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Yes, I camp in #yeswecamp

Yes, I camp in #yeswecamp

Ciudadanos indignados en la plaza de Sol en Madrid durante este martes reclaman una democracia real, transparencia y cambios en el sistema de representación ciudadana

Vorpalina se une al movimiento #spanishrevolution. Despertad. Estáis viviendo un momento único. La ciudadanía se levanta para explicar a los políticos qué país se atreven a gobernar pidiendo permiso tan solo una vez cada cuatro años con carta blanca e impunidad total. Muchos de los valores de #culturared, innovación, comportamiento social, transparencia y meritocracia que hemos defendido durante este último año en el blog, se encuentran hoy en las plazas de todo España. Cada nodo de la inteligencia colectiva ha hecho uso de su derecho a vivir y a luchar por lo que todos creemos: una democracia real para todos, sin bipartidismos, con independencia del poder judicial, control financiero y un sistema sostenible. Queremos calidad de vida, no cantidad de vida, educar en nuevos valores para un mundo que ya es distinto desde hace años. Una nueva era y un ritmo más justo, más equitativo, basado en la participación y la colaboración en redarquía. Estamos más preparados que nunca, accedemos a más información que en cualquier otro momento, nos hemos adueñado de esa perspectiva que antes atesoraban otros. Todo ya es de todos. La tecnología es nuestro medio y disponemos de argumentos sólidos para que el contenido de la protesta no se quede en eso, en una protesta, sino que siga hacia adelante y se convierta en la voz que debemos mantener. Para aquellos que dicen que no necesitamos indignación, sino ideas, simplemente debemos deciros que primero necesitamos sentir que algo debe cambiar para que el cambio pueda ser real. Este es uno de los primeros pasos. No necesitamos nuevos programas electorales que nos prometan el nuevo mundo, NECESITAMOS SER ESE NUEVO MUNDO, PODEMOS SER ESE NUEVO MUNDO. Día a día, post a post, en cada tuit hemos predicado la nueva forma de vida de un mundo conectado, las oportunidades de mejora que una red de personas interconectadas en tiempo real pueden favorecer. Sin trámites, sin largas colas de espera, de forma efectiva, real.

La cultura cortoplacista de los gobiernos, la filosofía burocrática y despersonalizada de las empresas, el descontrol ilimitado de los mercados financieros y el egoísmo intrínseco a la educación occidental que nos han afectado a todos, dejan ya de tener sentido, mueren lentamente como personajes trágicos de una comedia griega. Ya no hay vuelta atrás. Adáptate o deja paso. Llegamos fuerte y con seguridad. Vamos a cambiar tu mundo para que se convierta en el de todos. Puedes seguirlo en directo aquí o en los hashtag de twitter: #spanishrevolution #yeswecamp #nonosvamos

Estés en la ciudad en la que estés, consulta este enlace y acude a exigir tus derechos o apoya en la red a aquellos que los exigen. Accede al documento que Javier de la Cueva y David Bravo han colgado para todos nosotros en Google Docs.

Cobertura del fenómeno:

#spanishrevolution: cronología de una sociedad desencantada por ALT1040

Centenares de jovenes acampan en Sol para pedir un cambio político y social por 20minutos

Los acampados en Sol votan quedarse hasta el 22 de mayo para reclamar “democracia real” en madridiario

La plataforma INDIGNAOS avisa a los políticos: no sois de los nuestros por ABC

Hack 2 live


 
Tras ver el genial documental Copiad, malditos (2011) dirigido por Stéphane M. Grueso, licenciado bajo creative commons y emitido en RTVE, no nos queda más que recomendaros parar el mundo durante los 58:26 minutos que dura el documental para atender y tomar nota de los otros puntos de vista no afines al dogma cultural establecido basado en aranceles y licencias de uso que solo benefician a unos pocos. Visitad también el blog de Copiad, malditos. Nos gusta que David Bravo y Javier de la Cueva, a los que admiramos desde Vorpalina, se hayan unido a este esfuerzo por esclarecer las razones esenciales de la arraigada cultura industrial de creación sobre la que nosotros paralelamente ya hablamos hace unos meses en el blog y que tuvo una difusión viral inesperada en la red que os agradecemos sinceramente a todos. La misma productora Elegant Mob Films rodó hace ahora seis años un documental edificante sobre la auténtica y revolucionaria ética hacker. Un concepto esclarecedor sobre las auténticas bondades de la filosofía del software libre que desde Vorpalina llevamos tiempo estudiando y defendiendo. En aquella época no hablaban de los típicos mantras relacionados con ingenieros de software ególotras o adolescentes que delinquen (esos estereotipos que a golpe de imagen nos quieren enseñar), sino que establecían lo que desde el filósofo islandés Pekka Himanen ha sido un compendio útil de principios para acotar y conceptualizar una actitud ante la vida: la ética hacker (2001), lectura vorpal imprescindible que recomendamos recuperar cada cierto tiempo y que supone una de las piedras angulares para modificar conductas de cada a la nueva #culturared. Lejos de ser un código sectario propiedad de pequeños o selectos grupos, la ética hacker es aplicable en cada gremio y actividad humana. Así, en el documental En busca de hackers (2005) podemos ver cómo se puede hacer hackitectura, cómo se pueden generar infraestructuras o alfabetizar tecnológicamente sin licencias, cómo los hackers son creativos y creadores y cómo estos científicos de la curiosidad son capaces de generar foros multidisciplinares de conocimiento abierto que aportan y hacen fluir la colaboración. Como ejemplo de esto último el documental nos habla de la iniciativa FADAIAT que os recomiendo conocer y que ha dado lugar a un documento muy interesante disponible públicamente. En definitiva se trata del conocido formato medialab aplicado a la colaboración entre culturas (Tarifa/Tánger) y/o profesionales de sectores diferentes. Mover el mundo, simplemente. Desde Vorpalina, nuestro apoyo y pulso libre para todos estos proyectos cuyo mensaje, fondo, esfuerzo y sueño compartimos. Nos quedamos con una frase que cuesta entender en las organizaciones actuales pero que es básica para lo que hemos denominado #culturared. La frase la dice uno de los hackers que intervienen en el documental En busca de hackers mientras se muestra la caravana desde la que trabaja uno de los empleados de la empresa y dice así:

“…Trabajar en los proyectos en los cuales quieres trabajar o con la gente con quien quieres trabajar. No tienes que estar en el mismo sitio, no tienes que tener una oficina o ir cada día a las 9 con traje. Yo y mi socio que fundamos la empresa en principio vivimos de maneras muy diferentes. Él vive en un antiguo autobús convertido en casa en el campo en Portugal, yo vivo en un piso en Barcelona. Él quiere vivir donde vive en este momento, yo quiero vivir en Barcelona. Nos gusta trabajar juntos también, es la cosa. Tenemos una comunicación bidireccional por satélite montada en la furgoneta con este equipo, streaming, sonido, etc… que conecta con una fuente de alimentación y así tiramos.”

Esa es la idea: Para trabajar solo es necesario estar lo más conectado posible donde sea, con quién nos interese, para lo que nos interese. Compartir conocimiento y esfuerzo, establecer estrategias desde puntos de vista o lugares equidistantes. Colaborar. Respecto a la primera frase “trabajar en los proyectos en los cuales quieres trabajar o con la gente con quien quieres trabajar”, comparto con vosotros este documento de ese gran oráculo del cambio que es para nosotros el MLab. El documento se titula Getting the right people on the right projects y lo he discutido con algunos compañeros en el trabajo durante los últimos días. Se trata de alinear los intereses de la compañía y los intereses de los empleados que -claro está- deberían ser reflejo de los intereses reales de la compañía.

En el mismo documento se habla de inspirar productividad a través de la pasión. Es algo sobre lo que insisto a menudo: no me importaría trabajar continuamente en algo si el enfoque y objetivos de ese algo me convencen o participo y no heredo de otros las decisiones que conformaron ese algo. Para ello es necesario modernizar las herramientas de colaboración y comunicación en tiempo real favoreciendo la tecnología móvil y el teletrabajo. En IDEO han creado una suite de herramientas de colaboración robusta denominada TheTube que permite a los 500 empleados estar al día de cualquier novedad en tiempo real a través de 10.000 wikis, 1000 webs de proyectos, sistemas de email y bases de datos legales que ellos mismos generan y alimentan. Como siempre insistimos desde Vorpalina, se trata de hacer partícipes a los empleados de la filosofía y misión de la compañía para que se produzca un feedback efectivo. El 95% de los empleados de IDEO actualizan y reportan su página personal y han sido capaces de crear 40 blogs especializados con contenidos de interés para la comunidad (que  es la propia empresa en este caso). Una filosofía de red con nodos conectados por la que cada día intentamos luchar algunos. Las claves: una cultura 2.0 de la colaboración y la fe ciega en que compartiendo conocimiento ganamos mucho más que adueñándonos de él.

Revolución TU.0

Revolución TU.0

No te impongas objetivos poco razonables. No está en juego solo el pan que comes sino tu felicidad y la continuidad del suelo en el que pisas.

Hay algo sorprendente y digno de reflexión en el hecho de que cada vez estemos más conectados y dependamos cada vez de menos intermediarios.

Intermediario en la sociedad 1.0 es toda aquella persona u organización de personas que ayudaban a conectar a un nodo con otros nodos potenciales por medio de lo que denomino estrategias de delegación. Para ejercer nuestro papel de autores de ideas, contenidos, opiniones, voces… dentro de una comunidad (cualquiera que fuera su tamaño) estábamos acostumbrados a delegar en otros la evaluación y selección de lo que se consideraba importante o digno de mención. Desde libros y películas de cine hasta líderes de opinión y de gobierno o corrientes de pensamiento. Todo ello ha sido movido tradicionalmente por grupos de presión políticos, empresariales o sectarios que han fomentado de una manera u otra un clima de generación autoinducida de minorías étnicas, sociales o ideológicas. Nos habíamos habituado a un estado analítico de hipnosis donde no eramos responsables directos de nuestras ideas o decisiones imbuidos en mentes maleables al abrigo de marcas, símbolos o misteriosas y abstractas plutocracias. No es que todo esto haya cambiado, es simplemente que la eliminación paulatina de intermediarios tradicionales y una mejora en la conexión entre los nodos facilita un mejor control de las fuerzas e instituciones que son tan necesarias. Y este control ya no lo ejerce un organismo ajeno, sino nosotros mismos. En la sociedad red pasamos de delegar a participar y tener voz en aquello que nos afecta, desde una compra de un jugador de fútbol por el club del que somos seguidores hasta una crisis inducida por otros que colapsa y cierra el espacio aéreo en el cual todos nos movemos. Tenemos voz.

El intermediario en la sociedad 2.0 pasa a ser facilitador si desea sobrevivir. Deja de controlar para favorecer, deja de abusar de su condición para beneficiarnos por su condición, abandona el discurso de la abstracción de poder por el de la identificación de oportunidades beneficiosas para una amplia red de población (nodos). Hace todo esto porque asume que su papel aunque fundamental ya no es prioritario porque lo realmente importante es que existan esos nodos o fuentes de conocimiento capaces de interactuar. La sinergia genera la energía, es el motor verdadero pero no hay sinergia sin una identidad de nodo. Tú eres un nodo, lees este post y te ocupas de informarte, de estar conectado con tu realidad inmediata. Otros te facilitan esa labor, te otorgan la responsabilidad de estar en red, de ser un animal social. Pero ni te coartan ni te limitan porque un facilitador que conoce su ventaja, que está posicionado, sabe que imponer limitaciones es parte de una cultura en agonía que ha generado grandes quiebras y milagros a partes desiguales, siempre basados en una inestabilidad tutelada cuyos valores decidian otros. Y esta situación ha tocado techo, ya no es tan importante lo que escondemos como lo que demostramos ser (meritocracia), ya importa menos el manejo adecuado y diligente de un doble discurso (diplomacia) como la coherencia de nuestro mensaje y actitud con respecto a nuestro entorno. Esto último es lo que nos da capacidad para crecer junto a los otros y no por encima de los otros.

En la revolución TU.0 la clave eres tú y la medida en que ejerzas tu papel (padre, hijo, autor, lector, usuario, consumidor, empleado, empleador,…) en cada uno de los estratos que te condicionan. El éxito de la sociedad red es mantener la transferencia fluida de conocimiento lejos de intereses comerciales ajenos a los intereses personales. Las organizaciones exitosas del futuro (y del presente) serán y son aquellas capaces de captar necesidades de forma instantanea y transformar su estructura y patrones de conducta y trabajo para satisfacer la necesidad de uno solo de esos nodos: Tú. Sumado a otros, el poder asociativo del conocimiento que eres capaz de transmitir es el valor más productivo jamás soñado por ninguna civilización. Esta actitud red es extrapolable a ecosistemas inmediatos. Del mismo que sirve para generar valor a gran escala, en tu familia o en tu grupo de trabajo, en tus amigos tanto como en la escuela y en la calle, nos hace fuertes y lo que es más importante: nos convierte en una especie sostenible. En la sociedad 1.0 lo importante es el YO, en la sociedad 2.0 lo importante eres TÚ y en esa nueva sociedad TU.0 tu valor radica en la influencia, difusión y calidad de tus ideas. Recuerda que no hay un hombre igual a otro y que la democracia es la ilusión sostenida que nos permite vivir con dignidad, pero no idealices ni pongas esperanzas en la humanidad porque a cada paso y en cada cambio la esperanza verdadera de los hombres hoy, ahora eres TÚ y tu capacidad para cambiar una suma infinita y contagiosa de las pequeñas cosas. En el espacio común e imperturbable de tu pecho, latiendo ideas como una mente insomne está esa última esperanza. Porque más allá de las fronteras interpuestas por los otros, de tu puesto de trabajo y tu oficina, de tu realidad que atenaza y disminuye, está una patria común que fortaleces llamada “entendimiento”. Porque como bien dice el poema del viejo Jorge Luis, “Nadie es la patria, pero todos lo somos”. Que entonces “arda en mi pecho y en el vuestro, incesante, ese límpido fuego misterioso” que es la idea de una red de personas respetables que respetan.

No puedes ignorarles

Familia mapuche (región actual de Chile)

Familia mapuche (región actual de Chile)

¡Qué foto más rara para un blog tan moderno! dirás. Este blog no es moderno y todo tiene su explicación.

La famosa campaña “Think Different” con la que Jobs de algún modo quería cambiar las reglas del comportamiento publicitario y posicionar a Apple como referente para el cambio – mal que pese a algunos thinkers y a muchos marketers– capta la esencia de cualquier revolución. El compañero @sandopen expresaba algunos de los puntos clave en su blog y exponía hace pocos días la excelencia del caso Jobs en su post Piensa diferente (incluye el video de la campaña). De la campaña me quedo con una frase: “La gente que está loca como para pensar que puede cambiar el mundo, es quien lo logra”. A partir de aquí expongo el terrible caso del hombre conocido.

Con mi total respeto por la capacidad inspiradora de Steve Jobs, no es la persona que yo quisiera ser. No comparto muchas de las cosas que dijo en su discurso del año 2005 para los graduados de la Universidad de Stanford sobre todo porque la persona que yo quisiera ser soy yo mismo y esto es algo que incomodaría al propio Jobs. Tiendo a escapar de la marca corporativa en favor de lo que el bueno de Andrés Pérez llama marca personal. No hay nada en el esfuerzo de Apple por cambiar el mundo interesadamente que me reporte algún tipo de valor útil para construir una nueva sociedad. Sin embargo reconozco abiertamente que considero su Hardware uno de los mejores productos del trabajo humano. Con todo, para mí solo es un cambio en la cantidad (dinero, personas digitalizadas y máquinas) y no en el concepto. No niego su revolución, simplemente la minimizo. Y mucho. No soy viejo pero para esto no hace falta ser muy sabio: Mucho más importante que imponer grandes medios tecnológicos es divulgar grandes fines personales. Porque en cada persona está el germen de una nueva sociedad. No en los genios ni en los grandes nombres ni en las decididas inversiones de unos pocos. Cada vez más el mundo que conocemos depende de nosotros mismos. Dejemos de idolatrar y de etiquetar, tomemos referentes pero solo como facilitadores porque tal vez en su misma situación, en su mismo tiempo y con su mismo entorno, cualquiera de nosotros hubiera sido esa persona a la que tanto admiras.

He leído durante noches sorprendentemente cortas la inteligencia de Bertrand Russell y la comicidad hilarante de Shaw. He estudiado la genealogía y costumbres de Mesopotamia, la cuna de las civilizaciones, para escribir un libro y demostrar que nada ha cambiado en 4000 años de Historia. Nuestra colección de emociones y sentidos sigue siendo la misma que la del joven Gilgamesh, nuestra curiosidad es de Ícaro y esa Nube que tanto nos gusta ahora en forma de Cloud Computing ya sedujo y le costó a Ixión perder la confianza del dios griego. Como la rueda a la que irremediablemente estaba atado Ixión, la historia de la Humanidad es una sucesión incestuosa de revoluciones que no dejan de rodar y a un mismo tiempo nos dan vida y nos condenan. Creer en cada revolución es harto ruinoso. Mi teoría es que un hombre medio -me excluyo de la cuenta- cree y puede sostener y soportar a lo largo de su vida dos revoluciones. Al término de la segunda generalmente se desengaña y su inquietud por cambiar decae. Como Gilgamesh y el mismo Heracles, nos acercamos desafiantes a los dioses de turno (en nuestro tiempo y en el de Jobs apenas despojos de grandeza que unidos llamamos Organizaciones), les plantamos cara y pensamos superarles, demostrar al mundo que nuestra forma de pensar y nuestra apuesta es la correcta. Cuando acaba el ciclo generamos por nosotros mismos nuevas Organizaciones. ¿Eso es todo? Eso es todo.

Hasta aquí el terrible caso del hombre conocido. A cualquiera que llegue a ese punto, yo puedo ignorarle. Puedo hacerlo porque considero que ha repetido un patrón de conducta que se pierde en la historia de los tiempos. A quienes no puedo ignorar es a aquellos que rompen este patrón de conducta, a quienes hacen suyo el discurso disruptivo e intentan cambiar el mundo desde su entorno más inmediato, a quienes incluyen y no segregan, a todas aquellas personas que, en fin, están cambiando desde ya ese patrón de conducta que por sí solo era una petición de principio horrible capaz de ser la peor pesadilla si tuvieramos conciencia del daño tan atroz que ha producido. Se trata del mismo patrón de conducta que a un nivel muy bajo, muy local y muy concreto (las tres premisas para que algo funcione) en 1971 Steve Wozniak quiso romper presentando a su entonces empresa Hewlett Packard la idea de un ordenador personal (PC) que rechazaron por descabellada. Tras trabajar la idea con Jobs y presentarla en Berkeley, nacería Apple, esa gran industria de la imagen (Jobs) y de la ingeniería (Wozniak). No quiero entrar en si fue más complicado transformar la idea en aparato (Wozniak) o convencer de que el aparato era revolucionario (Jobs). En cierto sentido ambos procesos implicaron transformación pero lo realmente revolucionario fue expandir la tecnología a cada hogar en el mundo. ¿Os parece una gran revolución?. Pues ahora escuchad el sorprendente caso del hombre sostenible.

Tribunal de las Aguas por Bernardo Ferrándiz, en 1865

"Tribunal de las Aguas" por Bernardo Ferrándiz, en 1865

¿Y si en vez de buscar revoluciones fuéramos cada uno de nosotros una revolución?. Tú, lector, me dirías: “Eso no es sostenible”. ¿Y si en lugar de hacer revoluciones controladas por los otros fueramos independientes y capaces de aportar nuestras propias revoluciones?. Tú, lector, me dirías: “Ninguna organización ni sociedad puede sostenerse bajo ese principio”. Ahora quiero que hagamos un ejercicio conjunto de reflexión para un posteriormente inmediato autocastigo punitivo. Todas los casos exitosos que enumero a continuación se mantienen por el valor abierto, libre, no sujeto a restricción, completamente independiente y autónomo y en todas las ocasiones completamente solidario de sus miembros:

Concejos de Mesta: Existentes desde 1273 hasta 1836: En concreto 563 años de sostenibilidad organizacional.

Consejo de Hombres Buenos:  Desde el siglo VIII en la época andalusí hasta nuestros días. Todavía vigente.

Tribunal de las Aguas de Valencia: Desde el reinado de Al-Hakam II (960) hasta nuestros días. Todavía vigente

Si os interesan estos temás, investigad sobre la gestión de nuestros bienes comunes, nuestro procomún. No deberían ser propiedad de empresas o particulares, sino de la propia sociedad. Recientemente la UNESCO ha nombrado a estos dos grupos sociales anteriores Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Pues bien, cada uno de los casos que la UNESCO ha denominado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en el mundo suelen corresponderse con grupos que siguen una misma pauta social colaborativa y de salvaguarda de valores o con representaciones o manifestaciones creativas que fomentan la comunicación, el grupo o las relaciones (flamenco, castellets, silbo,…). Ningún caso de los admitidos en la lista tiene que ver con valores individualistas sino personales.

Más casos:

Wikipedia: Iniciativa de la Wikimedia Foundation, sí, una fundación, no una empresa. Nadie habla de Jimmy pero nos flipamos con Steve. ¿Sabías que recientemente se ha declarado que la Enciclopedia Británica tiene más errores en artículos destacados que Wikipedia?. ¿Conoces cómo funciona Wikipedia por dentro? ¿Sabes que ningún editor de contenidos recibe ni un solo euro por su contribución? ¿Sabes cuántos millones de personas contribuyen a que el conocimiento humano sea difundido a cada punto de red en el mundo?. ESO ES VALOR. A ellos no puedes ignorarles. Ya está en marcha, está vivo, no van a parar. Nada semejante se había dado con anterioridad, no existen casos equiparables en cuanto a volúmen y alcance de la iniciativa. Consulta estadísticas en la cabecera de este blog. Siempre las tengo a mano para que nunca se me olvide que el hombre es capaz de masacrar en apenas seis años a 60 millones de personas pero también es capaz de generar 16 millones de artículos de forma colaborativa y transparente. Todavía vigente.

Comunidades de Software Libre: Todo su código puede ser reutilizado, redistribuido y modificado libremente. El valor del esfuerzo de cada desarrollador Linux no es la capacidad de guardar secretos (Apple) que pueda tener sino la capacidad de haber desarrollado algo sólido y fiable para cotizar su conocimiento en el mercado y aplicarlo a cualquier ámbito de desarrollo software. Sus desarrollos han posibilitado la verdadera extensión de la tecnología del ámbito macroeconómico a las pequeñas economías, pero también es un modelo de negocio implantado en la práctica totalidad de organizaciones actuales. Todavía vigente.

Comunidades indígenas mapuche e inuit: Me sirve cualquier comunidad indígena que haya sobrevivido hasta la fecha y demostrado que el siglo XX occidental es una mariconada de evolución al lado de miles de años de experiencia vital. Cualquier comunidad pero destaco dos que nos estamos cargando. En Chile y las regiones árticas, en condiciones extremas de vida han logrado sobrevivir estas dos comunidades que basan su sistema de vida en la autonomía, la independencia y la colaboración de las estructuras sociales comunitarias y distribuidas que generan. Solo se ven destruidas por el carácter colonizador y homogeneizante de la cultura occidental y la globalización económica.

ONGs civiles: Organizaciones totalmente solidarias, sin identidad política, pero fundamentadas en principios de ayuda a los demás, con ánimo de lucro ético y personal pero no económico. ¿Cómo es posible que existan? ¿Qué motiva a los miembros de estos grupos? Dinero, no.

La Iglesia católica: Nada más y nada menos que 2010 años de Historia. No quiero hablar de la organización arcaica ni de las ideas retrógradas de sus dirigentes, quiero hablar de varios casos concretos dentro del universo Iglesia Católica. Por ejemplo os quiero plantear el caso de las comunidades de cristianos de base, pequeños grupos de creyentes que se reunen e intentan interactuar con la sociedad de acuerdo a principios de respeto con su entorno. Por ejemplo os quiero plantear el caso de una anciana que viva en un pueblo a una hora de la parroquia más cercana y se levante cada día a escuchar misa. También el de un hombre que ha perdido a toda su familia por violencia extrema y se encuentra solo en el mundo y mantiene una fe ciega en Dios y en la doctrina cristiana de la paz. Soy ateo (no creo en Steve Jobs) pero no puedo ignorarles. Repito: 2010 años repitiéndose éstas y muchas otras historias una y otra vez…

Redes sociales y blogosfera: Estás en un blog y conocer las sinergias generadas a través del intercambio de información entre gente con similares inquietudes e invirtiendo tiempo y esfuerzo personal sin retribución económica alguna (salvando community managers, claro 😉

Pues bien, esta es el sorprendente caso del hombre sostenible. ¿Qué modelo nos hace crecer (no en cantidad sino en calidad) y qué paradigma social nos estigmatiza?. ¿A qué modelo quieres aportar?. Si deseas ampliar detalle sobre lo importante que es para nosotros no perder las referencias y la diversidad, lee a Marvin Harris para aspectos antropológicos y deja que George Steiner te llame ignorante. Lo último lo hago cada día.

REFLEXIÓN: No hay nada que impacte más y que penetre mejor en los grupos de personas complejos (sociedades) que la fuerza consuetudinaria de los actos, es decir, el peso de la costumbre, el respeto, los acuerdos y la tradición. Todos ellos intangibles, no técnicos y valores. Mi opinión personal: para cambiar verdaderamente el mundo la tecnología por sí sola no hace nada, Apple no hace nada, la innovación por sí sola no hace nada, la actitud lo hace todo, tú puedes hacer algo. En tu entorno de trabajo, con tus amigos, en tu familia. Las revoluciones auténticas no son de una sola persona sino, una a una, de todas las personas. Ese es nuestro valor, somos uno (nodos) y muchos (crowd), las posibilidades son infinitas, solo debemos transformar. Cuanto más abajo transformes mayor será la dimensión y repercusión del cambio que provoques. Esa será la verdadera Innovación Abierta. No hierarchy, all net.

Cultura red, tribales en un mundo conectado

Portada del proyecto AskNature fomentado por The Biomimicry Institute

Portada del proyecto AskNature fomentado por The Biomimicry Institute. Representa un ejemplo de la voluntad de cambiar las estructuras de acuerdo a sistemas y modelos sostenibles de éxito demostrado.

Acudimos al encuentro de diferentes disciplinas gracias a una forma de entender las relaciones y el trabajo que considero revolucionaria. Una vez asumida la insostenibilidad de nuestro modelo de desarrollo, en la educación surgen nuevas vías basadas en filosofías conductistas que promueven la formación autodidacta orientada por profesionales, algo que por otro lado venía dándose en las grandes escuelas de pensamiento oriental y occidental desde hace siglos pero de lo que parecíamos habernos olvidado a juzgar por la desnaturalización y la promoción de doctrinas y prejuicios en nuestro sistema educativo. También en la arquitectura, gracias a la biomimética, hemos visto cómo nuevos arquitectos generan estructuras y sistemas respetuosos con su entorno y/o que aprenden de la naturaleza que les rodea. Incluso el urbanismo que decidían tradicionalmente contados gobernantes, empiezan a surgir grupos de presión e influencia entre la ciudadanía que pide cambios y una representatividad más natural de los intereses colectivos.

En la ingeniería informática y los proyectos tecnológicos, hace ya una década que se formularon las metodología lean y ágiles que promueven una gestión de proyectos adecuada a la realidad, sin burocracia y cuidando la ejecución y calidad asociada a las necesidades reales de los usuarios. Se trata de corrientes que entiendo como consecuencia de una conciencia colectiva en rechazo a la despersonalización y la vigilancia autocrática de procesos. Un ejemplo más lo representan las nuevas formas de comunicación basadas en la participación ciudadana y la gestión y generación de información distribuida. La practica totalidad de medios relevantes se han visto obligados a acoger este fenómeno manteniendo redes de seguidores y lectores que colaboran con sus propios profesionales (periodistas) produciendo noticias cada vez más alejadas de intereses corporativos y más sujetas al pulso local de los acontecimientos.

Ante este avance del 2.0 y la cultura red, basada inconscientemente en comportamientos tribales seculares, surgen excépticos que ya declaran muerto el fenómeno ante el creciente control y censura de los medios e instituciones tradicionales. No comparto este pesimismo y de hecho vivo cada día el cambio hacia la conexión continua entre individuos con similares intereses, gracias a redes sociales y encuentros profesionales que demuestran que hay voluntad de cambio. Tal vez cueste y tal vez no salga a la primera pero el pan resultante merecerá la construcción del nuevo horno. Los prosumidores son actores esenciales del proceso y su perfil es claro y meridiano: participan, generan contenido, debaten y condicionan los productos que les abastecen y sirven. Iniciativas que sin duda permiten el control de abusos y que nos ayudarán en un futuro a que las compañías telefónicas puedan ser mejor controladas y reguladas para una adecuada atención al cliente. De igual modo, una sociedad global interconectada debe significar sociedades locales equilibradas y fomento de la sostenibilidad en los entornos inmediatos. De nada sirve tener 1.000.000 de followers si no conocemos a nuestro vecino y sabemos en qué nos puede ayudar y en qué podemos ayudarle. Veo en la web 2.0 una revolución de ideas y estructuras y no una fachada o un tinte para lo que ya conocemos. Cada vez más acudimos a un cambio en los perfiles de los consumidores de información en dispositivos móviles, algo que nos mantiene en constante actualización y contacto con la realidad de los otros y no con la realidad que nos cuentan o nos hacen creer desde arriba.

The kitchen at El Bulli

Cocina de El Bulli, donde el sistema de trabajo está basado en la innovación

En política, la practica totalidad de elecciones primarias y generales a nivel mundial están condicionadas y cuentan con la imagen que los candidatos promueven en las redes. Las estrategias de campaña cada vez atienden más ciudadano por ciudadano y la clave del futuro será llegar hasta la casa del votante y saber representar opciones sin discriminar principios. Nada de todo lo anterior, como siempre he sostenido, es nuevo. Los primeros políticos iban puerta a puerta a conocer a sus votantes y los futuros políticos volverán a hacerlo. Tal vez este nuevo sistema suponga un cambio en los estamentos representativos y tal vez cada vez más importen menos los discursos y las marcas corporativas (partidos, empresas, logos,…) sino las marcas personales. Creo que son diferenciales para esta nueva forma de ser y de pensar las iniciativas colaborativas de empresas y colectivos en red y la capacidad en la que nuestros medios de gobierno tradicionales sean capaces de representar y fomentar a sus ciudadanos mediante iniciativas culturales e innovadoras como el CCCB. Para políticos obtusos que quieran observar el poder de la gestión alejada de los intereses personales o de partido, si quieren un ejemplo de cómo representar y favorecer la cultura y los principios colaborativos, repasen la biografía de Enrique Tierno Galván.

En el ámbito de la ecología y la conservación de nuestro habitat, la colaboración y la investigación colectiva nos sirve para concretar grandes proyectos como el censo marino mundial. En la alta cocina, el caso de Ferrán Adriá y de El Bulli nos habla de brigadas de cocineros en continuo aprendizaje, experiementación y conexión con los productos locales, viajando y conociendo, relacionándose y mejorando gracias a un sistema de trabajo basado en innovación, reinventando lo local para hacerlo universal sin necesidad de sacrificar sabores (llámenlo valores) ni culturas gastronómicas (llámenlo ideas).

En definitiva, nuestro secreto de futuro será compartir, empatizar, atender a las necesidades del resto para comprender las nuestras y poder aprender olvidando la soberbia, la identificación con líderes perfectos e incuestionables y el fomento de facilitadores cuya capacidad de corregir sus propios errores y ser permeables a los colectivos que representan, sea mayor que su miedo al fracaso o a la pérdida de status quo. Fomentar la movilidad de ideas, la facilidad para cuestionarse los principios, el poder de traducir nuestra naturaleza; salir, en fin, de la caja o de las cajas…