por trayectorias laborales discontinuas. Este fenómeno creciente propiciado por una competitividad endémica se sustenta sobre la volatilidad de las ocupaciones, lo efímero de la idea de “colaboraciones” esporádicas, la alienación social asociada y la creciente flexibilidad posfordista del mercado laboral que se decanta del lado de la progresiva precarización del empleado y no del mutuo beneficio de todos los actores (empleador y empleado).

Ni qué decir tiene que las reflexiones en torno a qué es el trabajo y cómo organizarlo han sido claves en los diferentes hitos históricos que se han sucedido en la Edad Moderna desde La riqueza de las naciones del maestro Adam Smith hasta El capital del maestro Karl Marx pasando por el nacimiento de la psicología profunda, las teorías del psicoanálisis de Freud, Adler y Jung, sin olvidar por supuesto la larga estela inspiradora que dejaron los padres de la Teoría Crítica formada en Viena. En definitiva todo lo que somos y hacemos hoy tiene que ver con el valor y el lugar que le damos al trabajo.

Verdaderas cabezas pensantes de la modernidad como Herbert Marcuse, Jurgen Habermas, Hans Georg Gadamer, Jean Baudrillard; Erich Fromm o Pierre Bourdieu han escrito ríos de tinta acerca del trabajo. El maestro John Maynard Keynes predijo el futuro desempleo asociado a la tecnología y la futura tendencia de reducción de jornadas laborales debida a la automatización del trabajo y el crecimiento poblacional. A Anthony Giddens le obsesiona todo lo que tenga que ver con el trabajo y mucho antes que ellos Max Weber dejó dichas muchas reflexiones que todavía hoy son actuales. No se entiende el trabajo sin entender el impacto que tuvieron 2 fenómenos que considero conectados: la emergencia de la fe en la escuela económica austriaca en la década de 1980 y la durísima crítica infértil y poco constructiva contra la modernidad que realizaron GIovani Vattimo y Jena Francois Lyotard en la misma década. Lo primero rompió el mercado económico hasta la fecha; lo segundo dejó sin una idea de verdad, ninguna certeza y una dispersión continua a las generaciones de jóvenes que se han sucedido desde entonces.

Los pensadores del star system actual (del tipo de Slavoj Zizec o Byung Chul Han) no han parado de hacer referencia al carácter esclavista o falto de ética en muchos aspectos que conlleva la comprensión actual del empleo. Una vez que los antiguos ilustrados dieron a Dios por muerto, después de que Nietzsche proclamara la muerte del hombre, en las últimas décadas también se ha declarado la muerte del trabajo. El autor más conocido que se ha unido a este fenómeno es Jeremy Rifkin (El fin del trabajo: nuevas tecnologías contra el trabajo, el nacimiento de una nueva era, 2010) aunque sin duda es el menos importante y tan solo es el último de una larga serie de pensadores que enunciaron el nacimiento del postrabajo, un modelo de relaciones en el que necesitaremos rediseñar los horarios laborales, las costumbres sociales y la redistribución de la riqueza. Todo apunta a que la cosa no será más justa. Los cambios que se han sucedido tras la pandemia apuntan a ello.

Mark Fisher ha escrito sobre al privatización del estrés, Remedios Zafra ha denominado expectativa cruel al sistema de injusticia sobre el que se asienta la producción cultural y cualquiera de los trabajos inmateriales en nuestro tiempo. La autora ha señalado que en nuestra sociedad del entusiasmo la precariedad y la gratuidad son los vehículos que sostienen en vilo el conjunto de cuerpos e intereses que luchan por la supervivencia continua. En este contexto la neutralización ética que favorece la inacción y la pérdida de derechos y libertades se produce de forma tácita entre personas o empleados que temen perder su fuente de ingresos porque -tal y como recuerdan desde hace décadas muchos directivos de banca a sus empleados- “hace mucho frío ahí fuera“.

 

EL VALOR DEL TRABAJO EN NUESTRO TIEMPO

Durante los últimos 20 años el mundo de los negocios se ha envilecido de una manera que sorprende. He vivido este proceso de precarización continua acompañando momentos de transición en empresas en las que se sinceraban los propietarios del negocio y los empleados. He acompañado muchos procesos dolorosos pero también he ayudado a mejorar la realidad diaria de mucha gente que había perdido la ilusión en un contexto de común desesperanza.

Por norma, el valor del trabajo a menudo queda a la altura del zapato y diferentes estrategias y tácticas -conscientes o inconscientes- han ayudado a precarizar un mercado laboral que por lo general atenta contra la dignidad de las personas. Si en el pasado reciente las ofertas de trabajo llevaban asociada una retribución exigua para todo aquel que empezaba a abrirse paso, durante estos años he observado en el mundo empresarial (clientes y conocidos) cómo esta tendencia se ha extendido a todo tipo de profesionales cualquiera que sea su formación, condición o ámbito de actividad.

Esto se nota especialmente en las políticas de retribuciones salariales a la baja que fomentan las grandes corporaciones en la actualidad. Un empleado que entra a trabajar en una gran empresa hoy suele tener por defecto peores condiciones laborales (salario base, pluses o beneficios añadidos) de las que tenía un empleado hace 20 años. Está ya generalizada la costumbre de aumentar los incentivos y recortar el salario cotizable y suele ser muy frecuente que el IRPF deducido en cada nómina mensual de un empleado por cuenta ajena sea mínimo de manera que se haya de regularizar la diferencia entre ese mínimo porcentaje deducido y el adecuado, mediante un pago posterior en la declaración anual que todo ciudadano debe realizar a la Hacienda pública. Estas y otras prácticas más lamentables son el pan nuestro de cada día y cualquiera que haya prestado servicios de acompañamiento empresarial o consultoría las conoce.

Se tiende además al empleo autónomo y la contratación de personas que trabajan por cuenta propia, de acuerdo a una inercia que no me parecería falta de ética si no llevara aparejada la reducción sustancial de las tarifas que los clientes finales llevan años realizando a los proveedores. No ayuda mucho que los frecuentes modismos barnizados de anglicismos chick presenten la miseria laboral como una tendencia trendie. En este sentido es fácil identificar que juegan a favor de toda esta inercia fenómenos sociales como la burbuja del emprendimiento, la cultura knowmad, el minimalismo mal entendido, la instrumentalización de la filosofía estoica para que aguantes lo que tienes, o la constante murga con alcanzar la felicidad en las empresas aunque te estén explotando. Se añade a esto la realidad de los falsos autónomos y una gran cantidad de pillerías y artimañas con las que continuamente tratamos de meternos un gol en propia puerta.

Muchas personas bien intencionadas tratan de suplir las carencias de inversión en formación o reciclaje que las empresas tienen para sus empleados, y algunas otras buscan algo que les ayude a cambiar su vida. En España existe un fondo con amplia dotación económica en forma de subvenciones del que toda empresa puede disfrutar de acuerdo al número de empleados en nómina. Pese a ello la formación y la innovación siguen ocupando un lugar cada vez más residual en los presupuestos económicos de las empresas. La idea es sencilla: producir más con menos. De modo que cuando a menudo se alcanza el techo de crecimiento, lo más frecuente es recortar en gastos.

 

CASO PRÁCTICO: QUÉ HACER PARA DIGNIFICAR EL TRABAJO

No creo en los discursos elevados de personas que no predican con el ejemplo. De modo que he decidido compartir un ejemplo de cómo en mi día a día trato humildemente de dignificar el trabajo y evitar la precarización constante del empleo que propiciamos a diario. Tengo miles de anécdotas, aquí comparto tan solo el ejemplo más próximo. Me ocurrió hace unos días y -al igual que siempre hago con todo lo relativo a mi actividad- conservaré el anonimato de la persona y la organización implicadas en esta anécdota.

Hace unos días contactó conmigo una persona muy amable a través de una red social. Me había conocido en una formación pasada que le había entusiasmado y quería que diera una breve charla en el marco de una iniciativa de innovación de la que formaba parte. Le solicité con la misma amabilidad con la que se dirigía a mí que me escribiera un correo electrónico indicando el tiempo del que dispondría, el presupuesto asociado y el público objetivo. Al escribirme igual de amablemente por correo electrónico se identificó como empleado de una gran empresa española, como miembro de un grupo de “embajadores” internos de innovación y respondió dándome los datos que le solicitaba e indicándome que no habría remuneración alguna.

Esta fue mi respuesta literal:

 

“Hola XXXXXX,

Gracias por contactar conmigo. He leído la propuesta con atención.

En primer lugar, te agradezco que trates de promover la innovación dentro de tu empresa. En segundo lugar, he deducido una serie de cosas de tu correo:

1) Eres empleado de ZZZZ. Lo deduzco porque tu correo está escrito desde el dominio de la empresa matriz MMMM vinculada a ZZZZ

2) Organizas algo para empleados de ZZZZ. Lo deduzco porque te has presentado amablemente como embajador de innovación de esa empresa y me comentas que publicitarías mi participación dentro de la organización teniendo como único público objetivo a compañeros de ZZZZ

3) Mi colaboración no estaría retribuida. No hay presupuesto asociado

Si lo anterior es cierto, además de animarte a seguir vinculado al mundo de la innovación conservando tu entusiasmo, permíteme compartir contigo 2 reflexiones:

El lugar de la innovación en la empresa. Desde hace años algunas organizaciones (por lo general grandes corporaciones) han tendido a desvincularse o renegar de uno u otro modo de su responsabilidad como empresas respecto a la formación y reciclaje de sus empleados. En este sentido ha sido frecuente que se reduzcan las tarifas de contratación de profesionales, o se reutilice deslealmente el contenido profesional de proveedores, o se adelgace o desaparezca el catálogo formativo, o se responsabilice por completo al propio empleado -por su cuenta y riesgo- de su formación. En esta inercia constante las empresas están situando a la innovación como un valor del que presumen pero que en absoluto facilitan o promueven. Este tipo de comportamientos que sitúan a la innovación en el ámbito del voluntarismo individual no me parecen éticamente admisibles. La empresa debe responsabilizarse de invertir económicamente en sus propios empleados. De otro modo hablamos de procesos de precarización laboral.

El valor del profesional de la innovación. Durante mis primeros años emprendiendo a veces algunas organizaciones me llamaban para colaborar puntualmente sin obtener ninguna remuneración económica bajo el pretexto de que su propia marca me daría prestigio o yo podría publicitarme. En este punto, confieso que los primeros 2 años por pura necesidad aceptaba dichos encargos. Con el tiempo tomé una decisión que mantengo. Acepto colaborar en estos términos con iniciativas sociales desinteresadas sin ánimo de lucro pero creo que toda colaboración con un negocio con actividad económica debe estar retribuida. Conozco bien la empresa de la que estamos hablando. ZZZZ es una de las mayores empresas privadas de España, cotiza en Bolsa, tiende rendimientos económicos y alrededor de 10.000 empleados contratados según fuentes oficiales.

Por todo lo anterior te agradezco la oferta y la rechazo. Me has comentado que otros compañeros han aceptado. No juzgo su elección, tan solo actúo de acuerdo a lo que considero ético.

Gracias de nuevo.

Un saludo”

 

¿Habría logrado algún futuro cliente en esa colaboración? Lo más seguro es que sí. Siempre suele pasar que a alguien le llama la atención lo que hago o explico. Pero la pregunta no es esa. De veras que no. Es importante señalar que no trato de culpabilizar a nadie. Con mi ejemplo tan solo trato de fomentar una actitud responsable. Creo que esto que hago se llama comportamiento ético. Se distingue muy bien mediante una pregunta sencilla: ¿Lo que estoy haciendo facilitará que alguien que venga después de mí sea tratado justamente?

Entiendo que muchas personas no puedan permitirse formular este pregunta por diferentes necesidades adquiridas, por otras prioridades personales o por una visión diferente de las cosas. En mi caso trato de ser fiel a comportamientos como este en todo momento porque creo que este tipo de actos dignifica el trabajo y hace reflexionar a las personas con las que hablo sobre aquello que estamos destruyendo: EL VALOR DEL TRABAJO.

No solo se trata de renunciar a colaboraciones injustas con uno mismo, también se trata de intentar que posibles ofertas de colaboración poco éticas sean mínimamente decentes para todos los implicados. No pido más. Cuando veo este tipo de abusos trato de no reproducirlos con ninguno de mis colaboradores. Toda persona que trabaja conmigo es justamente remunerada en función de los ingresos y todo cliente que me contrata debe aceptar que contrata algo valioso y que cada uno merece lo que es -como decía aquel lema prusiano- pero todos sin excepción merecemos lo digno.

Espero que este artículo te haya parecido interesante.

 

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El modelo 4,7,12 de cambio cultural

El modelo 4,7,12 de cambio cultural


 

“No es el peso de las cosas lo que las hace insoportables, sino la cantidad de tiempo que sostenemos esas cosas. Medio quilo de arroz sostenido durante un minuto se convierte en una insoportable tonelada cuando se sostiene una semana.”

Famoso argumento en favor del constructivismo

 

En este breve artículo repasaré niveles, fuerzas y resistencias del cambio cultural en las organizaciones a partir de la aproximación reveladora de un compañero y maestro en esto del cambio.

Día a día compruebo cómo es realmente evidente lo complicada que resulta mi vocación. Algunos de mis amigos no se cansan de recordármelo y yo tampoco me canso de insistir en que nací en gran medida para ser paciente. Y aunque me entreno, medito e ilustro en la práctica de la compasión y el amor a diario, procuro recordar que tal y como decía el maestro Albert Camus, “Si en la vida solo bastase con amar, todo sería muy sencillo“. Precisamente por ello he creído conveniente hacer un brevísimo repaso, apenas un esbozo, de la cantidad de factores que influyen y debemos atender en todo acompañamiento al cambio cultural dentro de una organización. No se me ha ocurrido nada mejor que rescatar un modelo de otro compañero. Lo hago con gusto porque encuentro placer en parecer brillante rindiendo honores y partiendo del trabajo de alguien que ya ha lo ha sido antes. Comenzamos.

El modelo al que yo denomino 4,7,12 es probablemente junto al modelo COP del maestro Fred Luthans, uno de mis marcos de comprensión favoritos en cambio organizacional. En 2012 salía a la venta la 7ª edición del fantástico libro Organizational Theory, Design, and Change del maestro Gareth Jones. Este libro, aunque viejuno en muchas concepciones, ejemplos y aproximaciones al comportamiento organizacional, es para mí a estas alturas un buen clásico sobre la teoría organizacional genialmente concebido y estructurado. Es obligado señalar que en las conclusiones de Jones resuenan mucho algunas ideas brillantes ya formuladas por los padres fundadores del comportamiento organizacional como Rosabeth Moss Kanter, Argyris, Putnam, Greiner o Likert.
 
4 NIVELES

El caso es que Gareth Jones planteaba entonces que en todo proyecto de cambio cultural existen 4 posibles niveles interdependientes de cambio:

  • Recursos humanos o cualquiera de los nombres molones que queramos inventar. Esto se traduce en formación, capacitación y desarrollo de habilidades; sociabilización de la plantilla para generar nuevas rutinas de convivencia; cambio de normas y valores para motivar una fuerza de trabajo comprometida y real; análisis de los sistemas de recompensa y gestión; y cambios en la composición del modelo y/o equipo/s de gobierno de la organización.
  • Recursos funcionales. Esta inversión se traduce en cambios en la estructura de funcionamiento (departamentos, equipos, modelos de trabajo) que tienen por objeto dejar de poner el foco en el dolor persistente y comenzar a invertir recursos y atención en funciones de la organización que resulten provechosas para todos.
  • Competencias tecnológicas: La renovación constante de herramientas no es el objetivo; más bien se trata de utilizar la tecnología con criterio. Resulta clave en esta tarea reinventarse con cabeza para conservar el posicionamiento sin incurrir en la ansiedad de la novolatría en la que actualmente estamos inmersos.
  • Competencias organizacionales: Conocer y manejar una perspectiva sistémica con una mirada integradora y amplia de la organización es -cada vez lo noto más en mis clientes- una clave vital para alcanzar cierto grado de estabilidad y confiabilidad interna. En aquellas organizaciones en las que los empleados no son colaboradores ni compañeros, la agonía suele ser larga y dolorosa. Sin embargo -y empleando el lenguaje del paradigma de empresa consciente de mi compañero Koffman- es frecuente hallar éxito en el cambio cultural en aquellas organizaciones en las que las personas no solo cumplen con su TAREA-IMPERSONAL-ELLO, sino que también piensan en clave RELACIONES-INTERPERSONAL-NOSOTROS gracias a que la organización permite el desarrollo del INDIVIDUO como PERSONAL desde su YO.

 

7 FUERZAS DE CAMBIO

Expuestos estos 4 niveles de cambio, el maestro Jones destacaba además 7 fuerzas para el cambio que se encuentran en el ambiente y que afectan a todo proceso de cambio. En concreto destacaba que a menudo los equipos directivos actúan con excesiva lentitud ante las fuerzas competitivas, económicas, políticas, globales, demográficas, sociales y éticas que continuamente se actualizan y renuevan.

Tengo ejemplos de todas ellas en cada uno de mis clientes y aunque lamento no poder compartirlos porque me debo a la confidencialidad y la confianza de las personas a las que sirvo, sí diré que solemos errar en alguna medida en todas ellas pero el error más frecuente es obsesionarse con tener una ventaja competitiva ignorando el resto de las otras fuerzas. Hace poco hablaba con mi compañera Alicia Barco sobre la constante tendencia a que el hecho de que un cliente se centre en ver con claridad un solo árbol le impida a menudo ver el bosque.
 
12 RESISTENCIAS DE CAMBIO

Por extensión, el maestro Jones nos regala esta reflexión: Siempre durante el cambio cultural surgirán 12 posibles resistencias que deberemos atender:

  • Resistencias a nivel organizacional: Estructura, cultura y estrategia. Casi siempre al acompañar el cambio, los profesionales nos olvidamos de alguna de estas tres, pero es necesario que las tres estén alineadas. Son tres cosas bien diferentes que se sirven entre sí.
  • Resistencias a nivel funcional: Diferencias en la orientación y poder y conflicto. Todo el mundo ve el problema desde su problema, lo que implica que nadie entiende el problema. Grábate, lector o lectora, esta frase y recuérdala siempre porque siempre es así. Esto fenómeno conocido en psicología visión de túnel según Jones aumenta la inercia organizacional. Cuando los diferentes equipos o departamentos creen ver el problema en el otro, todavía queda mucho por hacer. Respecto al poder y conflicto vivo frecuentemente cómo el hecho de apostar por unas actitudes, funciones y compromisos implica que unas personas o departamentos entren en juego y otras salgan de él de uno u otro modo, y esto genera fricciones que debemos ponderar a diario.
  • Resistencias a nivel grupal: Normas, cohesión y pensamiento de grupo. Incluso los nuevos modelos de gobernanza organizacional insisten en la existencia de normas compartidas. El ser humano no puede guiarse sin referencias comunes ni reglas. Por añadido, es un hecho que muy a menudo en las organizaciones 70 personas pensando a la vez son más imbéciles y capaces de tomar peores decisiones que una sola persona haciéndolo. Este patrón deficiente denominado pensamiento de grupo está asociado a grupos muy cohesionados donde el grupo resta importancia a la información negativa o incluso la ignora por completo tomando decisiones incoherentes o suicidas. De este modo tenemos que encontrar un difícil equilibrio porque cierta cohesión favorece el desempeño, pero mucha cohesión lo anula y hace que el grupo sea perezoso y cambie lento.
  • Resistencias a nivel individual: Sesgos cognitivos, incertidumbre e inseguridad, percepción y retención selectivas y hábitos adquiridos. En esta familia de resistencias todas las organizaciones que he acompañado suelen hacer un pleno al 15, es decir, las tienen todas. Esto sucede porque las organizaciones son conjuntos de personas y las personas tenemos conductas y comportamientos similares y fácilmente contagiosos. En este sentido nada me ha ayudado más que familiarizarme con grandes escuelas de vida, estilos y prácticas de acompañamiento y escuelas de terapia y psicología en las que he ampliado horizontes.

Si bien el discurso y el análisis posterior de Jones ha sido en parte evolucionado por otros compañeros durante estos años, defiendo que nada de los niveles, fuerzas y resistencias que acabo de enunciar son ahora diferentes y que, por consiguiente, es muy útil tener en mente este modelo 4,7,12 de cara al acompañamiento de organizaciones.

Como último apunte me gustaría señalar que el hecho de atender a todos estos elementos, no significa responsabilizarnos en exclusiva de ellos como profesionales del acompañamiento sino poner en su justo lugar y proporción la responsabilidad de cada persona en todo esto. Solo así, en mi experiencia, son posibles cambios duraderos y significativos.

Espero que este artículo te haya resultado interesante. Si es así, no dudes en compartirlo 😉

 
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TRAINING DAYS Academy continúa creciendo y habrá a partir de Septiembre ediciones en Madrid y Girona. Está ya muy avanzada la edición de la edición internacional para América Latina en la que están participando personas de 9 países diferentes. Puedes consultar detalles en la web de convocatorias.

 

Por qué necesitamos medir el éxito de forma diferente

Por qué necesitamos medir el éxito de forma diferente


 

“La historia del miedo a lo largo de los siglos muestra que algunos han conseguido, a veces, liberarse de él de dos maneras. La primera, con la ayuda del mismo miedo, escapando de un miedo a otro en el que haya más esperanza. La segunda, recurriendo a la curiosidad por algo totalmente diferente que borra temporalmente la conciencia de peligro”

maestro Theodor Zeldin, Historia íntima de la Humanidad, p.189

 

Hoy compartiré contigo, lector o lectora, una pequeña reflexión sobre el momento actual de las organizaciones y la creciente tendencia a buscar entornos más saludables de trabajo con más o menos suerte en la consecución de este objetivo. Espero de veras que te resulte útil. Esto es lo que trataré de exponer en este artículo:

Creo que en la actual búsqueda de nuevos entornos de trabajo más humanos, la mayor parte del tiempo no estamos modificando algo que considero básico para sentirnos satisfechos. Hablo de medir nuestro éxito de forma diferente, de complementar los indicadores economicistas con indicadores mucho más tangibles e inmediatos a nivel humano.

El momento que vivimos actualmente en las empresas es fantástico por cuanto estamos reinventando las relaciones laborales en una gran cantidad de aspectos y matices que enriquecen nuestra experiencia con cada año que pasa. Soy de esas personas que contribuye con su trabajo a este cambio humanizador y esto me anima a compartir una breve explicación de donde estábamos y hacia donde vamos.

Hablaré en torno a estos apartados:

  • Indicadores clave del management científico
  • Alimentando la bestia del consumo
  • El mito del cerebro descontrolado e insaciable
  • Cómo revertir la tendencia a la insatisfacción

Comenzamos.

Durante años he observado el comportamiento humano en entornos laborales desde una u otra perspectiva. En todas las empresas que he conocido -sin excepción- he observado con mucha mayor frecuencia momentos de ansiedad, depresión, estrés, prisa y falta de atención a las cosas importantes (uno mismo, su entorno inmediato, la vida) que momentos de gozo, alegría, celebración y disfrute. Esta pauta la he vivido una y otra vez. Personas “que no llegan”, “que no dan”, “que no pueden” con los objetivos, con los retos, con lo que sea… ¿Por qué ocurre esto?
 

INDICADORES CLAVE DEL MANAGEMENT CIENTÍFICO

Cuando la ciencia universalizó gradualmente una sociedad, una sanidad y una educación para todos parecía apagarse la oscuridad de tiempos pretéritos en los que el mito y la superstición generaban enormes desigualdades. Con el progreso traído por la ciencia, nació el concepto de empresa y desde el inicio todas las empresas compraron dos discursos: EFICIENCIA y COMPETITIVIDAD.

Parecían dos palabras infinitas: siempre se puede ser más competitivo y siempre se puede ser más eficiente, nos decíamos. En la actualidad prácticamente todos los indicadores de éxito en el mundo empresarial miden el rendimiento, la productividad, la rentabilidad económica, y no miden nada que tenga que ver con el sentido de la vida, sea el que sea siempre y cuando no sea solamente trabajar.

Para esta mentalidad descansar es un pecado y estar ocioso o actuar lento y con atención al detalle es sencillamente “poco eficiente” o “nada rentable”.
 

ALIMENTANDO LA BESTIA DEL CONSUMO

Añadido a esto el marketing se ha dedicado de forma voraz durante ya casi más de un siglo a entrar y meterse en nuestra vida, a saberlo todo de nosotros y a invertir cientos de miles de millones de dólares en generar insatisfacción y ganas de querer más a la gente. De nuevo sin límite, sin medida. Consumimos porque nos convencemos de necesitar algo. Aquí no me canso de recordar que “otro marketing es posible”.

Detecto por todo esto una sensación de hastío generalizada y uniforme. Durante los últimos años veo con mayor frecuencia muchos más titulares y entrevistas, libros y personas que hablan de que se encuentran insatisfechas, sin rumbo, saturadas, en una especie de fenómeno global de indignación constante. A los seres humanos parece como si haber creado la sociedad más justa y tecnológicamente avanzada de la Historia, no nos bastara o al menos no fuera suficiente.

Es de locos, todo el mundo va con prisas, nadie tiene tiempo, aparentemente las cosas cada vez son más confusas. Vivimos más años pero parece que lo haremos con menos calidad. Parecemos postergar la felicidad sin dilación y con inquietante fe en el futuro. Pero el futuro nunca llega.
 

EL MITO DEL CEREBRO DESCONTROLADO E INSACIABLE

Hace ya 11 años un psicólogo llamado John Naish publicó un libro que se llamaba “¡Basta!: cómo dejar de desear siempre algo más” (lo publicó en castellano la editorial Temas de Hoy) En él sostenía que el cerebro humano ha sido programado durante millones de años para sobrevivir, para vivir en entornos de escasez y no de abundancia, para buscar y querer más porque durante varios millones de años nuestro cerebro programado para la supervivencia siempre necesitaba más (comida, abrigo, refugio,…) Pero sin embargo en la actualidad, desde hace no más de un par de siglos en el mejor de los casos, nuestro cerebro vive en un entorno de abundancia en el que a priori no necesitaría buscar más. Muchas nuevas teorías sobre la abundancia y el minimalismo desarrollan hoy -más que nunca en Occidente- este nuevo paradigma.

En sesión suelo recordar que tenemos la mejor máquina de supervivencia de la historia de la evolución pero tal vez una de las peores máquinas de convivencia jamás desarrolladas. Somos al mismo tiempo la única especie capaz de mostrar compasión y la única especie que mata sin necesitar biológicamente hacerlo.

Estar programado para la insatisfacción tiene un lado positivo: nuestra curiosidad nos ha aportado grandes descubrimientos. Hemos descifrado la cadena de ADN, pisado la Luna, comenzamos a comprender la evolución del universo, creamos sociedades estables y sostenibles en el tiempo, viajamos a cientos de kilómetros hora recorriendo en un solo día las mismas distancias que nuestros antepasados recorrieron a lo largo de más de 2500 generaciones.

Pero también tiene un lado negativo: querer más todo el tiempo no resulta sostenible. Nuestro cuerpo tiene un límite, los grupos humanos en los que vivimos también lo tienen y el planeta nos alerta a diario del suyo.
 

CÓMO REVERTIR LA TENDENCIA A LA INSATISFACCIÓN

Creo que la clave para cambiar esta tendencia es el cambio progresivo de mentalidad y la práctica del autocontrol sobre nuestros pensamientos. Yo lo llamo conquistar la tranquilidad de espíritu y es gran parte de la base de mi trabajo con clientes. Aunque ya he escrito otras veces sobre cómo cambian las personas, esta vez compartiré contigo una fórmula para revertir esta tendencia con mucha paciencia, compromiso y voluntad:

Deja de medir tu satisfacción con indicadores que nunca te la han garantizado. Renuncia al crecimiento ilimitado, solo somos seres vivos limitados y no podemos por naturaleza crear nada infinito. Cualquier voluntad del ser humano por querer crear algo infinito solo garantiza sufrimiento. Crea nuevos indicadores que hagan sostenible tu entorno de trabajo sin necesitar que otros sufran para ello. El equilibrio entre economía (mercado) y ecología (entorno de vida) es posible, no tengo duda.

Cualquier acto implica conflicto o dolor, tu única responsabilidad es minimizarlo. En tí y en otros.

A todos aquellos que sostienen que debemos elegir entre empresas o economías competitivas que generan riqueza y empresas o economías deficitarias que generan pobreza… solo puedo decirles esto con cariño: Cambien sus indicadores ya. Modifiquen sus indicadores sobre qué es riqueza y qué es pobreza. Por el bien de todos, incluso por el suyo.

Los entornos de trabajo humanos y equilibrados son posibles a partir de un margen de rentabilidad concreto que suele ser frecuentemente bajo en comparación con los objetivos anuales de la mayoría de las empresas. Una vez que una organización logra esta rentabilidad básica (sostenibilidad económica), creo que es posible diseñar y pensar nuevos indicadores de éxito más humanos y basados en la calidad de vida de todos los actores: colaboradores, clientes y proveedores de servicios. Más allá de la máxima incierta y nada deseable que proclama que si no trabajas para vivir, solo vives para trabajar; creo que en nuestro tiempo vida y trabajo van de la mano y abogo más -como Judy Wajcman, Andre Köhler y David Graeber- por entornos de desempeño donde seamos capaces de sentirnos vivos, esto es, útiles, realizados y respetados como personas.
 

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Tengo el gran placer de anunciarte que ya está abierta en modo de pruebas la web de TRAINING DAYS Academy, un sueño hecho realidad detrás del que llevaba mucho tiempo… 

Con este proyecto quiero hacer accesible el conocimiento y la sabiduría milenaria a miles de personas a través de una formación humanista, práctica e integral que les ayude a mejorar su realidad más inmediata. Aquí tienes el enlace para conocer el programa y los 14 talleres iniciales Espero que te guste la idea.

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Dentro de poco aparecerá una entrevista que realicé para la plataforma hotmart de Mundo Performance:

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Además si necesitas apoyo o acompañamiento en tu proceso de cambio consulta nuestro catálogo de servicios de acompañamiento al cambio y formación y solicita más información a david.criado@vorpalina.com

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La mujer en la empresa y el techo de cristal

La mujer en la empresa y el techo de cristal


 

“Los padres saben que sus hijas son tan listas como sus hijos. Los hermanos saben que sus hermanas son tan inteligentes como ellos.”

Vigdís Finnbogadóttir, ex-presidenta de Islandia, primera mujer elegida jefa de gobierno

 
 
Pretendo hoy compartir contigo, lector o lectora, una realidad acuciante en el mundo empresarial y por desgracia no por ello más atendida desde un punto de vista cultural y estratégico. Se trata de la ausencia constante de mujeres directivas que lideren los nuevos entornos, realidades y retos en las organizaciones.

Quiero analizar junto a tí algunos datos y hechos para que conozcas la realidad y también quiero, más humildemente, realizar algunas propuestas de mejora que considero que deben ser impulsadas a tres niveles en una necesaria revolución silenciosa que dote a las personas sin distinción de género del reconocimiento y lugar que se merecen. Como hombre siento que tenía una deuda pendiente en la red con todos aquellos profesionales que día a día luchan de forma honesta y decidida por conquistar este reconocimiento. Sirva este texto para elevar la voz y poner sobre la mesa uno de los grandes retos de cualquiera de los cambios culturales que acompaño en las organizaciones.

He dividido el artículo en los siguientes apartados:

  • Datos sobre la presencia de la mujer en puestos directivos
  • ¿Por qué favorecer el acceso de mujeres capacitadas a puestos directivos?
  • El papel limitado de las leyes para mejorar esta realidad
  • Propuestas concretas para romper el techo de cristal

Comenzamos.

 

DATOS SOBRE LA PRESENCIA DE LA MUJER EN PUESTOS DIRECTIVOS

En la última edición del Foro Económico Mundial de Davos, celebrado a comienzos de 2019, se compartieron datos interesantes sobre el avance de 125 países del mundo en una amplia variedad de materias. En el 6º informe GTCI España continuaba bien posicionada en el mundo respecto a algunos indicadores globales y a la vez a la cola de otros. En el ranking de países analizados ocupamos el puesto 31 entre esos 125. En el índice de competitividad de talento Madrid ocupa el puesto 23, Bilbao el puesto 44, Barcelona el 49 y Zaragoza el 54 de entre 114 ciudades analizadas.

  • A LA CABEZA: Entre los indicadores más positivos España destaca en los ámbitos sociales y de servicio público (estructura de país, convivencia social, alfabetización, servicios de atención,…) y en aspectos de competitividad a nivel internacional (medio ambiente y mercado). Nos queda recorrido de mejora en todos ellos pero podríamos decir que hemos aprobado con nota y que comparativamente incluso estamos a la cabeza en todos ellos.
  • APROBADOS: Entre los indicadores que aprobamos con dificultad España necesita mejorar en el ámbito educativo pero sobre todo el modelo laboral, claramente insostenible a largo plazo. Nos cuesta llegar al aprobado en nuestra rentabilidad educativa, es decir formamos a personas que no tienen sitio en un mercado laboral descompensado o que están sobretituladas -que no sobrecualificadas-  para la arena laboral a la que se enfrentan. También nos cuesta aprobar en las relaciones trabajador-empresa muy condicionadas éstas por tres aspectos: El frentismo entre roles polarizados (empresa-empleados); la ausencia de un impulso coordinado de la iniciativa emprendedora que genera desigualdades geográficas; y la falta de una estrategia de fomento y desarrollo del talento capacitado que se base en premiar la cultura del esfuerzo (lo que genera fuga de cerebros y baja competitividad interna).
  • SUSPENSOS: Entre los peores indicadores de España se encuentran una ineficiente relación entre salarios y productividad y una ineficaz burocracia de contratación. Sin embargo quiero hoy destacar especialmente un indicador que es sangrante: la falta de oportunidad real de las mujeres para convertirse en directivas. En este indicador España ocupa el puesto 112 de 125 países evaluados. Si bien el gobierno es consciente de esta enorme lacra para el crecimiento y la sostenibilidad de nuestras organizaciones y está tomando algunas tímidas medidas para incentivar el acceso de mujeres a los consejos de administración, no existe una estrategia definida a nivel nacional que sea integradora y con visión a largo plazo al efecto de dar a las mujeres su lugar en el liderazgo de nuestras organizaciones. Permítanme mencionar la labor impulsora, divulgadora y formadora de Silvia García-Castaño y su equipo a través de Ejecutiv@s y Consejer@s en la demanda y empoderamiento del acceso de la mujer a puestos de alta dirección. Y más desde la base destaco dos ejemplos valientes: la labor de generación de diálogo y debate del colectivo Doce Miradas ; y la existencia de iniciativas algo más puntuales aunque constantes y necesarias como Gira Mujeres facilitada por mis compañeros de almanatura.

 

 

En el índice Fortune 500 de empresas más cotizadas las mujeres solo ocupan el 3% de los asientos directivos. Sus salarios también varían significativamente en el caso de mujeres CEO en Europa, no así en EEUU donde dichos salarios directivos suelen estar igualados.

El informe Women matter: a way forward for Spain señala que la presencia de la mujer continúa efectivamente siendo residual en las estructuras corporativas en España:
 


 

En el marco de las Sociedad Anónimas o grandes compañías el mismo informe señala que  la presencia de la mujer se reduce a medida que ascendemos en la cadena de toma de decisiones tal y como muestra este gráfico:
 

 

¿POR QUÉ FAVORECER EL ACCESO DE MUJERES CAPACITADAS A PUESTOS DIRECTIVOS?

En realidad no se trata de que mujeres capacitadas accedan a puestos directivos, se trata de que personas capacitadas -con independencia de su género- accedan a puestos directivos. Hecha esta puntualización, en términos estratégicos favorecer el acceso a puestos directivos a las mujeres tiene una ventaja clara: BCG señala que las compañías con más diversidad son más innovadoras. Pero además este mismo informe señala que aquellas organizaciones cuya presencia femenina en los órganos de gobierno es mayor, son también más innovadoras y rentables.
 


 

Desde el punto de vista de la rentabilidad económica, la decisión también es acertada. El European Institute for Gender Equality (EIGE) señala que aumentar la igualdad laboral permitiría crear 10,5 millones de puestos de trabajo adicionales para 2050 aumentando el PIB europeo entre un 4-10%.

En último lugar atendiendo al componente social, el acceso de la mujer a puestos directivos responde a una necesidad evolutiva de las organizaciones. Existe una potencial fuerza ejecutiva que actualmente es fuerza de producción y que nos está pidiendo paso. No se trata de personas que no están cualificadas, se trata de personas que demandan nuevos espacios de participación. Incluso en la formulación de los nuevos modelos de empresa más orgánicos, vivos y horizontales echo en falta un empuje decidido e integrador de mis compañeros agentes de cambio a la hora de hablar del papel de la mujer. Si queremos realmente cambiar a un paradigma de bienestar y abundancia, el acceso de mujeres a puestos directivos sigue siendo clave.

 

EL PAPEL LIMITADO DE LAS LEYES PARA MEJORAR ESTA REALIDAD

En mi opinión la solución a este reto no partirá de nuestros representantes legítimos si no existe antes un cambio en el modelo de gestión del talento de la empresa. Gobierno y administraciones no han estado capacitados para liderar este cambio a la largo de la historia. En realidad es bienvenida la reducción del 10% del impuesto de sociedades sobre la retribución de nuevas consejeras, pero no deja de ser un nuevo parche que se aprueba para paliar la inexistencia de un pacto de Estado que favorezca la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres en el tejido empresarial.

Esto ocurre porque en éste, como en otros ámbitos, no existe una visión a largo plazo más allá de la fabricación continua de titulares y debates que capten la atención dispersa de un electorado cada vez más cambiante. Desde el punto de vista político en mi opinión la sociedad española todavía no está lo suficientemente madura como para disponer, elegir y exigir una clase política con visión de futuro que sea capaz de lograr un pacto de Estado sobre esta cuestión más allá de la partitocracia.

Tres argumentos me hacen pensar esto a diario y juegan contra la igualdad de oportunidades directivas de las mujeres:

  • Argumento del nulo interés por la mejora educativa: Si aceptamos como cierto que el sistema educativo actual ha sido promovido y sistemáticamente alimentado a través de leyes y decretos, y que este mismo sistema se ha basado en educar personas diligentes y no personas con perspectiva y con criterio, será muy complicado que las mismas personas que siguen fomentando esta realidad puedan ser efectivas logrando el acceso de las mujeres a los órganos de decisión de las organizaciones. Aún teniendo acceso universal y obligatorio a la educación, estamos muy lejos aún de lograr un sistema educativo integral público de calidad en todos los estadios educativos que sea proactivo y no responsivo; que valore el sentido del esfuerzo y fomente el sentido de la responsabilidad individual por encima de los intereses volubles de mercados y empresas; que promueva la excelencia docente y el pensamiento crítico; que no necesite externalizar la responsabilidad de educar a sus ciudadanos; que tenga un diálogo continuo y honesto con el mundo empresarial en igualdad de roles y condiciones. Es evidente que la conquista de la igualdad de oportunidades directiva necesita una mejor educación en perspectiva; pero también es evidente que esta educación no será voluntariamente promovida por la clase política dirigente.
  • Argumento del conflicto de intereses político-empresarial: No es necesario que comparta aquí ninguna noticia relativa a los intereses y vínculos naturales que existen entre política y empresa. Estos vínculos, bien regulados, a mi modo de ver son un indicador de salud democrática y progreso siempre y cuando no entren en conflicto de intereses. El problema de cara a la igualdad de la oportunidad directiva de las mujeres es que en la naturaleza de un Estado democrático que se enmarca en una sociedad de mercado se encuentra el hecho de que las empresas empleadoras presionan a los partidos políticos para que legislen de tal forma que su status quo no quede afectado. Y dentro de este status quo se encuentra la aceptación implícita e inconsciente de un orden directivo eminentemente masculino. En otras palabras si los políticos desean continuar siéndolo, a menudo encuentran necesario perpetuar esta realidad que al fin y al cabo les favorece.

 

PROPUESTAS CONCRETAS PARA ROMPER EL TECHO DE CRISTAL

Existe un techo de cristal para las mujeres. Llegado a un determinado nivel de la organización lo tienen complicado para continuar ascendiendo. La Ley de Igualdad aprobada en 2007 ha sido insuficiente y solo el 12,28% de grandes compañías cuenta con mujeres en consejos de administración, según D&G el 66% de empresas de todo tipo no tiene una sola mujer líder. Es importante recordar que el incumplimiento de la Ley de igualdad no conlleva ningún tipo de sanción, algo que de por sí apoya las tesis que he defendido en el tercer argumento del apartado anterior de este mismo artículo.

El espacio directivo sigue estando ocupado por una mayoría de hombres que dirigen y lideran en soledad. ¿Cómo mejorar la oportunidad de las mujeres para acceder a puestos directivos? Más allá de que nos acordemos de todo esto cuando toca el Día de la Mujer, es necesario avanzar en este sentido.

Tal y como hace poco mi compañera y agente de cambio Maider Gorostidi me recordaba, en esto de la conquista de la equidad -como en todas las cosas- conviene formarse y comenzar a hablar desde el conocimiento. Ella misma me daba la referencia del trabajo de Natalia Navarro como primer puntero para indagar en un enfoque fundada y respetable de la equidad organizacional. En mi caso me acerco a las posibles soluciones desde la humildad y con ganas de aprender del trabajo ya realizado.

No he querido sin embargo acabar este artículo sin compartir varias propuestas que realizo desde mi experiencia en organizaciones y a partir de conclusiones e ideas de la socióloga -y actual Secretaria de Estado de Igualdad- Soledad Murillo  extraídas de sus diferentes estudios sociológicos. He querido extraer mis ideas de sus estudios para demostrar que es posible este cambio incluso desde las mismas ideas de aquellas mujeres que acceden a gobernar personas. Todas las ideas que comparto en adelante no son ya datos o hechos sino opiniones y propuestas personales:

 
UN APUNTE NECESARIO
Tradicionalmente se suele responsabilizar a las mujeres de la conquista de la equidad, dando por hecho que son ellas las que tienen que conquistar su lugar en las estructuras societarias y de gobierno de las organizaciones. En mi opinión esta perspectiva es errónea e incompleta. Creo que más allá del buenismo y la declaración de buenas intenciones todos tenemos que remar en esta dirección y que por ello existen diferentes ámbitos de acción simultáneos. De hecho considero que la vía más práctica para la conquista de esta equidad es que aquellos que ostentan el poder acceden a un pensamiento integral del ser humano más allá del género y sean capaces de comprender que el bienestar individual solo se logra a través del bienestar social y de una mirada en colectivo (equipo, familia, sociedad). Uno de los pasos más importantes y necesarios no depende por tanto, en mi opinión, tanto de la mujer como del hombre, y trascendiendo el género, de los actos de todas las personas. A partir de aquí veo tres ámbitos de desarrollo en las organizaciones:

 
ÁMBITO INDIVIDUAL:

  • De la INVISIBILIDAD a la VISIBILIDAD. Me atrevería a decir que la discriminación es tan inconsciente que cada vez que seamos conscientes de ella, sin dramas y sin violencia, deberíamos hacer algo para corregirla. Si quieres mejorar la equidad de las organizaciones y contribuir a romper el techo de cristal, tengo dos propuestas inmediatas y diferenciadas si eres hombre o mujer. Si eres hombre, infórmate y lee sobre el desarrollo de la equidad y permanece atento a posibles oportunidades para practicar esta equidad. Entre estas oportunidades inmediatas se encuentra el uso no patriarcal del lenguaje que utilizamos (debemos evolucionar nuestro lenguaje, y me incluyo) tanto hombres como mujeres (pero sobre todo hombres en mi experiencia). Si eres mujer fórmate de manera intensiva sobre el tema, lee mucho, pero sobre todo ten voz, crea y comparte conocimiento con el mundo de forma regular y decidida. Exceptuando la literatura juvenil en la que sigue dominando la mujer, necesitamos visibilizar una mayor presencia de mujeres escritoras en el mundo editorial y del conocimiento. Y más en concreto necesitamos de tí, si eres mujer, que escribas libros de empresa, liderazgo o todo aquello de lo creas estar capacitada para hablar. A día de hoy resulta muy difícil encontrar autoras femeninas en las estanterías físicas o digitales de las librerías de empresa, management o gestión de personas. Se que es complicado editar un libro, y también se que te resultará difícil pero por favor escribe y haz públicos tus pensamientos, lucha por hacerlo.Cuando no existe visión ni perspectiva femenina en el conocimiento de empresa es muy difícil que cambie la empresa.
  • De la IGUALDAD TOTAL a la EQUIDAD IGUALITARIA DE MÉRITOS. Más meritocracia sin distinción de género, menos igualdad de género “porque sí”. Tanto si eres hombre como si eres mujer comprométete a luchar solo por la igualdad de oportunidad directiva de las mujeres con talento para serlo, no de aquellas que no deberían serlo. Existe una gran cantidad de directivos y directivas completamente mediocres o incapaces. Contra ellos los agentes de cambio que trabajamos en el ámbito empresarial ya libramos nuestra propia guerra. La mediocridad no entiende de género. La equidad no es igualdad de oportunidades directivas para hombre y mujeres, sino igualdad de oportunidades para personas que estén capacitadas para ejecutivas y que se hayan entrenado y trabajado para serlo. En este sentido los modelos por cuotas para romper el techo de cristal -entre ellos el italiano- pueden ser interesantes siempre que recuerden este criterio y no pierdan la perspectiva del mérito.

 
ÁMBITO EMPRESARIAL:

  • De la CONCILIACIÓN a la CORRESPONSABILIDAD. Lucha para convertir las aportaciones informales en aportaciones formales a través de una estrategia de corresponsabilidad integral (hombre-mujer e individuo-empresa). Esto pasa por superar las viejas fronteras entre trabajado remunerado y doméstico. El Instituto de la Mujer habla de corresponsabilidad. La invisibilidad de lo doméstico (lo que hace sociedad) debe convertirse en visible para lo laboral (lo que hace mercado). En la actualidad todavía existen diferencias de género que condicionan el acceso de la mujer a la dirección. El extraordinario valor que muchas mujeres representan en una amplia cantidad de tareas y ocupaciones se queda en el ámbito de las “aportaciones informales”. Traer la vida al mundo es desgraciadamente una de ellas. Siempre recordaré con estupor y pánico como una conocida compañera que se dedica al ámbito de la innovación de forma exitosa una tarde tomando un café me dijo “Yo nunca tendré hijos, creo que son un obstáculo a mi carrera y una decisión profesional errónea”. Creo que parte de la clave para lograr la oportunidad igualitaria directiva consiste en hacer formales las aportaciones informales. Para que -en palabras de Soledad Murillo- “la actividad doméstica no devalúe a quien la ejerce” es necesario actuar. Dado que siguiendo los datos del informe de McKinsey sobre el tema la mayoría de iniciativas empresariales que se han tratado de implementar en la empresa no han tenido éxito a la hora de romper esa barrera, va siendo hora de cambiar el enfoque. He aquí mi propuesta: Sobre la idea de bienestar integral, en políticas de conciliación empresarial creo necesario trabajar por una conciencia colectiva saludable y acordada por parte de todos los compañeros de trabajo para promover horarios, condiciones laborales y pesos específicos de cargas de trabajo en función de intereses no solo corporativos sino también individuales y humanos. Algunos clientes a los que he acompañado comienzan a tener esta inquietud y adoptar acciones en este sentido.

 
ÁMBITO PERSONAL o FAMILIAR:

  • De la ESTRUCTURA PATRIARCAL al INTERÉS COMÚN. Si eres mujer combate en gran medida tu soledad emocional mediante la elección de relaciones de pareja saludables. Existe un sentimiento de soledad social de las mujeres y aunque está siendo neutralizado poco apoco gracias a la concienciación social aún queda mucho por hacer. Mi propuesta es que tanto si eres mujer como si eres hombre combatas la exigencia social a la mujer y su propia autoexigencia generando relaciones saludables. Hoy por hoy muchos hombres siguen sintiendo cierta inseguridad ante una mujer brillante, lo que a menudo causa que muchas mujeres limiten su carrera profesional. Creo que toda mujer que quiera alcanzar puestos directivos debe elegir una pareja que sume (hombre o mujer) y no que reste, que sea tolerante, que comparta junto a ella responsabilidades y que apoye su espíritu de esfuerzo fomentando sus logros.
  • Del INCONSCIENTE PASIVO al CONSCIENTE ACTIVO. Educa a tus hijos de acuerdo a los valores que consideres éticos sin discriminación de género. Considero clave en el ámbito familiar el fomento de nuevos valores de respeto equitativos. Solo así ellos podrán dejar de cometer nuestros errores. Si bien es cierto que hemos avanzado mucho en la concienciación social respecto a aspectos tan dolorosos como la violencia de género, todavía seguimos empleando lenguajes y hábitos que fomentan inconscientemente la distinción entre tareas que “deben” acometer los niños y las niñas, sin duda un germen y caldo de cultivo perfecto para luego replicar estos hábitos que redundan en el techo de cristal de las mujeres en las organizaciones.

 
Espero que este artículo te haya resultado interesante. Por favor no dudes en compartir tus comentarios a través de este mismo blog o en redes sociales. Toda difusión y diálogo para mejorar y cambiar realidades siempre se agradece.
 

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Aprender a valorar lo que tenemos

Aprender a valorar lo que tenemos


 

“Durante los últimos días de la aventura en solitario del almirante Byrd él mismo estuvo muy cerca de la muerte. Tenía el cuerpo lleno de sabañones, hablaba entre dientes dentro del saco de dormir y a veces se encontraba tan débil que no podía moverse. (…) Pero pese a todas estas aflicciones, el almirante Byrd regresó a la sociedad con un don que la propia sociedad no habría podido concederle; tenía “algo que nunca había poseído antes plenamente” escribió en sus memorias. Se trataba de “una comprensión de la belleza y el milagro de estar vivo.”

maestro Michael Harris, (Solitud, Hacia una vida con sentido en un mundo frenético, cap.8,p.129)

 

“España es el país más fuerte del mundo: los españoles llevan siglos intentado destruirlo y no lo han conseguido”

canciller Otto Von Bismarck, s.XIX

 

Hoy pretendo compartir con usted, lector o lectora, la enorme importancia de valorar lo que tenemos. La técnica que emplearé para hacerlo será la puesta en perspectiva y el análisis de datos. Para mostrar cómo hacerlo, he elegido el ejemplo de la realidad y el mercado laboral en España. Puede que de esta forma quizás al final de este artículo usted aprecie y abrace – tal y como compartía el almirante Byrd- una comprensión real y verdadera de la belleza y el milagro de estar vivo y de la enorme fortuna de tener trabajo; y si no le gusta o agrada su trabajo, de la todavía mayor fortuna de poder cambiarlo. Comenzamos.

Este artículo pretende actualizar los datos y conclusiones del trabajo de estudio que ya realicé hace ahora 7 años sobre el mercado laboral en España en el artículo Innovar en España.

Mi agradecimiento sincero al equipo de consultores encorbatados y muy seriotes de Hudson, cuyo informe muy regulero titulado La nueva realidad laboral sistemáticamente he compartido con mis clientes durante las últimas semanas y me ha inspirado a compartir mis impresiones. Recomiendo especialmente que el lector también acceda al detalle del último informe Infojobs-ESADE sobre el mercado laboral en España y del último informe Infoempleo-Adecco sobre el mercado laboral en España para comprender la magnitud de algunas de las afirmaciones del presente artículo. Por añadido el informe del INE España en cifras 2018 le ayudará a comprobar que en términos de salud, bienestar laboral y seguridad jamás hemos estado mejor que ahora.
 

EN DEFENSA DE LA OPORTUNIDAD DE SER MEJORES

Cada vez que alguien me dice que todo está inventado, que tenemos la cultura que siempre tendremos en las empresas, que esta sociedad no cambiará o que el ser humano es solo esto y no puede llegar a más, me viene a la mente una historia que leí hace ahora más de veinte años y que desde entonces ilumina mi camino y me aporta perspectiva. Disfruten de ella:

En el siglo XXII a.C. un sacerdote de la VII dinastía egipcia llamado Khekheperre Subu se encontraba algo desanimado con el ser humano, los jóvenes y la sociedad en la que vivía. En medio de su desesperanza consignó en un papiro unas palabras que desde entonces hemos escuchado repetir a una larga lista de cenizos, pesimistas, agoreros, electrones y pocasangres a lo largo de la Historia. He aquí las palabras del sacerdote:

 “¡Oh qué desgracia! ¿Por qué no podré disponer de palabras desconocidas, de frases e ideas que expresar en una lengua nueva, que no estén ya pasadas de moda y que se encuentren libres de todo lo que ya se ha repetido tanto, algo que decir que no esté gastado, que nuestros antecesores no hayan agotado ya?”

Note el lector o lectora que estas palabras se pronunciaron hace 4.200 años cuando la práctica totalidad de la historia, la ciencia, el arte, la filosofía y el progreso de la Humanidad que usted conoce ni siquiera tenía intenciones de empezar, y cuando solo había transcurrido el primero de los dos milenios y medio en los que el esplendor de la cultura egipcia iluminaría el mundo antiguo. Sirva esta anécdota real para correr un tupido velo sobre aquellos que piensan que nos queda poco por hacer como personas. Antes bien nos queda mucho camino por delante y el momento actual de intenso cambio me parece tremendamente ilusionante y esperanzador.
 

¿EN QUÉ PODEMOS MEJORAR?

En esta misma casa usted podrá encontrar numerosos artículos que hablan de las mejoras que los facilitadores y agentes del cambio estamos ayudando a acometer en las organizaciones. Llevo ya algunos años compartiendo abiertamente por qué creo que nos encontramos en un momento de cambio inspirador y a qué se debe. He escrito mucho sobre la caída del concepto tradicional de empresa y sobre la conquista de un nuevo entorno de trabajo más humano, equilibrado y responsable. He aquí algunos ejemplos que quiero recordar:


COMPRENDER MI ORGANIZACIÓN:

  • El artículo Qué es la cultura de una organización y por qué cambiarla habla de los fundamentos del desarrollo organizacional que te harán comprender tu empresa.
  • El artículo Ningún hombre es una isla repasa cómo se formaron ideológicamente las empresas, por qué necesitan cambiar y cómo hacerlo a través de la idea de doble velocidad.
  • El artículo La empresa elefante exponía el funcionamiento de las grandes empresas actuales y por qué deben actualizar su estructura y comportamientos.

COMPRENDER EL CAMBIO:


CAMBIAR MI ORGANIZACIÓN:


 

CREENCIAS LIMITANTES EN ESPAÑA

Mi visión sobre la realidad actual de las organizaciones es esperanzadora. Aunque sabemos que el camino del cambio significativo es “lento, duro y doloroso”, creo que es justo hablar hoy en términos de oportunidad y compromiso. Hemos recorrido mucho en lo que a conquista de derechos y libertades se refiere. Toda vez que como seres humanos ya hemos recorrido todos los puntos de la geografía física del planeta, nos encontramos como especie en un momento de nuestra Historia lleno de nuevos territorios relacionales a explorar. Como en todo gran momento de cambio, tenemos mucha confusión y tal vez sea necesario reunir en un solo lugar las principales creencias limitantes que nos impiden avanzar hacia entornos de trabajo más sostenibles, humanos y saludables.

En concreto quiero ceñirme al territorio en el que suelo desarrollar mi actividad como agente de cambio: España. Viajo continuamente para conocer retos reales de mis clientes con el ánimo de ayudarles. Y lo que encuentro no es muy diferente a lo que arrojan los datos reales. Veamos primero algunas creencias que solemos manejar y son falsas:

SATISFACCIÓN LABORAL: La mayoría de personas no está satisfecha en su puesto de trabajo. FALSO. Esta creencia parece infundada a la luz de los últimos datos recogidos en diferentes estudios como el realizado por Randstad en el último trimestre de 2018 que muestran que el 74% de trabajadores en España está satisfecho con su puesto de trabajo, dato que asciende al 81% en el caso de los jóvenes menores de 25 años. Estos datos no parecen eventuales dada la histórica media que sitúa a España por encima de la media europea del 71%, es decir solo 3 de cada 10 empleados en España no está satisfecho con su trabajo.

MOTIVACIÓN LABORAL: La gente trabaja con la única motivación de obtener dinero. FALSO. Obtener dinero para atender las necesidades de subsitencia y consumo básicas sigue siendo el principal factor de movilización para un trabajador y tal y como señalaba Hertzberg. Como es lógico el salario continúa siendo el motivo primario para trabajar (factor higiénico). Sin embargo el estudio WorkForce View in Europe 2017 apunta que a partir de un salario aceptable la suma del resto de factores determina y mejora aún más la motivación del trabajador que un ascenso de salario continuado. Y he aquí dos claves que definen muy bien la importancia que el trabajador actual le da a las condiciones laborales: se trata de el importante valor del clima laboral (un 30%) y del equilibrio entre el trabajo y la vida privada (un 28%). Es decir, sobre un salario aceptable, el clima laboral y la conciliación parecen a día de hoy mucho más importantes para el trabajador que un aumento de la remuneración.

CAMBIO GENERACIONAL: Necesitamos un cambio generacional para mejorar la cultura de nuestra organización. FALSO. Aunque la entrada de personas jóvenes pueda parecer una solución, y aunque alimentando esta creencia hinchemos el desaprovechamiento de los trabajadores de más de 50 años en las organizaciones, lo cierto es que el cambio cultural no tienen nada que ver con la fecha de nacimiento de los empleados. El age management sigue siendo un reto para muchas organizaciones que no valoran a los empleados con amplia experiencia (los llamados perennials de más de 50 años) que pueden aportar mucho. En España más del 70% acumula un año de paro o más y un 40% más de cuatro años. El 64% de las ofertas laborales para empleados o técnicos demanda edades entre 26 y 40 años, si bien la edad demandada para puestos de mandos intermedios o ejecutivos está más estratificada.

A menudo el argumento para esta discriminación es la falta de adaptación de este colectivo a los cambios del mercado aunque parece que afortunadamente cada vez el argumento se sostiene menos. De hecho en España convendría recordar que dentro de 10 años la mitad de la población tendrá más de 50 años y manejará el 75% de la economía; es decir que no solo saber emplear a personas de más de 50 años será determinante sino que además serán nuestros principales clientes de consumo. En mi opinión la edad es mental y no física en trabajadores de cuello blanco (oficina) y tal y como las empresas inteligentes saben ver los empleados más experimentados son por lo general capaces de gestionar la presión con más garantías dada su experiencia.

BRECHA SALARIAL DE GÉNERO: Existe diferencia entre retribuciones de hombres y mujeres. FALSO y CIERTO a la vez. Vaya por delante que considero que el simple hecho de que exista una brecha salarial entre hombres y mujeres me parece algo fuera de lugar. Sobre esta idea, la realidad nos dice que el cálculo de la brecha salarial es a menudo algo tramposo por la cantidad de variables a tener en cuanta: salario base, extras, bonus, tipos de contratos, tipo de estudios,.. por lo que los datos varían mucho en función de la fuente. Un artículo de Público muy interesante y crítico con esta alta variación en la interpretación de esta realidad es digno de lectura.

DISTRIBUCIÓN DE EMPLEADOS: En los trabajos hay muchos jefes y pocos empleados operativos y funcionales. FALSO. Esta afirmación hace referencia a una creencia muy extendida que suelo encontrarme cuando trabajo con las plantillas de empleados en cliente. En realidad los datos nos indican todo lo contrario. Aproximadamente el 70% de las plantillas están integradas por personas que no tienen a otras personas a su cargo tal y como se puede ver en los siguientes datos de una reciente Encuesta de Población Activa que no es muy diferente a la de los últimos diez años:

 

GRANDES Y PEQUEÑAS EMPRESAS: La empleabilidad la mueven las grandes compañías. FALSO. Los datos del INE son arrolladores: En lo que respecta a empleabilidad directa las PYMES en Europa y en España siguen siendo mayoría. Aproximadamente un 40% de los empleados trabaja en empresas de menos de 10 empleados y un 13% en empresas de más de 250 personas. Pese a que las empresas multinacionales tradicionales suelen retribuir a sus empleados con salarios medios un 30% más elevados que los de la media del país, la Encuesta de Población Activa arroja trimestre tras trimestre que alrededor de un 60% de empleos se generan en el entorno de las PYMES. El enorme problema al que se enfrenta España desde hace años es la escalabilidad y la capacidad de crecimiento con un tejido empresarial tan diverso en un mercado mundial deslocalizado y agrupado en torno a corporaciones.

Veamos ahora algunas creencias que solemos manejar, son ciertas y suelen estar relacionadas no con las personas que ya tienen trabajo sino con la distribución de aquellas que no lo tienen.

EL MERCADO LABORAL ES INESTABLE. La realidad laboral a la que todos contribuimos continúa desestabilizando el nivel de riqueza de las personas. CIERTO. En este sentido el Employment Outlook para España de la OCDE ha sido demoledor para 2018. Entre sus recomendaciones para España estaban las de aumentar el periodo de preaviso de despido para favorecer la movilidad controlada y reducir las indemnizaciones por despido que califa de muy elevadas, además de las recomendaciones de mejorar la coordinación entre el Estado y las autonomías. Y ahora vienen algunos datos sobre riqueza de las personas que le sorprenderán:

  • El 5 % de hogares ingresa menos de 500 € al mes, permaneciendo en riesgo de exclusión social.
  • El 20% de las familias en España ingresa entre 500 – 1000 € al mes para vivir
  • El 22% de los hogares en España ingresa en total entre 1000 – 1500 € al mes para vivir
  • El 17% de los hogares en España ingresa entre 1500 – 1999 € al mes para vivir
  • El 23,2% de los hogares en España ingresa entre 2000 – 3000 € al mes para vivir
  • Solo el 11,5% de los hogares en España ingresan entre 3000 – 5000 € al mes para vivir
  • Un 1,3% de hogares en España ingresa más de 5000 € al mes para vivir

 

CONCENTRACIÓN ECONÓMICA: Madrid, Catalunya y Euskadi concentran la mayoría de la oportunidad de negocio y empleo en España. CIERTO. Juntas suman aproximadamente un 60% de la oferta de empleo en España, pero independientemente también son los 3 mercados mayores. Estas son las 10 comunidades autónomas que más empleo generan:

  • Madrid acapara el 25% del empleo (comercial, programador y administrativo);
  • Catalunya el 23% (programador, hostelería y turismo) si bien la provincia de Barcelona es el 86% de la empleabilidad de toda Catalunya ella sola;
  • Euskadi el 12% (ingeniería y producción);
  • Andalucia un 9% (hostelería y turismo);
  • Valencia un 7% (promoción inmobiliaria, operarios y comerciales);
  • Castilla y León un 5% (comerciales y promotores);
  • Galicia un 4% (operarios, asesores);
  • Aragón un 2,5% (comerciales, técnicos y operarios) si bien Zaragoza concentra el 85% de la empleabilidad aragonesa;
  • Castilla La Mancha el 2,2% (comerciales, turismo);
  • Canarias el 1,5% (turismo y hostelería)

Me parece importante reseñar que si bien las ofertas de empleo se renuevan con más frecuencia en Madrid y Catalunya (entorno al 25%), en Euskadi -a pesar de tener una tasa de empleo de las más bajas de España- las ofertas de empleo no se renuevan con tanta frecuencia (entorno al 12%, la mitad que en Madrid y Catalunya comparativamente).

DEPENDENCIA SECTORIAL: La economía española está muy basada en el sector Servicios. CIERTO. Alrededor de un 60% de la oferta de empleo pertenece a este sector. De las 3,3 millones de empresas registradas en España, 1,8 pertenecen al sector Servicios que comprende todo lo no relacionado con industrias productoras de bienes materiales, es decir la distribución, venta y el consumo. El sector primario es mínimo en España (extracción de materia y generación), y el sector secundario (conversión en bienes materiales) también.

ALTO DESEMPLEO FOCALIZADO y FEMENINO: Las economías de Andalucía, Extremadura, Ceuta, Melilla y Canarias registran sistemáticamente las mayores tasas de desempleo. CIERTO. La tasa de empleo nacional es del 14,6% en España, y todos estos territorios superan esa cifra e incluso la doblan en algunos casos. Los datos particulares son quizás dignos de mención. En Andalucía 3 de cada 10 mujeres en edad laboral están desempleadas y 2 de cada 10 hombres, datos éstos muy similares a los de Extremadura. En Ceuta y Melilla de 3 a 4 de cada 10 mujeres en edad laboral no tienen empleo y 2 de cada 10 hombres tampoco.

ELEVADO DESEMPLEO JUVENIL: En España 4 de cada 10 jóvenes menores de 25 no trabajan. CIERTO. Extremadura, Andalucía y Castilla La Macha son 3 de las 12 regiones europeas con más paro juvenil con un 40-50% de paro juvenil. El paro juvenil de EEUU se sitúa en un 9%, el de Europa se sitúa en un 16-17%, medias ambas que superan todas las comunidades autonómas españolas sin excepción, y por tanto todo el territorio español en su conjunto. Madrid, Catalunya y Euskadi tienen respectivamente un 25% de paro juvenil. Superamos también por algunos puntos la media de jóvenes ninis (que no estudian ni trabajan).

ALTA CONTRATACIÓN TEMPORAL: En España 1 de cada 2 trabajos es temporal. CIERTO. España se sitúa con frecuencia en una de las franjas de generación de empleo por población más baja de Europa pese que el desempleo ha disminuido y el empleo ha aumentado relativamente durante los últimos años. La reclamación de contratos indefinidos o a tiempo de completo se corresponde con el siguiente dato: La tasa de temporalidad es del 27,7% de los contratos en España frente al 14,4% en Europa.

 

UNA ÚLTIMA REFLEXIÓN PARA CENIZOS

Después de leer todo este cúmulo de datos usted pensará que todo es un desastre, que nos queda mucho camino por delante y que hace falta mejorar muchas cosas. Pero permítame poner en valor todo el camino recorrido y el lugar de España en su historia y en el mundo hoy. Tres recursos/argumentos me resultarán especialmente útiles para ello:

  • El primero es el Social Progress Index que sitúa a España como el mejor país para nacer en el mundo y en el 19º de 146 países en calidad de vida y en términos de riqueza y equilibrio social.
  • El segundo es el maravilloso portal Gapminder creado por el maestro Hans Rosling que nos ofrece un sinfín de datos dinámicos combinados. Ninguna de las miles de combinaciones estadísticas basadas en datos reales que usted, lector o lectora, pueda hacer en este gráfico hace que España suspenda o saque menos de un 8 sobre 10. Adelante, pruebe. Antes de hacerlo recuerde que el gráfico que encabeza este artículo representa la progresión de España de 1800 a 2018 en esperanza de vida e ingresos por persona. Yo nací con meningitis infantil en 1982, si lo hubiera hecho 40 años antes estaría muerto. Mi abuelo murió por una infección, si hubiera nacido en el año en el que yo nací no estaría muerto. Lo mismo le ocurrirá si intenta argumentar que el mundo es mucho peor de lo que era.
  • El tercer argumento es animarle a que busque un solo libro de Historia de España que sea capaz de sostener que la sociedad que todos hemos construido no ha pasado de ser uno de los 10 lugares más violentos y conflictivos del planeta a ser uno de los 10 lugares más seguros y socialmente desarrollados hoy. No niego todos los peajes, tampoco justifico por completo el camino, solo pido que recordemos el esfuerzo que ha supuesto llegar hasta este día.

 

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