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Faetón, Europa y el puchero

Tan solo una reflexión leyendo el artículo De nuevo un círculo vicioso de Carmen Alcaide en el diario El País, que ha compartido con mi comunidad un amigo y que quiero comentar antes de comer:

La caída de Faetón, Pedro Pablo Rubens, 1636

Faetón. No me deja de sorprender y enervar la capacidad de los estamentos dirigentes (gobierno, oposición, clase política, aparato de Estado)  para aislarse de la realidad y enrocarse en sí mismos. Emplean las mismas soluciones que han dado resultados nefastos una y otra vez con la insana pretensión de que milagrosamente den resultados diferentes. Me sorprende y no dejo de denunciar esta obstinación en cuanto puedo y sobre todo aunque no me lo permitan. La fórmula España no funciona todo lo inesperadamente bien que debiera, fruto de esto la marca España no es positiva por mucho que conservemos la “españolidad” de algunas empresas que se han demostrado excepcionalmente eficientes pero que son grandes caballos para un carro sin un auriga firme. Es indudable que nuestra herramienta de regulación colectiva debe seguir siendo el Estado de Derecho pero no nos hemos ocupado de educarnos para poder reinventarlo. Como consecuencia disponemos de un enorme e ingobernable sistema burocrático que nos impide crear empresas de forma ágil, abanderar proyectos con fácil financiación y lo más preocupante: nos impide educar el talento (la capacidad única de cada persona para aportar valor a nuestra marca). Toda la gente que conozco que se ha esforzado y tiene nuevas fórmulas de entender la vida, se va de este país. Estoy cansado de ver una fuga de talento continuada que dilapida el gasto educativo. Asumámoslo: Nuestro Estado no sabe invertir. Aplica modelos de inversión privada de corto plazo y con un elevado coste social y económico que es imposible de recuperar. Si nuestro Estado fuera un empleado, le habrían despedido de cualquier empresa. Nuestro Estado no hubiera pasado ningún proceso de selección y haría décadas que se le habría acabado el paro. Nuestro Estado habría muerto de hambre o vivido a base de limosnas externas por una falta de convicción y emprendimiento imperdonables. Podemos deambular eternamente presumiendo con nuestros amigos de una capacidad que no es real. Sin embargo cuando alguien nos deja subir al carro y nos observa, no somos capaces de gobernarlo sin convertir la tierra fértil en desierto ni quemar con nuestra falta de equilibrio una gran cantidad de talento y oportunidades por el camino. Somos como ese hijo de Febo Apolo, el dios sol, que presumió ante los suyos pero que no acaba nunca de estar preparado para ser responsable del futuro. A Faetón, por muchas proezas que hiciera, se le representa siempre cayendo. Su existencia ha sido recordaba por eso y no por todo lo demás. En nuestras propias manos está el reinventar este presente.

Europa. Aún así no dramaticemos y dejemos de buscar fórmulas perfectas. No existen. Olvidáos. Probemos ensayo-error, actuemos cueste lo que cueste pero con recetas coherentes, recetas que desdeñen el corto plazo y recetas que unifiquen y sean integradoras. Lo necesitamos para ayer. Me apena tener tan clara la fórmula del éxito y verla tan lejana. En perspectiva somos un país de “clase alta” como se solía decir de una familia burguesa en los años del boom inmobiliario. Comparativamente tenemos una calidad y esperanza de vida elevada con respecto a una gran cantidad de países y regiones. Mi primera solución -no os ríais, jodíos- se llama Europa. En estos momentos Europa no existe, es una gran entelequia, como un SecondLife político y conceptual que pesa más que ayuda. La construcción de Europa es el ejemplo más claro de como no hacer las cosas. Primero nos unimos por la pasta y luego ya veremos si queremos algo en común más allá de una nación financiera. No funciona. Aún compartiendo un pasado histórico común de guerra y hambre no hemos sido capaces de hallar la identidad. Enfrentados ya en una mesa con decenas de platos, decidimos quitar de la mayor parte de platos para comer todos del puchero. Somos una mitología de la rectificación continua. Evocamos el comportamiento individualista y receloso de los dioses del Olimpo. Todos nos creemos grandes y compartimos territorio pero cada cual busca aventuras y batalla por su cuenta. Pese a todo ello, no existe ningún continente con tanta riqueza cultural, con tanta disparidad, modelos sociales y recursos tan dispares en ningún lugar del planeta. Incluso dentro de cada país, la diversidad se multiplica por pequeñas regiones. El europeo es por naturaleza regionalista. Que se aprieten los machos esos traders y brockers porque Europa entera me recuerda al principio de la nación griega cuando una gran cantidad de polis disgregadas con interpretaciones de la vida a menudo diferentes pero con un mismo pasado y espiritualidad común, comenzaron a caminar juntas para defenderse de los invasores. Hoy en día no existen invasores pero si coopetidores. No he escrito mal: coopetidores. Grandes territorios que superan su geografía para coopetir (colaborar+competir) por una posición y una estabilidad propia. El sistema político y financiero europeo entiende a cada una de sus regiones como un gasto y trata a todos ellos no como un recurso de riqueza sino como apuestas arriesgadas dificilmente justificables en la cuenta final de resultados. La Europa a la que aspiro supera antiguas barreras y se eleva sobre las disensiones, es libre y conectada, multiplica su talento extremadamente diverso y rico a través de la coopetición de sus regiones. La Europa a la que aspiro comparte algo más que una moneda y un territorio sin fronteras físicas, comparte talento y es una fuente eficaz de emprendimiento. La fórmula del cambio pasa por un modelo educativo fuerte que refuerze el valor del esfuerzo y la colaboración y promueva el mérito. Por mucho que castiguemos y penemos la corrupción y el fraude con medidas penales no conseguiremos nada sin un aparato educativo digno que acompañe la reeducación de las sociedades. Por mucho que pongamos parches al sistema financiero, no conseguiremos nada si no probamos nuevas fórmulas y renovamos continuamente (repito “continuamente”) los estamentos de poder y toma de decisiones.

España. Oh, mia patria si bella e perduta decía el canto de los esclavos en Nabucco. Mi segunda solución – callad esas risas, malditos- se llama España. El caso español actualmente es flagrantemente indigno. Estudiado como un modelo de éxito durante algún tiempo, es ahora el sinónimo del fracaso de una forma de entender la gobernanza. Lo que me hace pensar que ni entonces eramos tan buenos ni seguramente ahora seamos tan malos como pintan. Sin embargo ante una multitud de jóvenes sobradamente preparados (como rezaba el famoso anuncio hace más de una década) tenemos gobernantes que se han educado en un espíritu que ha sido útil durante una época de nuestra historia pero que se niegan a pasar el testigo generacional. Durante varias décadas han gobernado los mismos una y otra vez arrastrando bicefalias, rivalidades ideológicas que ya se han superado en el mundo empresarial, incompetencias explícitas que renacen con vocación de eternizarse. YA NO NECESITAMOS EL FRAMEWORK TRANSICIÓN. Hemos aprendido y reconocemos que fue una época fantástica pero ahora necesitamos reinventar el mundo y que os apartéis para aconsejarnos. Os escucharemos pero no gobernaréis. Nuestro panorama político a corto plazo es algo más que desolador. Una persona que ha perdido dos veces las elecciones generales de una nación, se presenta una tercera; y el partido gobernante presenta como “alternativa renovada” a una gloria de gobiernos anteriores. Ninguno de los dos comprende el mundo porque nacieron y vivieron en otro, ninguna acepta perder y ninguno ha sido elegido democráticamente para ocupar su puesto de presidenciable. Como esta situación, muchas otras. Solo quiero hacer un apunte: la grandeza de un dirigente no consiste en aferrarse al poder sino en saber abandonarlo cuando ya no puede brillar con luz propia más allá de su entorno.

Este piso se llama España y sigue estando de alquiler pero ahora necesita nuevos inquilinos en todos los estratos. Ahora tenemos una nueva realidad, el escenario ha cambiado y la gente que nos dirige se niega a adaptarse. Y lo que es más incomprensible: no les castigamos por ello sino que les seguimos encumbrando. Ese coro de esclavos hebreos de Nabucco que recordábamos hace unos días no cantaba por su desgracia sino que lo hacía reivindicando su futuro. Lo hizo ante Il Cavaliere para protestar y su voz debe ser un ejemplo emulable por el resto. Me levanto cada día luchando por un futuro más digno para mis hijos. Lo que me afecta hoy a mí, todo lo que estamos perdiendo, las enormes manifestaciones de estos meses solicitando que no acaben con una educación pública de calidad ni con un sistema sanitario envidiado por el resto del mundo, las voces que claman por una transparencia en los organismos de control financiero, todo ello será heredado por mis hijos y posiblemente el legado. La modernidad no consiste en perder todos los valores y actitudes que han hecho de la humanidad una especie fascinante: respeto a los mayores, civismo, solidaridad, innovación, conocimiento abierto,… La modernidad consiste en nuevas fórmulas que reinventen la visión de estos valores. Solo eso. Algo se convierte en una genialidad cuando nunca deja de ser actual por mucho que pasen los años y los siglos. Le pasó a Verdi con este Nabucco pero también a William y a Miguel, a mis amigos Sócrates y Esquilo, a Thomas Jefferson (que era un político que hoy ni siquiera soñaríamos tener) y también a Henry Ford (que hoy lloraría al ver en qué se ha convertido su legado). En la España de hoy no tenemos la capacidad de ser geniales teniendo sin embargo todos los ingredientes para serlo. Hemos perdido, como señala Carmen en su artículo, eso que tanta falta nos sigue haciendo para incorporarnos y seguir: una estructura moral digna y coherente. Porque eso es lo primero y luego, sin duda, viene por sí solo lo demás.

El puchero. Si tenemos que comer todos de un puchero, que este sea abierto y libre y que todos puedan contribuir y vivir de ese puchero. Mi tercera solución es un macroecosistema que reuna esos principios de los que siempre hemos hablado aquí: emprendimiento, innovación, creatividad, libertad, eficiencia. Nuestra clase creativa es deficitaria no porque no seamos capaces de generarla sino porque no la cuidamos y se escapa, no porque no de beneficios, sino porque no le damos la oportunidad de generarlos. Necesitamos un entorno abierto que sea capaz de inundarse y captar ideas, un espacio libre de barreras que no nos haga temer nuestro futuro sino construirlo. Pero de eso como digo hablamos siempre, así que de momento os dejo descansar 😉

Formulación de la Empresa abierta por Julen Iturbe

Os comparto una brillante formulación del concepto de Empresa Abierta que Julen Iturbe ha compartido hace 3 días en The Project y que he conocido gracias a mi colega Carlos Jiménez con el que comparto inquietudes y visión.  En el blog y en algunos trabajos que he realizado ya he hablado desde hace tiempo de Julen y de su incansable tarea de reinventar el modelo de trabajo tradicional. Su esfuerzo se une al de muchos otros y nos carga las pilas a muchos para seguir hacia adelante.  Estoy trabajando la aplicación de esta teoría y de un compendio de modelos de empresa abierta,  malla, economía digital (economía 2.o si se prefiere) y open innovation dentro de una gran organización cuyo valor base es el conocimiento. Personalmente suscribo todo lo que dice sin excepción y me parece que lo explica de una manera sencilla y clara. En parte mi causa actual consiste en modelar la práctica real de todas estas teorías enunciadas por Julen:

Las personas son una inversión no un gasto (y la superación del conflicto entre el discurso oficial y la realidad)
Una malla de coworkers que se encanchen a causas generando un medio para alcanzar esa causa
La propia organización como un medio y no como un fin. Lo que nos importa es el fin y la manera en que pensamos el medio.
La aplicación de las teorías open a una reinvención de los estándares tradicionales trascendiendo el choque actual entre el aprovechamiento de las teorías ágiles y open en marcos totalmente closed.
La superación de la ética de trabajo física como un castigo divino (la superación de ese concepto de doble vida de la que se habla en nuestro documento: una que me gusta y otra que es necesaria para hacer lo que me gusta) Necesitamos motivación y talento y entornos agradables y sostenibles de trabajo. Lo necesitamos YA
La flexibilización de la empresa y no de sus centros de coste tradicionales. Flexibilizar el KM para generar más beneficio y no la estructura en sí misma para ahorrar
La minimización de los objetivos (para convertirlos precisamente en causas) sin necesidad de prescindir de la maximización de objetivos que otros consideran necesaria. En parte fruto de la aplicación de la inteligencia social a la máxima DIVIDE Y VENCERÁS

 

Además esta nueva forma de entender la “empresa” (el concepto empresa queda ciertamente desdibujado y su importancia se reduce a conector de ideas y personas para alcanzar un fin común) entronca con la idea de que la sociedad ha avanzado enormemente en muchos sentidos y la empresa continúa aferrada a estructuras industriales y físicas que todos conocemos y a menudo sufrimos. Transformar ese concepto en un entorno ágil y dinámico es una solución plausible a muchos problemas de rendimiento y competitividad. En este otro video Julen esquematiza estas ideas para generar diversidad dentro de la empresa. Habla de cambios en el concepto de individuo en la sociedad moderna, en la influencia de lo digital, en la globalización de los mercados que provocan alternativas a la forma en la que entendemos la empresa. También habla de manejar el conocimiento como Stock (algo que ya hacemos todos pero de forma muy ineficiente, creedme) y como Flujo (el conocimiento en continuo movimiento y conexión, algo que debemos alcanzar).

Decrecimiento, neorruralismo y éxito

Decrecimiento, neorruralismo y éxito

Marco, de directivo a neorrural ermitaño

Marco, un nuevo caso del fenómeno conocido como neorruralismo en jóvenes altamente cualificados que se agotan en mitad de un sistema insostenible

Interesantes formas de relacionarse de forma cooperativa revolucionan las estructuras comunmente aceptadas. En el Blog Alternativo hoy he visto una entrada que puede resultaros interesante y habla sobre alinear el modelo de vida y las aspiraciones profesionales, algo muy vorpal sin duda. En este post se ofrecen modelos de relaciones sostenibles que se han demostrado socialmente exitosos y el caso de un nuevo neorrural que se une al de otros en un fenómeno que hace reflexionar sobre la calidad de vida en las sociedades desarrolladas. Marco, un antiguo directivo que escapó del sistema para vivir en comunión con la naturaleza. Aunque este caso es extremo, su filosofía resulta inquietante para todos los que creen que el crecimiento ilimitado es un modelo próspero y exitoso y la economía de la infelicidad es una meta clara y luminosa. Especialmente recomendable el video CUÉNTAME OTRO MUNDO y el concepto de decrecimiento de Carlos Taibo, cuyos trabajos conocí en mis primeros tiempos de ONGero en el Centro de Investigación para la Paz. Por si quieren meterse un chute de nuevos aires sostenibles, también les recomiendo investigar quién es Mariano Aguirre que fue mi jefe en aquella época.

Además de todas estas cosas, en el post se cuelgan varios videos sobre la gran transición que salvará de la debacle al actual modelo de vida: el cambio de lo global a lo glocal. Creo en esto profundamente y además creo que los modelos autogestionados cercanos son mucho más fiables que las grandes escalas incontroladas. Como siempre pienso en el ciclo corto para poder tener un ciclo largo y no al revés como nos han enseñado 🙂

Fuente: Marco, de directivo a ermitaño. Crecen los desertores del Sistema | El Blog Alternativo.

Apoyo a la Red de Consultoría Artesana

Apoyo a la Red de Consultoría Artesana

Desde Vorpalina nos hemos sumado con retraso en el día de hoy a la Red de Consultoría Artesana suscribiendo algunos de los principios enunciados por algunos compañeros blogueros y que están basados en nuestra defensa más prioritaria: la cultura RED. Nuestra adhesión se produce tras más de un año de existencia de esta iniciativa y con la ilusión de poder revitalizar la idea por la que nació. Creemos firmemente en los principios que enuncia y de hecho trabajamos para modificar la realidad inmediata de los entornos profesionales en los que nos movemos aportando propuestas de mejora y formulando ideas para el cambio de paradigma. Necesitamos dejar de ser industriales y comenzar a sentirnos conectados. Debemos favorecer la colaboración y la cooperación trabajando por entornos sostenibles interna y socialmente. Estamos convencidos de que no debemos educar en la ley del más fuerte sino en la filosofía del equipo y de la red. Somos y tenemos inteligencias múltiples derivadas de nuestra condición humana y debemos poner en valor aquellos aspectos relacionales que son diferenciales por sí mismos. Suscribimos pues los principios formulados en la Declaración de consultoría artesana y lo hacemos ahora cuando el mensaje ya no es novedoso porque pensamos que sus ideas sí que permanecen en versión beta continua (parafraseando al buen @arey que ha creado ese blog del que somos admiradores desde hace unos cuantos años: http://www.amaliorey.com/ y esa propuesta de cambio en forma de http://www.emotools.com/). Y para que conste formalmente, estos son los principios que hoy hemos suscrito:

Somos profesionales que trabajamos por el cambio y la mejora de las organizaciones, un trabajo que suele englobarse bajo el término de consultoría. A esta denominación le añadimos un adjetivo que representa un atributo diferencial: hacemos consultoría artesana. Nos definimos como estructuras simples y autónomas, talleres más que fábricas donde abordamos proyectos de dimensión humana.

La consultoría artesana es una alternativa a la manera dominante de hacer consultoría que aporta nuevas perspectivas, enfoques y valores a la hora de abordar el cambio en las organizaciones. Se define, por tanto, mediante estas señas de identidad:

  1. Trabajamos con las personas. El conocimiento, la ilusión y toda la energía necesaria para el cambio y la mejora residen en las personas, una a una, pero también organizadas y en equipo. Por eso, más allá de clientes, decimos que trabajamos con personas y no con corporaciones.
  2. Nos gusta nuestro trabajo. Nuestra materia prima es el conocimiento, algo que no se genera con horario fijo o en espacios concretos. De ahí que no establecemos rígidas separaciones entre nuestra labor de consultoría y otras facetas de nuestra vida. Integramos nuestro trabajo como una actividad más de nuestro quehacer cotidiano.
  3. Colaboramos de manera abierta. Con cada caso y proyecto generamos conocimiento, pero nuestro valor no reside en atesorarlo, ni en métodos y técnicas privativas a resguardo de clientes y de otros profesionales, sino en abrirlo a nuestra comunidad.
  4. Somos red, que en buena parte se refleja y apoya en nuestros blogs y en los medios sociales en que participamos. A través de estos canales distribuimos y compartimos conocimientos, ideas e inquietudes.
  5. Somos una comunidad de práctica en la que aprendemos a través de conversaciones entre iguales, cuyo fundamento no está tanto en el qué sino en el cómo.

Estas características esenciales se traducen en las siguientes prácticas:

  1. Buscamos imprimir carácter y sentido personal a lo que hacemos, de manera que cada caso es un proyecto nuevo. En él incorporamos nuestra materia prima, el conocimiento abierto, así como el aprendizaje anterior y la experiencia renovada. En este marco, innovar no es una actividad instrumental sino un imperativo implícito.
  2. Aprendemos a través de la experimentación y del error, de la desviación y de la corrección del rumbo planificado, y nos renovamos con cada trabajo. Ya que el aprendizaje sucede antes, durante y después de cada proyecto, la acción y la revisión resultan imprescindibles para aportar soluciones.
  3. Buscamos divertirnos con cada trabajo porque para anclar y asimilar los aprendizajes es fundamental la ilusión y la emoción por el trabajo bien hecho. Por eso compartimos esta pasión con las personas con las que colaboramos.
  4. La diversidad es una de nuestras principales riquezas porque trabajamos con personas y aprendemos de lo diferente, no tanto de lo conocido. Incorporamos a nuestra red a quienes pueden aportar conocimiento, ideas y experiencia en sintonía con la manera de hacer propia de la consultoría artesana.
  5. Confiamos en la meritocracia como vía de desarrollo. Ser parte de una red posibilita buscar, para cada proyecto, las personas y los conocimientos idóneos, porque la prioridad reside en que el proyecto culmine con éxito. Sabemos que esto es lo mejor para nuestra reputación y fiabilidad a largo plazo y para construir relaciones de confianza con nuestros clientes.
  6. Abogamos por modelos no invasivos de acercamiento a los clientes, que se basen en prescripciones y referencias de proyectos anteriores como mejor carta de presentación.

Nuestros proyectos son nuestros talleres y cada resultado una pieza singular, consecuencia natural de haber sido desarrollada en un momento único, gracias a la experiencia renovada y al conocimiento conjunto y compartido. Esta particular manufactura sólo es posible desde algunos valores que consideramos básicos:

  1. Franqueza. Trabajar con personas en el mismo plano de colaboración nos facilita decir que no cuando por ética o viabilidad el proyecto no nos convence. Además, nos permite advertir mejor el error en la ejecución de cualquier proyecto.
  2. Pragmatismo que permite conciliar la vocación por el trabajo bien hecho con las circunstancias y requerimientos de cada proyecto, de manera que el mejor logro sea, también, el logro posible.
  3. Simplicidad que nos aporta concreción y capacidad de reacción. Articulamos cualquier estrategia a largo plazo mediante aproximaciones sucesivas que facilitan el conocimiento progresivo y mutuo con las personas con las que trabajamos.
  4. Sobriedad en infraestructuras y recursos, compromiso con el open source y con el conocimiento libre.
  5. Re(d)lación de confianza y perdurable que surge de trabajar con personas e implica establecer relaciones más allá de las contractuales del proyecto. En definitiva, incorporar a esas personas a nuestra red.

Quienes proponemos esta declaración, sus señas de identidad, prácticas y valores, nos organizamos mediante talleres. El taller concreta y da sentido a nuestra red abierta de consultoría artesana. Se define como una plataforma de re(d)lación en la que colaboramos profesionales de la consultoría, clientes y otras personas interesadas. El taller incorpora recursos, conocimientos, ideas e inquietudes que provienen de la práctica profesional y los abre a toda nuestra comunidad.

Alfonso Alcántara, José Miguel Bolívar, Anna Cabañas, Vicent González, Julen Iturbe-Ormaetxe, Carmen Jasanada, Manel Muntada, Nacho Muñoz, Dolors Reig, Amalio A. Rey, Miquel Rodríguez, María Jesús Salido, Luis (tic616)